Resumen:
alienados en su trabajo. Un proceso de gestión educativa exitoso se debe de visualizar con profundidad, en función no solo de los intereses economistas, sino también del individuo y del desarrollo personal del mismo en procura de personas exitosas en todos los ámbitos personales.
Palabras Claves: modelo cultural; enseñanza; gestión de la educación; tendencia educacional; dualidad; educación
Abstract
Keywords: Cultural model; Teaching; Educational management; Educational trend; Duality.
Resumo:
Palavras chiave: Modelo cultural; Ensino; Gestão educativa; Tendência educativa; Dualidade
Introducción
En las últimas décadas, la sociedad ha experimentado un proceso de aceleración en los avances científicos y tecnológicos, cuyos efectos han aumentado la velocidad de producción de la información y los conocimientos. En consecuencia, los sistemas productivos del siglo XXI avanzan en un espacio de cambios que demanda transformaciones en el desarrollo de las habilidades blandas y duras requeridas por las personas para el alcance del éxito dentro mercado laboral. En la actualidad, estos sistemas, además, se han visto en la necesidad de configurar muchos de sus esquemas a raíz de la crisis sanitaria producida por la pandemia por el virus responsable de la COVID. Lo señalado ha obligado a las sociedades a re- pensar sus sistemas educativos, con el fin de que estos se adapten y organicen a partir de la revolución científica y tecnológica presente. Por ello, la visión desde la educación y los procesos de gestión han permitido que las personas que ejercen la administración de la educación puedan hacer una reflexión más profunda de sus actividades profesionales con mayor entendimiento de la dinámica cotidiana y organizacional, con un involucramiento profundo a través del estudio del paradigma de la educación en la dualidad de la gestión administrativa, como parte del proceso educativo.
En Costa Rica, las organizaciones educativas han tenido que reinventarse, dadas las transformaciones sufridas por su entorno social, ya marcado recientemente por la pandemia y pospandemia, replanteándose no solo los procesos educativos, sino también la gestión en general, para poder adecuarse al contexto y reformular un estilo de administración educativa certero y de calidad. Dentro de esta re- invención, el personal directivo, en conjunto con el equipo de docentes, se ha visto en la necesidad de replantear la manera de pensar los procesos de gestión desde cualquier práctica propia del centro educativo, tal como confección de planes y la ejecución de la política educativa del país. Lo cual ha marcado relevancia en la reconstrucción epistemológica de la administración de la educación en la práctica cotidiana a través de la gestión educativa.
Dentro de esta reconstrucción epistemológica, el concepto de gestión educativa se está replanteando a partir de la dialéctica entre las distintas dinámicas provocadas: en primer lugar, por la superación de tesis ancestrales, tales como Oscurantismo, Renacimiento, Iluminismo, Romanticismo, Era industrial, comunismo, socialismo, capitalismo, liberalismo, democracia, cambios sociales, tecnocracia; en segundo lugar, por el surgimiento de nuevas tesis, tales como la informática, la comunicación, la ciencia, la tecnología, el conocimiento, los cambios sociales y una visión diferente del mundo. Las cuales han provocado que, en el presente, las personas modifiquen sus conductas, valores, tradiciones, lenguajes y costumbres, con lo cual su propio accionar dentro la gestión ha cambiado.
A partir de la cotidianidad marcada en el actual contexto sociohistórico costarricense, muchas de las dinámicas sociales e interpersonales ya no se sostienen en su formas pasadas, esto se lograr evidenciar a través de expresiones coloquiales tales como “ya no son los niños como lo éramos nosotros”, “el mundo ha cambiado”, “tenemos una inclusión de extranjeros”, “la disciplina deja mucho que desear”, “ahora los niños nacen con chips incorporados”, “la educación ha mejorado”, “la educación ha empeorado”, “los niños saben más de lo que sabíamos”, “los niños son más inquietos”, “los niños son más rebeldes”, “vivimos la era del conocimiento”, “aún somos un país de paz, trabajo y educación”.
Las dinámicas sociales han plasmado apreciaciones que replantean muchas de las ideas preconcebidas en relación con el desarrollo de la educación, su importancia y su papel en el país. Como por ejemplo, las que conciben el sistema educativo costarricense de manera estática, dado que no progresa y se mantiene varado en el tiempo; o, además, las que lo asumen de manera servil y obediente ante las estructuras económicas imperantes, descartando su esencial papel para el desarrollado de la propia humanidad. Esta concepción impacta en la propia dinámica en los centros educativos, siendo su gestión en la práctica cotidiana lo que debe ser materia de compresión desde la administración de la educación.
La reconstrucción epistemológica se fundamenta en los grandes cambios históricos, sociales y tecnológicos que estamos viviendo y que influyen en la educación, donde su comprensión se contrapone entre su presente, marcado por las diversas revoluciones, y su pasado. Esto hace que, desde el paradigma de la educación, la gestión se conciba por parte de la administración educativa más allá de posiciones tradicionales, dirigiendo la flexibilización del sistema a los procesos de contextualización y a un acercamiento desde un entendimiento más amplio de la sociedad, para el desarrollo de competencias de inserción personal que permitan mejores redes ciudadanas. Analizar esa visión del paradigma de la educación conlleva a una dualidad en su comprensión, tradicional y flexible, sobre el proceso educativo y su gestión desde la administración educativa. La comprensión y ejercicio de dicha dualidad son un reto que se debe de procurar en cada organización educativa.
De ahí que el presente ensayo pretende brindar como objetivo el analizar, en un espacio epistemológico, el paradigma de la educación en la dualidad de la gestión de la educación, como parte del proceso educativo, para con ello facilitar el entendimiento del contexto y de los procesos de cambio que se deben de desarrollar en la gestión de cada organización educativa. Este entendimiento de los procesos de flexibilización es un principio relacional y prospectivo que genera cambios en la cultura organizacional de las instituciones, brindando aportes significativos en la generación de alternativas para fortalecer procesos que conduzcan a la calidad.
Desarrollo del tema
Dentro del paradigma de la educación, el papel de los educadores como generadores del cambio en una sociedad del conocimiento inmersa en una evolución pandémica como factor común, involucra una mejora continua y actualizada de los cambios sociales y del entorno en el cual los estudiantes se están desenvolviendo. Y dentro de esta dualidad de la gestión de la educación como parte del proceso educativo, es que las formas emergentes de organización social se apoyan en el uso intensivo del conocimiento y de las variables culturales, tanto en las actividades socioeducativas como en la participación en los procesos de crecimiento nacional, procurando en todo momento ser promotores de desarrollo a través de la educación.
Los albores de la expansión educativa: hechos didácticos
Los albores de la expansión educativa se marcaron en el Renacimiento, época que acaba con el mundo oscuro y “renace” el conocimiento heredado de la escuela ateniense y la escuela espartana. Este albor educativo surge de un primer hecho didáctico, donde “la educación debe mostrar que no hay conocimiento que no esté, en algún grado, amenazado por el error y por la ilusión” (Morin, 2019, p. 5). Así, cuando “el homínido se humaniza, el hombre tiene un doble principio: un principio biofísico y uno sico-socio-cultural” que determina la condición humana (Morin, 2019, p. 25), donde “animalidad y humanidad constituyen juntas nuestra humana condición”. Estos conceptos antagonizaron con el creacionismo de algunos renacentistas, dando como fruto posteriormente la sagaz época de la Ilustración.
A partir del Renacimiento se dio a luz a grandes hombres de letras, artes y ciencia que contribuyeron a la expansión educativa en un mundo especialmente oscurantista. Citemos a tres de los considerados gran- des visionarios: Leonardo da Vinci (1452-1519), inventor, pintor y científico; Galileo Galilei (1564-1642), padre de la astronomía, física y astronomía moderna; y Johannes Gutenberg (1398-1468), inventor de la imprenta. Este último, a través de su invento, despertó el primer hecho didáctico, con que se permitió acercar el saber desde las cúpulas a las cúpulas que pudieron pagar por ello, propiciando el fin del Oscurantismo en la Edad media y una nueva “luz”: las letras al alcance de todos. Del mismo clero surgen estudiosos y aprensivos como Martín Lutero, padre del protestantismo alemán, y Ulrico Swinglio, padre del protestantismo suizo, quienes hicieron uso de la imprenta para hacer llegar la Biblia y sus mismos escritos en el idioma del pueblo, para que este comprenda, interprete y sea liberado de la esclavitud al culto y a los mitos de la iglesia, propiciando la Reforma. Un antecedente político-económico que propició la expansión educativa en esta época ocurrió en Inglaterra, donde Enrique VIII, rey de Inglaterra y señor de Irlanda (de 1509 a 1547), dados sus excesos rompe con Roma y se vuelve el señor de una naciente religión: el anglicanismo o Iglesia de Inglaterra, que sufrirá varios reveses hasta que se estableciera con la reina Elizabeth I en 1553. A partir de este reinado, se propició una serie de hechos determinantes futuros para la expansión educativa: 1.o empujará una era de esclavismos, de pugna de imperios y de explotación; 2.o la Independencia de EUA del poderío británico (1775-85). 3.o A partir de los reinados de Jorge III y Jorge IV, se marcó otro hecho que propició la expansión educativa: la derrota del conquistador Napoleón Bonaparte en 1814; 4.o con el reinado de Jorge IV, se marcó una alianza entre Prusia, Austria, Suecia y Rusia; y 5.º el industrialismo fruto de una conveniente iluminación se consolida.
Otro hecho didáctico (Towns, 1971) influyente en la expansión educativa tiene que ver con la desarrapada, miserable y olvidada niñez de esa misma convulsa Inglaterra: la Escuela Dominical que se extendería entre metodistas, anglicanos, calvinistas, bautistas, congregacionalistas y peregrinos que llegarían a los EE. UU. (1735 da indicios de una escuela bíblica para niños). Esta empezará a formalizarse durante el periodo de 1780-1905, de la mano del periodista Robert Raikes, defensor de la educación liberal y quien empleó el periódico para exponer sus ideas.
En 1779 se aprobó la Ley de Habilitación que permitía a las personas que no eran miembros de la Iglesia anglicana, crear y sostener escuelas, permitiendo el surgimiento de la escuela dominical, la cual posteriormente se derivaría en otras denominaciones protestantes que la utilizarían como su fuente de enseñanza. Al respecto, Raikes sostiene: “la ignorancia es la primera causa de la ociosidad y los vicios” (Towns, 1971, p. 74), por lo que la educación se contempló de manera primordial para lograr el progreso de las personas, esto se reafirmó como una idea del Iluminismo. Luego de varios años, comenzaría a disminuir en cierta medida la mendicidad y la violencia que sufrían esta niñez de las clases más bajas de la sociedad a manos de las mismas élites, dada la enseñanza de la Biblia, no solo desde una postura moral o religiosa (protestante), sino desde una perspectiva didáctica como una herramienta para leer y escribir y, con ello, el empleo de ciertos oficios. Superando con ello la visión desde el catecismo en torno a la Biblia utilizada por las élites. Luego estas aprovecharían esa educación dominical, según sus patrones que incluían: 1.º un sistema de monitoreo del avance educativo y que servía para enseñar a los niños e instruirlos en el conocimiento de su deber como seres racionales y responsables.
Otro patrón impuesto desde la escuela dominical se derivó desde diversas consignas bíblicas, de las cuales se destaca el versículo (Gatto, 2009; Iserbyte, 2000) para amansar a las bestias o para volverlas dóciles y obedientes a la autoridad “puesta por Dios”. Desde esta postura se logra un crecimiento de la escuela y de la educación dominical, lo cual requirió, en 2.º lugar, “pagar a los asistentes. Esta fue la regla. Además, detrás del maestro, maestra y asistentes, estaba un comité patronal” (Iserbyte, 2000, p. 78). Así se popularizó la educación supervisada y que pagaba a los maestros. Con ello, las élites donarían sus recursos y luego la misma Corona lo haría, porque era muy conveniente este sistema educativo que rescataba a los criminales en potencia, algunos quienes eran deportados y hasta ejecutados, y los hacía buenos ciudadanos y obreros. Lo que permitió a este movimiento, para 1831, tener aproximadamente a un millón doscientos cincuenta mil escolares, solo en Gran Bretaña.
En retrospectiva, el movimiento renacentista desborda sus progresos culturales, económicos y educativos en el campo de las élites, no del pueblo, permitiendo con ello el tránsito hacia el Iluminismo. La “luz” de Ilustración confluye en los movimientos políticos del siglo XVII, a partir de la revolución dada en Francia, y en los económicos del siglo XVIII, a partir de la Revolución Industrial dada en Inglaterra, cuyas secuelas envolvieron a toda Europa y a América con violencia inaudita. Esto gestó otra serie de hechos que contribuyeron a la expansión educativa: en primer lugar, los enciclopedistas materialistas, natura- listas y humanistas (“el hombre es libre”) acentuaron el nacimiento de las teorías en relación al evolucionismo biológico y social, cuyos principios exacerbaron la concepción de supervivencia del más fuerte, y acentuaron el relativismo y las ciencias, causantes del industrialismo que explota la mano de obra; y segundo lugar, se cimentan las bases del despotismo ilustrado “que desembocará en la separación de poderes y llevará al parlamentarismo, a la vez que a una subordinación del poder religioso al político” (Salvat, 2014, p. 40-41).
Sin embargo, durante los siglos XVII y XVIII, los reyes y el clero nunca dejaron del todo su potestad e influencia directa o bajo subterfugio sobre el mundo, pese a la existencia de los enciclopedistas mate- riales, cuya inferencia se manifestó especialmente en España a través de la Enciclopedia Salvat, la cual se utilizó como principal fuente para honrar a esa ilustración del conocimiento intuitivo, empírico, investigativo; pero, fanáticamente totalitarista al inferir que todo el conocimiento presente se puede encerrar en una enciclopedia, es decir, en solo campo educativo, lo cual a la postre no resulta cierto.
Otro aspecto incluyente en el progreso de la sociedad y, por ende, en la expansión educativa se presentó a través de la propia educación de las élites y la educación obligatoria naciente en un mundo industrializado; lo cual permitió resolver específicamente el problema de la cualificación y competencias para las empresas y países dominantes al servicio de las élites industrializadas.
En este albor de la herencia iluminada, el controversial Galeano (1978) señaló, como parte del evento de la II Bienal del Libro en su texto Las venas abiertas de América Latina, que en el siglo XIX la industria del transporte de esclavos llegó a convertir a Bristol en sede de astilleros y a Liverpool, en el mayor puerto del mundo, desde donde salían los navíos cargados de armas, telas, ginebra, ron y vidrios de colores, que serían el pago para la mercadería humana de África, que a su vez pagaría el azúcar, el algodón, el café y el cacao de las plantaciones coloniales de América.
Según Galeano, los ingleses impusieron su reinado sobre los mares y, a finales del siglo XVIII, África y el Caribe daban trabajo a ciento ochenta mil obreros textiles en Manchester; de Sheffield provenían los cuchillos y de Birgmingham, 150 mil mosquetes por año. Esto industrializó en extremo a Inglaterra y con posterioridad lo haría con los imperios nacientes de Prusia, EUA y Japón, los cuales aprendieron ese arte de la industria y del sometimiento. Además, países colonialistas como Inglaterra, Portugal y España, en los siglos XVI-XVIII, sirvieron a los poderíos impuestos por Holanda, Bélgica y Francia, países que impidieron en las colonias la fabricación, aun de sus propias ropas y utensilios y el sembrar su propia tierra con otras semillas, lo que provocó su importación desde Inglaterra, a donde llevaban algodón y lo traían como ropa y obligaban a comprarla. Los metales, los minerales, el cacao, el banano, el algodón, el caucho (cuyas semillas sacaron de contrabando de Brasil) y otros, continuaron con el rigor administrativo de la especialización por regiones hasta empobrecer las tierras y a sus habitantes. En el caso de la educación, no era necesaria en las colonias, salvo como herramienta para imponer el sometimiento y la obediencia. No obstante, el espíritu heredado del Renacimiento y la Ilustración logró adherirse a las élites criollas de las ciudades y con ello dar pie al resurgimiento del espíritu revolucionario por parte de personas denominadas próceres y liberales.
Con el surgimiento del siglo XX, la herencia cultural y educativa del Iluminismo y la industrialización se desfiguró con el estallido de dos guerras mundiales (1914-1918; 1939-1945), esto hace que distintos pensadores, tales como Horkheimer y Adorno se pregunten, como parte de su libro Dialéctica del Iluminismo (1944), “¿por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, desembocó en un nuevo género de barbarie?” (p. 3). Al respecto, los mismos Horkheimer y Adorno (1944), en sus reflexiones, señalan lo siguiente:
Es un retroceso del iluminismo que volvió a mitificarse, donde al final lo que se esperaba como bueno produjo que el individuo se redujera “a cero frente a las potencias económicas” cuyo efecto final es muy simple: “El espíritu no puede menos que debilitarse cuando es consolidado como patrimonio cultural y distribuido con fines de consumo. El alud de informaciones minuciosas y de diversiones domesticadas corrompe y estupidiza al mismo tiempo”. (p. 34)
Esta cita permite deducir qué es la barbarie, el retroceso del iluminismo, donde lo bueno ha cambiado por lo malo, las potencias económicas, la domesticación y la estupidez humana, pues todo “lo que no se adapta al criterio del cálculo y de la utilidad es, a los ojos del iluminismo, sospechoso” (p. 9). Antes de esto, Horkheimer y Adorno reconocen que aquella filosofía del siglo XVIII “a pesar de la quema de libros y hombres” y de que “inspiraba a la infamia un terror mortal, bajo Napoleón había pasado ya al partido de esta. Incluso la escuela apologética de Comte usurpó la sucesión de los inflexibles enciclopedistas y tendió la mano a todo aquello contra lo cual estos habían combatido” (p. 4). Sin embargo, a partir del desarrollo bélico de la primera mitad del siglo XX se tejió el predominio del pensamiento dominante y manipulador de los poderes económicos censurantes a lo que escapa de su dominio, lo provocó que “el sistema educativo preparará el árido terreno para que acoja ávidamente supersticiones y charlatanismo”; las cuales, se supone, desde la Ilustración con su renacer se habían combatido.
El iluminismo decadente y manipulado causó más violencia y la industrialización servil en ciencia y tecnología nos legó un siglo XX sumamente convulso, marcado por dos guerras mundiales y un inconmensurable número de guerras entre países, que transformó al ser humano en un arma letal y en una bestia de dos clases: una de carga y dispensable; y otra de dominio. Esta dualidad en el sector educativo provocó una serie de secuelas, en primera instancia, que la escuela militarizada y dictatorial espartana ganó; y, en segundo lugar, la gestión educativa se jerarquizó aún más. Esto derivó en un sistema educativo iluminado en áreas científicas apreciadas desde posturas sumamente tecnocráticas, tales como 1.º la biología, donde la evolución preconizó y legitimó la lucha de las especies y la lucha social del poder; 2.º la química, cuyas investigaciones con los agentes naranjas y bilógicos-químicos perfeccionaron e hicieron más letales las guerras; 3.º la física, cuyos experimentos propiciaron la creación de las bombas nucleares y, junto a la química, las técnicas para mejorar las armas; 4.º la psicología y psiquiatría, a través de estudios enfocados en moldear la conducta e influir en su biología.
En consecuencia, desde el paradigma tecnócrata asumido por la educación, esta se contempló en un simple campo asemejado al de una empresa, la cual concibe a los seres humanos como productos manipulables.
Los hechos didácticos en la expansión educativa: corrientes de pensamiento
Como se describió en el apartado anterior, a partir del surgimiento de la imprenta se da un renacer del conocimiento. En la actualidad, hechos marcados por la pandemia han reafirmado el posicionamiento del internet como la principal fuente del conocimiento, del cual se obtiene el mayor acceso a la información. A través de esta plataforma se desarrollan espacios con acceso independiente, que van despertando la consciencia humana para una educación libre y fuera del sistema. No obstante, esta universalidad en el acceso al conocimiento aún se encuentra en proceso, dado que al igual que con la imprenta, hay que pagar por tener el conocimiento en casa, por lo que el internet se debe contemplar como una herramienta que todavía no ha reemplazado del todo a la educación pública formal, a las publicaciones de acceso con derechos y al mismo sistema educativo.
Lo impreso, al igual que el internet y las nuevas tecnologías en uso marcan el primer hecho educativo, a través de los medios masivos, los cuales crean un puente de manipulación, de mala o buena información ante el saber para las grandes mayorías. Con ello surgen fundaciones y organizaciones que tratan de mejorar la calidad de vida de las personas utilizando estas tecnologías (PROSIC, 2008), lo cual lleva a cuestionarse de manera crítica: ¿quién y qué sale más favorecido y está detrás de esto? El segundo hecho educativo, dado que fue “religioso”, se suma al primero, pues usó la imprenta, y rebate la tesis de que en esencia somos diferentes, de que evolucionamos con las realidades.
A partir de lo anterior, deducimos dos corrientes con una misma conclusión. 1.º La corriente moderada: reconviene al sistema educativo, pero mantiene el acento en que las personas y el mundo cambiamos, evolucionamos; y que la implementación de la educación pública y obligatoria como derecho surgido en los siglos pasados es un paradigma obsoleto (Robinson, 2011; Punset, 2011). 2.º La corriente radical: de carácter conspirativo, ataca directamente al sistema educativo público, sin enfatizar el aspecto en que somos diferentes, su tesis se basa en crear un sistema obligatorio de educación dirigido al público, sostenido mediante impuestos, desarrollándose a través de un sistema bien planeado para favorecer, con gente calificada y educada y en complicidad de la gestión del Estado, a las élites de poder económico y social, también conocidas como el mercado laboral, cuya matriz productiva ha sido reforzado en cada década del siglo XX por gobiernos que utilizan la educación para domesticar y favorecer la dominación de los más dotados (Gatto, 2003 y 2009; Iserbyt, 2000; Freire, 1970 y 1975; Magallón, 1993).
La conclusión de ambas corrientes en relación a la educación es la misma por diversas razones expuestas en los siguientes puntos: 1.º El viejo paradigma en torno a la producción, estándares, conformidad, fabril, militarizada (timbres, formaciones, jerarquías, conductas disciplinarias, reproducción del poder, educación democráticamente dictatorial, docentes ejemplares y obedientes, etc.) es difícil de erradicar y persiste en la educación, la cual debe de cambiarse dado que es obsoleta, anacrónica y mercantil. 2.º Es una “modernización que construye moldes ideales desde los cuales nos medimos, comparamos y se establece el deber ser, torbellino de uniformidad pedagógicamente cambiante, porque la moda es cambiar para seguir siendo los mismos, cambiar es entendido como el disfraz uniformizador” (Magallón, 1993, p. 92). 3.º El sistema escolar legitimado bajo la impronta “para cambiar de masa a élite”, a partir de la falacia de su gratuidad, “crea en el marginado la convicción de ser el único culpable de su situación” (Magallón, 1993, p. 93). Este sofisma al extrapolarse al sistema educativo afirma que culpar al docente por las crisis educativas es negar que ellos mismos están alienados en su trabajo (Magallón, 1993, p. 93), y quizá todo esto ha sido planeado por la globalización que produce sujetos enajenados (Magallón, 1993,p. 94), a través de un neoliberalismo que favorece la hegemonía y degrada a la gente con los medios masivos y los rating y empobrece los países y donde “la reconversión capitalista ha debido apelar entonces a otro de sus aparatos de disciplinamiento: la escuela” (Magallón, 1993, p. 95).
La dualidad en la gestión del proceso educativo
Para la gran mayoría de docentes, “gerentes” del sistema globalizado y políticos en los ministerios de educación, quienes prefieren no ser tenidos como reaccionarios, es muy fácil aferrarse y resbalar en las dificultades de un desarrollo científico en el campo de la gestión educativa, como si se tratara de una simple empresa que requiere los conocimientos de avanzada de las teorías de la administración. Estos se deben considerar, pues los centros educativos están inmersos en ese flujo de eventos o actividades interrelacionadas que se desarrollan en fases o etapas sucesivas, con el fin de lograr un objetivo común, lo cual produce una dualidad en ello.
La gravedad surgida de la explosión del big bang educativo ha definido su objetivo y determinado los principales principios de la administración educativa. Los principios de la administración (Chiavenato, 2018, pp. 89-100) aportan distintos enfoques para entender y aplicar los conceptos de la administración de la educación, en donde la corriente de pensamiento pretende que esta ciencia del conocimiento se perfeccione y sea más eficiente. Esto nos llevan al modelo de Fayol (1841-1925) y sus principios: 1.º división-repartición del trabajo: especialización de funciones; 2.º autoridad (derecho moral a mandar) y responsabilidad (recompensa y penalidad), centralizada, única y jerárquica, de mando y dirección; 3.º disciplina: obediencia y subordinación (convenios y pactos); 4.º unidad de mando; 5.º unidad de di- rección: “un solo jefe y un solo programa para un conjunto de operaciones”; 6.º subordinación del interés individual al general: “la ignorancia, la ambición, el egoísmo, la pereza, las debilidades y todas las pasiones humanas tienden a hacer perder de vista el interés general en provecho del particular”; 7.º remuneración, retribución de salario equitativo, estimulante al celo y razonable; 8.º centralización- descentralización: depende de la dirección y el valorar las facultades de los subordinados; 9.º jerarquía: transmisión de órdenes en la unidad de mando con flexibilidad; 10.º orden estricto material y social: un lugar para cada cosa y persona y cada cosa y persona en su lugar; 11.º equidad: es la combinación de la benevolencia o amabilidad con la justicia; 12.º estabilidad del personal: trae confianza: “el personal dirigente de las empresas prósperas es estable, el de las empresas en bancarrota es inestable”; 13.º iniciativa, es concebir y ejecutar lo planeado; 14.º unión del personal: “dividir las fuerzas enemigas para debilitarlas es demostrar habilidad, pero dividir las propias es una grave falta contra la empresa”. No está mal como umbral reconocer que el proceso de gestión educativa debe retroalimentarse y realizar los ajustes administrativos a fin de eliminar las discrepancias entre los logros reales y los esperados; no obstante, para hacer esto hay que considerar:
La cara del anverso
Como en una moneda, este lado nos advierte que Fayol y las teorías administrativas de producción no encuadran con la niñez, juventud y adultez a quienes se pretende enseñar, al medirlos con los patrones con que se miden las empresas; salvo, claro está, que lo que se busca sean máquinas que trabajen con máquinas, obedientes a un sistema al servicio de intereses del poder social.
La cara del reverso
El reverso, sin mitificarlo ni adorarlo, expone que una institución educativa es una organización con sus propios fines, una empresa de servicios sujeta al menos a “las cuatro grandes funciones básicas de la administración: planeación, organización, comunicación y control” (Ramírez, 2019, p. 27), las cuales nacen en las teorías administrativas a lo largo del siglo XX.
El efecto de la dualidad: las dos caras en conflicto continuo
El reverso considera los principios administrativos que sirven para debatir la veracidad del desarrollo del proceso educativo. El anverso enfrenta a los teóricos que han gastado su vida en el estudio de la producción fabril e infiere que tales niegan a la pedagogía su valor. Pensadores como Fayol (dirección eficiente) o Friedman (1912-2006, liberalidad del mercado, neoliberalismo) no fueron pedagogos en el sentido estricto; sin embargo, contemplaron la educación como factor para mejorar la economía. Por lo que sus principios merecen ser considerados en el ámbito educativo, pero ajustados, dado que como diría el teólogo liberal Bultmann (1884-1976), no amoldando el sistema educativo a la estructura gerencial absoluta de las escuelas económicas.
Se analizan brevemente algunos principios sustanciales de las teorías administrativas y se verifica este efecto de dualidad. Negar lo uno es negar lo otro también.
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° La administración: es planificación y previsión de situaciones y acontecimientos en el espacio-tiempo, caracterizado por plazos, planes, programas y proyectos, con el fin de evitar una dispersión de actividades y acertar los objetivos. La actividad dispersa disminuye la producción y empeora los ser- vicios. Los objetivos: 1.º aumentar las ventas: bienes; 2.º mejorar los servicios: informática, telefonía, contabilidad, médicos, abogados, enseñar, etc. La educación, en esencia, en un sistema educativo, no es un mero servicio y menos un bien, salvo el bien filosófico del conocimiento y de suponer que la educación mejora la sociedad.
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°La organización: mediante esta función se determina el trabajo a realizar para alcanzar los objetivos (bienes y servicios); luego se analizan y agrupan las actividades humanas en función de los bienes y los servicios dentro de un sistema estructural y se asigna al personal posiciones determinadas. Un ejemplo de su función se aprecia en la maquila. Las gerencias se organizan para que la producción y los servicios sean mejores que la competencia.
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°La dirección: busca hacer funcionar una organización como un todo armónico, manteniendo el derecho de autoridad y delegando funciones y responsabilidades. El gerente de una fábrica tiene un objetivo concreto: producir objetos al menor coste usando sujetos, para vender más y ganar, aun a sus competidores. Si la empresa gana dinero, el gerente es exitoso, si no se debe remplazar, decía un propietario de camiones. El uso de este paradigma de gerentes (punto 2.º y 3.º) desvaloriza a un educador que administra un centro educativo en función de personas a quienes hay que educar, en cuanto a que está manejando dineros, bienes y servicios, edificios, personal laboral, etc. La dualidad a su máximo esplendor. Si domina el ser pedagogo, es posible que se tenga una especie de caos despilfarrador en lo administrativo o una anarquía educativa, aunque hay escuelas que pregonan este tipo de administración o sistema educativo, donde la libertad de aprender democráticamente debe guiarles (escuelas anarquistas, libertarias). Si el peso recae en ser versados gerentes, se tiene más o menos lo que es hoy el sistema educativo general con algunas deficiencias por corregir. Es preciso que el director o directora de un centro educativo cuestione la esencia gerencial de su centro como si fuese una fábrica, un centro de entrenamiento militar o canino (Gatto), o una empresa de seguros y servicios educativos, y cuestione también la pedagogía.
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°La coordinación: una fábrica (empresa), la cual es considerada una organización (es un organismo vivo, lo expresan las teorías administrativas, según Chiavenato), representa el trabajo bien engrana- do de las máquinas y los humanos (maquila) que obedecen y siguen su sistema jerárquico (aunque se llamen colaboradores) y sus responsabilidades en el mantenimiento y la armonía entre las actividades y los subsistemas de la organización. Así germina el sistema educativo obligatorio: privado y público, con derechos para todos, según el edicto de la Ilustración. Un sistema planeado y bien coordinado (Gatto, Robinson, Iserbyt y otros) en función de 1.º educar obreros inteligentes que se- pan leer, escribir, seguir instrucciones, etc., y emergen los test para medir dichas capacidades (aceptado rechazado); y 2.º tener un lugar que acoja la niñez para que los padres obreros no tengan que preocuparse de sus hijos, el estado y las instituciones educativas lo harían. Es muy sugestivo cavilar que en el siglo 20 es el Banco Mundial y el FMI que presionan a los gobiernos para que haya mayor inversión en niveles inferiores en detrimento de los superiores (Fernández y Fernández, 2007, p. 10).
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°La ejecución: es la puesta en práctica de lo planificado. En el siglo 20, nacería el marketing y los estudios científicos de plazos y sistemas de reajustes establecidos en función de los objetivos. Se empuja, desde el Consenso de Washington, la ejecución de un sistema educativo privado. Este diferencia las clases sociales, donde el poderío económico crea nuevas clases medias y la educación superior despunta con el incremento de las universidades privadas, como se observa en Costa Rica y en toda América Latina (Fernández y Fernández, 2007). La educación es un buen negocio y hay que tratarlo como tal. ¿Y el anverso?
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°El control: debe ser jerarquizado, aunque se lo pretenda horizontalizar, donde la libertad de opiniones es restringida a la administración y gerencia, como función permanente en cada una de las etapas del proceso. La producción de una fábrica, el desarrollo tecnológico y los objetos producidos no pueden quedar al antojo de sus operarios; el control involucra pasos como establecer normas, comparar las actividades ejecutadas con las planeadas y hacer las correcciones necesarias desde abajo hacia arriba en la cadena productiva.
Reflexiones finales
La discusión académica procura en todo momento producir espacios de diálogo que permitan el mejoramiento del área a tratar, es por ello que al presentarse una visión del paradigma de la educación en un proceso evolutivo de cambio, se pretende llevar un análisis de la situación actual y futura de la educación en Costa Rica, para procurar desde los espacios socioeducativos una reflexión de cómo des- de tiempos pasados se siguen líneas de pensamiento que se transforman en el sistema por corrientes tecnológicas y de información, junto a una visión diferente de nuevas estructuras educativas y administrativas, las cuales se contextualizan en tiempos de pandemia y pospandemia, según las dinámicas contextuales de los centros educativos nacionales.
Sin duda, al pensar en la gestión administrativa, debemos de concentrar la atención en el gestor y en los principios racionales de los procesos administrativos en las organizaciones educativas, para ir pasando desde los albores de la expansión educativa, hasta los hechos didácticos en esta expansión, junto a las corrientes de pensamiento. Entre la dualidad del cambio, se determina cómo el cambio de paradigma es difícil de erradicar y pervive en la educación que sigue siendo de producción, por ello se mantiene una “modernización” que construye moldes ideales desde los cuales nos medimos, comparamos y se establece el deber ser; mientras el sistema escolar debe de evolucionar en estrecha relación con los tiempos actuales.
Un proceso de gestión educativa exitoso se debe de visualizar con profundidad, en función no solo de los intereses economistas, sino también del individuo y del desarrollo personal del mismo, en procura de personas exitosas en todos los ámbitos personales y pensado en organizaciones educativas exitosas, para dar respuestas a un contexto de cambio permanente, en el cual las habilidades blandas, el conocimiento, las competencias relacionadas con las tecnologías digitales se han convertido en unas de las más valoradas para el desarrollo, la integración social y la construcción de un mejor espacio inclusivo e igualitario.
El valor de considerar la dualidad intacta: fidelidad en el sistema educativo
El teorizar administrativo y el de finanzas corporativas se deben considerar en y para el proceso educativo, como fidelidad al lado del reverso que respeta el anverso. Un director o directora de un centro educativo es un director financiero, cuyo centro operativo es la organización viviente llamada su centro educativo, y como empresa cumple dos condiciones: 1.º debe satisfacer a sus clientes, y crear y vender sus productos con beneficios; y, 2.º para lograrlo debe poseer activos, fábricas, equipos, oficinas, ordenadores y software, marcas registradas, patentes o licencias, laboratorios de ID, etc., y su tarea es ayudar a la empresa a decidir qué comprar o vender y cuánto se debe pagar por ellos, orientando en las decisiones de inversión como en las de financiación (Brealey, Myers y Marcus, 2004).
El texto anterior posee dos condiciones: en la primera, se enfatizó tres palabras: clientes, productos y beneficios, son el objeto de estudio del director. En la educación privada, todas las condiciones se cumplen, pese a que no estamos de acuerdo en considerar cliente-producto-beneficio a los estudiantes, pues es igual que llamar clientes a los pacientes en un hospital privado, y se lo hace, con la salvedad de que un cliente merece todo respeto como persona. La segunda condición es la que en los centros educativos se promueven espacios de atención inmediata y de cumplimiento, con poco espacio para la reflexión y el análisis en la atención de las situaciones. El gestor educativo cumple una multivariedad de funciones, incluso fuera de su ámbito de acción, reproduciendo en ocasiones sistemas temporales de acción y no planes consecuentes; según los planes quinquenales que piden a los centros de enseñanza el Ministerio de Educación Pública del país, en los que se delimitan los planes de trabajo anuales, bajo principios de contextualización organizacional.
En lado del anverso, los beneficios, el producto y la clientela, en su conjunto, son personas, y no un objeto donde objetos son estudiados para hacerlos un mejor producto que dé buenos beneficios, sino donde sujetos se van desarrollando como sujetos y forman una sociedad de sujetos. Al menos en teoría. A lo largo de los siglos del expansionismo educativo, inconsciente o conscientemente hemos perdido de vista la razón de ser del ser humano y lo hemos convertido en un objeto que beneficie a un sistema. La gravedad ha recaído en el lado del reverso en exclusiva, pese a que aún en el campo empresarial se sostiene que las empresas que han crecido, deducen Kim y Mauborge (1999), quienes se dedicaron a estudiar más de 30 grandes empresas en un período de cinco años. No consideraron como prioridad lo que la estrategia de la competencia valoraba, por el contrario, se fueron contra toda lógica comercial de su momento y se pusieron a la cabeza, sin pretenderlo.
Se considera así que queda claro esta dualidad y fidelidad al reverso y al anverso en la gestión administrativa de la educación: ser, por un lado, un administrador y financiero y, por otro, un educador que gerencia un centro educativo y aprende de las teorías financieras y de las administrativas, pero sobre todo de su vocación pedagógica. Las personas docentes, que hemos estudiado algo de administración, economía y el devenir de sus teorías, hemos descubierto que la gravedad apenas se ha movido en esa realidad humana, para revalidar ese objetivo de las empresas y los centros educativos que es: 1.º ganar dinero con bienes o mejorando los servicios al aportar algo a la sociedad: en la educación pública se espera el presupuesto estatal y lo “ganan” ciertos centros; 2.º que hay que considerar a los competidores y conocer sus estrategias: la educación pública versus la privada y públicas versus públicas; 3.º que hay evitar que le saquen del mercado: cerrar centros o sacar a un director o directora de su puesto porque no cumple con las expectativas, a pesar de a veces ser muy buenos pedagogos, quizá son pésimos administradores o son algo renuentes al sistema; y 4.º que hay que respetar las necesidades de la organización y cuidar los beneficios de los accionistas o dueños: salvo ciertas excepciones donde la presión privada manda, la educación en nuestros países, pública o privada, depende del Estado y los tratados internacionales y de algo que está presente en cada época.
Según la CEPAL (Carlson, 2020), “la enseñanza está profundamente estratificada en América Latina, situación que no corrige sino que perpetúa las desigualdades de ingreso”, y para corregir estas desigual- dades hay que: 1.º elevar las tasas de egreso del ciclo superior de la escuela secundaria; 2.º mejorar la calidad de la educación pública para que los países y los individuos puedan competir en igualdad; 3.º ajustar la educación postsecundaria para que se relacione con las necesidades del mercado laboral y la productividad nacional. Así, “los trabajadores del futuro, los sectores públicos y privados deben atender a la capacitación y al mejoramiento de la productividad de los trabajadores que ya forman parte de la fuerza laboral”. Esto es el algo.
El éxito (norteamericanizar, según las teorías productivas) educativo, desde este algo, es el mejoramiento educativo para el mercado laboral que demanda el sector privado y que se mide en alcanzar objetivos que el sistema laurea, pero que no considera para nada a los sujetos o que son, al fin y al cabo, dispensables. No obstante, no pocos reconocen (Ramírez, 2019, p. 47) que “el éxito de un administrador no está correlacionado con lo que le enseñaron, ni con la brillantez académica ni con su interés personal en poner en práctica lo que aprendió”, aspectos que son importantes, “pero están condicionados por características de personalidad y por el modo personal de actuar de cada quien”. Podemos interpretar que tenemos la opción de escoger nuestro centro de gravedad, reverso o anverso, y convertirnos: o en gerentes de la fábrica educativa que hace muñecos y muñecas o usar todos los principios, bien conocidos, y volver a la raíz que nos llevó, quizá, a ser lo que somos: educadores en función administrativa que ayuda para que la vocación de educadores no sea trillada por un arado mercantil.
Desde los tiempos pasados, las obras educativas ya abogaban por los cambios de paradigma sobre la administración educativa, pues las formas tradicionales no eran capaces de responder a las necesidades de los sistemas educativos actuales (Puelles, 2020, p. 57), la globalización ya formaba parte de las discusiones sociales y se avistaban los cambios provocados por los avances tecnológicos. En aquella época se empezaba a abogar por procesos administrativos de alto nivel para los centros educativos relacionados con los nuevos objetivos de la educación, los cuales consideraban “cada vez más numerosos y complejos, e incluso, a veces, contradictorios o difícilmente conciliables” (Puelles, 2020, p. 57). En consecuencia, la administración educativa se vio retada a evolucionar
El momento educativo actual requiere de grandes e importantes decisiones a nivel político. Decisiones que, por la envergadura alcanzada por los sistemas educativos, la cuantía de los medios involucrados y sus repercusiones sociales no pueden ya ser dejados a la intuición o la improvisación. Requieren una Administración que sepa formular opciones responsables basadas en una información cierta, fruto de la utilización de métodos y conceptos analíticos apropiados. Análisis que debe permitir, con garantía razonable de certeza, el conocimiento de lo que sucede en el interior del sistema y la apreciación de los resultados obtenidos tanto en él como en su entorno. Requieren igualmente la utilización de una organización adecuada que asegure una maximalización de la eficacia de los recursos disponibles. En definitiva, hay que administrar con garantías de acierto, empleando para ello las mejores técnicas hoy disponibles, perfeccionándolas y procurando la obtención constante de otras mejores. (Puelles, 2020, p. 57)
Como reflexión final, en tiempos actuales donde se vive bajo los criterio sociales y mundiales de la crisis de la pandemia, la misma ha significado una transformación socioeducativa, evidenciado vacíos sustantivos en la puesta en práctica del ejercicio profesional de los gestores de la educación y los educadores; lo que implica la necesidad de un replanteamiento de la visión de la administración de la educación, la formación de nuevos líderes educativos del país y la reformulación de las organizaciones de enseñanza en todos sus niveles. Ante esto, no es inoportuno tener planes de acción en la formación para la atención de situaciones de incertidumbre que han presentado los contextos educativos en momentos de crisis.
Referencias
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Fechas de Publicación
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Fecha del número
Jan-Jun 2023
Histórico
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Recibido
12 Oct 2022 -
Revisado
18 Nov 2022 -
Acepto
25 Nov 2022