Resumen
El presente artículo aporta nuevos datos a la caracterización del habla de los niños costarricenses de 2 a 6 años, mediante la descripción de la función y el significado de los adverbios y las locuciones adverbiales usados en discursos narrativos inducidos. Desde el punto de vista metodológico, la presentación de los datos sigue, grosso modo, la clasificación adverbial de Seco (1975), quien distingue adverbios calificativos y determinativos; esta decisión se fundamenta en la posibilidad de comparar los datos del presente estudio con los de Aguado Alonso (2000), autor que optó por el mismo criterio de análisis. Como parte de resultados generales se precisan los porcentajes de uso (63,70 % de adverbios pronominales y 36,29 % de nominales) y se explica detalladamente que evidencia los procesos adquisitivos de esta categoría gramatical.
Palabras clave: Habla infantil costarricense; adquisición de la lengua española; producción adverbial.
Abstract
The present article aims to contribute with new data about the characterization of the speech of Costa Rican children from 2 to 6 years old, by the description of the function and meaning of the adverbs and the adverbial locutions, used in oral narrations. From the methodological point of view, the presentation of the data follows, roughly, the adverbial classification of Seco (1975), who distinguishes qualifying and determinative adverbs; this decision is based on the possibility of comparing our data with that of Aguado Alonso (2000), the author who opted for the same analysis criteria. As general results, the sample presents 63,70 % or pronominal adverbs and 36,29 % of nominal adverbs. Based on these data, the adverb's acquisition processes are explained in detail.
Key Words: Costa Rican children's talk; acquisition of the Spanish language; adverbial production.
1. Introducción
Con el propósito de dar respuesta a la pregunta que motiva la presente investigación: ¿Cuáles son los adverbios empleados por los niños y cuál es su función sintáctica y significado?, se describen los adverbios presentes en el corpus infantil de referencia. Esta investigación forma parte de un proyecto mayor, cuyo objetivo es describir los elementos morfosintácticos de la lengua oral de los niños costarricenses de 2 a 6 años de edad, como material básico para la formulación de un test morfosintáctico dirigido a este grupo etario, de conformidad con el proyecto de investigación 745-B6-320, inscrito en la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica.
Según señala la RAE (2010), el adverbio es una clase de palabras muy heterogénea; en la clasificación tradicional se distinguía por su carácter invariable y función de modificador verbal, y con el paso del tiempo y la profundidad del estudio de sus contextos de uso y de las funciones que cumple en el discurso, se fue incrementando hasta constituir un amplio conjunto de unidades, tanto de forma como de función, a las que es difícil asignar propiedades comunes. En consecuencia, los gramáticos ofrecen distintas posibilidades de análisis; en este contexto y para responder al objetivo de esta investigación, se seguirá la clasificación de Seco (1975), quien distingue adverbios calificativos y determinativos; esta decisión teórica se fundamenta en la posibilidad de comparar los datos de la presente investigación con los de Aguado Alonso (2000), investigador que asumió ese mismo criterio de clasificación por considerar, que es el que más aporta desde el punto de vista funcional y semántico, para el estudio de esta categoría gramatical en el proceso de adquisición de la lenguaje.
2. Estado de la cuestión
Este apartado se elabora a partir de los hallazgos de investigaciones específicas sobre el proceso adquisitivo de los adverbios en el habla infantil de niños hispanohablantes, situadas teóricamente desde un enfoque sistémico y procesual. Se incluye la clasificación de los adverbios realizada por Seco (1971), modelo de clasificación que se asumirá en el presente estudio. Además se citan los aportes Murguey (1992), Barriga Villanueva (1994), Aguado Alonso (2002) y Mumetón Ayala et al. (2005).
Seco (1971) en Manual de Gramática Española presenta una clasificación de los adverbios, en la cual distingue adverbios calificativos y determinativos. Los calificativos serán bien, mal, mejor, peor, graciosamente, lindamente; los determinativos se ejemplifican con aquí, allí, hoy, ahora, apenas. Los determinativos se subdividen en dos grupos: los pronominales y los nominales. Los pronominales sustituyen a un concepto sustantivo y los nominales expresan cualidades o determinaciones absolutas. Entre los adverbios pronominales se distinguen los interrogativos (dónde, cómo, cuándo, cuánto), los demostrativos (sustituyen el nombre de un objeto señalado por el hablante: aquí, ahí, allí, acá, allá, ahora, entonces, ayer, hoy, mañana, así, tal, tanto), los relativos (donde, como, cuando, como, cual, cuanto), los indefinidos (en alguna parte, a alguna parte, alguna vez, siempre, jamás, nunca, algo, nada, acaso, tal vez, quizá). Algunos ejemplos de adverbios nominales son los siguientes: bien, mal, mejor, peor, alto, bajo, duro, los terminados en -mente: buenamente, encima, debajo, delante, detrás, dentro, fuera, lejos, arriba, abajo, adelante, atrás, adentro, afuera, antes, después, mientras, pronto, tarde, temprano, mucho, poco, bastante, demasiado, apenas, casi, más, menos, medio, necesariamente, absolutamente, ciertamente, también, tampoco. Cada uno de estos grupos puede reclasificarse según el significado que exprese: lugar, tiempo, modo, cantidad. Además, dicho autor adiciona la categoría de adverbios oracionales, aquellos que equivalen a una oración entera: sí, no y quizá.
Mumetón Ayala et al. (2005) estudió longitudinalmente durante un año la producción de deícticos de cuatro niños de 1 año y cuatro niños de 2 años de edad, en situaciones interactivas con sus madres en el hogar. Describe, entre otras cosas, la emergencia de los deícticos según su dimensión semántica (espacial, personal y temporal), su categoría gramatical (pronombres, adjetivos y adverbios) y sus formas morfológicas de género, número y distancia. De este estudio interesa, en particular, los hallazgos relativos a los adverbios. A los 18 meses los niños producen adverbios espaciales que implican cercanía y proximidad: aquí, ahí, allí. A los 24 meses ya se ha consolidado el uso del paradigma de los adverbios espaciales (aquí, ahí, allí) y de los pronombres y adjetivos demostrativos (este, esto, esta), así como también el paradigma del pronombre personal de posesión de primera persona singular (yo, mí, me, mía, mío). Se destaca que los adverbios espaciales emergen antes que el pronombre singular de primera persona yo.
Respecto a los términos que designan el tiempo, el primer ya es producido a los 15 meses por una niña, pero no se vuelve a encontrar sino hasta los 24 meses de una manera consistente. A los 27 meses emerge el adverbio ahora y a los 30 meses, después.
Estos investigadores concluyen que lo constante en todos los niños es que los adverbios locativos de cercanía y proximidad aparecen antes que los demostrativos de lejanía. El pronombre personal de primera persona yo se tiende a utilizar antes que el tú. En la dimensión temporal se consolidan primero los términos que se refieren al presente y posteriormente al futuro. El orden de emergencia de las categorías gramaticales es el de adverbios, pronombres y adjetivos. Puntualmente, los adverbios espaciales (aquí, ahí, allí) son producidos con mayor frecuencia que los adverbios temporales (ahora, después, ya) en ambos grupos. El adverbio espacial de cercanía aquí es el más frecuente, seguido de ahí y el menos prolífero allí. Asimismo, el adverbio temporal ya es el producido con mayor frecuencia, seguido de después y ahora; este último utilizado solamente por los niños más grandes (2 años). En suma, el orden de emergencia de los términos deícticos enuncia un centro deíctico anclado en el hablante, en los objetos cercanos y próximos, y en el momento en el que se realiza la producción del enunciado.
Murguey (1992) realiza un estudio descriptivo-exploratorio sobre el proceso adquisitivo de los adverbios locativos producidos por setenta y dos niños caraqueños de 3 a 6 años, a partir de métodos indirectos -entrevista y test-. Su objetivo es comprobar si el uso de este tipo de adverbios está consolidado a los 3 años, según señalaba la teoría existente en ese momento. Además correlaciona factores sociales y educativos: edad, sexo, nivel de escolarización, estrato socio-económico. Como parte del proceso metodológico de recolección de datos, se evalúa, por una parte, la comprensión de trece adverbios locativos (dentro, detrás, debajo, lejos, aquí, arriba, cerca, afuera, en frente, delante, ahí, allá, encima) con cuarenta y ocho niños, mediante un test y, por la otra, los adverbios producidos a partir de una producción oral inducida de veinticuatro niños.
Los resultados indican que las formas adverbiales con mayores valores de ocurrencia fueron los siguientes: aquí, ahí, allá y las formas con valores menores: encima, adentro, detrás, debajo, lejos, cerca, afuera, atrás, allí, abajo y adelante. Con estos datos se corrobora la aparición temprana de aquí, ahí y allá; pero se encuentran discordancias con investigaciones previas que señalaban que adverbios como encima, arriba, debajo y afuera aparecían también tempranamente. En este mismo orden de ideas, adverbios de adquisición tardía -arriba, dentro, detrás, abajo y acá- aparecieron, de conformidad con el estudio de Murgüey (1992), en las muestras de habla después de los 4 años.
En relación con los índices de comprensión, se indica que los adverbios con mayores valores de producción son a su vez los que presentan mayores valores de comprensión y, por tanto, son de adquisición temprana en el habla infantil. Los datos que ofrece esta investigación parecen indicar que sí existe una secuencia evolutiva dentro los patrones adquisitivos de las formas adverbiales locativas.
Barriga Villanueva (1994) estudia el uso de los adverbios -mente a partir de un corpus conformado por la producción oral de veinticuatro niños (doce de 6 años y doce de 12 años) de estrato socioeconómico medio. Para recopilar el material se grabaron dos sesiones con cada niño, con un mes de distancia entre una y otra, sobre temas relativos a su cotidianeidad.
Los adverbios en -mente son escasos en el habla de los niños de 6 años (una aparición), frente a su relativa abundancia entre los niños de 12 años (diez apariciones). Los rasgos de modalidad, espacialidad, temporalidad o cantidad que subyacen a estos adverbios resultan difíciles de comprender para los niños que inician la escolaridad. Los adverbios en -mente encontrados en el habla de niños de 6 años fueron nuevamente (tiempo), solamente y exactamente (modo). La investigadora rescata que estos adverbios indican una mayor conciencia del niño respecto del contenido del discurso. “Hay una subjetividad más involucrada que se manifiesta en el cuidado del niño por precisar su información, de objetivizarla, en el sentido de hacerla más cercana a su interlocutor” (Barriga Villanueva, 1994, p. 568)
Por su parte, los niños de 12 años incluyen una gama superior de posibilidades expresivas y valorativas focalizadas en matices de frecuencia temporal -únicamente, constantemente, sucesivamente-, en la incorporación de lo probable, posible y real, -difícilmente, posiblemente, realmente-, en el énfasis de rasgos emotivos de una acción -desafortunadamente, desgraciadamente-
El total de adverbios presentes en este corpus es el siguiente: aproximadamente, constantemente, desafortunadamente, desgraciadamente, difícilmente, directamente (3), exactamente (4), inclinadamente, ingenuamente, inmediatamente, lógicamente, nuevamente, posiblemente, precisamente, principalmente, rápidamente, realmente, sencillamente, solamente (13), sucesivamente (4), últimamente (5). Cabe señalar que el adverbio más recurrente fue solamente, utilizado algunas veces en función de conector pragmático.
Aguado Alonso (2002) en su obra básica para los estudios del lenguaje infantil, El desarrollo del lenguaje de 0 a 3 años, presenta una amplia reseña sobre el lenguaje infantil, transitando por las etapas prelingüística y lingüística, y el desarrollo de cada uno de los componentes de la lengua (léxico, fonológico, semántico y morfosintáctico). El objetivo de este autor es describir de manera pormenorizada el lenguaje del niño antes de entrar al segundo ciclo de la educación infantil, según la organización curricular española. Este estudio se basó en un corpus aportado por treinta y cinco niños de 2,6 años aproximadamente. El material se recogió en un ambiente denominado “La casita”, espacio apto para el juego y la elicitación de textos orales, con apoyo de un adulto cercano.
Los adverbios se describen según la clasificación realizada por Seco (1975). El autor encuentra que los niños de 2,6 años poseen un dominio casi absoluto de los adverbios pronominales demostrativos (que representan el 87,47 % del total de los adverbios) y más de la mitad son adverbios oracionales: sí y no. Esta cuantiosa presencia indica que la principal función que cumplen estas palabras es la deíctica. De acuerdo con la distribución de los adverbios, a partir del criterio de clasificación mencionado, distingue tres grandes grupos de adverbios presentes en su corpus: deícticos, cuantitativos y oracionales.
La dexis más frecuente es la que refiere a adverbios de lugar, los más numerosos son aquí y ahí (64,31 % y 24,07 %, respectivamente del total de adverbios demostrativos de lugar). Seguida de la deixis de tiempo, representada básicamente por los adverbios ahora y ya (59,03 % y 33,15 %, respecto del total de adverbios de tiempo) y así, corresponde al 100 % de los adverbios de modo.
En este corpus casi no se registran adverbios que señalan lejanía (allí y allá), la cual difiere de los resultados de Clark (1985), citada por Aguado (2002), que equipara los adverbios aquí y allá en cuanto al momento de adquisición y a su frecuencia. A partir de los 2,6 años, los niños investigados emplean otras especificaciones adverbiales como: luego (empleado por el 40 % de los niños), mañana y ayer.
Por otra parte, se emplean los adverbios pronominales interrogativos dónde (registrado en el 71,43 % de los sujetos), cómo (usado por el 28,57 %) y cuándo, usado este únicamente por una niña. En cuanto a los adverbios pronominales indefinidos, su uso es infrecuente, no se encuentra ninguno de lugar, la mayoría es de tiempo (luego). Los adverbios pronominales relativos más utilizados son como (usado por seis niños de treinta y cinco) y con menos frecuencia cuando y donde.
Respecto de los adverbios cuantitativos, el de mayor empleo es más (81,82 % de todos adverbios nominales de cantidad). Los adverbios nominales que señalan la cuantificación plena: mucho y todo; nula: nada e intermedia: poco, aparecen con muy poca frecuencia. La categoría de adverbios nominales más representativa corresponde a los de lugar, que presenta la característica de variedad, pero con una frecuencia baja. Los adverbios calificativos registrados son bien, solo y mal. Su frecuencia de uso corresponde a los porcentajes 76 %, 37,14 % y 11,43 %, respectivamente.
En suma, los resultados de estas investigaciones permiten, mutatis mutandi, establecer comparaciones entre los procesos de adquisición del adverbio de los niños costarricenses y los resultados aquí mencionados.
3. Metodología
Tal como se anotó en páginas precedentes, se toman del corpus oral de niños de 2 a 6 años (proyecto de investigación 745-B6-320, Test morfosintáctico para niños costarricenses menores de 6 años), los contextos en que aparecen adverbios y locuciones adverbiales, con el propósito de describir sus usos. Este corpus está formado por textos orales producidos por treinta y ocho niños de 2 a 4 años de edad y otros cuarenta niños de 4 a 6 años, constituidos en la población que conformó la muestra. Esta población se dividió en ocho grupos, cada uno con una diferencia de edad de 6 meses: 1) 2 a 2,6; 2) 2,7 a 3; 3) 3 a 3,6; 4) 3,7 a 4,0; 5) 4 a 4,6; 6) 4,7 a 5,0; 7) 5 a 5,6 y 8) 5,7 a 6.
Con el propósito de establecer algún tipo de comparación entre los datos del presente estudio y los de Aguado Alonso (2000), se sigue la misma organización descriptiva, ya que, en términos generales, se guardan similitudes en la conformación del corpus.
De conformidad con la clasificación aportada por Seco (1975), se especifica la clasificación funcional y semántica de los adverbios.
3.1. Clasificación funcional
Los adverbios calificativos expresan el modo en que se realiza la acción verbal y se unen preferentemente con verbos; la mayoría de ellos se forman con el sufijo -mente.
Los adverbios determinativos concretan las circunstancias de la oración; dentro de estos se distinguen los nominales y los pronominales.
Los adverbios nominales expresan un significado independiente del lugar y del momento de habla; dicho de otra manera, expresan cualidades o determinaciones absolutas, como: arriba, cerca, encima.
Los adverbios pronominales tienen una significación variable en relación con la posición que tenga la persona que habla. Los ejemplos más frecuentes son: ahí, aquí, dónde, hoy, etc. Los pronominales se subdividen en interrogativos, demostrativos, relativos e indefinidos. Los interrogativos se ubican en vez de un concepto sustantivo no conocido, por el cual se pregunta: dónde, cómo, cuándo, cuánto. Los demostrativos sustituyen el nombre de un objeto señalado por el que habla: ahí, aquí, entonces, mañana, etc. Los relativos refieren a un antecedente: donde, cuando, como, cuanto. Los indefinidos son aquellos que no concretizan la situación referida: algo, siempre, nunca, etc.
3.2. Clasificación semántica
Esta clasificación divide los adverbios en los de lugar, tiempo, modo y cantidad, además de los de afirmación, negación y duda.
Los adverbios de lugar señalan una circunstancia espacial de la acción verbal, algunos ejemplos: abajo, afuera, allá, etc.
Los adverbios de tiempo expresan una circunstancia temporal de la acción verbal y se unen solo con verbos, como ejemplo sirvan los siguientes: ahora, pronto, ayer, cuando, después.
Los adverbios de modo expresan la forma en que se realiza la acción verbal y se unen preferentemente con verbos, por ejemplo: así, bien, como, etc.
Los adverbios de cantidad expresan el grado, medida o la intensidad de la acción verbal; algunos ejemplos: bastante, cuanto, poco, algo, etc.
Los adverbios de afirmación sirven para asegurar o dar firmeza a la acción verbal. Algunos ejemplos: sí, seguramente, efectivamente, claro, etc.
Los adverbios de negación se usan para decir que una cosa no existe, no es verdad o no es correcta. Algunos ejemplos: nunca, tampoco, no, etc.
Los adverbios de duda expresan falta de seguridad, tales como: quizá, probablemente, etc.
4. Análisis de datos
En el análisis de los datos se describe el comportamiento de los adverbios determinantes pronominales, determinantes nominales, adverbios calificativos y adverbios oracionales. Además, se incluyen locuciones adverbiales que aparecen en el corpus.
4.1. Adverbios determinantes: pronominales y nominales
En primera instancia, se muestra la Tabla 1, la cual cuantifica los adverbios presentes en todo el corpus, indistintamente de la edad de los niños, con el propósito de exponer la configuración de los adverbios en la producción oral de los niños.
4.1.1. Adverbios pronominales
a) Adverbios pronominales: demostrativos
Los adverbios demostrativos pronominales, cuya función principal es la deixis, o sea la enunciación de elementos lingüísticos que establecen una relación entre el lenguaje y el contexto espacial-temporal creado y mantenido por el acto comunicativo como la referencia del hablante, son los más numerosos en el corpus objeto de estudio. En este contexto los adverbios de lugar son los más abundantes (46,28 %), seguido de los de tiempo (39,91 %) y luego los de modo (13,80 %); resultado similar encontrado por Aguado Alonso (2000) y Mumetón et al. (2005), en el sentido de que la dimensión espacial prima sobre la temporal y la personal, en frecuencia de uso y en la secuenciación evolutiva de la adquisición de este tipo de palabras.
Los adverbios pronominales de lugar más frecuentes son aquí y ahí, seguidos de allá. Nótese que el locativo de cercanía es el que predomina en el discurso del niño: se enuncia con preferencia algo que está cerca del hablante, en detrimento de los adverbios de lejanía, representados por allá.
Los adverbios pronominales de tiempo están representados por ahora, ya, entonces, hoy y ayer. Ahora se utiliza para situar una acción o un evento, sola o acompañada por la conjunción y. A continuación dos ejemplos como muestra:
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[1] SAN: Y es que ahora están dando una [x 3] película de lo:s [//] de unos gatos. (G. 8)1
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[2] SAN: Un hámster, una tortuga y ahora tengo un solo perro y un pez. (G. 8)
El adverbio ya es usado por los niños con diferentes matices semánticos: ahora mismo, con sentido de finalidad, a con el significado de ahora, en tiempo u ocasión pasada y con proyección de futuro. A continuación algunos ejemplos:
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[3] ALL: Yo vivo desde hace años ahí pero ya me [//] pero ya nos van a destruir la casa. (G. 8)
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[4] ANT: Y mantis y mantis murió ya .
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[5] ANT: Pero cuando ya estaban casi todos muertos se ponía celeste.
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[6] SAN: Y ya casi voy para primero.
La palabra entonces, usada desde los 2 años, es prolífera en contextos de narración de cuentos, historias o para continuar una conversación, en función de marcador continuativo. El otro uso, como adverbio que remite a una coordenada temporal -en aquellos días, en aquella época- no ha sido incorporado en el discurso infantil, según los datos de muestra. Algunos ejemplos son los siguientes:
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[7] MAJ: Y entonces [/] entonces Duke quitó a [/] a Max cuando [/] cuando Katie se fue verdad le [/] le dijo que se siente porque si no se va arrepentir porque ella iba a botar el tele <y entonces> [x 2] le dijo “echado y obediente”.
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[8] CAM: No creo que pasar, que se vean (.) gradas. Entonces (..) mira, puse aquí, suben las gradas. (G. 1)
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[9] NIC: Se ab(r)ió eso y entonces es el pa(r)que de nosot(r)os. (G. 1)
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[10] IRE: Porque quería casarse con la vaca, la vaca quería casarse con el perro, pero el gato era más lindo, entonces el perro decidió casarse con la vaca. (G. 5)
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[11] MAJ: Como se enojó tanto entonces llegaron allá al parque verdad. (G. 8)
El adverbio hoy, con once apariciones, es usado por los niños de todos los grupos: Hoy no la pediemos [: trajimos] [*]. (G. 1) / Hoy mi mamá me estaba contando que el lobo feroz (…). (G. 4)
Ayer, con frecuencia total de 8, aparece por primera vez a los 3 años y es usado en concordancia con el verbo en pretérito, tal como se ejemplifica a continuación:
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[12] EMMA: Ayer yo tenía gomito [: vómito] [*]. (G. 4)
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[13] SAN: Ayer , el domingo, fuimos a unas piscinas y habían un montón de toboganes. (G. 8)
Siguiendo con los pronominales demostrativos, el único adverbio de modo presente en el corpus es así, usado por todos los niños para señalar algún tipo de relación. Los niños también utilizaron la locución conjuntiva así que, con el propósito de indicar continuación. Algunos ejemplos son los siguientes:
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[14] PAU: Juguetes, un chunche [?] que es así con un tubo como de ese tamaño.
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[14] ANT: Así que al final [//] pero aún no le he dicho todo.
b) Adverbios pronominales: interrogativos y relativos
Los adverbios pronominales interrogativos y relativos empleados por este grupo de edad son cuándo, cómo y dónde y sus correspondiente relativos como, donde y cuando. El más frecuente es el adverbio pronominal relativo como, utilizado con significado de atenuación, comparación y manera; seguido de cuando, referido al tiempo y donde a lugar.
El adverbio pronominal relativo como se utiliza para construir diferentes oraciones: oraciones subordinadas (Está como creo que va aquí. G. 5), comparativas (Ella hace unos trucos como igual. G. 5; Como para ser, como una mayor de edad. G. 6; Y las ruedas son como rosadas. G. 6; Que es como un conejo. G. 6; yuxtapuestas: Como no los vio, se cortó diez puntadas. G. 8
El adverbio relativo cuando fue usado en varios contextos sintácticos, a saber: oraciones relativas explicativas: La semillita cuando nació se comió un poquito de abono. G. 5; El que le dije, cuando comenzó que la niña no podía volar. G. 6; Uno que hace que la punta cuando se quiebra sea más grande. G. 7; como sustituto de oración coordinada: Pero cuando él pasó no pudo tirar la bola él y ella. G. 5; oración final: Y siempre tienen algo aquí para que uno cuando se detenga se haga así. G. 6, y oración sustantiva: Y entonces los pajaritos cuando vieron que (…). G. 7; Es que como si no vamos a la iglesia. G. 7; Cuando cae el agua no sabe que ahí está el tiburón y vieras que le arranca esta parte. G. 8; Que tenía un tumorcillo y cuando se caía era que estaba llorando G. 8; Yo no sabía que se duplicaban cuando se morían. G. 8; A mí nada más me gusta cuando sale la Scarlet. G. 8
El adverbio relativo donde se emplea en distintos contextos sintácticos como sustituto de oraciones yuxtapuestas (Y entonces donde un príncipe, un príncipe la salva. G. 6), sustantivas declarativas (Ahí es donde viene el gordo, viera. G. 5) y oraciones finales (Entonces le marcaron la cola para que la muerda en donde le marcaron verdad. G. 8).
En el siguiente ejemplo se observa el uso de los adverbios relativos como, en una oración comparativa y donde introduciendo una oración relativa.
Una cabina es como una casa temporal hasta que te vas de Jacó o de otras ciudades y luego regresa(s) a la casa a la casa donde tú vives. (Texto emitido por una niña del G. 8)
Por su parte, los adverbios pronominales interrogativos se actualizan mediante la producción de oraciones interrogativas, presentes en el habla infantil desde los 2 años, y tienen diferentes funciones (solicitar información al interlocutor adulto, incorporar al interlocutor adulto en la interacción verbal y concluir con un “no sé qué más”). En particular, la función de los adverbios pronominales interrogativos: cómo, dónde, cuándo es la siguiente:
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Situaciones en que el niño desea saber alguna cosa durante del proceso de interacción comunicativa y, por tanto, recurre al adulto como fuente de información. Esto se presenta desde el primer grupo de edad. Algunos ejemplos son los siguientes: ¿Cómo se llama él? y ¿Adónde se apaga? (G. 1), Aunque sean con [//] ¿cómo se llama eso que se les echa a los (…)? (G. 7)
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Situaciones en las que el niño interrumpe su participación para incorporar al interlocutor adulto mediante una pregunta: ¿Sabe cuántos perros habían enfermos? / Y después, sabe ¿cuántas naves llegaron, adivina adivinador? (G. 8)
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Durante el proceso de la narración de cuentos el niño emite enunciados interrogativos, en consonancia con las funciones de los diferentes personajes: Había una vez que había un osito que e(s)taba poniendo una camiseta y llega pa(r)ado a(l) patio (.) y qué e(s)tá hacendo [: haciendo] (G. 7).
c) Adverbios pronominales: indefinidos
Los adverbios determinativos indefinidos presentan una frecuencia muy baja en la totalidad del corpus y su representación se concreta a tres vocablos: nada (de cantidad), nunca y siempre (de tiempo). El primero, nada, aparece en función de pronombre indefinido neutro y como adverbio únicamente formando parte de la locución adverbial nada más , con el significado de solamente, con una frecuencia de veintiún apariciones en el total del corpus. Como se muestra los siguientes ejemplos:
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[15] IGN: Uno nada má [: más]. (G. 1)
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[16] SEB: Nada más me sé esas dos cosas. (G. 4)
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[17] TAM: No le hacía nada. Nada más le [//] ella se convertía en una viejilla. (G. 5)
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[18] MON: Y no se dieron cuenta nada más las compañeras y un día llegó que las adoptaron. (G. 6)
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[19] NAH: Pero nada más que ella no sabe leer. (G. 7)
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[20] ALS: Sí, somos amigas nada más que ella no quie(r)e con nosot(r)os. (G. 8)
Por su parte, el vocablo nunca aparece por primera vez, con frecuencia 2, en el grupo 4 (3,7 a 4,0): “Nunca me hundo (.) porque nado con mis pies como en la piscina”. La presencia de este adverbio se constata en los siguientes grupos y es usado para indicar ninguna vez o en ningún tiempo: Nunca me duelen los dientes / Nunca la había escuchado / Nunca congelan / El lobo nunca va a la casa. En total, la frecuencia de esta palabra es de veintitrés apariciones en el corpus general.
El adverbio siempre, con el sentido de en cualquier tiempo, es usado por los niños a partir del tercer año de vida y su función es de modificador oracional, con una frecuencia total de cuarenta y seis apariciones. Un ejemplo se observa a continuación:
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[21] SEB: Eso es lo que voy a hacer siempre que alguien me molesta o me pega o algo así. (G. 4)
En este mismo orden de ideas, se usaron las locuciones adverbiales: para siempre, por siempre y como siempre. Las dos primeras en el contexto del cierre de los cuentos infantiles y la tercera con la intención de reafirmar una situación que se da repetidamente. Algunos ejemplos son los siguientes:
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[22] SAN: Y antes vivieron felices para siempre . (G. 4)
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[23] IRE: Y vivieron felices por siempre, pero la señorita se casó también. (G. 5)
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[24] JOS: Es que yo tenía un Wii y yo tenía un disco de [/] de Ben diez, pelo [: pero] [*] como siempre ella me lo &qui [quitó]. (G. 7)
De conformidad con los datos, los pronombres indefinidos de tiempo siempre y nunca aparecen tempranamente en el proceso de adquisición de la lengua y su rentabilidad obedece a que forman un eje de contrarios, en el que uno se opone al otro: algo no realizado en ningún tiempo frente a algo realizado o por realizar en cualquier tiempo.
Por otra parte, prácticamente no se usa ningún adverbio indefinido de cantidad, con excepción de nada como parte de la locución adverbial nada más, con el significado de solamente. Esto podría deberse a que el valor semántico de adverbios como algo (con significado de poco, con poca intensidad) y nada (con significado de en grado mínimo de la cualidad denotada por el adjetivo o el adverbio al que modifica) no se percibe porque el niño cuenta en su inventario léxico con el adverbio poco y la locución adverbial un poco; por tanto, algo y nada se usan solo con el valor pronominal: No sé nada / Tengo algo.
4.1.2 . Adverbios nominales
Los adverbios nominales corresponden a aquello que representa un significado independiente del lugar y momento del habla y expresan cualidades o determinaciones. En total se emitieron, sin que mediara una intención inducida por el adulto, once adverbios de lugar distintos, trece adverbios de tiempo distinto, ocho de cantidad y dos de modo, también distintos, tal como se muestra en la Tabla 2.
Los nominales locativos
Los adverbios de relación locativa, de ubicación y direccionales, presentan un inventario variado que se va ampliando a medida que aumenta el rango de edad de cada grupo. Los adverbios de dirección: arriba/abajo, adentro/afuera forman parte de la competencia comunicativa de los niños desde los 2 años de edad. Los locativos de ubicación también son de aparición temprana y se mantienen constantes en todos los grupos: cerca/lejos, encima/debajo, atrás, detrás, dentro. El correspondiente antónimo de atrás, adelante, es de aparición tardía: se actualiza en el corpus en el último rango de edad.
Los nominales temporales
Respecto de los adverbios de tiempo, el más utilizado durante el período de 2 a 4 años es después, usado por los niños para añadir información a sus textos orales, principalmente la narración de un cuento o una experiencia personal. A partir de los 4,6 años se añade, con la misma función, luego, solo o antecedido por la conjunción y. Algunos ejemplos se muestran a continuación:
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[25] ADU: ¿Quiere que le limpie las manitas Lara? (G. 1)
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LAR: (..) Y de(s)pué(s) de B(l)ancanieve(s).
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[26] ALL: Y después hay un gordote en una piedra vieras qué gordo! (G. 8)
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[27] VAL: Y después Gargamel hace una poción para atrapar algún pitufo. (G. 4)
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[28] ISA: Y había una vez que el oso se (a)gachó y luego se go(l)peó. (G. 2)
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[29] ADU: Y para qué la llevó al castillo? (G. 5)
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SAM: (..) Y luego [//] pero Ana llevó al castillo que no era de [/] de hielo y xxx que sí llevó al castillo que sí era de hielo. Y luego la otra hermana le dijo que hacieran [: hicieran] [*] una pócima.
La diversidad en el inventario de adverbios nominales de tiempo, según se muestra en la Tabla 2, se incrementa a partir del tercer año de vida. A los 5 años el vocabulario de los niños es más numeroso, razón que explica la presencia de los adverbios mientras, apenas y pronto, este último usado como parte de la locución adverbial “de pronto”, con el significado de apresuradamente. El adverbio apenas se usa con dos valores: con el significado de solo y de en cuanto, y mientras, refiere al tiempo que transcurre durante la realización de una actividad.
De pronto
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[30] MON: Y de pronto : subió al árbol y después se lastimó. (G. 8)
Mientras
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[31] PAU: Sí y mientras que yo que yo me voy imaginando así que que están haciendo cosas y todo eso me yo voy haciendo artes. (G. 8)
Por otra parte, el adverbio de tiempo todavía (con una frecuencia de quince apariciones) aparece por primera vez en el grupo 3, y su función es modificar una oración o un enunciado para indicar que una acción no se ha realizado o que no se desea su realización en el momento de la enunciación, sobre todo teniendo como referente el texto del interlocutor, tal como se ejemplifica a continuación:
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[32] THI: <ya voy> [/] es que todavía no he servido el sirope. (G. 3)
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[33] ADU: ¿Ya sabés nadar? (G. 5)
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EMI: Todavía no.
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[34] ADU: ¿A vos te gusta coser? (G. 6)
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JOS: Sí pe(r)o todavía no sé.
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[35] MAT: Mi perro la pegó, pero todavía no ha tenido los pe los perritos. (G. 6)
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[36] ADU: Feli, ¿qué te parecce si vamos recogiendo? (G. 4)
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FEL: Todavía no.
El adverbio nominal de tiempo de adquisición más tardía es antes, con el significado de algo sucedido en tiempo pretérito, pues aparece por primera vez en el grupo 6, que corresponde a los 4,6 años de edad, y tiene una representación muy baja en el corpus, ya que aparece solo seis veces. A continuación algunos ejemplos:
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[37] ALL: Y nos contaron, antes no sabíamos de esa película. (G. 6)
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[38] AND: Ento(n)ces me cosieron la nariz. Pero aquí no. (G. 7)
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AND: Ahora, antes me estaba echando una crema.
El adverbio, en su calidad de palabra que modifica a verbos, adjetivos y adverbios o a grupos nominales, verbales o adjetivales, constituye un recurso lingüístico que contribuye a la precisión en las interacciones comunicativas. En este sentido, los adverbios de tiempo concretizan las representaciones temporales en presente, pretérito y un futuro inmediato. De esta forma, un estudio que pretenda describir el uso del tiempo en el habla infantil tendrá que considerar necesariamente los adverbios de tiempo, su uso y funciones en el discurso de los más pequeños.
Los nominales cuantitativos
Los adverbios cuantitativos expresan cantidad, grado o intensificación y modifican al adjetivo o a otro adverbio. La Nueva Gramática de la Lengua Española (2010) distingue cuatro subclases: los adverbios indefinidos -algo, bastante, demasiado, nada, poco, más, menos, suficiente, cuanto, mucho-, estas palabras se consideran adjetivos cuando modifican a los sustantivos o grupos nominales, pero adverbios cuando modifican verbos, adjetivos o verbos; los adverbios que expresan gradación o intensificación: sobremanera, bien, regular (estos dos últimos cuando actúan como modificadores -bien rico-); locuciones adverbiales con significado de ponderativo o evaluativo: a más no poder, al máximo.
En el corpus aparecen los adverbios nominales de cantidad: más, mucho, muy (forma reducida de mucho), poco, demasiado, apenas, bastante y casi. De estos, el cuantificador más empleado es la palabra más, con una representación porcentual de 42,45 % del total de adverbios presentes en el corpus. En el grupo 8 se usa como comparativo ante adjetivos, adverbios, verbos, sustantivos contables y no contables; también aparece como parte de las locuciones adverbiales: “nada más” (ejemplo 38), “más o menos” (ejemplo 39) y “entre más” (ejemplo 37), que corresponde a la locución normativa “cuanto más”, en oraciones comparativas y en construcciones interrogativas después de qué o cuál (ejemplo 40). Además, se encuentran ejemplos de oraciones comparativas: Y él dice que (.) que quiere más a Luna que a Ámbar (G. 6). No obstante, el uso más frecuente es como intensificador de adjetivos: Vieras está enamorado de la mujer más bonita del mundo! / Es igual la que contó, pero más diferente. (G. 6) / Después cuando sea más grande voy a venir a otro kínder. (G. 4).
El comportamiento de las locuciones es variado, la más frecuente es nada más, seguida de entre más y, por último, con frecuencia 1: más o menos. A continuación algunos ejemplos:
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[39] AAR: Nada más tengo un hermanito. (G. 5)
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[40] ANT:Entre más se duplicaban y yo no lo sabía.
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[41] ALE: Y (.) bueno tengo (.) más o menos de punte(r)ía en básquetball.
Como ejemplo del uso de más en construcciones interrogativas:
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[42] ANT: Y: para ver qué más (.) y tengo un jueguillo ahí que es de: de cómo era?
Continuando con el inventario de adverbios cuantitativos, muy ocupa el segundo lugar de frecuencia en el corpus, con un porcentaje de 35,54 %, antepuesto a adjetivos y adverbios, tal como se muestra en los siguientes ejemplos:
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[43] ISA: Po(r)que e(s)tá muy poquito de arriba (.). (G. 2)
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[44] VIC: Mmm no porque (es)tá mu(y) pesado. (G. 3)
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[45] SAU: Y el pájaro se ponió [: puso] [*] muy enojado. (G. 4)
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[46] SAN: Aquí se le hició [: hizo] [*] muy pequeña la nariz. (G. 4)
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[47] AAR: Yo tengo un capitán América muy grandísimo. (G. 5)
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[48] CAT: Unos conejos que viven pero muy lejos. (G. 7)
En este mismo orden, muy aparece intensificando la locución verbal “caer bien ”: Porque ella porque le [/] le cae muy bien y le da besitos en el cachetito. (G. 5). El resto del inventario relativo a los adverbios de cantidad (mucho, poco, casi, bastante, sólo, demasiado, apenas) aparece en el transcurso del proceso adquisitivo con frecuencias muy bajas, o sea de manera esporádica, representado en su conjunto por el 22,01 % del total de adverbios; sin embargo, es oportuno resaltar algunos usos de estas palabras.
Casi: En todos los grupos de edad analizados, el adverbio casi, con una frecuencia de veinticinco apariciones en total, se usa como modificador oracional con el valor de “por poco”, y cuando se desea enfatizar el enunciado emitido es antecedido por el adverbio ya, con un valor de inminencia.
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[49] CAM: Ya casi lo voy a gua(r)dar! (G. 1)
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[50] SAU: Y entonces casi se comen a los pájaros. (G. 3)
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[51] ELE: Ya casi va a empeza(r) la canción de vi(d)a. (G. 5)
Poco: El adverbio poco se utilizó desde el primer grupo de edad como parte de la locución adverbial un poco, denotando cantidad pequeña o grado no elevado. También como locución adjetiva, modificando una frase nominal y, finalmente, aparece en un caso la locución adverbial “poco a poco” en el grupo de edad de 4,6 a 5 años. La frecuencia de este adverbio es de dieciocho apariciones; seguidamente algunos ejemplos ilustrativos:
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Un poco en función de modificador de un adjetivo:
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[52] VIC: Bien: (.) pero un poco (.) llorón. (G. 2)
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[53] SEB: La [/] que es un poco amarillita no se recic(l)a. (G. 4)
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[54] JPA: Aunque se sienten un poco raros. (G. 5)
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[55] NAH: Sí. No, no. Un poco que no. (G. 7) -Como respuesta a la pregunta: ¿A vos te gustan las zanahorias?
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[56] ANT: El otro que era un pastor alemán (.) este: xxx estaba corriendo y un carro le majó un poco la las patitas. (G. 8)
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[57] MAJ: Sí un poco peleón un poquito malhablado. (G. 8)
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b) Un poco como núcleo de la locución adjetiva un poco:
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[58] JPA: La que nos echa ella ella nos echa un poco de esto. (G. 7)
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[59] JPA: ¿Te doy un poco de miel? (G. 7)
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c) Poco a poco, locución adverbial que indica “despacio, con lentitud”:
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[60] ELE: Po(r)que así va naciendo poco a poco , a poco. (G. 5)
Demasiado: Demasiado, con valor adverbial, antepuesto a un adverbio o a un adjetivo y con significado 'de excesivamente' se encuentra en dos ocasiones. A continuación los ejemplos:
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[61] SOF: Y entonces cuando ella lo vio demasiado lejos lo [/] lo la se puso feliz y se fue corriendo. (G. 6)
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[62] NAH: Porque cuando es^tá m:uy demasiado picante yo tomo agua. (G. 7)
Mucho: La palabra mucho se utiliza fundamentalmente como adverbio modificando verbos, también aparece cuantiosamente en función adjetiva. Del total de apariciones de la palabra mucho, cincuenta y seis corresponden a la función adverbial y ciento nueve a una función adjetiva. A continuación algunos ejemplos de mucho en función adverbial:
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[63] *EMI: Eh [/] él llora much o. (G. 2)
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[64] *SAN: Y él [/] se enojó mucho . (G. 4)
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[65] *MON: Porque aquí yo tengo compañeritos y juego mucho con ellos. (G. 7)
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[66] *ALL: Y porque aquí nos podemos divertir mucho y siempre hacemos cosas divertidas. (G. 7)
Apenas: Es un adverbio de aparición tardía, solamente se encuentran dos ejemplos emitidos por niños de 5 años. Uno de ellos con el significado de solo y el otro con el significado de en cuanto.
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[67] JPA: Así son los leones, tiene apenas un año. (G. 7)
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[68] ANT: Apenas mi papá lo trajo y no sirvió. (G. 8)
El adverbio bastante aparece solamente una vez, en el grupo 8, como corolario del discurso del interlocutor-adulto: ADULTO: Bastante ¿verdad? / NIÑO: Bastante ejército. Este ejemplo ilustra la importancia del uso de la pregunta en la construcción del conocimiento lingüístico en el proceso de adquisición de la lengua. Las estructuras dialógicas construidas en el intercambio comunicativo adulto-niño desembocan en la construcción de estructuras más elaboradas, en el transcurso evolutivo, en un mismo turno de interacción (Cfr. Rojas Nieto, 1992).
4.2. Adverbios calificativos
Los adverbios calificativos, aquellos que expresan el modo en que se realiza la acción verbal, se unen preferentemente con verbo. En el corpus tienen una representación muy baja, pues solamente se encuentran: solo, bien y realmente.
La palabra solo aparece en dos contextos gramaticales: en función adverbial como modificador de una oración o un enunciado, cuya presencia marca una focalización del texto que la precede, y en la colocación solo que con un valor semántico similar al de la conjunción adversativa pero. Los ejemplos siguientes ilustran estos usos:
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[69] ALL: Ni tampo:co sé escribir, solo sé escribir Allison mi nombre. (G. 6)
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[70] ADU: Pero vos no estabas dormida. (G. 4)
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ISA: Sí, solo un poquito.
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[71] PAU: Y un todo grande un tiburón solo que parado. (G. 8)
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[72] BRI: Uno Brandon (.) y tenía un hámster solo que se me perdió. (G. 6)
El adverbio bien aparece básicamente en contextos en que el interlocutor-adulto plantea una pregunta al niño. Recuérdese que la pregunta es uno de los recursos más utilizados por el adulto en el proceso de adquisición de la lengua; el esquema pregunta-respuesta permite al niño hilvanar su discurso (Cfr. Rojas Nieto, 1992). En el corpus son frecuentes las siguientes estructuras: ¿Cómo les fue en gimnasia? Respuesta: Bien / ¿Cómo te portaste hoy? Respuesta: Bien / ¿Cómo le fue en taekondo? Respuesta: Bien / ¿Cómo te portaste en ballet? Respuesta: Bien / ¿Cómo estás? Respuesta: Bien.
Los adverbios en -mente son escasos, solo aparece realmente con frecuencia 1, enunciado por una niña del último grupo de edad: MAJ: Entonces que [///] bueno, realmente no la tengo. Situación similar a la encontrada por Barriga Villanueva (1994) con niños mexicanos de 6 años, quienes solamente emitieron en un corpus de 46 020,00 palabras tres adverbios en -mente.
Conclusiones
Aguado Alonso (2000), con una muestra de niños de 2,6 años, encuentra que sus informantes dominan los adverbios pronominales demostrativos (con una representación del 87,47 % del total de los adverbios) y más de la mitad son adverbios oracionales: sí y no. Estos usos están asociados con la función deíctica que cumplen estas palabras. De acuerdo con el criterio de clasificación usado, el autor distingue tres grandes grupos de adverbios: deícticos, cuantitativos y oracionales (Seco, 1975).
En la muestra con niños costarricenses de 2 a 6 años de edad los adverbios pronominales representan el 63,70 % y los nominales 36,29 % del total de adverbios utilizados por la muestra completa.
Los adverbios pronominales demostrativos, cuya función principal es la deixis, son los más numerosos. En ese contexto los adverbios de lugar (46,28 %) se ubican en primer lugar, seguidos de los de tiempo (39,91 %) y luego los de modo (13,80 %). Al igual que en Aguado Alonso (2000) aquí y ahí son los más frecuentes. Sucede lo mismo al cotejar los adverbios de tiempo, en ambos casos los más frecuentes son ahora y ya; pero en el caso de los niños costarricense, con una muestra más variada, respecto de la edad, el corpus resultante es mayor: ahora, ya, entonces, hoy y ayer. En Aguado Alonso (2000) no quedó evidencia en el documento publicado de los contextos de uso de algunos adverbios y los diferentes matices semánticos con que fueron usados. En la presente investigación se cuidó incorporar estos aspectos considerados básicos y evidenciar los procesos adquisitivos de esta categoría gramatical.
La palabra entonces, presente desde los 2 años de edad, es usada en función de marcador continuativo, al narrar cuentos o continuar una conversación; pero en función adverbial propiamente dicha no hay muestra de su incorporación en los niños costarricenses.
Así, único adverbio de modo presente en el corpus, fue usado por los niños para señalar algún tipo de relación y como parte de la locución conjuntiva así que.
Los adverbios pronominales interrogativos -dónde, cómo y cuándo- son utilizados por todos los niños de la muestra costarricense en la producción de oraciones interrogativas, básicamente para solicitar información al interlocutor adulto y en la interacción al concluir con un “no sé qué más”. Los correspondientes relativos -donde, como, cuando- aparecen tempranamente y fueron también identificados por Aguado Alonso (2000) en las muestras de habla de los niños de 2,6 años. El uso de como es abundante para construir oraciones comparativas y yuxtapuestas.
Los adverbios pronominales indefinidos de tiempo: siempre y nunca aparecen desde los primeros rangos de edad y su rentabilidad obedece a que forman un eje de contrarios, en el que uno se opone al otro: algo no realizado en ningún tiempo frente a algo realizado o por realizar en cualquier tiempo.
En el corpus no aparecieron ejemplos de adverbios indefinidos de cantidad, con excepción de nada como parte de la locución adverbial nada más, con el significado de solamente. Esto podría deberse a que el valor semántico de adverbios como algo (con significado de poco, con poca intensidad) y nada (con significado de en grado mínimo de la cualidad denotada por el adjetivo o el adverbio al que modifica) no se percibe porque el niño cuenta en su inventario léxico con el adverbio poco y la locución adverbial un poco; por tanto, algo y nada se usan solo con el valor pronominal: No sé nada / Tengo algo. En el caso de la muestra de Aguado Alonso (2000), se reporta su presencia con frecuencias muy bajas.
Respecto de los adverbios nominales, especificados en la Tabla 2 del punto 4, análisis de los datos y, agrupados según las categorías de lugar, tiempo, cantidad y modo, es evidente que los locativos de ubicación y dirección presentan un inventario variado que aumenta con la edad de los informantes. Los adverbios de dirección (arriba/abajo, adentro/afuera) y los de ubicación (cerca/lejos, encima/debajo, atrás, detrás, dentro) son de aparición temprana y se mantienen constantes en todos los grupos. El correspondiente antónimo de atrás, adelante, es de aparición tardía, se actualiza a los 6 años.
De los nominales de tiempo, el más utilizado entre los 2 a 4 años es después, usado para añadir información a sus textos orales, principalmente la narración de un cuento o una experiencia personal. A partir de los 4,6 años se añade, con la misma función, luego, solo o antecedido por la conjunción y. Este tipo de adverbios, nominales de tiempo, se incrementan a partir de los 3 años, lo que explica la presencia de mientras, apenas, pronto, “de pronto”. En este mismo grupo, antes es el de adquisición más tardía.
Los nominales cuantitativos que aparecen en el corpus costarricense son más, mucho, muy, poco, demasiado, apenas, bastante y casi. De estos el más empleado es la palabra más, usada en oraciones comparativas, con construcciones interrogativas y formando locuciones adverbiales. Nuevamente se coincide con Aguado Alonso (2000) en la frecuencia de uso de la palabra más. En orden de frecuencia, el segundo lugar lo ocupa muy, antepuesto a adjetivos y adverbios. Los nominales cuantitativos restantes aparecen en el transcurso del proceso adquisitivo con frecuencias bajas, representando el 22,01 % del total de adverbios de este grupo.
Respecto de los adverbios calificativos, Aguado Alonso (2000) registra bien, sólo y mal; en el corpus de niños costarricenses se identificó únicamente solo, bien y realmente.
Barriga Villanueva (1994), al estudiar los adverbios en -mente, encontró en su corpus con doce niños de 6 años solo tres apariciones, frente a veintidós en muestras de habla de doce niños de 12 años. Con estos datos y los del presente estudio se reafirma que este tipo de adverbio es de aparición tardía.
En lo que respecta a los datos de este estudio, podrían equipararse con los encontrados por Aguado Alonso, con excepción de la palabra mal, usada por los niños costarricenses únicamente en función sustantiva.
En futuros estudios es conveniente valorar las variables frecuencia y variedad, pues si bien los inventarios específicos crecen durante el proceso adquisitivo, sus frecuencias de aparición son limitadas.
En suma, los resultados de las investigaciones precedentes permiten, mutatis mutandi, establecer comparaciones entre los procesos de adquisición del adverbio de los niños costarricenses y los estudios previos.
Referencias bibliográficas
- Aguado Alonso, G. (2000). El desarrollo del lenguaje de 0 a 3 años Madrid, España: CEPE.
- Barriga Villanueva, R. (1994). Algunas notas sobre el uso de los adverbios en mente en el habla infantil. Nueva Revista de Filología Hispánica, 42 (2), 563-572.
- Mumetón Ayala, M., Ramírez Santana, G. y Rodrigo López, M. J. (2005). Estudio longitudinal de la producción de deícticos en castellano en niños de 12 a 36 meses durante las actividades cotidianas. Anuario de Psicología, 36 (3), 315-337.
- Murguey, A. (1992). Adquisición de los adverbios locativos en niños caraqueños. Revista Letras, 49
- Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. (2010). Nueva Gramática de la Lengua Española. Manual . Madrid, España: Espasa.
- Rojas Nieto, C. (1992). La pregunta en la construcción del diálogo. Funciones constructivas de las preguntas a los niños pequeños. Revista de Lingüística Aplicada, 15/16 , 182-198.
- Seco, R. (1971). Manual de Gramática Española (Revisado y ampliado por Manuel Seco). Madrid, España: Aguilar Ediciones.
- Seco, R. (1975). Manual de Gramática Española. Madrid, España: Aguilar Ediciones.
Fechas de Publicación
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Fecha del número
Sep-Dec 2020
Histórico
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Recibido
05 Mayo 2019 -
Acepto
25 Mayo 2020