Resumen
En el artículo se hace referencia a cómo en política económica mundial, las proyecciones del envejecimiento poblacional hacia el 2050, tienen como resultado aumentar la edad de jubilación, para disminuir la presión de las cargas gubernamentales fiscales y sanitarias. Sin embargo, en la persona adulta mayor con más años de estudios, se asocia con mayor estabilidad emocional y habilidad en la toma decisiones sobre todo si estas dependen de decisiones anteriores, aunado a que en el contexto educativo son valores deseables para formar nuevas generaciones. De esta manera, se señala que independientemente del deterioro sensitivo, sensorial y cognitivo que acompaña a algunas personas en el proceso de envejecimiento, adultos y adultas mayores con más años de estudios incluidos laboralmente como docentes, puede ser parte de una estrategia puntual para aumentar la proporción de ocupación de adultos mayores, aportando así a la sociedad y economía.
Palabras clave Docentes; Integración escolar laboral; Envejecimiento de la población
Abstract
The article references world economic policy projections regarding the aging population and the fact that by 2050, the retirement age will increase in an effort to reduce government fiscal and healthcare burdens. However, older teaching faculty with more years of study are associated with greater emotional stability and better decision-making skills which are desirable traits for new generations of teachers in the educational context. Regardless of any sensory impairment which impact some aging individuals, many older adults who are more experienced and possess more years of study are still actively employed as educators. This may serve as a strategy to specifically increase the acceptance of employable older adults who can still provide valuable contributions to society and the economy.
Keywords Teachers; Integration of School Workforce; Aging Population
Introducción
El Informe sobre la Salud Global y Envejecimiento del Instituto Nacional del Envejecimiento de los Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud Suzman y Beard (2011) argumentan que
desde que se tienen datos demográficos los niños son más numerosos que las personas adultas mayores de 65 años, pero que impulsado por la caída de la tasa de fecundidad y aumento sustancial en la esperanza de vida, el envejecimiento de la población mundial va a acelerar previendo que puedan empezar a igualarse; y en proyección ya las personas mayores de 65 años se cree aumentarán pasando de un estimado de 524 millones en el 2010 a 1,5 mil millones en el 2050, con la mayor parte del aumento de esta población en los países en desarrollo. (p.2)
Respecto a países desarrollados, documentos en el ámbito público ya están haciendo análisis sobre el envejecimiento demográfico y sus derivaciones sociales, centrándose principalmente sobre su impacto fiscal en las estructuras económicas y sanitarias; por ejemplo sobresalen los del Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos, plasmados en el libro llamado Preparando un mundo envejecido, en el cual “se advierte lo que implica sobre los reajustes fiscales en la carga pensional y el sistemas de salud” (Moore, 2001, p. 200); por su parte la Unión Europea, con la comisión Salud y Protección al Consumidor en el documento para un Envejecimiento Saludable: Claves para una Europa Sustentable, advierten también sobre la disminución de la fuerza laboral analizando entre otros la carga prestacional de tipo pensional que esto conlleva (Siddall, Kjaeserud, Dziworski, Przywara y Xavier, 2007) En el ámbito privado, organizaciones no gubernamentales también hacen el mismo enfoque; por ejemplo el Centro Europeo para Políticas de Cuidado Social e Investigación de Viena, Austria (Zaidi 2008) y el Programa Global de Envejecimiento Demográfico de la Universidad de Harvard en Estados Unidos (Beard, Biggs, Bloom, Fried y Hogan, 2012) cuentan cómo el envejecimiento de la población genera muchos desafíos y preocupaciones sobre el ritmo del crecimiento económico, los sistemas de pensiones y el funcionamiento e integridad financiera de la asistencia sanitaria; y publicaciones independientes sobre envejecimiento demográfico también en estos países, sistemáticamente hacen la misma aproximación política en lo económico (De la Croix, Pierrard y Sneessens, 2010; Bloom et al., 2015; Epure, 2012), y en política sanitaria (Wiener y Tilly, 2002; Gray, 2005) (Ansah et al., 2014).
En Latinoamérica, un primer estudio referente sobre envejecimiento poblacional como el de Brea (2003), plantea que entre los años 2000 a 2050, la población de 65 años incrementará entre 10 a 27% en Cuba y del 5 al 18% en Brasil; de la misma forma un estudio referente en envejecimiento poblacional Latinoamericano proyectado como el de Leeson (2011) muestra entre otros que para Guatemala aumentará en un 10% su población por encima de 65 años al año 2050, relatando además que en el año 1980 en Latinoamérica alrededor del 40% de la población era menor de 15 años y en el años 2010 paso a ser menos del 30%, y que mientras los mayores de 65 años hoy están alrededor del 7%, eran menos del 5% en el siglo veinte. En esta parte del mundo documentos públicos como los de la División de Población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) editado por Huenchuan (2010), documentan estrategias para asumir los cambios involucrados por el envejecimiento poblacional latinoamericano, no haciendo diferentes análisis de aquellos estudios globales al respecto que se centran también en las dimensiones de política económica y sanitaria. Con este contexto y como dice Christensen, Doblhammer, Rau, y Vaupel (2009) se entiende que
la mayoría de los gobiernos se mueva en la dirección económica aumentando la edad de jubilación y sanitaria mejorando el sistema de salud, pues son estrategias razonables para hacer frente a las implicaciones del envejecimiento de la población, pero estas estrategias deben ir junto con cambios en políticas de empleo, que involucren ocupación de puestos de trabajo que requieran conocimiento, lo que implica aumentar la proporción de personas que en sus 60 y 70 años son capaces de contribuir a la economía. (p.10)
El propósito del texto que se presenta es hacer ver que en un panorama de envejecimiento de la población hacia 2050, independientemente del deterioro sensitivo, sensorial y cognitivo asociado, en personas adultas mayores con más años de estudio hay valores que en un marco de inclusión laboral como profesores, puede ser parte de una estrategia para aumentar la proporción de ocupación de adultos y adultas mayores que contribuyen a la sociedad y economía.
El envejecimiento de la población: Déficits físicos y cognitivos asociados
Revisiones sistemáticas sobre el envejecimiento, plantean que es un proceso biológico normal (Kunlin, 2010; Teixeira y Guariento, 2010; Trindade et al., 2013), que lleva consigo reconocidos cambios como déficits del control motor, sensitivo, sensoriales y cognitivos; en ejemplo de déficits de control motor Levin, Fujiyama, Boisgontier, Swinnen, y Summers (2014) explica ampliamente cómo en hombres adultos saludables de alrededor los 70 años con estimulación motora transcraneal declina el desempeño del control de los movimientos voluntarios; y en ejemplo de déficits de control sensitivo, Wickremaratchi y Llewelyn (2006) revisan como al tacto por estimulación en rangos de vibración entre 40 y 250 Hz están disminuidos en personas adultas entre 55 a 84 años respecto aquellos entre 19 y 31 años. En ejemplo de déficits de control sensorial Boyce y Shone (2006) cuentan cómo el olfato declina especialmente a partir de la séptima década de vida, más rápido que el gusto; y acerca del sentido del oído Cruickshanks, Margarete y Wichmann (2012) relatan cómo en un estudio sobre 3285 personas entre 21 a 84 años se halló que el 42.7% de aquellos que se encontraban en los rangos de edad entre 65 a 84 años tuvieron discapacidad auditiva, con la particularidad de que por cada cinco años de edad, la razón de relación o -OR- de la discapacidad auditiva aumentaba a un OR de 1.80; en cuanto a la visión Chader y Taylor (2013) exponen que las personas a partir de los 65 años incrementan la degeneración macular, lo que disminuye la agudeza visual; y respecto al déficit cognitivo un estudio focal prospectivo de Boyle et al. (2012) hace notar con métodos de encuesta prediseñada con el objetivo de encontrar susceptibilidad a la estafa económica, que cuando se aplicó a 420 personas saludables con promedio de edad de 83.5 años -desviación estándar 7,4 años sin demencia y sin enfermedad de Alzheimer, se dificulta la toma de decisiones incluso sin disfunción cognitiva manifiesta, lo que los hace susceptibles al engaño; quizá porque como deja ver un estudio experimental focal prospectivo hecho por Tymula, Belmaker, Ruderman, Glimcher y Levy (2013) con un juego económico aplicado a una población urbana de 135 personas saludables agrupadas por edades entre 12 y 17 años, 21 a 25 años, 30 a 50 años y 65 a 90 años, los adultos mayores al envejecimiento normal respecto a los más jóvenes, tienen comprometida la habilidad para decidir de forma individual de manera ventajosa, por tener menores expectativas económicas (Denburg, Tranel y Bechara, 2005; Fein, McGillivray y Finn, 2007; Rogalsky, Vidal, Li y Damasio (2012).
Envejecimiento y la función ejecutiva superior con más años de educación
Un estudio experimental clásico hecho por Leibovici, Ritchie, Ledesert y Touchon (1996) con 283 personas de las cuales 87 fueron hombres y 196 mujeres con edad promedio de 74.7 y desviación estándar de siete años, comparó el desempeño en varios dominios cognitivos con respecto a los años de estudio de cada participante, demostrando que para las dimensiones cognitivas de habla, lenguaje, y atención, así como para la memoria secundaria, quienes tenían hasta educación universitaria o altos niveles de estudio o más años de educación, tuvieron mejores desempeños comparados con quienes tenían hasta educación primaria o bajos niveles de estudio o menos años de educación; evidencia que demostró cómo la formación educativa o años de educación previa contribuyen a atenuar el declive cognitivo dentro del curso progresivo del envejecimiento normal, lo cual fue notado por Andreoletti y Lachmanen (2004) en un pequeño estudio con 149 personas adultas entre 21 y 80 años y también en un amplio estudio norteamericano elaborado por Reuser, Willekens y Bonneux (2011) con 22388 participantes entre 55 y 95 años. Ahora en cuanto a la cognición en relación con los años de educación en adultos mayores los estudios han ido más allá, demostrando como el control ejecutivo que involucra un amplio rango de actividades que se envuelven en la planeación, organización, coordinación, implementación, y evaluación de muchas de las actividades rutinarias tienen menor deterioro al envejecimiento en personas con más años de educación, respecto a aquellos con menos años de educación (Hamdan, Mara y Hamdan, 2009; Voos, Custódio y Malaquias, 2011; Agrigoroaei, y Lachman, 2011);. En escenarios laborales no hay investigaciones sobre desempeño de los dominios cognitivos en relación con los años de educación o nivel de estudios en personas adultas mayores, quizá porque como revisa Sauré y Zoabi (2011) el retiro laboral al menos en países de Occidente, para los hombres trabajadores varía ampliamente entre México con 75 años a Bulgaria con 58,2 años, con promedio de 66,6 años y amplia desviación estándar; sin embargo, ejemplos en marcos laborales con gente adulta no mayor que cruza entre otras las variables demográficas de edad y nivel de estudios, encuentran que quienes tienen más edad y más años de educación se relacionan fuertemente con su posición en la empresa, y en esa posición, además influenciando un estilo de liderazgo (Craven y Kao, 2006; Ryan, Tavitiyaman y Weerakit, 2009; Ekaterini, 2010)
La inclusión
En el informe de investigación para el organismo del Gobierno de España Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) sobre envejecimiento productivo elaborado por Triadó, Celdrán, Conde, Montoro y Villar (2008) se explica la posibilidad de seguir trabajando más allá de la edad estimada para la jubilación mientras la esperanza de vida crezca, e invita a que conceptos tradicionales
como el de la ‘necesidad de jubilarse’ a una edad determinada deberán ser reconsiderados en diferentes niveles, uno de ellos desde las políticas públicas y otros hasta las prácticas de las empresas, y hace ver que en el entorno europeo a nivel laboral se está flexibilizando el concepto de jubilación de modo que no se prescinda de manera radical de las aportaciones de los trabajadores de más edad. (p.15)
Existe un cierto consenso en la sociedad de que la sabiduría de la persona adulta mayor implica el uso de ciertos tipos de razonamiento pragmático que permiten navegar en los importantes desafíos de la vida social (Grossmann et al., 2010); una sólida revisión de Mather y Cartensen, (2005) muestra evidencia asociada de que al envejecimiento, la gente adulta mayores hace mejor regulación de sus emociones. Si a estos aspectos cognitivos asociados al envejecimiento se suman resultados como los de Worthy, Gorlick, Pacheco, Schnyer y Maddox, (2011), que en un estudio comparó 28 adultos y adultas mayores de 60 a 84 años con 17.28 años promedio de educación y 28 personas adultas jóvenes de 18 a 23 años con 15.34 promedio de educación, encontrando que en toma decisiones cuando hay varias opciones posibles la gente adulta es mejor que la gente joven y sobre todo cuando dependen de decisiones anteriores; resultados corroborados con un estudio posterior con 58 adultos/as mayores entre 60 a 82 años y 56 jóvenes entre 18 a 23 años (Worthy y Maddox, 2012); entonces puede explorarse la inclusión del profesorado adulto mayor con más años de estudio en escenarios educativos, porque allí un inherente rol del conocimiento, sabiduría y emociones controladas encuentra el espacio para ejemplificar cómo las funciones ejecutivas superiores se involucran en la toma de decisiones; paralelamente como propone Christensen et al. (2009) respecto a involucrar a la persona adulta mayor con conocimiento al trabajo, un aporte a la economía y a la sociedad.
Moller (2005) como Veugelers (2011) exponen que la educación es una empresa moral, basada en principios y valores democráticos; entonces y en esa dirección el profesorado adulto mayor hacia los 60 a 70 años los propende, debido a su naturaleza cognitiva, deseable y esperada por la sociedad, más cuando se busca formar nuevas generaciones
En la educación latinoamericana desde las políticas públicas hasta las prácticas de las empresas educativas carece de investigaciones con personas adultas mayores que crucen variables demográficas como su edad y nivel de estudios logrados con su liderazgo y el impacto de sus decisiones en el desempeño académico y/o logros de sus estudiantes, entonces con este enfoque en políticas de envejecimiento poblacional mirando al año 2050, tienen en la posición del profesorado adulto mayor con más años de educación, estrategias públicas o privadas concretas para aumentar la proporción de ocupación de personas con conocimiento entre 60 y 70 años de edad, y de esta manera aportar en doble vía a la economía y sociedad.
Conclusión
Con el envejecimiento se asocia y reconoce el surgimiento de déficits físico-sensoriales, sensitivos y motores; sin embargo en los ámbitos cognitivos si bien se describe también un declive, este es atenuado acorde a los años o nivel de estudios en los dominios del habla, lenguaje, atención, memoria secundaria, así como en el control ejecutivo rutinario de planeación, organización, coordinación, implementación, y evaluación. Además, con el proceso de envejecimiento también es reconocido que se incorporan cognitivamente la sabiduría, especialmente para los desafíos de la vida social, control de emociones y mejor toma de decisiones cuando dependen de otras tomadas anteriormente. Por ello, políticas de empleo en educación con inclusión de fuerza laboral de docentes adultos/as mayores sobre los 60 a 70 años mirando hacia el 2050, encuentran en los espacios académicos estrategias públicas o privadas para hacerlo, porque siendo la educación una empresa moral, basada en principios y valores democráticos, es desde esta posición que se puede propender por esos valores, más cuando se forman nuevas generaciones.
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Fechas de Publicación
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Fecha del número
Jul-Dec 2020
Histórico
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Recibido
23 Oct 2019 -
Acepto
13 Mayo 2020