Resumen
En los últimos años, la herramienta mayormente visibilizada durante el proceso de internacionalización de las instituciones de educación superior ha sido la movilidad estudiantil. Una manera novedosa de analizar esta estrategia es hacerlo desde la satisfacción de las personas participantes. Para ello, el objetivo del presente trabajo es realizar un análisis de las percepciones y la satisfacción de dicha experiencia para el alumnado de dos departamentos de la Universidad Nacional del Sur, Argentina. El diseño metodológico se basó en la realización de una encuesta y de entrevistas personales. El cuestionario de la encuesta fue creado a través de la herramienta GForms de Google Drive. Esta consta de cuatro secciones con preguntas de tipo cerradas, de elección única, de elección múltiple y de escala de Likert. La primera sección se orienta a obtener datos personales y socioeconómicos del alumnado; la segunda indaga acerca de los motivos que llevaron a que el alumnado participe en un programa de movilidad; la tercera contiene preguntas de valoración sobre la organización de la movilidad y la cuarta se relaciona con el grado de satisfacción de la experiencia por parte del estudiantado. Los resultados arrojaron un alto nivel de satisfacción general del alumnado de ambos departamentos con la experiencia de movilidad vivida. Si bien la posibilidad de participar en la movilidad pareciera estar al alcance de todos, la factibilidad desde lo socioeconómico continúa siendo de carácter elitista. Realizar una estancia académica en el extranjero durante la carrera de grado tiene múltiples beneficios en la formación académica y en el desarrollo personal de las personas estudiantes. Esto se observó en la coherencia de sus motivaciones con sus apreciaciones finales sobre la experiencia. Las recomendaciones apuntan sobre todo a lograr el reconocimiento total de las asignaturas realizadas en la universidad de destino.
Palabras clave Internacionalización; Movilidad; Educación Superior; Satisfacción
Abstract
Student mobility has recently become one of the most visible aspects of the internationalization of higher education institutions. A novel way of analyzing this strategy is to survey participant satisfaction. Student perception and satisfaction of was analyzed for two departments at the Universidad Nacional del Sur in Argentina. The methodological design was based on a survey and personal interviews. The survey questionnaire was created via GForms from Google Drive with four sections close-ended, single choice, multiple choice and Likert scale questions. The first section is aimed at obtaining personal and socioeconomic data from the students. The second section addresses the reasons that led students to participate in a mobility program; the third consists of assessment questions regarding how well the mobility program was organized and the fourth section addresses the degree of student satisfaction about the experience. The results reveal a high level of overall satisfaction among the students in both departments regarding their mobility experience. Although the possibility of participating in a mobility experience seems to be available to everyone, its feasibility, from a socio-economic point of view, remains elitist. A study abroad program during a student´s undergraduate degree has multiple benefits for both academic training and student personal development, arising from a coherence between their motivation compared to the final assessment of their experience. The resulting recommendations will be used to help obtain full recognition of courses taken at the host university.
Keywords Internationalization; Mobility; Higher Education; Satisfaction
Introducción
En la actualidad, el proceso de internacionalización ha adquirido una gran importancia dentro de la política institucional, comprometiendo a la universidad con los desafíos que se presentan hoy en el ámbito de la educación superior (Beneitone, 2014). En las Instituciones de Educación Superior (IES), la internacionalización puede manifestarse de diversas maneras de acuerdo con la realidad de cada institución: en la incorporación de la dimensión internacional en la misión y visión de la universidad, en la organización y procesos administrativos con estándares internacionales, en el conjunto de actividades y actores de los procesos de formación, en la comunidad académica, en la investigación y en las actividades de extensión y vinculación universitaria (Sebastián, 2011). Esto se logra a través de diversas estrategias, siendo la movilidad estudiantil una de las acciones que más se ha aplicado tradicionalmente (Theiler, 2005; Luchilo, 2006).
La movilidad estudiantil puede ser definida como el medio que permite a una persona estudiante universitaria formarse en una institución diferente a la suya, manteniendo su condición de estudiante, dentro de una variedad de intercambios, tales como pasantías, cursos de idiomas, cursos especializados y prácticas laborales (Zúñiga, Carrasco, Letelier y Poblete, 2006). Esta estrategia reviste gran importancia dentro del proceso de internacionalización de las IES, porque complementa la formación de las y los estudiantes, al promover el encuentro y conocimiento de sistemas culturales y educativos diferentes, y permitir que el alumnado experimente nuevos desafíos, tanto de adaptación académica como culturales, que tendrán consecuencias en su ámbito personal, laboral y cultural (García Palma, 2013; Moctezuma y Navarro 2011).
Asimismo, Luchilo (2013) advierte que los estudios sobre movilidad que predominan en la actualidad son los que ponen mayor énfasis en los determinantes estructurales de la movilidad estudiantil, mientras que los que están centrados en las perspectivas de los actores aún son insuficientes.
Recurrir al concepto de satisfacción puede ser una de las maneras de abordar el análisis de la movilidad estudiantil centrado en participantes. La calidad de la educación tiene su eje en la satisfacción de las necesidades del individuo para desarrollarse como persona y en los diversos ámbitos sociales. La medida de satisfacción será entonces la apreciación favorable que pueda hacer el estudiantado de los resultados y experiencias asociadas con su educación, en función de la atención a sus propias necesidades y al logro de sus expectativas. La satisfacción del alumnado logra un impacto positivo sobre la motivación, fomentando la retención y el rendimiento estudiantil (Gento y Vivas, 2003; Aguerrondo, 1994; Reyes-Pérez, Rosales-Vásquez, Arroyo-Terán y León-Romero, 2014).
Atendiendo a la insuficiencia de estudios sobre los actores en los procesos de movilidad y al concepto de satisfacción expuesto anteriormente, Elías y Corbella (2019) desarrollaron un trabajo que pretende ampliar el conocimiento respecto al desarrollo de la movilidad estudiantil a partir del análisis de la satisfacción del alumnado que realizó esta experiencia durante su carrera de grado en el Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur.
Continuando esta línea de estudio, el objetivo del presente trabajo es poder contribuir al conocimiento sobre la satisfacción de las y los estudiantes que realizan una movilidad durante la carrera de grado. Para ello se realiza un análisis de las percepciones y satisfacción con respecto a la experiencia de movilidad realizada durante la carrera de grado por el alumnado de los departamentos de Economía (DE) y de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras (DIEC) de la Universidad Nacional del Sur (UNS) desde 2007 a 2017, utilizando la encuesta confeccionada por las autoras. Así mismo, para complementar este análisis de manera cualitativa, se incorporan impresiones, experiencias y perspectivas del alumnado, que se recogieron en las entrevistas realizadas a algunas de las personas participantes.
Para cumplir con el objetivo propuesto en el trabajo, en primera instancia se hace una revisión bibliográfica que permita conocer los aspectos más relevantes sobre la internacionalización de la educación superior, para arribar luego específicamente a la estrategia de movilidad estudiantil. A continuación, se procede a estudiar la relevancia de investigar la satisfacción de las personas estudiantes que realizaron esta experiencia. En una segunda parte, se presenta la metodología utilizada y seguidamente un análisis de los datos obtenidos para ambos departamentos, que permitiría responder a los objetivos planteados. Finalmente, se presenta una serie de reflexiones sobre el trabajo realizado y los aportes que se consideran relevantes.
Antecedentes
Knight (2005) indica que la internacionalización de la educación superior puede entenderse como “un proceso integral de la dimensión internacional, intercultural y global en las funciones de la docencia, investigación y servicio de la universidad” (p. 39).
En cada ámbito de las instituciones universitarias se pueden reconocer las diferentes expresiones que puede adquirir la internacionalización: la incorporación de la dimensión internacional en la misión y visión de la universidad, en la organización y procesos administrativos con estándares internacionales, en el conjunto de actividades y actores de los procesos de formación, en la comunidad académica, en la investigación y en las actividades de extensión y vinculación universitaria (Sebastián, 2011). Esto se logra a través de diversas estrategias, tales como la movilidad estudiantil, el estudio de idiomas extranjeros, la movilidad del personal académico y administrativo, así como también programas educativos conjuntos de maestrías y doctorados, actividades de investigación conjuntas, entre otras. De estas estrategias mencionadas, se reconoce a la movilidad estudiantil como una de las acciones que se ha aplicado tradicionalmente para la internacionalización de las IES (Theiler, 2005; Luchilo, 2006).
Zúñiga et al. (2006) definen el concepto de movilidad como:
el medio que permite a un universitario participar en algún tipo de actividad académica o estudiantil en una institución diferente a la suya manteniendo su condición de estudiante dentro de una variedad de intercambios, como pasantías, cursos de idiomas, cursos especializados, prácticas laborales, entre otros. (Zúñiga et al., 2006, p. 29)
La relevancia de la movilidad estudiantil reside en que esta práctica complementa la formación del estudiantado, impulsa el desarrollo de una identidad regional particular, facilita la integración laboral y cultural, promueve la transferencia de conocimientos y de innovaciones entre países, posibilita la realización de proyectos conjuntos, y acerca a las personas ciudadanas de distintos países, promoviendo el encuentro y conocimiento de sistemas culturales y educativos diferentes en la nueva sociedad del conocimiento y la información.
Otros autores también señalan que los programas de movilidad estudiantil permiten que el alumnado experimente retos tanto de adaptación académica como culturales, teniendo consecuencias en sus patrones familiares de vida, generando círculos virtuosos de acceso y ventaja laboral y cultural (García Palma, 2013; Moctezuma y Navarro, 2011). En el mismo sentido, Reyes Pérez et al. (2014) plantean que mediante un intercambio estudiantil, el alumnado recibe beneficios que van más allá de su formación académica y le permiten alcanzar su realización, tanto en el ámbito personal como profesional.
Villalón de la Isla (2017) coincide con estos autores al afirmar que:
(…) estudiar en el extranjero ya no es sólo una importante experiencia cultural y personal, junto a la posibilidad de aprender otros idiomas, sino que la movilidad les permite a los estudiantes disponer de un importante capital para mejorar sus posibilidades de empleo en aquellos sectores cada vez más globalizados del mercado de trabajo. (Villalón de la Isla, 2017, p. 302)
Tal como lo indica Luchilo (2006), la movilidad estudiantil ha crecido a través de distintos mecanismos y con diferentes propósitos. Sin embargo, su dinámica no puede ser completamente explicada a partir de las políticas y estrategias de los principales actores institucionales. El autor expresa que esta dinámica también tiene gran relación con la difusión de una nueva cultura de la movilidad en la juventud, donde la motivación ya no reside tanto en los tradicionales factores de migración, sino más bien en factores de educación, tiempo libre y adquisición de experiencia. Este carácter cada vez más amplio, que fue adquiriendo la experiencia de movilidad, pareciera indicar para Luchilo (2013) que:
si bien los estudiantes 'móviles' son un pequeño porcentaje del total de estudiantes universitarios, la noción de que es posible, conveniente o interesante estudiar en un país distinto del nacimiento, ha perdido el carácter de excepcionalidad. De algún modo, la posibilidad de estudiar en el extranjero se ha convertido en una alternativa accesible y natural para una parte importante de los universitarios de los países desarrollados y para una parte menor, pero significativa, de los países en desarrollo (Luchilo, 2013, p.65).
Advierte también que dentro del campo de estudios sobre movilidad es importante distinguir entre aquellos que ponen mayor énfasis en determinantes estructurales de la movilidad estudiantil y otros más centrados en los actores, y afirma que predominan los primeros, mientras que cita a Brooks y Waters (2011) para coincidir que los estudios sobre “las propias perspectivas de los estudiantes –sus motivaciones, objetivos y experiencias– son extremadamente insuficientes” (Luchilo, 2013, p.69).
Sylvie Didou Aupetit (2017) afirma que, aun cuando la movilidad estudiantil es una dimensión estrella de la internacionalización en América Latina, la falta de organismos a nivel nacional que orienten a las personas estudiantes hace que les sea difícil encontrar opciones acordes a sus trayectorias, carreras y aspiraciones. Para la autora, falta aún lograr mejoras en la trasmisión de la información a las personas interesadas, en concentrar los procesos de orientación y formar personal especializado en el asesoramiento y en simplificar los trámites de postulación.
La satisfacción como medida de calidad
La evaluación de la educación superior no se limita sólo a juzgar sobre el diseño y la organización curricular, los métodos pedagógicos o la constatación de si son o no suficientes los recursos disponibles, sino que comprende también la evaluación de los resultados de cada proceso y de los procesos mismos. Esta evaluación debe ser profunda, dado que un currículo universitario refleja, o debería reflejar, la concepción que se tiene frente al ser humano, la sociedad y el conocimiento. “La calidad de la educación superior debe, entonces, evaluarse teniendo como referente el grado de cumplimiento de la misión de la universidad, tal como ella misma la ha definido” (Tünnermann, 2013, p.17).
De esta manera, una de las formas de abordar el análisis del proceso de movilidad estudiantil en la educación superior centrado en las personas participantes es recurrir al concepto de satisfacción. Gento y Vivas (2003) proponen que la satisfacción es la apreciación favorable que hace el estudiantado de los resultados y experiencias asociadas con su educación en función de la atención a sus propias necesidades y al logro de sus expectativas, constituyéndose así en un elemento clave en la valoración de la calidad de una propuesta educativa. Por su parte, Aguerrondo (1994) sostiene que el concepto de calidad de la educación se centra tanto en la satisfacción de las necesidades individuales como en las sociales, considerando que una educación de calidad es aquella que mejor satisface las necesidades de las personas estudiantes y de la sociedad, y cuyos contenidos responden adecuadamente a lo que la persona necesita para su desarrollo moral, intelectual, afectivo, físico, y para desempeñarse en los diversos ámbitos de la sociedad, tanto en el ámbito social como en el político y económico. En este punto, es importante señalar que la satisfacción del estudiantado tiene un impacto positivo sobre la motivación, los índices de retención y el rendimiento estudiantil, tal como se observa en la literatura (Reyes Pérez et al., 2014).
Zas (2016) sostiene que la satisfacción constituye un indicador de calidad, definiéndola como:
el resultado de un proceso que se inicia en el sujeto, y termina en él mismo, por lo que se hace referencia a un fenómeno esencialmente subjetivo desde su naturaleza hasta la propia medición e interpretación de su presencia o no. (Zas, 2016, p.100)
Esto quiere decir que, siendo las personas estudiantes las principales usuarias de los servicios universitarios, las destinatarias de la educación, son ellas las que mejor pueden valorarla y, aunque pueden tener una visión parcial, sus opiniones no dejan de ser fruto de sus percepciones, influenciadas por expectativas, necesidades y por diversos factores, que sirven como indicador de mejoramiento de la gestión y el desarrollo de los programas académicos.
La mejora de la calidad de las IES también se puede evaluar por el aporte de capital humano a la sociedad, es decir, por lograr egresados con buena inserción profesional y personalmente preparados, con un rendimiento académico óptimo y satisfecho con los estudios realizados. De acuerdo con Mejías y Martínez (2009), medir la satisfacción es relevante siempre y cuando sea acompañado de acciones innovadoras y proyectos de mejora continua; es por ello que “medir la satisfacción de los estudiantes de una manera consistente, permanente y adecuada, orientaría a la toma de decisiones correctas y así se podrían aprovechar las oportunidades de mejora”. (Mejías y Martínez, 2009, p.32).
Metodología
Mediante la distribución de una encuesta, se realizó un análisis de las percepciones y satisfacción de dicha experiencia para el alumnado de los departamentos de Economía (DE) y de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras (DIEC) de la Universidad Nacional del Sur (UNS).
Siguiendo la línea de trabajo de Elías y Corbella (2019), se utilizó como base el cuestionario confeccionado por las autoras, extendiendo en este caso su alcance también al alumnado del DIEC. Este fue creado a través de la herramienta GForms de Google Drive y enviada por email a las y los estudiantes, consta de cuatro secciones, cada una de ellas con preguntas de tipo cerradas, de elección única, de elección múltiple y de escala de Likert. Este último tipo de pregunta permite señalar el grado de acuerdo o desacuerdo con una declaración o pregunta. La escala utilizada toma valores del 1 a 5 para expresar el nivel de satisfacción, siendo 1 el menor grado de satisfacción y 5 el máximo nivel[1].
La encuesta fue dividida en cuatro secciones. La primera de ellas está orientada a datos personales y socioeconómicos del alumnado (edad, sexo, fecha, duración y universidad de la estancia, nivel de estudios y ocupación de los padres y madres y si fue realizada en el marco de una beca o programa). La segunda sección indaga acerca de los motivos que llevaron a que el alumnado participe en un programa de movilidad. La tercera parte de la encuesta contiene preguntas de valoración sobre la organización de la movilidad y la cuarta parte se relaciona con el grado de satisfacción de la experiencia por parte de cada estudiante. Al final de esta sección se incluyeron algunas frases para indicar acuerdo o desacuerdo con las estas, que pudieran servir para corroborar las percepciones expresadas en forma cuantitativa.
Del total de 64 estudiantes que han participado de esta experiencia considerando ambos departamentos, el mayor grado de respuesta (84,62%) fue del DE en relación al DIEC (73,68%).
Para complementar este análisis de manera cualitativa, se incorporaron impresiones, experiencias y perspectivas de estudiantes que fueron recogidas en entrevistas a algunos de ellos. Esta entrevista se realizó de manera personal, virtual y/o por escrito, y se desarrolló teniendo en cuenta la cronología de la experiencia de movilidad. En una primera parte se indagó sobre cómo arribaron a la elección del programa y/o beca a realizar, cómo fue el acceso a la información y cuáles fueron sus incentivos; en segundo lugar se consultó acerca del tiempo de aplicación y de preparación una vez elegido un programa, luego se habló sobre la experiencia en sí. Finalmente, se averiguó sobre el impacto a nivel personal y profesional de la experiencia, así como también sobre el recibimiento al volver a la UNS.
Resultados
Datos personales y socioeconómicos
En la primera sección de la encuesta puede observarse que, tanto en el DIEC como en el DE se registra un mayor número de varones (86% y 64%, respectivamente) que han realizado la experiencia de movilidad respecto a la cantidad de mujeres. En el caso de Economía, esto representa una proporción similar a la composición de estudiantes del departamento, mientras que para las Ingenierías significa una gran participación femenina en relación con la composición histórica de género del departamento[2].
En cuanto a las características socioeconómicas del entorno familiar de las personas participantes de programas de movilidad, diversos autores advierten sobre cierto carácter elitista de los estos (Elías, Morresi y Clark, 2017; Luchilo, 2006), teniendo en cuenta no sólo las posibilidades de acceso a los programas, sino también la factibilidad de realización de la movilidad en términos de capacidad económica.
En relación con esto, los resultados de la encuesta muestran que el estudiantado participante provendría principalmente de familias cuyas madres y padres han alcanzado el nivel de educación superior universitaria (44% y 42% de los casos) o superior no universitaria (24% y 20%).
Asimismo, puede verse una tendencia similar cuando se observan las ocupaciones de los padres y madres del alumnado de ambos departamentos, quienes pertenecen mayoritariamente al rubro profesional (médicos, abogados, médico, etc.) (Figura 1).
Análisis de satisfacción
Como fue mencionado anteriormente, la calidad de un programa de movilidad, bien puede ser medida a través de la satisfacción de estudiantes que han participado de la experiencia. Los resultados de las encuestas realizadas permiten vislumbrar una mirada global altamente positiva del alumnado de ambos departamentos al respecto. La Figura 2 muestra en qué medida cada puntaje de valoración fue alcanzado, tanto por la satisfacción con la experiencia en general, como con la duración de la estancia. En el caso de la primera, alcanza la mayor valoración en el 91% de los casos en el DE y el 79% en el DIEC. Por su parte, la duración de la estancia si bien es altamente valorada en el global, no alcanza tales niveles, llegando a tener incluso valoraciones medias y bajas, especialmente en el DIEC.
Motivaciones de estudiantes a participar en la movilidad
La segunda parte de la encuesta se enfoca en las motivaciones del alumnado al momento de decidir por el programa de movilidad, midiendo el grado de influencia de diferentes factores. Como puede apreciarse en la Figura 3, el mayor grado de influencia para el alumnado de ambos departamentos, estaría dado en un alto porcentaje por el crecimiento personal y por la posibilidad de tener una experiencia fuera del país. Por su parte, el alumnado del DE pareciera valorar más los factores culturales y los geográficos que los del DIEC. Asimismo, puede observarse que el incentivo de familiares y amigos/as podría haber sido de mínima influencia en la mayoría de los casos. Por último, al analizar la valoración de los factores académicos a la hora de decidir, sorprende encontrar que su influencia no es tan importante como se esperaría, especialmente entre el alumnado del DE, quiénes le otorgaron una importancia media en la mayoría de los casos.
Estos resultados también fueron apreciados durante las entrevistas, donde varios/as estudiantes manifestaron que sus motivaciones en la elección del programa de movilidad fueron la posibilidad de conocer otro país, poder tener una mirada más amplia sobre su propia educación, tener la experiencia de desenvolverse en otro país con un idioma y una cultura diferente, volver a vivir una experiencia de intercambio, entre otras.
Respecto a cómo el alumnado llegó a conocer la oferta de becas y/o programas de movilidad, las encuestas revelaron que estudiantes del DIEC en su mayoría conocieron los programas por sugerencias de compañeros/as, amigos/as o familiares, mientras que el alumnado del DE mayormente se informó a través del mail o web de la UNS o del departamento y por su propia motivación e investigación.
Asimismo, las entrevistas permitieron obtener algunas impresiones sobre el proceso de elección del programa de movilidad realizado. Una gran mayoría del alumnado manifestó haberse interesado por esta experiencia en un nivel avanzado del cursado de la carrera de grado, generalmente en el tercer año, siendo una de sus preocupaciones comunes el alcance del nivel deseado de idioma. Por otra parte, varios expresaron que la información siempre está pero las opiniones respecto a cómo llega al alumnado fue variada. También, indicaron que al momento de decidir el departamento correspondiente supo ofrecerles la información que necesitaron.
Organización institucional de la movilidad
El rol de las instituciones en la movilidad es de vital importancia, tanto al momento de decidir, como durante la aplicación a la beca y/o programa, la preparación de documentación y la organización de la estancia de la movilidad. Al ser consultados sobre este punto en las encuestas, el alumnado del DIEC mostró una visión bastante diferente a la del DE en cuanto a la satisfacción con el trabajo realizado por el personal administrativo, tal como puede apreciarse en la Figura 4.
En cuanto a la UNS como universidad de origen, el alumnado de Economía se mostró altamente satisfecho por el desempeño de la Oficina de Relaciones Internacionales y del Coordinador Académico, otorgándole la valoración máxima en el 55% y 64% de los casos, respectivamente. Aunque cabe mencionar que el 18% de ellos también calificó con la mínima valoración a la primera. Por su parte, las apreciaciones del alumnado de Ingeniería son más variadas, la valoración máxima de satisfacción fue otorgada por el 43% de los encuestados para la Oficina de Relaciones Internacionales y sólo por el 32% para el Coordinador Académico, mientras que en esta misma proporción (32%) se valoró con satisfacción media a ambas instituciones.
Asimismo, la Figura 4 permite apreciar el grado de satisfacción con el trabajo del personal administrativo de las universidades de destino. Nuevamente, pueden observarse diferencias en cuanto a satisfacción entre el alumnado de ambos departamentos académicos. Para el estudiantado de Economía, las valoraciones 4 y 5 fueron obtenidas en el 95% de los casos, tanto para la Oficina de Relaciones Internacionales como para el Coordinador Académico. Sin embargo, el estudiantado de Ingeniería no se mostró tan satisfecho. La valoración máxima sólo fue alcanzada en el 29% de los casos para la primera, y en el 14% para el segundo, y la mitad o menos logran la calificación de 4 (50% y 43%, respectivamente).
Consultados al respecto durante las entrevistas, varias de las personas estudiantes del DIEC explicaron que, si bien se encontraban satisfechos con la calidad de la organización de parte del personal de ambas universidades, la retroalimentación entre el alumnado fue de vital importancia para poder prepararse adecuadamente, destacando el rol del personal del Departamento al momento de obtener contactos y espacios de encuentro con estudiantes que ya habían participado de una experiencia de movilidad igual o similar.
En relación al trabajo del personal administrativo de la universidad de destino, en la Figura 5 se pueden contemplar las diferentes actividades ofrecidas al alumnado. En el caso del DE, en más del 65% de los casos recibieron un acto de bienvenida, una sesión informativa, un programa orientativo y un curso de lengua. El alumnado del DIEC, por su parte, indica haber recibido una sesión informativa y un curso de lengua en alrededor del 80% de los casos; sin embargo, el programa orientativo sólo fue recibido por el 57% y el acto de bienvenida apenas por el 39%. Esto podría explicar en parte el grado de satisfacción otorgado al trabajo administrativo de la universidad de destino por el alumnado de Ingeniería.
Uno de los aspectos más importantes a nivel organizativo es el del hospedaje. El alumnado del DIEC, en su mayoría, se hospedó en un alojamiento universitario, mientas que el alumnado del DE optó por este tipo de hospedaje en el 36% de los casos y el 59% de ellos eligió compartir un piso o casa con otras personas estudiantes, como puede apreciarse en la Figura 6.
En cuanto a cómo obtuvieron información para encontrar su lugar de residencia, la oficina encargada de la universidad de destino fue quien aportó los datos en su gran mayoría, tanto para el alumnado del DIEC (89%) como para el del DE (68%). El resto del alumnado recurrió a la oferta privada o, en el caso del DE, a información otorgada por amigos/as o familiares (5%).
Asimismo, el financiamiento recibido también conforma un aspecto organizativo de gran importancia para el alumnado al momento de realizar la movilidad. De acuerdo con los resultados de las encuestas, la mayoría mostró una gran satisfacción, otorgando valoraciones entre 4 y 5 en el 59% de los casos en el DE y en el 68% en el caso del DIEC. Además, casi un cuarto del alumnado del DE se expresó con un valor medio en este aspecto, y un 18% de las y los estudiantes en ambos departamentos calificó con valores 1 y 2 el financiamiento. Durante las entrevistas realizadas, se pudo observar que la satisfacción del alumnado con este aspecto puede verse afectada por la coyuntura económica del país al momento de realizar la movilidad (tipo de cambio, políticas cambiarias, presupuesto educativo, etc.) y que la valoración podría estar sesgada de acuerdo con el año en que se haya realizado la experiencia y a la institución que aporte los fondos para la beca.
Los aspectos organizativos analizados anteriormente (trabajo administrativo en universidad de origen y de destino, alojamiento, y financiamiento) contribuyen a la satisfacción con el programa de movilidad, aunque también es la experiencia educativa y sociocultural la que finalmente permitiría evaluar la calidad de dicho programa en términos de satisfacción de las personas participantes.
Satisfacción de la experiencia
La evaluación de la experiencia universitaria puede apreciarse en la Figura 8. Tal como se observa, nuevamente el estudiantado del DE muestra valoraciones más altas en general que el del DIEC. La accesibilidad de las personas docentes fue valorada entre 3 y 4 por el 72% el alumnado del DIEC, mientras que más de la mitad del alumnado del DE le otorgó la máxima valoración. Las competencias del cuerpo docente tuvieron una valoración positiva para el alumnado de ambos departamentos, al igual los cursos y el material de estudio proporcionado. Por su parte, el acceso a bibliotecas y la conexión a internet fueron altamente valorados por la mayoría del alumnado de las dos unidades académicas (Figura 7).
Durante las entrevistas personales, se indagó también acerca de la experiencia universitaria. El alumnado expresó su vivencia en el extranjero en comparación con la de la UNS. A continuación, algunas frases que ilustran estas experiencias:
Si tuviera que compararlo con cómo me educaron acá, o mejor dicho el nivel de los estudios que tuve acá, es amplísimamente superior, el nivel es mucho mejor que el de allá (Estudiante 1, comunicación personal, 10 de junio de 2018).
De allá [rescato] la infraestructura, hay mucha más plata para hacer todo, los laboratorios son mucho más completos pero acá me parece que el nivel académico es mejor por el hecho de que aprendés los conceptos y aprendés a usarlos mejor, o aplicás las cosas a situaciones reales y allá no tanto (Estudiante 2, comunicación personal, 10 de junio de 2018).
(…) el método europeo es la evaluación continua (…) entonces si un día uno se levanta mal o le va mal, eso no sesga el resultado de la evaluación porque en la ponderación final uno tiene tantas mini-evaluaciones que un día malo o los nervios de un día solo no afectan tanto. Las clases eran todas en inglés y duraban un poco menos, y eso estaba bueno. Era todo más estructurado (...) (Estudiante 3, comunicación personal, 10 de junio de 2018).
Respecto del valor de esta experiencia universitaria en términos de reconocimiento formal, en la Figura 9 se puede observar que el 59% del alumnado del DE pudo validar el total de sus materias y el 36 % más de la mitad de ellas. Por su parte, para el alumnado del DIEC, sólo un 22% obtuvo una validación completa y, llamativamente, un 32% de las y los estudiantes no tuvo reconocimiento alguno de las materias cursadas durante la movilidad. Esto pone de manifiesto la necesidad de un mayor acompañamiento institucional al momento de elección del programa de movilidad y de realización de los trámites correspondientes para que el alumnado que realiza una estancia en el extranjero no experimente retrasos en su plan de carrera al retornar a su universidad de origen.
Sobre la experiencia sociocultural, puede observarse en la Figura 10 una gran valoración de las relaciones con personas estudiantes extranjeras. Por otro lado, el vínculo con el alumnado local es altamente valorado por estudiantes del DE, mientras que las opiniones de los del DIEC son diversas en este aspecto. En diálogo con el alumnado, varios expresaron que la mayor afinidad con estudiantes extranjeros/as se debía a la empatía por encontrarse en la misma situación y a la necesidad de nuevos vínculos fuera de la universidad; en cambio, estudiantes locales, al tener su rutina diaria, no dispondrían de tanto tiempo para estos espacios de encuentro fuera de las aulas.
Finalizando el análisis de este trabajo, se presenta la Tabla 1 en relación con el impacto de la movilidad en la vida de sus participantes. En la última sección de la encuesta se pidió al alumnado que indicara su grado de acuerdo o desacuerdo con diferentes frases, en una escala de 1 a 5, siendo 1 la valoración para indicar total desacuerdo y 5 para indicar total acuerdo. Para la realización de este cuadro, se tomaron las valoraciones individuales de las personas estudiantes y se promediaron con las del resto del alumnado del departamento correspondiente. De esta manera, se obtuvo los valores promedio de cada una de las frases para cada departamento, permitiendo conocer cuál fue el orden de importancia otorgado.
Los resultados muestran que las expresiones que obtuvieron las máximas valoraciones promedio tienen que ver con la significatividad de la experiencia a nivel personal, más que en lo académico y con la mayor disposición para vivir en el extranjero. Asimismo, la menor valoración promedio la tiene la frase referida al aprovechamiento de espacios ofrecidos por la universidad por fuera del programa.
Si bien, la literatura señala que la experiencia de movilidad durante la carrera de grado tiene múltiples beneficios en la formación académica de las personas estudiantes, también es cierto que tiene un impacto en su desarrollo personal. Esto parecería reflejarse en estas apreciaciones finales estudiadas en la Tabla 1. Sus valoraciones son congruentes con las motivaciones expresadas en un principio, en donde tanto para el alumnado del DE como para el del DIEC, los factores de mayor influencia al momento de decisión fueron el crecimiento personal y la posibilidad de tener una experiencia fuera del país.
A modo de finalización del análisis, se citan algunas expresiones del estudiantado entrevistado, que se refieren al impacto del programa:
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- La movilidad permitió “conocer culturas desde dos formas distintas: una desde el día a día cursando, viviendo en la ciudad y la otra a través del trato con otros chicos que estaban de intercambio también” (Estudiante 4, comunicación personal, 12 de junio de 2018).
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- La movilidad: tuvo un efecto muy positivo, pero muy positivo. En lo personal en el desenvolvimiento, ver el mundo de otra forma, enfocarme en lo que es realmente importante (…). Y a nivel profesional en mi trabajo hoy, tiene mucho que ver con esa experiencia (Estudiante 5, comunicación personal, 15 de junio de 2018).
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- En lo personal el idioma y el conocer, tener una referencia, un punto de comparación de cómo estamos acá (…). Yo tenía una idea de la educación de allá y de la educación de acá que cambió totalmente una vez que volví, no estamos mal para nada académicamente, por ahí sí falta plata, pero bueno (Estudiante 6, comunicación personal, 18 de junio de 2018).
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- Con el hecho de ir a vivir solo a otro país, donde tenés que aprender la lengua para poder desenvolverte cotidianamente e interactuar con gente nueva para resolver situaciones distintas a diario, yo aprendí mucho de mí mismo y me ayudó a crecer mucho, y esto es lo que más valoro de la experiencia (Estudiante 7, comunicación personal, 18 de junio de 2018).
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- Cualquier persona puede viajar, a cualquier lugar del mundo. Teniendo un poco de compromiso, puede viajar a donde quiera. Cualquier persona puede hacerlo. Pero viajar como estudiante, representando a la universidad, eso es único. (…) representar a mi universidad, representar a mi país, como estudiante, eso es único y es lo más importante. Es un impulso, es un incentivo, para volver y querer seguir logrando cosas. Miro hasta dónde llegué y sé que acá no voy a parar, quiero seguir haciendo cosas (Estudiante 8, comunicación personal, 12 de junio de 2018).
Reflexiones finales
La movilidad, como expresión primaria del proceso de internacionalización, permite a las personas estudiantes complementar su formación académica y, al mismo tiempo, desarrollar sus capacidades personales, ampliando su visión del mundo, otorgándoles herramientas de autonomía y decisión, y favoreciendo la formación de redes de cooperación y trabajo.
La evaluación de la calidad de los programas de movilidad a través del análisis de satisfacción de sus principales participantes permite, no sólo conocer el estado actual de los programas, sino que también otorga herramientas para la mejora continua de los mismos. Un alumnado satisfecho con los programas e instrumentos ofrecidos por la institución universitaria confirma la calidad de ellos, siendo el propio estudiantado quien sostiene que estará satisfecho, en la medida en que los servicios que se le ofrecen respondan a sus necesidades.
En futuras investigaciones podrían utilizarse otras preguntas o determinantes además de los considerados en este estudio, y elaborar un modelo causal para poder replicarlo en otros departamentos o universidades.
También sería interesante replicar el actual estudio en intervalos de tiempo determinados (semestrales o anuales) o incorporando más departamentos de la UNS. Así se podría obtener información sobre los posibles efectos o cambios que se presentan en el interés de estudiantes por la movilidad internacional, debido al incremento en la edad de la movilidad, a la adquisición de nuevas competencias, y al relato de otras personas estudiantes que hayan transitado la experiencia de estudiar en el extranjero. Esto también podría permitir realizar comparaciones entre distintas variables, tales como género de estudiantes que viajan, el tipo de carrera que cursan, el nivel de estudio en el que se encuentran, entre otros factores.
A la luz de los resultados de este trabajo, se observa un alto nivel de satisfacción general del alumnado de ambos departamentos con la experiencia de movilidad vivida.
Asimismo, el análisis permite conocer varios aspectos que caracterizan a la movilidad saliente de grado de los departamentos de Economía y de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras, que podrían contribuir al proceso de evaluación y mejora de la calidad de estos programas.
Primeramente, un aspecto importante a destacar es que, si bien la posibilidad de realización de la movilidad pareciera estar al alcance de todos, la factibilidad desde lo socioeconómico continúa siendo de carácter elitista, es decir que se trata mayormente de estudiantes que provienen de hogares con padres con niveles educativos altos y ocupaciones del rubro profesional. Esta desigualdad que lleva a que solo algunas pocas personas puedan acceder a los niveles más altos del sistema educativo, y muestra que algunas tienen mayor probabilidad de acceso a la movilidad internacional es también observada por otros autores (Ariño, Soler y Llopis, 2014; Giovine, 2016; Giovine, 2019). Al respecto de la desigualdad originada por la movilidad internacional, Giovine (2019) afirma: “Este es un fenómeno que creemos debe ser observado y monitoreado en profundidad, en tanto sus virtudes pueden devenir en una peligrosa modalidad de desigualdad educativa con alcance global y efecto local” (Giovine, 2019, p.182).
En cuanto al rol institucional de la UNS, en general el alumnado se mostró satisfecho con el desempeño del personal administrativo, en mayor medida estudiantes del DE.
Por su parte, el desempeño administrativo de las universidades de destino estuvo mejor valorado por el alumnado del DE en comparación con el del DIEC, pudiendo ser una de las variables explicativas la falta de un acto de bienvenida o de un programa orientativo para algunas de las personas participantes.
Otro de los aspectos organizativos que merece mención es el alojamiento. El alumnado del DIEC se refiere a una mejor organización al respecto, siendo la universidad de destino quien se ocupa principalmente de ello. Para el alumnado del DE, este aspecto requiere un mayor esfuerzo y organización. Esto podría tener relación en parte con la diversidad de programas en que se concretan las movilidades en este último departamento; mientras que en el primero, la mayoría de estudiantes participaron de un mismo programa cuya organización puede haber ido optimizándose con el paso del tiempo.
Respecto de la experiencia de movilidad en sí, nuevamente se hallaron diferencias entre las valoraciones del alumnado de ambos departamentos. La calidad educativa, tanto en términos de accesibilidad como de competencia del cuerpo docente, fue mejor valorada por estudiantes de Economía. Por su parte, estudiantes del DIEC coincidieron en su mayoría en la superioridad de la educación recibida en la universidad de origen. El aspecto sociocultural fue altamente positivo para el alumnado de ambos departamentos, en especial en el vínculo con personas estudiantes extranjeras.
Por último, es importante señalar que uno de los objetivos de la experiencia de movilidad saliente es el desarrollo de la formación académica; sin embargo, para un gran número de estudiantes, esta experiencia no tuvo como contrapartida el reconocimiento formal de las materias realizadas. De hecho, entre el alumnado del DIEC, un gran porcentaje no llegó a obtener el 50% de reconocimiento de las materias.
Esta última observación, sumada a la reflexión inicial respecto de las motivaciones e impactos del programa de movilidad, pone de relieve la necesidad de profundizar en el alcance y los objetivos de esta herramienta. Las personas estudiantes se muestran satisfechas con la experiencia vivida y demuestran un gran desarrollo a nivel personal y profesional a partir de ella; sin embargo, aún queda pendiente en el aspecto académico una mayor optimización de los recursos existentes.
Finalmente, teniendo en cuenta que el objetivo de medir la satisfacción de la experiencia de movilidad es poder orientar la toma de decisiones que permitan reforzar sus fortalezas y subsanar sus debilidades, se propone la incorporación de una herramienta igual o similar a la encuesta utilizada en el presente trabajo, como método de evaluación formal luego de realizada la práctica. De esta manera, no sólo se podría evaluar el estado actual de las distintas variables aquí presentadas (características sociodemográficas, satisfacción en los aspectos organizativo, académico y cultural, y valoración del impacto), sino que también se tendría conocimiento de la evolución en el tiempo a partir del registro de datos, lo que permitiría trabajar en pos de la mejora continua de esta experiencia.
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De acuerdo a los datos registrados en el DIEC, durante el período 2005-2018, el porcentaje de mujeres inscriptas a las carreras de Ing. Eléctrica e Ing. Electricista fue del 7,7% y 5,6% sobre el total, respectivamente. Mientras que la proporción de las mismas sobre el total de graduados fue del 5,3% para Ing. Eléctrica y 1,3% para ingeniería Electricista.
Fechas de Publicación
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Fecha del número
Jan-Jun 2021
Histórico
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Recibido
03 Abr 2020 -
Acepto
03 Nov 2020