Resumen
El papel de las empresas extranjeras en la economía argentina ha venido suscitando el interés de los historiadores en los últimos años. Los aportes más recientes, aunque de vital importancia, se han centrado en exámenes más globales que a casos nacionales específicos. Este trabajo se propone analizar el papel de las empresas extranjeras alemanas en la economía argentina entre los años 1960 y 1970. A partir de una base de datos elaborada por un equipo de investigadores e investigadoras argentinas se examinan variables comparativas como el volumen del capital, las ramas específicas y la cantidad de firmas registradas entre ambas décadas. Se ha podido observar una relativa importancia del capital alemán durante la etapa del segundo ciclo de inversiones extranjeras y de la segunda fase de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI); pero también se establecieron algunos matices significativos entre las firmas grandes, medianas y pequeñas en lo que respecta a una mayor diversificación como el impacto del volumen de capital.
Palabras clave Argentina; economía; manufacturas; industria; desarrollo
Abstract
The role of foreign companies in the Argentine economy has been arousing the interest of historians in recent years. The most recent contributions, although of vital importance, have focused on more global examinations than on specific national cases. In this paper we propose to analyze the role of foreign German companies in the Argentine economy between the years 1960 and 1970. From a database prepared by a team of Argentine researchers, comparative variables such as the volume of capital, the specific branches and the number of firms registered between both decades. A relative importance of German capital has been observed during the stage of the second cycle of foreign investment and the second phase of Import Substitution Industrialization (ISI); but some significant nuances were also established between large, medium and small firms in regards to greater diversification such as the impact of the volume of capital.
Keywords Argentina; economy; manufactures; industry; growth
Introducción
Resulta importante comenzar las primeras referencias de este manuscrito por el principal material con el que se trabajó, el cual provino de la Base de Datos de Empresas Extranjeras en Argentina, denominado también como Foreign Companies in Argentina Database BDEEA/FCAD–PICT 2010/0501 (en adelante, base BDEEA/FCAD); este contiene información relevante sobre las empresas extranjeras en la economía nacional argentina en los siglos XIX y XX (1870-1971). La Base BDEEA/FCAD es parte de un proyecto de investigación sobre las empresas extranjeras en la Argentina dirigido por las y los investigadores Norma Lanciotti, Andrea Lluch, Erica Salvaj, Agustina Rayes, Cecilia Dethiou, Marco Kofman, Natalia Pérez Barreda y Lavih Abraham. El material presenta una gran relevancia porque pone a disposición de los investigadores un importante recurso para analizar la dinámica de la inversión extranjera directa tanto en Argentina como en otros países. Dicha fuente de información se construyó tras un enorme esfuerzo de síntesis de numerosas fuentes primarias históricas provenientes de diversos organismos como el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la Comisión para el Desarrollo de América Latina (CEPAL), la Guía de Sociedades Anónimas, entre otras. Además, los mentores de este proyecto cuentan con una significativa participación en las discusiones sobre el tema a partir de publicaciones de referencia en torno ala historia de las empresas (Lanciotti y Lluch, 2018; Lanciotti, 2017; Salvaj y Lluch, 2012; Rayes, 2000; Lluch, Salvaj y Barbero, 2014). Siguiendo a estos autores, se considera la condición extranjera de las empresas cuando el control directivo de las compañías se encuentra en manos foráneas. Dicha condición, rige para multinacionales con filiales y para compañías con propiedad y dirección extranjeras (aunque registradas como argentinas). Teniendo en cuenta esto, tanto el capital social como el control directivo de las firmas son variables importantes para determinar la nacionalidad de la empresa.
En este material se analizaron diversos aspectos clave de las empresas extranjeras, especialmente de las alemanas, en la década del 1960. Debe destacarse que hacia finales de los años cincuenta del siglo XX se asistía a un ciclo de inversiones extranjeras en la región, desarrollado especialmente entre 1958 y 1973, donde se afianzó la relación entre las inversiones extranjeras, el ahorro externo y el sector externo (Lluch, 2014). En Argentina, este proceso coincidió con los años desarrollistas donde la modernización y el desarrollo industrial, ligado a las áreas entonces prioritarias (principalmente petróleo, acero, automotriz, metalmecánica, etc.), solo podían darse con la contribución del capital extranjero. Importantes instituciones internacionales y nacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE), el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) estudiaron el impacto de las inversiones extranjeras en las economías nacionales atendiendo a los flujos y los stocks de capital (Sourrouile, 1967). Las primeras impresiones, se centraron más en los impactos positivos que negativos de las inversiones, algo que entrado la década de 1960 comenzó a revertirse (Azpiazu y Gitli, 1976; Petrelli, 1972).
Especialmente, las preocupaciones pasaron a centrarse en el impacto en la concentración económica (Skupch, 1971) y la extranjerización reflejada en el balance de pagos como en el mercado financiero interno (Katz, 1974). Sin embargo, durante la década de 1970, las preocupaciones de técnicos y economistas giraron en torno a la reducción de los flujos de inversión extranjera directa, provocada por la alta conflictividad política y social que vivía la argentina y ciertas restricciones impuestas por el regreso del peronismo en 1973.
Los trabajos tradicionales sobre la presencia de las empresas extranjeras en la etapa analizada (Azpiazu y Kosacoff, 1985), atendieron fundamentalmente a las mayores empresas industriales del periodo y a las actividades más intensivas en capital relacionadas con la industria. No obstante, menos atención han suscitado otras áreas de expansión de las empresas extranjeras que, en desmedro del volumen de sus inversiones, podrían arrojar datos interesantes y no menos significativos en otras actividades de menor magnitud en capital o en volumen de empresas. Este es el caso de algunas áreas que no se correspondían con la tendencia que marcaba la segunda fase de la industrialización por sustitución de importaciones , como las firmas de ingeniería, construcción, petróleo e incluso servicios financieros. Estas, aunque no presentaban un alto volumen de capital, resultaban significativas para el funcionamiento de la economía argentina. En sintonía con esto, el objetivo principal es examinarla presencia de empresas de origen alemán en la argentina, se realiza una comparación entre los años 1959 y 1970 teniendo en cuenta los datos aportados por la base BDEEA/FCAD con el objetivo de analizar el estado del capital alemán y sus principales cambios en esos diez años, los cuales resultaron cruciales en términos de desarrollo industrial y apertura al capital extranjero.
Las empresas alemanas tuvieron una importante presencia en el territorio argentino durante la primera mitad del siglo XX (Lanciotti y Lluch, 2014). Sin embargo, Rapoport, Musacchio y Converse (2006) advirtieron que se subestimó su importancia desde los años treinta, bajo suposiciones de influencias de la ''Alemania nazi'' en la Argentina. Posteriormente, mientras en otros campos se examinaban los ''mitos'' entre los vínculos del nazismo y América Latina, en lo que refiere a las inversiones extranjeras, se debió esperar hasta el establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en Argentina (CEANA) en 1997. A partir de allí surgieron trabajos que se ocuparon de examinar las relaciones entre los países y el nazismo desde diferentes ángulos, como a partir del BCRA (Rapaport y Musacchio, 2000), los grupos económicos alemanes que operaban en la Argentina (Newton y Converse, 2000), el triángulo comercial entre Madrid, Berlín y Buenos Aires, las instituciones como la Junta de Vigilancia (Harispuru; Gilbert; Regalsky, 2000) y, especialmente, las inversiones alemanas (Musacchio, 1991; Rapaport y Musacchio, 2000), sobre todo en los años 30 y 40. En suma, en aquellos años se discutieron los supuestos de que los capitales alemanes fueron un instrumento de penetración ideológica, que eran cuantiosos y que se radicaban en sectores clave de la economía y que esta situación desembocaba en una actitud de neutralidad germanófila.
Luego de un periodo de expropiación, tras las presiones estadounidenses durante la inmediata posguerra, en la etapa de la reconstrucción el capital alemán fue reintegrado y sus empresas privatizadas nuevamente a partir de 1958 (Belini, 2006). Estas tuvieron gran participación en las industrias eléctricas, químicas y automotriz, es decir, en las ramas más dinámicas de la economía. Posteriormente, introducido en el análisis histórico de los años 1950 y 1960, Musacchio (2011) advirtió que las relaciones entre ambos países fueron escasas. Esto, según el autor, habría sucedido dado factores como las pugnas entre dos Alemanias y la diversificación de la política exterior argentina en esos años. Así, hubo que esperar hasta la década de los años 1970, cuando la Argentina estrechara mayores vínculos con el Este europeo. Aunque en los años analizados las relaciones se mantuvieron por debajo de las empresas norteamericanas, británicas e incluso uruguayas, el capital alemán, parece haber tenido un importante avance mediante las estrategias de inserción que Lluch y Lanciotti (2020) caracterizaron como joint ventures y fusiones mediante sociedades anónimas. Sin embargo, dada la importancia de la radicación de nuevas multinacionales en esta etapa, se mantuvo la estrategia de entrada greenfield (nuevas adquisiciones). En tanto se reconoce que los estudios sobre el capital y las empresas extranjeras viene suscitando el interés de la historiografía, pero que en su mayor medida se concentran en análisis globales o panorámicos, este trabajo propone desagregar datos de las empresas alemanas entre 1960-1970 y arribar a algunas conclusiones que permitan observar sus áreas de interés, participación sectorial y características generales de forma particular y evolución en esos años. Teniendo en cuenta que Lluch y Lanciotti (2020) estiman que, en estos años, hubo preferencias en sectores como la petroquímica y la automotriz como destino de la inversión extranjera, pero que las actividades primarias, comerciales y financieras no fueron interrumpidas, se presta atención a las ramificaciones de la presencia alemana como a la tendencia general de preferencias económicas.
Por último, este trabajo reivindica la comprensión de la dinámica de radicación y expansión de las empresas alemanas en estas décadas, incluso a la luz de los agregados de las empresas de otras nacionalidades, algo que se tratade cotejar sobre el final. En esta misma línea, también se tornan importantes los vínculos que establecieron en estas décadas las empresas alemanas entre sí y con otras, fundamentalmente como aporte al conocimiento sobre los procesos de transnacionalización y extranjerización del capital según cada caso.
De la segunda fase de la ISI a un nuevo ciclo de inversiones extranjeras
Las manufacturas fueron durante los años de 1960 el sector productivo más dinámico de la economía argentina, como una potencial fuente de empleo y riqueza. De hecho, en estos años su producto superó al del agro, el sector por mucho tiempo más pujante de la economía argentina. Esto fue así, concretamente, luego de la crisis de 1962-1963 que tuvo que enfrentar el gobierno de José María Guido (1962-1963), luego de los años expansivos de Arturo Frondizi (1959-1962). Así, la etapa que se analizase corresponde con la reversión de la primera globalización desarrollada hasta la primera guerra mundial y el comienzo de un nuevo ciclo de auge de las inversiones extranjeras interrumpido, posteriormente, durante la crisis de 1973. Esta etapa, estuvo protagonizada por las empresas radicadas desde la posguerra y la entrada de otras nuevas hacia fines de los 50 y que se mantuvoieron durante los años 1960 (Lluch y Lanciotti, 2020). Hacia fines de los años 50, la CEPAL, mediante un encargo del gobierno de la llamada Revolución Libertadora (1955-1958), diagnosticaba en un informe que el principal problema de la economía argentina era la insuficiencia de divisas para cubrir la necesidad de bienes importados que, principalmente, demandaba el sector industrial, provocando un agudo déficit de la balanza comercial. Como señalan Gerchunoff y Llach (2020), el problema externo venía agudizándose desde la Gran Depresión de 1929, en tanto la industria liviana que se había desarrollado descansaba en una creciente demanda de insumos, maquinarias y equipos provenientes del exterior; lo que, a su vez, terminaba frenando la inversión y el crecimiento económico.
A partir de la Revolución Libertadora, y partir de las recomendaciones del prestigioso economista Raúl Prebisch, se habían profundizado los mecanismos para atraer al capital extranjero. Aunque estos habían comenzado durante la fase final del derrocado peronismo, ahora se asumía más firmemente que los capitales foráneos aportarían una resolución a la crisis externa. Para crear las condiciones favorables a la llegada de esas inversiones, se formuló una ley de inversiones extranjeras en 1958, acompañada de la firma de contratos para la explotación con empresas petroleras extranjeras. Lluch y Lanciotti (2018) señalaron que los efectos de esta ley y las transformaciones que produjeron fueron contundentes. La ley 14.780 eliminó el límite a la remisión de utilidades y a la repatriación de capitales, a lo que debe sumarse una ley complementaria que aseguraba a los inversionistas extranjeros contra posibles riesgos de convertibilidad cambiaria (decreto 5.339). Luego, con la ley de promoción industrial 14.781 se conglomeraba el aparataje legal para proteger a la industria, sea de origen nacional o extranjera. Como sostiene la autora mencionada, más allá de algunas divergencias, los efectos fueron contundentes y las radicalizaciones de capitales extranjeros medidas en millones de dólares pasaron de 12, 9 a más de 200 millones entre 1958 y 1959. Estos se encontraban en su mayor medida dirigidos a los sectores de la industria petroquímica y automotriz con un claro predominio del capital norteamericano y desplazaban, por primera vez, a la tradicional rama de alimentación y de bebidas (Lluch y Lanciotti, 2020). Si bien los números tienden a caer en el resto de la década, los abruptos cambios que esto generó caracterizaron a los años sesenta, hasta la ley 18.587, de 1971, que comenzó a instalar algunos límites a los capitales extranjeros.
Los principales incentivos se colocaban en el área petrolera, buscando reducir la demanda de divisas en ese rubro, aunque también en la producción de maquinarias y en la industria química para integrar al sector hacia atrás ahorrando importaciones (Rougier y Odisio, 2019). Adicionalmente, y como parte del incentivo del sector público, se enfatizaba en la construcción de rutas y autopistas. Como sostienen Gerchunoff y Llach (2020), la tesis desarrollista de impulsar las manufacturas hasta transformarse en una economía enteramente industrializada era el sinónimo de modernidad en aquel entonces. En estos términos, en que el agro quedaba relegado a un papel secundario de la estrategia económica de desarrollo, el crecimiento era visualizado a través de instrumentos de promoción y direccionamiento implementados por el Estado. En otras palabras, fue lo que se conoció como una autarquía económica con un norte de desarrollo. Los diferentes mecanismos utilizados, iban desde los arancelarios, cambiarios, crediticios e impositivos y buscaban lograr una mayor integración sectorial. Sin embargo, iniciando la década de 1970 comenzaron a advertirse los impactos de la extranjerización a partir de las firmas transnacionales (Khavisse y Piotrkwoski, 1973). Dichos impactos crecían en volumen, generaban tensiones con el empresario nacional y la mano de obra organizada. Con todo, era evidente que hacia fines de los años de 1960 se impulsaban a un conjunto de grandes empresas que abastecían de insumos al mercado interno, aunque con vistas de continuar la sustitución de importaciones. Así, el sector empresarial extranjero avanzaba en las actividades más dinámicas e intensivas de capital como la industria automotriz, la siderurgia y la producción metalmecánica y de maquinarias ampliamente fomentadas y promocionadas.
Además, en estos años el avance creciente de las empresas extranjeras en la economía comenzó a despertar debates importantes en torno a la perdida de autonomía, teniendo en cuenta que se concentraban en las ramas más dinámicas con intensidad tecnológica y claras ventajas de competencia frente las firmas locales. También comenzó a discutirse la ineficiencia económica y los problemas que aún persistían en el frente externo. Incipientemente comenzaban a ganar relevancia algunas ideas que proponían la apertura externa y la exportación industrial en la primera línea de la estrategia del desarrollo (Rougier y Odisio, 2019). Por ejemplo, se advertía que en el caso de la industria automotriz, que explicaba casi el 80% del incremento de la producción manufacturera entre 1958-1961 y que funcionó como un pilar de atracción para la inversión extranjera, se asistía a insuficiencias que impedían la exportación al mercado externo salvando las excepciones de los gigantes como Kaiser, General Motors y Ford.
De acuerdo a las estimaciones y verificaciones de Lluch y Lanciotti (2018), las empresas norteamericanas constituyeron una abrumadora mayoría en esta época, apuntando el 60% de las inversiones en la mayor parte del ciclo. Sin embargo, también se verifica que las empresas alemanas e italianas ganaban posiciones, incentivadas por la promoción de actividades industriales promovidas desde la posguerra, mientras Gran Bretaña las perdía paulatinamente (Goldsten y Lluch, 2010). La preeminencia de las empresas extranjeras en el sector industrial era evidente, mostraba un dinamismo que caracterizó la década. Si se observa el cuadro 1, que exhibe las ramas de la industria pueden observarse que las empresas extranjeras incrementaron su participación, aunque con bajos niveles de inversiones de capital (Lluch y Lanciotti, 2018). También puede verse que en la gran mayoría de estos casos lo hicieron, incluso, en más del 100%. Son los casos más abruptos de productos alimenticios, bebidas, cuero, metales, informática, equipo electrónico y automotores.
De acuerdo con las tendencias de la época, las promociones del Estado y las características del ciclo de inversiones de los años 1960 puede observarse cómo las ramas referentes a metales y automotores dan cuenta de la afinidad con la industrialización por sustitución de importaciones, esto en lo conocido como segunda fase. Dichas ramas, estaban centradas en industrias de alta intensidad tecnológica e impulsadas por ventajas de internalización. En suma, como lo dató Fischer (1973), las empresas extranjeras incrementaron por los menos en más del doble su participación en el producto industrial entre 1955 y 1970. Así lo confirmaron recientemente Lluch y Lanciotti (2018) al decir que ''el capital extranjero aumentó en todas las ramas industriales durante la década de 1960 y que, en términos de empresas, la entrada tuvo un ritmo constante hasta el final del ciclo de IED (inversión Extranjera Directa)'' (p.84).
Las empresas alemanas en 1960: tendencias y cambios
En este apartado, se organizarona las empresas alemanas registradas en Argentina entre los años 1959-1960. Se ha dividido el conjunto en tres partes representadas por diferentes gráficos utilizado el criterio de agrupación según un ranking patrimonial. El primer grupo, abarca las empresas más grandes hasta 500.000 USD, un segundo grupo entre 500.000 y 100.000 USD y, por último, las que poseen un capital menor a 100.000 USD. No significa que se establezca ni se considere de antemano cuando una empresa es mediana o pequeña ni que se adhiera a ninguna clasificación especifica. Por el contrario, y más sencillamente, esto permitió analizar a grandes rasgos el perfil, o fotografía general, de las empresas en 1959-1960 discriminando su tamaño sólo por el factor capital, para luego establecer bajo los mismos criterios una mirada comparativa con el periodo posterior.
Si se observa el cuadro 2 puede verse, como de entre las más grandes empresas, seis de trece fueron creadas recientemente (entre 1950-1960) y juntas acumulaban un total de 7 millones de dólares. Es decir, casi el mismo volumen que acumulaban las empresas creadas con anterioridad, entre fines de siglo XIX y comienzos del XX. Por otro lado, sobre la fecha de creación se puede asegurar que una gran cantidad de empresas alemanas, de un volumen de capital para nada desdeñable, se creaban, recientemente, dando cuenta de un importante empuje en la época. Si se analiza el perfil de estas empresas, puede notarse que, dentro del conjunto de las más nuevas, en su mayoría se encontraban dedicadas a la industria manufacturera, especialmente al rubro automotores (Isard, Borgward, Bosch Motors), mientras que en las más antiguas el perfil se atomiza entre actividades financieras, suministro de electricidad y alimentos, aunque con algunas actividades manufactureras también.
Si nos abocamos al cuadro 3, donde hemos agrupado al capital medio entre 500.000 y 100.000 USD en el mismo periodo, podemos también observar que casi la mitad
del total constituyen empresas recientemente creadas (entre 1950-1960) y, aunque existen una cantidad importante iniciadas hacia principios del siglo XX (hasta a 1930), también aparecen una pocas creadas en los años cuarenta. De todas formas, se da cuenta de una tendencia similar a la observada con las agrupadas más arriba, dado que una cantidad importante sobre el total (ocho empresas), que constituyen la mitad, fueron creadas en los años cincuenta. Esto quiere decir que, si bien la mitad del grupo eran empresas que comenzaron a operar desde principios del siglo XX y con algunas que aparecían en los años cuarenta con la primera fase de la ISI, la introducción del capital alemán marcaba una tendencia importante también en este subgrupo.
Si en el mismo grupo se atiende al volumen del capital, puede notarse que las empresas más recientes acumulan más de 1 millón de dólares frente a una cantidad similar que acumula el resto. Esto marca, de forma similar, una tendencia de las empresas más grandes donde las más recientes alcanzan un volumen análogo, bastante significativo, al de las firmas establecidas desde el primer cuarto del siglo XX. No obstante, debe notarse que en este caso no se registran firmas establecidas desde el siglo XIX, sino que se trata de empresas radicadas a lo largo del siglo XX. Por otro lado, si se pondera el perfil de las actividades, podemos notar que en el caso de las más recientes se trata de industrias manufactureras, principalmente en las ramas automotriz, química, metalúrgica, y otros. (MAN, Boker, Otto, etc.). Mientras tanto, en el caso de las más antiguas, se trata de algunas actividades manufactureras, aunque de la industria liviana que comenzaba a tener importancia desde los años 1920, principalmente agrícolas y comerciales. En este sentido, la tendencia del capital medio es bastante similar a la observada para el caso de las firmas más grandes.
Luego, si se observa el cuadro 4, referido a las empresas de menor capital por debajo de 100 mil dólares, puede advertirse que más de la mitad fueron empresas constituidas entre 1950-1960. Con respecto a las más antiguas puede notarse que se trata de empresas constituidas durante los años de la primera ISI o bien a partir de los años veinte donde algunas actividades de manufacturas livianas comenzaban a ganar importancia. Nuevamente, las más recientes (1950-1960) se dedicaban a la industria manufacturera pesada (Casa Fehling, Sudam.Unión, Otto, Dibel). Como en las agrupaciones anteriores, varias de las ramas se encuentran compuestas por automotores, química y metalúrgica, aunque también aparecen, en este caso, actividades de otras manufacturas (Rodenstock, Gunther Wagner, Dibel) y servicios (Sorio), pero en menor medida. Por su parte, las firmas anteriores aparecen vinculadas a la industria textil (Sporting Stepper, Sedas), servicios y fabricación de máquinas, con un perfil menos homogéneo.
Y, por último, si se desagregan las empresas alemanas asociadas a otros capitales, observadas en el cuadro 5, se observan solo dos casos: uno asiste a una firma tradicional (Dreyfus) del sector agropecuario y alimenticio y otra, creada hacia fines de los cincuenta da cuenta de la tendencia de la época en la industria automotriz. Sin embargo, es de destacar que el capital de Dreyfus es enormemente superior, y explicaría una gran parte de la actividad en el sector, especialmente si se lo compara con el capital de Dainborg.
Las empresas alemanas en 1970: presencia de grandes firmas
En este segundo apartado, se presentan las empresas alemanas que operaron en argentina datadas en 1970, lo que permite tener una visión panorámica comparativa de su evolución en la década de los sesenta. La única diferencia significativa, de antemano, es que se parte de un mayor volumen de capital (8.000.000 USD) dado la mayor cantidad de empresas en las tres subdivisiones. En el cuadro 6 (1 y 2), referido a los capitales mayores, puede verse como a través de una década se incrementan significativamente la cantidad de empresas a casi treinta. En total, esta subdivisión acumula unos 55 millones USD.
Por otro lado, si como se aplicó en el apartado anterior, se separan las empresas que conforman este grupo de acuerdo con las que fueron creadas a partir de 1960 en adelante, se advierten un total de once empresas representan unos 16 millones de USD, aunque debe considerarse que, de acuerdo con la base de datos consultada, aparecen nuevas firmas registradas hacia fines de los años cincuenta que no se encontraban en el bloque correspondiente al año de 1960 (cuadro 6, 1 y 2). Teniendo en cuenta esto, si se agrupan las empresas que se registran en este bloque desde 1960 hacia atrás, tenemos un total de 19 empresas que suman un total de 40 millones USD. De acuerdo con esta última caracterización se podría concluir que el volumen de capital alemán entre 1960-1970 crece alrededor de un 30% más.
Si se tiene que describir el perfil de estas grandes empresas, puede decirse sobre las que comienzan a aparecer desde 1960 en adelante, que existe una tendencia bastante heterogénea en tanto, y de acuerdo con la época, se puede notar un conjunto importante dedicado a la industria pesada como la metalúrgica (Puma), química (BASF), bienes de capital, automotriz (Armetal), entre otras; también existen algunas dedicadas a los alimentos (Zumos), la vestimenta (Triumpg), el tabaco (imparciales), farmacéutica (Boheringer, Schering) que dan cuenta de una mayor heterogeneidad. Quizás esto permita afirmar que, al margen de la tendencia de la época, el avance del capital alemán a partir de 1960 va a tener cierto grado de diversificación en diferentes actividades.
Por otro lado, en el cuadro 7 referido a las medianas, vemos que representan un total de casi cuarenta empresas que acumulan un capital de casi 10 mil millones. De ese total, 23 empresas (más de la mitad), fueron de creación reciente (desde 1960 en adelante). Sin embargo, juntas solo dan cuenta de un volumen de capital de 2 millones USD, mientras las que fueron creadas con anterioridad acumulan un total de casi 7 millones USD con casi una veintena del total. Esto quiere decir que, a pesar de haberse creado una cantidad significativa de empresas de un tamaño medio, el volumen del capital total de estas tuvo un reducido impacto en el conjunto.
Por otra parte, si se observa el perfil de las actividades puede notarse que la mayor cantidad del total respondía a la tendencia de las industrias metalúrgicas, química, automotriz y de maquinaria en general (Coloidal, Pirometal, Mecomet, Talleres Rivadabia, Fitam, Neill Mlacolm, Industrias Quimicas, Sulfisud, Conen, Arosa, Electromac, Artos Latinoamericana, Traubomatic, entre otras). No obstante, aunque en menor medida, también tenían cierta presencia las dedicadas al comercio (Klockner, Telefunken, Gavaert,entre otras.) como la fabricación de productos en industria liviana (Faber, Gunter, Puntas y bolígrafos, Diehl) y servicios financieros. De las empresas más recientes, por otro lado, podemos notar que se trata, en gran medida, de industrias metalúrgicas y químicas-farmacéuticas. En suma, el perfil de las empresas consideradas medianas arroja un saldo positivo en las industrias más dinámicas de la época, aunque no se puede despreciar su participación en otros sectores como tintas, cosmética y comercio.
Por último, el cuadro referido a las empresas de menor magnitud (cuadro 8) se compone de un total de veintiséis, las cuales acumulan poco más de 2 millones de dólares. Sin embargo, ha de notarse que la mayoría trata de empresas de reciente creación, es decir, a partir de 1960 en adelante y que acumulan prácticamente 1 millón y medio de dólares (más de la mitad del total) y aun sin contar las creadas en los años cincuenta (se llevarían casi el total). De modo que se puede asegurar que, a pesar del reducido volumen de capital en comparación con otras escalas, las actividades con menor intensidad de capital tuvieron una gran expansión en la década de 1960. Si se atiende al perfil de actividades, puede verse que de ese gran volumen fechadas responde a un perfil más heterogéneo que en los segmentos anteriormente analizados. Es cierto que una parte importante son industrias de las ramas metalúrgicas, químicas y farmacéuticas (Martin Daniel, Schottel, Sociedad Argentina de máquinas y motores, Schmitz y Aplet, etc.), aunque una parte no menos importante apunta actividades livianas y servicios financieros. Sin embargo, si observamos el volumen de capital de las empresas creadas desde 1960 en adelante, alrededor de 133.000 mil USD, representan más de la mitad del total. Así, podemos dar cuenta de que, siendo la mayor cantidad de empresas de menor escala en capital creadas a partir de 1960 en adelante, representan el mayor volumen en cantidad y en capital y se concentran en ramas dinámicas de la época.
En este mismo sentido, cabría mencionar a los capitales asociados (cuadro 9) que, de acuerdo con lo que puede observarse en el cuadro nueve y de acuerdo con la escala más reducida de capital, debe sumarse a la misma tendencia empresas alemanas y estadounidenses de las ramas de automotores, máquinas e hidrocarburos. Pues, es notable la creación de varias empresas con diferente asociación, así como significativo el capital acumulado (Particular, Wobron, Argelite).
NOTAS
Consultar en la Base de datos de Empresas Extrajeras en Argentina/Foreign Compa
1 Consultar en la Base de datos de Empresas Extrajeras en Argentina/Foreign Companies in Argentina Database BDEEA/FCAD – PICT 2010/0501. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Argentina. http://empexargentina.com/1970-71/
2 En los años 1950 se desarrollaba un pasaje de la primera fase de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) basada en la industria liviana y la producción de bienes finales desde 1930 a otra que ponía el énfasis en la industria pesada y la elaboración de bienes de capital. Esta segunda fase fue caracterizada por los llamados ciclos de stop and go (freno y expansión) que limitaban el proceso de expansión industrial argentino, especialmente en el frente externo. Sobre este tema se pueden consultar los trabajos de Fiszbein (2015) y Asiain y Gaite (2018).
3 Como dicen las autoras, no solo se trataba de estos sectores, sino que más del 95% del capital extranjero ingresado entre 1955-1972 se dirigió al sector manufacturero.
,4 Desde 1961 se avecinaba una crisis económica en tanto los precios encontraban una escalada ascendente, aumentaba progresivamente el déficit comercial, y a pesar de que la actividad económica seguía en ascenso, la presión sindical en aumentos de salarios complicaba la coyuntura. Finalmente, para fines de 1961 la balanza comercial desmejoraba en una combinación de pobres cosechas, endeudamiento externo y un endeble influjo del capital externo privado que atentaba con el entonces régimen de tipo de cambio fijo. A pesar de las medidas de Frondizi para detener el ciclo negativo como el recorte del empleo público, la reimposición de aranceles y restricciones a las importaciones del Estado, no se pudo evitar el golpe de Estado de 1962 y la posterior salida semiconstitucional con el gobierno de José María Guido. Este, luego debió enfrentar la deficitaria situación externa y el endeudamiento empresario y estatal que, al contrario de lo que se creyó, las inversiones extranjeras comenzaron a agravar. En los 18 meses en que gobernó Guido se sucedieron cinco ministros de economía, donde el último, Álvaro Alsogaray, instrumentó un programa de ajuste ortodoxo destinado a enfriar la economía que redujo la actividad y las importaciones (Zícari, 2020).
5 Las autoras estiman que un porcentaje del 43% de las empresas extranjeras fue constituido entre los años 1960-1970.
6 Para la descripción más general y analítica tomamos la clasificación de actividades por la International Standard Industrial Clasisification of All Economic Activities, propuesta por la Comisión Estadística de Nacionales Unidas adoptada por el equipo de la Base BDEEA/FCAD: A. Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. B. Explotación de minas y canteras. C. Industrias manufactureras. D. Suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado. E. Suministro de agua; evacuación de aguas residuales. F. Construcción. G. Comercio al por mayor y al por menor. H. Transporte y almacenamiento. I. Actividades de aojamiento y servicio de comidas. J. Información y comunicaciones. K. Actividades financieras y de seguros. L. Actividades inmobiliarias.
7 También cabría una mención sobre la organización de las empresas en este periodo histórico. En su gran mayoría, las empresas extranjeras venían organizándose como sociedades anónimas argentinas, estrategia que les permitió aprovechar las ventajas del mercado nacional protegido. Este conjunto de empresas se dividía entre las que eran filiales de multinacionales o las que estaban registradas solo en el país de origen e integraban un importante número de miembros locales en sus directorios.
8 Aunque en verdad debería considerarse a Dreyfus y Cía. Louis que, constituida con capitales alemanes y franceses, contaba con un stock de 2 millones de USD. Véase Cuadro 5.
9 Teniendo en cuenta que, como excepción, en la BDEEA/FCAD para estos años se tomaron solo las empresas con capital mayor a 3 millones de pesos argentinos dada la magnitud de las empresas en la economía, las comparaciones arrojadas tendrán especial cuidado en este asunto.
Consideraciones finales
Según lo observado hacia 1960, las principales empresas (de mayor volumen de capital) eran de reciente creación y se volcaban a las ramas más dinámicas de la economía; aun con presencia en servicios financieros y alimentos. No obstante, el grupo medio para 1960, si bien respondió a una tendencia similar donde las empresas recientemente creadas explicaban más de la mitad del volumen de capital del grupo, y se encontraban mayoritariamente volcadas a los sectores de automotriz, metalúrgico y químico, existió una heterogeneidad mayor en las actividades seleccionadas. Por su parte, fue en las más pequeñas donde, a pesar de cierta analogía en lo que se describe, se vieron ciertas firmas que habían sido creadas al calor de la primera ISI, dedicadas sobre todo a ramas de la industria liviana. Esto quizás dé cuenta de la resiliencia de este pequeño capital instalado desde aquellos años.
Aun así, los mayores y abruptos cambios se sucedieron en los años de 1970, allí hemos podido observar cómo se produjo un salto del capital alemán en las empresas más grandes (multiplicado por lo menos en cinco veces más) y explicado por firmas que se crearon en los años 1960 en las ramas de manufacturas pesadas y dinámicas de aquel entonces, pero aun mostrando una mayor ramificación de los años cincuenta en las ramas de alimentos, servicios financieros, vestimenta, tabaco y farmacéutica. Sin embargo, en lo que respecta a las firmas medias en 1970 se observa que, a pesar de hallarse una mayor cantidad de compañías (más del doble que en 1960), el impacto en el volumen de capital fue reducido (no llegó a superar en el doble como sí sucedió en otros subgrupos). Con respecto a las ramas a donde se volcaron, es claro que la diversificación fue mayor en comparación a la década pasada en actividades como cosméticos, relojes, maderas y tintas, además de las predominantes manufacturas pesadas. Las más pequeñas de los años de 1970, por su parte, también asistieron a una gran cantidad de empresas de reciente creación durante los años 1960, respondiendo a una tendencia de perfil similar a las descriptas anteriormente. Por último, el capital alemán asociado, que a comienzos de 1960 no registraba importantes proyectos más allá de campeones históricos como Dreyfus, asistió a un cambio en los años de 1970. Si bien este cambio no se explicó en una mayor cantidad de firmas, como pudo verse en la mayoría de los grupos de 1970, fue muy significativo en volumen de capital que, desde pocos proyectos, se multiplicó en por lo menos tres veces.
Otras consideraciones sobre el capital alemán permiten ver cómo se diferenciaron de las estrategias de los años sesenta, donde entre los rubros preferidos de las empresas extranjeras habían estado los sectores tradicionales de alimentos y bebidas, además de la industria química, farmacéutica, y los dinámicos de metales y maquinaria. Por el contrario, si bien los capitales alemanes mostraron cierta tendencia hacia las industrias más dinámicas como la automotriz, la química y la metalúrgica, presentaron una diversificación en sectores específicos desde capitales menores sumando otras ramas como comercio, finanzas y cosmética. Respecto a la creación de las empresas, los capitales alemanes parecieron mostrar una tendencia contraria a la media. Especialmente si se tiene en cuenta que en la década de 1960 la estrategia de entrada de las 100 mayores empresas extranjeras no fue mediante la creación de nuevas firmas (Lluch y Lanciotti, 2018: 88), sino mediante fusiones y adquisiciones. Por el contrario, los capitales alemanes mostraban un dinamismo importante en el sentido contrario, ya que apuntaron una cantidad importante de creación de empresas en más del doble entre 1960-1970. Por otro lado, si bien las autoras señalan que, entre las 100 mayores empresas extranjeras, el capital alemán se encontraba en uno de los lugares más significativos hacia 1970, aunque muy por debajo de Norteamérica y levemente de Gran Bretaña, el crecimiento de las empresas consideradas pequeñas da cuenta de una estrategia de entrada en sectores pujantes como el químico y la metalúrgica.
En términos globales y comparativos, Alemania avanzó con el total de unas 60 empresas desde 1960, y sumó un capital de casi 31.000.000 USD. El capital norteamericano presentaba el doble este monto, solo en las empresas que sumaban más de un volumen de 1.000.000 de USD, que eran poco más de 30. Muy por debajo se encontraban los capitales españoles, que en la etapa habían sumado 19 empresas y un capital significativamente menor (destacándose en otros sectores como editorial, comercio y obra pública). En el caso de los capitales franceses, estos superaban en más del doble a los alemanes, aunque la cantidad de empresas que se habían radicado entre 1960-1970 eran similares. Sin embargo, en lo que respecta a los sectores, destacaban la industria química y los servicios en Francia, a pesar de algunas radicaciones en la industria automotriz y otros sectores pujantes de la industria. Si se mira el caso de Gran Bretaña, mencionado más arriba, puede notarse que se mostró más pujante en creación de empresas en el periodo analizado, como en el volumen de capital que sumaban. Sin embargo, desde otro punto de vista, las variables fueron sustancialmente menores para Gran Bretaña, que por el contrario contaba con mayor cantidad de firmas y volumen de capital en empresas históricamente situadas. Vale destacar, por último, el caso de Uruguay, mencionado al comienzo de este trabajo, que contó con muchísimas radicaciones en estos años. A pesar de que existen pocos datos en los volúmenes de capital uruguayo, sí puede destacarse que contó con un total de 24 empresas nuevas, frente a las 30 alemanas. De hecho, la gran mayoría de las firmas uruguayas se instaló en estos años, y su volumen de capital fue mayor que el alemán, incluso faltando datos para varias firmas. Quizás la diferencia se encontraba en los sectores de preferencias, donde las firmas uruguayas se inclinaban por el sector agropecuario y financiero, antes que industrial.
No existen dudas de que la presencia del capital alemán fue significativa en esta etapa, y aunque si bien serían necesarios más estudios comparativos para solventar mejor esta afirmación, es claro que entre los años 1960 y 1970, incluso con los cincuenta de arrastre, el capital alemán más que duplicó su presencia, especialmente en lo que respecta a las firmas de mayor volumen de capital. Pero también, una mirada comparativa muestra una mayor diversificación en las ramas seleccionadas, además de las manufacturas que marcaron el signo de la época en la industria pesada, a contracorriente de las preferencias de otras nacionalidades. Esta tendencia se hizo más clara en 1970, especialmente en el grupo medio y pequeño. Además, en estos últimos subgrupos, podrían sembrarse ciertas dudas respecto a la importancia del capital alemán en firmas medianas. Si bien la cantidad de firmas fue significativamente mayor, no se vio un impacto igual de importante como en el caso de las mayores firmas e incluso en las asociadas- Esto quizás permita considerar que para 1970 avanzaron las mayores firmas y que las más pequeñas, a pesar de multiplicarse, no eran significativas dentro del subgrupo. Sin embargo, también debe mencionarse que estas últimas daban cuenta de una estrategia de inserción sectorial en sectores dinámicos. Fuera de este punto, debe destacarse cómo las firmas que se creaban recientemente en los años 1950 y 1960 duplicaban las cantidades existentes y, en la mayoría de los casos superando de la misma forma el capital total que se registraba. En este sentido, los saltos hacia adelante del capital alemán en estos años fueron de vital importancia y queda pendiente para estudios futuros dar cuenta si estas tendencias u otras que se propongan se ajustaban a las dinámicas de otras firmas de distinta nacionalidad.
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Fechas de Publicación
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Fecha del número
Jul-Dec 2022
Histórico
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Recibido
29 Mayo 2021 -
Acepto
23 Feb 2022