Resumen
Con el objetivo de construir y validar una prueba para medir propiedades de los celos románticos, se desarrolló el Inventario Multidimensional de Celos Románticos (IMCR) desde tres ejes: 1) su conceptualización, 2) circunstancias que lo generan y 3) respuestas cognitivas, afectivas y conductuales involucradas. El IMCR está constituido por cinco escalas tipo Likert con sus respectivas opciones de respuesta. Se acudió a juicio de expertos para la validez de contenido y por análisis factoriales exploratorios para la validez de constructo de cada escala, presentando coeficientes de confiabilidad superiores a (α > .873). Por esto, el IMCR tiene una estructura relativamente clara con dimensiones en parte independientes y que miden con razonable precisión los tres ejes; concluyendo que los celos románticos son un constructo multidimensional con respuestas afectivas, cognitivas y conductuales desencadenadas a partir de una situación que representa la posible pérdida de la pareja.
Palabras Clave: Celos románticos; validación; medición; análisis factorial; etnopsicología
Abstract
Aiming to construct and validate a test to measure jealousy, the Multidimensional Inventory of Romantic Jealousy (MIRJ) was developed from three axes: 1) conceptualization, 2) conditions that generate romantic jealousy and 3) cognitive, affective and behavioral responses involved. The MIRJ consists of five Likert scales with five response options each. The inventory was validated by expert judgment on the content validity and exploratory factor analysis to construct the validity of each scale, showing higher reliability coefficients (α> 0.85). MIRJ has a fairly clear structure with independent dimensions that measure with reasonable accuracy the three axes. In Conclusion, romantic jealousy is a multidimensional construct with affective, cognitive and behavioral responses, triggered from a situation that represents the possible loss of a partner.
Key words: Romantic jealousy; validation; measuring; factorial analysis; etnopsychologic
Introducción
Los celos están presentes en todas las relaciones de las personas y en sus diferentes contextos, tales como la familia, la escuela y el trabajo (Valdez, 2009. Sin embargo, de acuerdo con Costa y da Barros (2008), los celos más comunes y frecuentemente estudiados son los que se dan en las relaciones amorosas, a los cuales se les ha denominado celos románticos (Barrón & Martínez, 2001; Bers & Rodin, 1984; como se citó en Rivera, Díaz-Loving, Flores & Montero, 2010; Díaz-Loving & Rivera, 2010; Echeburúa & Fernández-Montalvo, 2011).
Las definiciones de los celos se han formulado sobre la base de una amplia gama de factores. El término se ha definido como un sentimiento de malestar (Echeburúa & Fernández-Montalvo, 2001); una emoción desagradable (Hyde & DeLamater, 2006); una emoción compleja negativa (Canto, García & Gómez, 2009) compuesta de emociones básicas (Reidl, 2005; Reidl, Sierra, & Fernández, 2005) e indestructibles, como el enojo, la tristeza y el miedo, así como otras, tales como el amor, odio, ansiedad, autocompasión, narcisismo, culpa, pánico y desconfianza (Barrón & Martínez, 2001; Reidl, 2005; Valdez, 2009). Para Ochoa (1998; como se citó en Martínez-León et al., 2013), los celos son un fenómeno cognoscitivo, psicológico, social y emocional. A pesar de la variedad de definiciones establecidas para los celos, la mayoría de los autores convergen en que surgen ante la aparición de una amenaza (ya sea real o imaginaria) que puede involucrar la posible pérdida de una relación valiosa. Esta amenaza puede ser la aparición de un tercero o la pérdida de la atención o recursos afectivos del sujeto/objeto de deseo (Echeburúa & FernándezMontalvo, 2001; Ellis & Weinstein, 1986; Parrot, 1991; Reidl, 2005; Reidl, Sierra, & Fernández, 2005; Hyde & DeLamater, 2006; Canto, García & Gómez, 2009; Álvarez-Gayou & Millán, 2010).
Aunque no hay una definición universal sobre este término, las distintas conceptualizaciones sobre el tema comparten elementos esenciales, como que se detonan por situaciones que parecen ser amenazantes y que incluyen ciertos elementos. Tal es el caso de White y Mullen (1989; citados en Hyde & DeLamater, 2006), que consideran a los celos como una constelación que incluye pensamientos, emociones y acciones. Asimismo, Barrón y Martínez (2001) mencionan que contienen reacciones cognitivas, emocionales y conductuales que, aunque son independientes entre sí, pueden mostrarse juntas, o solo una de ellas, o una serie de combinaciones de éstas, ante una situación generadora de celos o la interacción de varias situaciones. Para White (1981, citado en Reidl, 2005), son una etiqueta que se pone a un complejo interrelacionado de procesos conductuales, emocionales y cognoscitivos que siguen a una amenaza dirigida hacia una relación romántica y Flores y Díaz-Loving (2010) refieren que los celos presentan diversas reacciones afectivas o sentimientos, juntos o en secuencia; así como reacciones conductuales o comportamientos orientados a controlar la situación, lo que se siente o lo que se hace y la necesidad de modificar la situación para que termine, de forma tal que los celos los consideran un fenómeno complejo, al involucrar cogniciones, emociones y conductas, y multidimensional, (Díaz-Loving, Rivera & Flores, 1986) al evocar diversas reacciones.
Mota, González-Arratia, Valdez, Escobar y Hernández (2014) identificaron que la persona que ha experimentado celos encuentra complejo definirlos y que existe una gama de situaciones que producen celos, así como de respuestas tanto cognitivas, afectivas y conductuales involucradas en los mismos.
A partir de ello, se propuso la construcción de un instrumento que permitiera la identificar estos elementos involucrados en los celos románticos, definiéndolos como el intento por conservar o no perder una relación romántica que se considera valiosa para la sobrevivencia o para ser alguien en la vida. Dicho intento surge ante una situación amenazante de pérdida, imaginaria o real, de la relación amorosa, que a su vez produce reacciones afectivas, conductuales y cognitivas (Mota, 2015).
Respecto a la medición de celos, Rivera, et al, (2010), refieren algunos de los instrumentos para hacerlo. La escala propuesta por Tipton, Benedictson, Mohaney y Hartnett en 1978; compuesta por 92 ítems tipo Likert que identifica aspectos cognoscitivos y emocionales. Otra escala es la de autorreporte de celos construida por Bringle y Evanbeck en 1979, vinculada a identificar relaciones entre estilos de afrontamiento y celos. Mathes y Severa (1981) construyeron la Escala Interpersonal de celos románticos vinculados a la inseguridad y dependencia; posteriormente, esta escala fue adaptada por Martínez y Rodríguez en 1996 (en MartínezLeón, 2013), en población universitaria de Bogotá, consta de 28 ítems, escala tipo Likert.
Rich (1991), propone un cuestionario tipo Likert que evalúa las reacciones y respuestas conductuales a partir de la percepción de una amenaza que va en contra de la percepción de la pérdida de la autoestima; posteriormente, otro cuestionario relacionado con la reacción de enfrentamiento y ataque de la persona celosa. La Escala Multidimensional de Celos, creada en 1989 por Díaz-Loving, Rivera y Flores, consiste en una escala tipo Likert con 105 reactivos y cinco opciones de respuesta. Esta escala fue elaborada a partir de la técnica de grupo focales e identifica el tipo de infidelidad desencadena los celos románticos.
Otros estudios han implementado la técnica de las redes semánticas (Valdez, 2010) para identificar la conceptualización de los celos, definiéndolos como: inseguridad y desconfianza (Sánchez & Cortés, 1996 como se citó en Rivera, Díaz-Loving, Flores & Montero, 2010; Reidl, 2005). Otros han implementado el uso de viñetas para identificar la situación que más les representaría malestar; estos estudios tienden a vincularse con la relación de celos-infidelidad (Canto, García & Gómez, 2009; Portilla, Henao & Isaza, 2010; Canto, Moreno, Perles, & San Martín, 2012).
A pesar de la existencia de estos instrumentos, se observa que las características de los celos se han medido de manera aislada e, inclusive, dando mayor énfasis a las variables con las que se les ha relacionado, como lo es la infidelidad. Sin embargo, aunque se relacione con ellos, no es lo mismo; la infidelidad, real o imaginaria, constituye solo un factor desencadenante. Las mediciones respecto a los celos también se han hecho a través de técnicas cualitativas que buscan que los sujetos se posicionen en una situación hipotética de celos y no buscan la situación real que da origen a la experimentación de los celos.
Por eso, el objetivo de este estudio fue la construcción y validación del Inventario Multidimensional de Celos Románticos (IMCR), desde la perspectiva de la Etnopsicología, que argumenta la necesidad de sentar bases socioculturales del comportamiento y de concretar conceptos culturales en medidas válidas, confiables y objetivas, así como la necesidad de realizar investigación a través de las culturas (Díaz-Guerrero, 2003; Díaz-Loving, et al, 2011; Valdez, 2010). Esto a razón de que la cultura y la sociedad en que se desarrollan los individuos tienen un papel importante en la manera en cómo se experimentan los celos, sobre todo, en las situaciones que los generan; donde las ideas de cómo deben actuar las personas cuando surgen los celos están determinadas por las normas culturales, así como por las motivaciones personales (Álvarez-Gayou & Millán, 2010; Ochoa, 1998 como se citó en MartínezLeón et al, 2013).
El IMCR pretende identificar las características de los celos románticos, a partir de la definición de Mota (2015), que implica 3 ejes: el primero, la conceptualización que se tiene de celos; el segundo, las situaciones que los generan; y el tercero, que implica las respuestas cognitivas, afectivas y conductuales involucrados en los mismos. Se pretende que el instrumento pueda servir de guía en cuanto a las tendencias de la manifestación de los celos románticos: la identificación del concepto y características implicadas en la experiencia de éstos (las situaciones que los desencadenan y las respuestas involucradas).
Método
Participantes
Se trabajó con una muestra no probabilística (Hernández, Fernández, & Baptista, 2006), de tipo intencional (Martínez, 2010), compuesta por N = 300 sujetos igualmente representados (150 hombres, 150 mujeres), estudiantes de una universidad pública del Estado de México, entre 18 y 26 años de edad (M=19.52, DE = 1.94). El rango de tiempo de relación estuvo entre 1 y 62 meses (M = 15.77, DE = 12.95). Los criterios de inclusión fueron: tener una edad mínima de 18 años, con pareja al momento de la aplicación y haber manifestado celos hacia la pareja, la participación fue voluntaria.
Instrumento
Se construyó el Inventario Multidimensional de Celos Románticos (IMCR) para jóvenes, el cual tiene como finalidad la identificación de elementos involucrados en los celos, como la conceptualización de estos, las situaciones que los provocan, así como las respuestas afectivas, cognitivas y conductuales que surgen cuando se manifiestan.
Se constituye por reactivos tipo Likert, en forma de afirmaciones o juicios con cinco opciones de respuesta de frecuencia de siempre (5) a nunca (0), distribuidos en cinco escalas, la primera de ella es general y las otras cuatro específicas: 1) Escala definidora de los celos (Los Celos para Mí son...), que aborda el eje de conceptualización; 2) Circunstancias desencadenantes de Celos Románticos (Lo que Me provoca Celos es...), perteneciente al eje de circunstancias que generan celos. En el eje de respuestas involucradas se tiene 3) Escala afectiva (Cuando me dan Celos respecto a mi pareja Yo he Sentido...); 4) Escala Cognitiva (Cuando me dan Celos respecto a mi pareja Yo he Pensado...); y 5) Escala Conductual (Cuando me dan Celos respecto a mi pareja lo que Yo he Hecho es...).
Cada una de las escalas, en la primera versión del Inventario, contó con 30 reactivos, dando un total de 150, elaborados a partir de la técnica de redes semánticas naturales (Valdez, 2010), aplicadas y descritas en un estudio exploratorio que se realizó previamente (Mota et al., 2014).
Procedimiento
Para la obtención de los ítems se utilizó la técnica de redes semánticas naturales en la que se incluyeron cinco frases-estímulo con relación directa a las escalas del instrumento: 1) Los celos son...; 2) Las situaciones que me provocan celos son...; 3) Cuando me dan celos respecto a mi pareja yo he sentido...; 4) Ante una situación de celos hacia mi pareja lo que yo he hecho es...; y 5) Cuando me dan celos hacia mi pareja lo que yo he pensado... (Mota, et al, 2014).
Por cada frase-estímulo se obtuvieron las definidoras con mayor peso semántico y se procedió a la elaboración de los reactivos de tipo Likert en cada escala.
Se llevó a cabo la validez de contenido por juicio de expertos (Hernández et al., 2006), para realizar las correcciones pertinentes a los reactivos en cuanto a contenido, redacción, estructura y presentación de la primera versión del IMCR.
Previo a la aplicación se realizó un pilotaje.
Se identificaron los espacios académicos para la selección de la muestra.
Se solicitó la autorización para aplicar grupalmente el instrumento en salones de clase, de los espacios académicos a los estudiantes voluntarios que cubrieron los requisitos.
Los participantes fueron informados del propósito de la investigación, la confidencialidad del tratamiento de los datos y el anonimato de su participación.
Análisis de Datos
Los datos obtenidos se analizaron a través del programa estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) en su versión 20.0. Para llevar a cabo el análisis estadístico del instrumento, se revisó el tipo de distribución a través de un análisis de normalidad de Kolmogorov-Smirnov. Se aplicó, por cada escala, un Análisis Factorial Exploratorio (AFE) con el método de extracción de componentes principales, con rotación ortogonal de tipo varimax para la obtención de validez de constructo. Asimismo, se consideró como criterio de permanencia del reactivo un peso factorial mínimo de .40. Para la estimación de la consistencia interna se empleó el Alfa de Cronbach, obteniendo un alfa total para toda la escala y un alfa por cada factor obtenido a partir del análisis factorial. Asimismo, se utilizó correlación de Pearson entre los factores de cada escala.
Resultados
Del análisis de normalidad de Kolmogorov-SmirnovLilliefords (KSL = 0.341, p ≤ .000), se observó que la muestra no tiene una distribución normal, a pesar del incumplimiento de este criterio se decidió continuar con el análisis (Hair, Anderson, & Tatham, 2000). Los resultados que se presentan aplican solo para la muestra de esta investigación.
De acuerdo a la Tabla 1, las cinco escalas en conjunto presentaron (KMO > 0.85, p = .001), lo que indica que la muestra es pertinente. La escala que presenta mayor varianza total explicada fue la Afectiva (CS) con (S=40.20). En cuanto a los factores que integran cada escala, resultaron con 2 la Conceptual (CD), Afectiva (CS) y Cognitiva (CP); la de Circunstancias (CC) con 3; mientras que la Conductual (CH) con 4 factores. Respecto a la confiabilidad, todas las escalas obtuvieron valores (α ≥ .873).
Se analizó la estructura factorial de cada una; en el caso de la escala conceptual, se eliminaron dos reactivos: el CD1 y el CD23 (inseguridad y rabia respectivamente). Los 28 reactivos restantes se agruparon en dos dimensiones: la primera se le denominó Cognoscitiva con 17 reactivos, una confiabilidad de (α = .868), y una media de respuesta 3.360, (DE = 0.759), y la segunda Afectiva compuesta por once reactivos, con una media de respuesta 3.257, (DE = 0.925), de confiabilidad del factor se obtuvo (α = .895), se obtuvo una correlación de (r = 0.504) entre los factores de esta escala (ver Tabla 2).
En cuanto a la escala de circunstancias detonantes (CC), once reactivos fueron eliminados; los 19 restantes se distribuyeron en tres dimensiones, la primera denominada, Aparición de un tercero, obtuvo una confiabilidad de (α = .864), una media de respuesta de 3.132, (DE = 0.933) y conformada por ocho ítems.
La segunda, Aspectos Personales, con siete reactivos, con una confiabilidad de (α = .835), una media de respuesta de 2.653, (DE = 0.881); y finalmente con cuatro reactivos la dimensión Aspectos de la Relación, alcanzó una confiabilidad de (α = .766) y una media de respuesta de 2.701, (DE = 0.791); entre la dimensión de Aparición de un tercero y Aspectos personales se obtuvo una correlación de (r = 0.541), entre Aparición de un tercero y Aspectos de la relación una confiabilidad de (r = 0.479), mientras que un valor de (r = 0.526) entre el factor de Aparición de un tercero y Aspectos de la relación (ver Tabla 3).
La escala afectiva (ver Tabla 4) se constituyó de dos dimensiones; la primera de ellas es la de Afectos negativos, conformada por 19 reactivos, con una confiabilidad de (α = .907), una media en las respuestas de 2.653, (DE = 0.768). La segunda, denominada Conductas violentas, constituida por nueve reactivos, presentó una confiabilidad de (α = .850), una media en las respuestas de 2.458, (DE = 0.869). En esta escala solo se eliminaron 2 reactivos los cuales fueron el CS18 (Quiero demasiado a mi pareja), y el CS21 (Decepción). Entre ambas dimensiones se encontró una correlación de (r = 0.593).
Para la escala cognitiva (CP), solo se eliminó el reactivo CP17 (Que no le tengo confianza a mi pareja), los 29 restantes se distribuyeron en dos dimensiones de la siguiente forma: la primera denominada Atribución a la pareja, con una confiabilidad de (α = .907), una media de respuesta de 2.436, (DE = 0.832) y se constituyó por 15 reactivos; mientras que la segunda, por 14 reactivos, con una confiabilidad de (α = .855), una media de respuesta de 2.500, (DE = 0.738) y se denominó Atribuciones propias (ver Tabla 5), entre ambos factores se obtuvo una correlación de (r = 0.669).
Finalmente, para la escala conductual (CH), de los 30 reactivos originalmente propuestos se eliminaron siete, el resto se integró en cuatro dimensiones (ver Tabla 6): la primera denominada Acciones positivas, con diez reactivos, una confiabilidad de (α = .854) y una media de respuesta de 2.400, (DE = 0.770); la segunda, consta de cuatro reactivos, una confiabilidad de (α = .792) y una media de respuesta de 2.267, (DE = 0.763) y se nombró Comprobación y control; la tercera, se conformó de cinco reactivas, denominada Agresión hacia la pareja, con una confiabilidad de (α = .762) y una media de respuesta de 2.533, (DE = 0.933). Finalmente la cuarta, denominada Venganza que se integra por cuatro reactivos, obtuvo una confiabilidad de (α = .702) y una media de respuesta de 2.381, (DE = 0.915). En cuanto a las correlaciones entre los factores de esta escala, se encontró entre Acciones positivas y Comprobación y control una confiabilidad de (r = 0.487), un valor (r = 0.777) respecto a la dimensión Agresión y en cuanto a Venganza correlacionó con (r = 0.637); la dimensión de Comprobación y control correlación con un valor de (r = 0.474) respecto a la dimensión de Agresión, mientras que, respecto a Venganza se obtuvo un valor de (r = 0.486); finalmente, en cuanto a la correlación entre las dimensiones de Agresión y Venganza, se obtuvo un valor de (r = 0.518).
Discusión
En cuanto a la validez, Rojas (2014) la considera un concepto fundamental en el campo de la medición. Esta hace referencia al conjunto de evidencias que fundamentan las interpretaciones de un test y que, en el caso de las que están basadas en la estructura interna, estas se desprenden de las relaciones que hay entre los reactivos y los componentes del constructo a medir.
En el caso de la variable celos, a lo largo de los años se han desarrollado diversas formas de evaluarlos y definirlos. Algunos autores los definen como una emoción y otros como un conjunto de emociones; mientras que, otros, los definen a partir de la forma en cómo se enfrentan, cómo se relacionan con la infidelidad o las reacciones involucradas en el constructo. Tomando en cuenta lo anterior el IMCR se construyó en función de tener un instrumento que identifique las situaciones que desencadenan los celos románticos y las respuestas que surgen después de experimentarlos.
Con fines de estimar la consistencia interna del IMCR, así como de evaluar la validez de constructo a través de análisis factoriales para cada escala, se trabajó con una muestra no probabilística de tipo intencional, compuesta por estudiantes de una universidad pública del Estado de México, la edad promedio fue 19.52 años (DE = 1.94). El carácter no probabilístico del muestreo, en conjunto con el hecho de que se trata de una población cautiva, señalan que los datos obtenidos no deben considerarse como una proyección representativa de todos los estudiantes de México.
Para la construcción de los ítems se utilizó la Técnica de Redes Semánticas Naturales (Valdez, 2009), y las dimensiones de cada escala. Se establecieron a partir de los análisis factoriales realizados analizando también el contenido conceptual entre los reactivos. Originalmente, el IMCR estuvo constituido por 150 reactivos (30 para cada escala). Sin embargo, se determinó como criterio para que el reactivo fuera incluido un peso factorial mínimo de 0.40, por lo que en su versión final quedó constituido por 127.
A partir de los datos de esta investigación, se considera que el Inventario Multidimensional del Celos Románticos tiene una estructura relativamente clara con dimensiones en parte independientes y que mide con razonable minuciosidad la conceptualización de los celos propuesta. Lo anterior respecto a las circunstancias que los producen y las reacciones afectivas, cognitivas y conductuales involucradas, puesto que cada subescala posee coeficientes de confiabilidad altos, esto a razón de que de los 13 factores obtenidos en total, solo cuatro puntuaron con una confiabilidad (α >.800), y la confiabilidad total por escala fue (α ≥ .873).
Por ende, se observa que los celos románticos son un constructo multidimensional con respuestas afectivas, cognitivas y conductuales que se desencadenan a partir de una situación que representa la posible pérdida de la pareja, tal como se esperaba (Barrón & Martínez, 2001; Día-Loving, Rivera & Flores, 1986; Flores &Díaz-Loving, 2010; Mota, et al, 2014; White & Mullen 1989, citados en Hyde & DeLamater, 2006; White, 1981, citado en Reidl, 2005). De esta forma, cada una de las dimensiones propuestas para el Inventario Multidimensional de Celos Románticos (IMCR) se vincula a la definición propuesta por Mota (2015), para los celos románticos: el intento por conservar o no perder una relación romántica que se considera valiosa para la sobrevivencia o para ser alguien en la vida. Dicho intento surge ante una situación amenazante de pérdida imaginaria o real; de la relación amorosa que, a su vez, produce reacciones afectivas, conductuales y cognitivas.
En cuanto a cómo se conceptualiza los celos, se tiene a la escala conceptual, clasificando estos a partir de un aspecto cognoscitivo y uno afectivo. El primero hace referencia a concebir los celos como elementos cognitivos y que accionan una conducta; mientras que el segundo, desde una dimensión afectiva que implica que las personas describen a los celos románticos desde emociones negativas (Flores &Díaz-Loving, 2010; López & Rivera, 2011; Valdez, 2009; White & Mullen, 1989 citados en Hyde & DeLamater, 2006; White, 1981 citado en Reidl, 2005). Esta conceptualización permite corroborar que las personas perciben y definen los celos románticos con elementos cognitivos, conductuales y afectivos de corte negativo, por lo que se puede establecer que los celos no son solo una emoción, sino el resultado de estos tres aspectos psicológicos.
La escala de circunstancias detonantes permite identificar las situaciones percibidas como amenazas para la relación romántica y que producen los celos (Álvarez-Gayou & Millán, 2010), como es la Aparición de un tercero que consiste en que una tercera persona pueda captar la atención de la pareja, lo que provoca que ésta última se distancie (Barrón & Martínez, 2001). Por otro lado, los aspectos personales, se definen para el instrumento como la demanda de la pareja de conocer y estar al tanto de las acciones de la pareja, los círculos que frecuenta y las actividades que desarrolla (Echeburúa & Montalvo, 2005), así como elementos propios de la persona como inseguridad y miedos; en cuanto a los aspectos de la relación se encuentran elementos como comunicación y distanciamiento. Por lo que la aparición de una tercera persona puede afectar a la relación de la pareja en aspectos como la comunicación y crear conflictos y malos entendidos, conduciendo a la persona que manifiesta celos a sentir inseguridad, miedo de perder a la pareja o incertidumbre por no saber dónde y con quién está la pareja.
En cuanto a las respuestas afectivas, cognitivas y conductuales involucradas en los celos, se desarrolló una escala para cada tipo de respuestas: la escala afectiva identifica la presencia de emociones negativas tales como frustración, impotencia, angustia, enojo, desconfianza, tristeza, entre otros (López & Rivera, 2011; Mota, 2015; Valdez, 2009); y cómo estas emociones conducen hacia expresiones negativas como la culpa y la exaltación Bryson (1991; como se citó en Barrón & Martínez, 2001), que se han denominado desde el IMCR como conductas violentas.
En el caso de escala cognitiva, se hace referencia a las interpretaciones que hace la persona respecto al por qué de la experiencia de sus celos. Dichas interpretaciones pueden ser atribuidas a la pareja como la causante de que la persona experimente celos (Barrón & Martínez, 2001); mientras que las atribuciones propias van encaminadas a que la persona se ve como la responsable, por lo que se justifica, se castiga o se culpa por no poder conservar o retener (ya sea por la buena o por la mala) aquello que se tenía y que se está en riesgo de perder o ya se ha perdido (Valdez, 2009). La primera dimensión, la responsabilidad de la experiencia de la persona celosa, recae en las acciones de la pareja (pensamiento que se puedan transformar en acciones dirigidas a evidenciar la culpa del otro, o justificar desde lo que el otro hace); mientras que, en la segunda, en las características propias (pensamientos, características psicológicas y físicas).
La escala conductual permite identificar las reacciones conductuales que generan los celos, dentro las cuales se observan las conductas asertivas, denominadas acciones positivas, cuyo fin es mantener y procurar la relación. A su vez se aprecian elementos como la comunicación y la búsqueda de soluciones para cambiar aspectos problemáticos de la relación (Barrón & Martínez; 2001; Hyde & DeLamater, 2006). También se identifican las conductas comprobatorias, que hacen referencia a los intentos de la persona de corroborar la información que la pareja le proporciona, con la finalidad de reducir la ansiedad o de sustentar los celos (Echeburúa y Montalvo, 2005). En cuanto las estrategias de control, estas hacen referencia a las demandas que hace un miembro de la pareja para modificar o controlar las acciones del otro y que limita la libertad de decisión (Echeburúa y Montalvo, 2005). La dimensión de venganza consiste en hacer lo mismo que el otro, con la intención de que la pareja experimente lo mismo Bryson (1991: citado en Barrón & Martínez, 2001). Para esta escala se sugiere analizar si, ante la presencia de la primera dimensión, las otras tres se manifiestan en menor medida, debido a que, ante la presencia de acciones positivas, se podría pensar que al aparecer, ya sea por control interno o para mantener de la relación, la persona que experimenta celos no manifestará acciones negativas en contra de su pareja o de la relación.
Se ha encontrado que en una situación de celos hay más agresión hacia la pareja entre más se le ama y más compromiso se dé en la relación, manifestándose como enojo y deseos de castigar y matar. Lo anterior se debe a que la agresión celosa está determinada en el sentido de representar el punto final de un número de intenciones: involucran la rabia frente a un acto de infidelidad o deslealtad, amenazan destruir la relación, involucran humillación, hacen que surja erotismo intensamente ambivalente y se ven acompañados de incertidumbre, frustración y desesperación. Cualquiera de estas reacciones, o todas ellas, pueden predisponer a un individuo a cometer actos agresivos (Reidl, 2005), un desajuste emocional y síntomas depresivos que puedan llevar a efectos como el homicidio o el suicidio.
Como el propósito de esta investigación fue presentar los resultados obtenidos para la validación del IMCR, se propone mostrar en futuras investigaciones resultados en cuanto a diferencias por sexo, a razón que Echeburúa y Fernández-Montalvo (2005) han encontrado que los celos se manifiestan habitualmente en el hombre en forma de ira o de agresión, elementos que se pueden apreciar en las dimensiones del IMCR. En concordancia, Barrón y Martínez (2010) consideran que los hombres, cuando expresan los celos, lo hacen más frecuentemente que las mujeres con ira y agresividad; sin embargo, tienden a ocultar y evitar manifestarse celosos en mayor medida que las mujeres. En lo que se refiere a las mujeres, es más frecuente que los celos se manifiesten en forma de tristeza o depresión, en muchas ocasiones, mezcladas con autorreproches, tienden a buscar los posibles errores que han cometido como explicación a la supuesta infidelidad de su pareja (Echeburúa & Fernández-Montalvo, 2005). En este sentido, Crooks y Baur (2010), mencionan que las mujeres tienden a reconocer más que los hombres que se sienten celosas, encontrando en diversos estudios que los celos de una mujer se enfocan en el involucramiento emocional de su pareja con otra persona, mientras que los del hombre se centran en el involucramiento sexual. Otro patrón arguye que las mujeres, a menudo, se culpan cuando surge un conflicto por este motivo, mientras que los hombres los atribuyen a terceros o al comportamiento de su pareja. Esto último podría ser identificado y corroborado a través de la escala cognitiva del IMCR.
De los problemas más frecuentemente asociados a los celos son los síntomas depresivos, los sentimientos de baja autoestima, un nivel pobre de asertividad, alteraciones sexuales, así como dificultades de comunicación en la relación de pareja y ansiedad (Echeberúa & Montalvo, 2005). Las consecuencias de los celos se pueden dar en distinto niveles o esferas (Barrón y Martínez, 2001) de la persona. Se proponen, para futuras investigaciones, estudios relacionados con depresión y autoestima y qué tipo de relación guardan con los celos; asimismo considerar la teoría del apego vinculada a los celos románticos, debido a que se pueden interpretar como dinámicas dirigidas a mantener a las parejas juntas, y parecen ser activados por la separación de la figura de apego o la pareja (dependiendo el caso). Además que implican las mismas emociones básicas, como el miedo, la ira, la tristeza. Finalmente, pueden provocar una sensación de seguridad cuando hay una relación estrecha con el otro o lo contrario cuando la otra persona es distante (Marazziti, et al, 2010).
De las limitaciones de la investigación se tiene el tipo de distribución y muestreo, por lo que se sugiere la replicación con un muestreo probabilístico. En cuanto al fortalecimiento de la validez del instrumento, se trabaja con la validez convergente a partir de la comparación del instrumento construido con otro que mide el mismo constructo, con la finalidad de verificar las aportaciones del IMCR, (Shaugnessy, Zechmeister & Zechmeister, 2007). Para efectos de la obtención de los indicadores de esta validez se aplicó el Inventario Multidimensional de Celos Románticos seguido de la Escala Multidimensional de Celos (Rivera, et al, 2010), procurando dar a conocer en un futuro próximo los resultados. Así, también, se propone un análisis factorial confirmatorio para validación de los datos obtenidos.
Se desea que el IMCR contribuya a la etnopsicología mexicana como una guía de identificación del tipo de respuestas (afectivas, cognitivas y conductuales) involucradas en los celos románticos, de las situaciones que los desencadenan y del significado que tienen las personas sobre estos y que, conforme se avance la investigación, se generen acciones dirigidas a solucionar y promover un bienestar individual impactando en lo social. Para ello, se continúan los estudios en cuanto a los celos románticos desde una perspectiva etnopsicológica.
Referencias
- Álvarez-Gayou, J. L., &Millán, P.(2010). Te celo porque te quieroMéxico: Grijalbo.
- Barrón, A., &Martínez, D.(2001). Los celos* una perspectiva psicológica y social Málaga: Aljibe.
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Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
Jan-Jun 2016
Histórico
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Recibido
29 Abr 2015 -
Acepto
05 Mar 2016