Open-access Economía del tabaco

Tobacco Economics

Resúmenes

La ciencia ha demostrado inequívocamente que el consumo de tabaco y la exposición al humo de este, son causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad y representan un riesgo inminente para la salud pública a nivel mundial. Muchos gobiernos dudan en adoptar medidas legales y políticas necesarias para disminuir el consumo de tabaco, por temor a las consecuencias económicas negativas que tales medidas podrían implicar. La producción, exportación e importación de tabaco son una parte ínfima de la economía costarricense. El control estricto del tabaco no produciría una pérdida neta de empleos; la teoría económica dicta que se verificaría un cambio en los patrones de consumo, el cual implicaría un aumento de empleos en otras áreas de la economía nacional. Existe evidencia de países de alto, mediano y bajo ingreso, que demuestra que el aumento del precio de los cigarrillos por medio del incremento de impuestos induce a la disminución en el consumo y previene el inicio del fumado, especialmente en la población joven. Además, se genera un aumento en ingresos fiscales como consecuencia de los impuestos. La evidencia prueba que el contrabando de tabaco está íntimamente relacionado con el nivel de corrupción existente en el país, por eso con el aumento o disminución de impuestos, los cambios en el contrabando no son significativos. Hay evidencia de que no existen pérdidas económicas por ventas, ni disminución en empleos en hoteles, bares y restaurantes, al implementar la ley de espacios100% libres de humo.

control del tabaco; leyes de control del fumado; economía del tabaco; Convenio Marco para el Control del Tabaco; Costa Rica; espacios 100% libres de humo; Organización Mundial de la Salud


Sound medical evidence testifies that tobacco use and inhaling “secondhand” smoke from cigarettes raises the risk of morbidity, mortality and disability. Tobacco use is a major worldwide public health issue. Many countries still hesitate to act decisively to reduce tobacco, because they are concerned that the harm caused by tobacco may be offset by the economic benefits that the country derives from tobacco. The production, export and import of tobacco and tobacco products make up an insignificant part of Costa Rica’s economy. The concern that tobacco controls will cause permanent job losses in an economy is not the case in most countries. Falling demand for tobacco does not mean a fall in a country’s total employment level. Money that smokers once spent on cigarettes would instead be spent on other goods and services, generating other jobs. Evidence from countries of all income levels shows that price increases on cigarettes are highly effective in reducing demand. Higher taxes induce some smokers to quit and prevent other individuals from starting, especially young citizens. Another concern is that higher taxes will lead to massive increases in smuggling but the evidence shows that, even where smuggling occurs at high rates, tax increases bring greater revenues and reduce consumption.Smuggling is directly associated with the corruption level of each country.Experience in high and middle-income countries shows that strict tobacco control with smoke free policies do not have a negative economic impact in the hospitality industry both in net economic gains and employment levels.

tobacco control; smoke free laws; economic evaluation; Costa Rica; World Health Organization; Framework Convention on Tobacco Control


Sound medical evidence testifies that tobacco use and inhaling “secondhand” smoke from cigarettes raises the risk of morbidity, mortality and disability. Tobacco use is a major worldwide public health issue. Many countries still hesitate to act decisively to reduce tobacco, because they are concerned that the harm caused by tobacco may be offset by the economic benefits that the country derives from tobacco. The production, export and import of tobacco and tobacco products make up an insignificant part of Costa Rica’s economy. The concern that tobacco controls will cause permanent job losses in an economy is not the case in most countries. Falling demand for tobacco does not mean a fall in a country’s total employment level. Money that smokers once spent on cigarettes would instead be spent on other goods and services, generating other jobs. Evidence from countries of all income levels shows that price increases on cigarettes are highly effective in reducing demand. Higher taxes induce some smokers to quit and prevent other individuals from starting, especially young citizens. Another concern is that higher taxes will lead to massive increases in smuggling but the evidence shows that, even where smuggling occurs at high rates, tax increases bring greater revenues and reduce consumption.Smuggling is directly associated with the corruption level of each country.Experience in high and middle-income countries shows that strict tobacco control with smoke free policies do not have a negative economic impact in the hospitality industry both in net economic gains and employment levels.

tobacco control; smoke free laws; economic evaluation; Costa Rica; World Health Organization; Framework Convention on Tobacco Control


Revisión

Economía del tabaco

Tobacco Economics


M. Cecilia Monge Bonilla, MPH

*Correspondencia 

Resumen

La ciencia ha demostrado inequívocamente que el consumo de tabaco y la exposición al humo de este, son causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad y representan un riesgo inminente para la salud pública a nivel mundial. Muchos gobiernos dudan en adoptar medidas legales y políticas necesarias para disminuir el consumo de tabaco, por temor a las consecuencias económicas negativas que tales medidas podrían implicar. La producción, exportación e importación de tabaco son una parte ínfima de la economía costarricense. El control estricto del tabaco no produciría una pérdida neta de empleos; la teoría económica dicta que se verificaría un cambio en los patrones de consumo, el cual implicaría un aumento de empleos en otras áreas de la economía nacional. Existe evidencia de países de alto, mediano y bajo ingreso, que demuestra que el aumento del precio de los cigarrillos por medio del incremento de impuestos induce a la disminución en el consumo y previene el inicio del fumado, especialmente en la población joven. Además, se genera un aumento en ingresos fiscales como consecuencia de los impuestos. La evidencia prueba que el contrabando de tabaco está íntimamente relacionado con el nivel de corrupción existente en el país, por eso con el aumento o disminución de impuestos, los cambios en el contrabando no son significativos. Hay evidencia de que no existen pérdidas económicas por ventas, ni disminución en empleos en hoteles, bares y restaurantes, al implementar la ley de espacios100% libres de humo.

Descriptores: control del tabaco, leyes de control del fumado, economía del tabaco, Convenio Marco para el Control del Tabaco , Costa Rica, espacios 100% libres de humo, Organización Mundial de la Salud

AbstractSound medical evidence testifies that tobacco use and inhaling "secondhand" smoke from cigarettes raises the risk of morbidity, mortality and disability. Tobacco use is a major worldwide public health issue. Many countries still hesitate to act decisively to reduce tobacco, because they are concerned that the harm caused by tobacco may be offset by the economic benefits that the country derives from tobacco. The production, export and import of tobacco and tobacco products make up an insignificant part of Costa Rica's economy. The concern that tobacco controls will cause permanent job losses in an economy is not the case in most countries. Falling demand for tobacco does not mean a fall in a country's total employment level. Money that smokers once spent on cigarettes would instead be spent on other goods and services, generating other jobs. Evidence from countries of all income levels shows that price increases on cigarettes are highly effective in reducing demand. Higher taxes induce some smokers to quit and prevent other individuals from starting, especially young citizens. Another concern is that higher taxes will lead to massive increases in smuggling but the evidence shows that, even where smuggling occurs at high rates, tax increases bring greater revenues and reduce consumption.Smuggling is directly associated with the corruption level of each country.Experience in high and middle-income countries shows that strict tobacco control with smoke free policies do not have a negative economic impact in the hospitality industry both in net economic gains and employment levels.

Keywords: 
tobacco control, smoke free laws, economic evaluation, Costa Rica, World Health Organization, Framework Convention on Tobacco Control

Aproximadamente 1,100 millones de adultos en el mundo fuman; de ellos, el 80% vive en países de bajo y mediano ingreso económico. De acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata a un millón de personas en América y a 5 millones en el mundo, cada año. El fumado es la principal causa evitable de muerte.

Si las tendencias de fumado actual continúan, en 2030, 1 de cada 6 adultos morirá por causa del tabaco. 500 millones de personas vivas hoy, eventualmente morirán como consecuencia del fumado; un 50% de ellas lo hará en edades medias, perdiendo de 20 a 25 años productivos de vida.1

En Costa Rica, el 15% de la población fuma. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invierte ¢58000 millones cada año en la atención de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, lo que representa casi el 6% de los gastos del seguro de salud de la CCSS. También se pierden 55000 días de trabajo anuales por incapacidades vinculadas con el uso del tabaco, y mueren diez personas cada día por enfermedades asociadas al consumo del cigarrillo. En la CCSS se brindan 858000 consultas médicas anuales asociadas al fumado.2

El consumo de tabaco y la exposición al humo de este se asocian al 90% de los cánceres de pulmón y al 30% de las muertes por cáncer. También influyen en el desarrollo del 80% de los casos de bronquitis crónica y enfisema, y en el 30% de las muertes por enfermedad coronaria.2

Se reconoce que la ciencia ha demostrado que el consumo de tabaco y la exposición a su humo son causas de mortalidad, morbilidad y discapacidad, y a pesar del riesgo inminente que representa el tabaco para la salud a nivel mundial, se causa un daño irrefutable, el cual se evidencia en miles de artículos científicos.

Inequívocamente, el consumo de tabaco y la exposición a su humo son causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad, y representan un riesgo inminente para la salud pública mundial. Pero los gobiernos dudan en adoptar medidas legales y políticas necesarias para disminuir el consumo del tabaco, por temor a las consecuencias económicas negativas que tales regulaciones podrían implicar.

La economía del control del tabaco es un tema complejo, dada la cantidad de intereses de tipo económico que se mueven a su alrededor. A grandes rasgos, los argumentos económicos se pueden dividir en cinco básicos, que son los habitualmente utilizados por la industria tabacalera opuesta al control estricto del tabaco. Estos incluyen el impacto económico de las leyes y políticas estrictas del control del tabaco, en empleos, en cultivo y en producción de cigarrillos; las consecuencias del aumento de impuestos en los ingresos fiscales; el efecto del aumento de impuestos en el contrabando; los impactos en el aspecto socioeconómico como consecuencia de los impuestos, y las implicaciones económicas de espacios 100% libres de humo.

En el mundo se fuman aproximadamente 5,5 trillones de cigarrillos al año, lo que genera medio trillón de dólares en ventas. A nivel regional hay dos empresas que dominan el mercado: Philip Morris International (34%del mercado regional), cuyas marcas de cigarrillos más vendidas son Marlboro y Derby, y British American Tobacco (55% del mercado regional), con marcas como Belmont, Delta, Kent, Kool, Rex y Viceroy.3

En la actualidad, la industria tabacalera se enfoca en los mercados en vía de desarrollo, en tanto incluyen las poblaciones con más crecimiento y los sistemas políticos con menor regulación, al compararlos con Europa del Oeste o América del Norte. El 70% del consumo del tabaco tiene lugar en países en vías de desarrollo. La tendencia mundial es que en las naciones de ingresos altos el consumo de tabaco ha venido disminuyendo paulatinamente en las últimas décadas, mientras que, por el contrario, en los países de ingreso medio y bajo, como es el caso de la mayoría en la región latinoamericana, el consumo está en aumento.4

La OMS, determinada a dar prioridad a su derecho de proteger la salud, desarrolló el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), como respuesta a la epidemia global del tabaco. El Convenio se basa en evidencia científica y reafirma el preámbulo de la constitución de la OMS del derecho del ser humano a los estándares más altos de salud; en él se afirma que el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social. 168 Estados forman parte del Convenio, de manera que se abarca el 75% de la población mundial.5 El objetivo primordial es proteger a las generaciones presentes y futuras contra las consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición a su humo, proporcionando un marco para las medidas del control de tabaco que habrán de aplicar las partes a nivel nacional, regional e internacional, a fin de reducir de manera continua y sustancial, la prevalencia del consumo de tabaco y la exposición a su humo.6 ElConvenio fue aprobado por unanimidad en la asamblea mundial de la OMS en 2003, y es el primer convenio internacional de salud pública. Fue ratificado en Costa Rica el 7 de julio de 2008.6,7

Al contemplar la implementación de medidas legales y políticas de control del tabaco, surgen dos preguntas fundamentales: ¿Qué consecuencias económicas implican una política y leyes estrictas de control de tabaco?, y ¿Existe suficiente evidencia de índole económico para implementar políticas y leyes estrictas de control del tabaco? Ya se dispone de suficientes datos y experiencia para contestar estas interrogantes y así tomar decisiones informadas, en procura de una mejor vida para los ciudadanos.

Algunos de los argumentos más relevantes usados por la industria tabacalera en oposición al control del tabaco, son: disminución de empleos en el cultivo del tabaco y producción de cigarrillos, decremento de ingresos fiscales al aumentar impuestos que elevan el costo de los cigarrillos, aumento en el contrabando como consecuencia del alza de impuestos, pérdidas económicas en la industria de bares, restaurantes y hoteles, y pérdida de empleos como consecuencia de la ley de espacios 100% libres de humo.

1. Empleos en cultivo y producción

Una razón importante por la cual los gobiernos no actúan en forma agresiva en torno al control del tabaco, obedece al temor de que se produzca una pérdida significativa de empleos en el cultivo y producción; la evidencia demuestra lo contrario. Aproximadamente 100 países cultivan tabaco, de ellos, 80 se encuentran en vías de desarrollo y 4 son responsables de dos terceras partes del cultivo a nivel mundial. En 2009, China cultivó el 42% del tabaco mundial, mientras que la India, los Estados Unidos y Brasil produjeron el 24%.Brasil es el segundo cultivador más grande de tabaco a nivel mundial. Colombia y Venezuela también son cultivadores importantes. En el 34% restante, Turquía, Zimbabue y Argentina desempeñan un papel significativo.8

Malawi y Zimbabue son los únicos dos países cuyas economías dependen del tabaco. Aunque este es el producto dominante para muchos agricultores en la India, en el resto de países donde se cultiva tabaco, es solo un componente de una estrategia de agricultura diversificada. En lugares con cultivos relativamente grandes, como Brasil y China, solo en el 1,5% del terreno cultivable se siembra tabaco (Figura 1).




Aún en regiones agroecológicas óptimas, el tabaco es difícil de cultivar y requiere mano de obra intensa, por lo que resulta un producto costoso. La ganancia bruta del cultivo es alta, pero las ganancias netas no son mayores que las de otros cultivos, cuando se toma en cuenta el alto costo de la siembra, la mano de obra y la depleción de fertilidad del suelo. El tabaco resulta atractivo para agricultores porque la industria tabacalera les brinda préstamos y créditos, y el precio suele mantenerse estable, debido a los subsidios de algunos países desarrollados, en especial los Estados Unidos, para intentar proteger a los pequeños agricultores.9

En Costa Rica, según el Ministerio de Agricultura, el cultivo del tabaco es mínimo.10 La empresa Philip Morris tiene una planta de manufactura, y la British American Tobacco importa sus productos principalmente de Honduras, donde cuenta con una planta propia. Existen pequeñas empresas productoras de puros a nivel nacional, sin embargo, su mercado meta lo conforman turistas que visitan Costa Rica, o personas que los compran en países adonde estos son exportados. La producción de la industria tabacalera es una fuente muy limitada de empleos, pues la elaboración de cigarrillos es altamente mecanizada. En la mayoría de los países, incluyendo este, los empleos en la producción de cigarrillos corresponden a menos del 1% en el área de manufactura.

En cuanto al comercio exterior de productos de tabaco, en Costa Rica, las exportaciones, a partir de 2009, registraron valores inferiores a $2 millones, siendo el total de $8,8 billones en ese mismo periodo (Figura 2). El 50% de las exportaciones costarricenses se distribuye en dos países: Honduras y Emiratos Árabes Unidos, que compran tabaco costarricense en rama. Suiza, los Estados Unidos y Bélgica son, principalmente, compradores de cigarrillos (Figura 3).






Casi dos terceras partes de las importaciones de productos de tabaco realizadas por Costa Rica en 2008 corresponden a puros y cigarrillos, mientras que el tabaco en rama representó el 28% (se importa como materia prima para la industria local). En la categoría de puros y cigarrillos, los cigarrillos representaron prácticamente la totalidad de las importaciones, lo cual es reflejo, en alguna medida, de los gustos del consumidor, dado que lo usual en Costa Rica es el consumo de cigarrillos y no el de puros.

Las importaciones de productos de tabaco que ingresan a Costa Rica provienen principalmente de Honduras, y se benefician de la exención del pago de impuestos de aduanas, debido a los acuerdos del Mercado Común Centroamericano.5En 2008, de ese país se importó el 64% de los productos que ingresaron a Costa Rica. Las importaciones provenientes de Brasil, Argentina o Malawi corresponden a tabaco en rama, materia prima para la industria local (Figura 4).




La producción de tabaco es una parte ínfima de la economía costarricense; contrario a la amenaza de la industria, el control estricto del tabaco no produciría una pérdida neta de empleos. Una disminución en el consumo, que propicie un decremento de empleos en la industria tabacalera, no se traduce en una disminución en el total de empleos del país. La teoría económica dicta que se generaría un cambio en los patrones de consumo: el dinero que se utilizaba en la compra de cigarrillos se gastaría en otros productos. La mayoría de bienes requieren mayor mano de obra que los cigarrillos, los cuales se elaboran de una manera altamente mecanizada, por lo que se precisarían nuevos empleos.13

Hay proyecciones económicas que ponen en evidencia este punto. Un estudio en el Reino Unido encontró que habría un aumento de 100 000 empleos si todos los actuales fumadores gastaran el dinero con el que compran cigarrillos, en otros productos o lujos. 14 Otro estudio en los Estados Unidos calcula un aumento teórico de 20 mil empleos entre 2003-2008, si todo el consumo de tabaco fuera eliminado y el dinero se usara para adquirir otros productos. Este tipo de cálculo no se limita a países desarrollados: el mismo estudio en Bangladesh proyectó que habría un aumento del 18% en sus empleos a nivel nacional, si se eliminara el consumo de tabaco.15

La excepción la constituirían los países dependientes del cultivo del tabaco, como Malawi y Zimbabue, pero estos tendrían un mercado lo suficientemente grande como para asegurar sus trabajos por muchos años, incluso si se produjera una disminución global de la demanda. 15

2. Impuestos e ingresos fiscales

Se ha comprobado que el aumento de impuestos es la medida más efectiva para disminuir el consumo de tabaco; causa la cesación y disminución del fumado y afecta especialmente a principiantes, jóvenes y a la clase socioeconómica baja.16 En un estudio publicado por el Banco Mundial se indica que un aumento de precio del 10% en cigarrillos a nivel mundial, salvaría 1 millón de vidas en Latinoamérica y 4 millones de fumadores dejarían de fumar.17

El tabaco representa una fuente sustancial de ingresos para los gobiernos, por medio del cobro de impuestos, lo cual es en particular significativo en países en vías de desarrollo, dado que se trata de impuestos fáciles de recolectar. En países como China, los impuestos del tabaco representan hasta el 11% del ingreso del gobierno.18


La experiencia en otros lugares ha demostrado que los políticos muchas veces se oponen al aumento de los impuestos del tabaco, argumentando que la disminución consecuente en la demanda y la venta le costaría al gobierno ingresos importantes. Sin embargo, se ha comprobado lo contrario: aunque con el alza del precio por aumento de impuestos habría una disminución en el consumo y en la venta de cigarrillos, el consumo bajaría en una proporción menor al aumento en los impuestos, lo que resultaría en un incremento neto de los ingresos fiscales. Así, en cuanto a ingresos fiscales, el aumento de los impuestos supera las pérdidas producidas por la disminución del consumo.

En el Reino Unido los impuestos al tabaco han ido en aumento en las últimas tres décadas, y el consumo ha disminuido en forma significativa en este periodo, pues las ventas bajaron de 138 billones a 80 billones de libras, pese a lo cual los ingresos por impuestos continúan aumentando.19

Para estimar cómo se afectaría el consumo de cigarrillos con los impuestos sugeridos por la nueva ley en Costa Rica, se utiliza un modelo econométrico de la demanda de cigarrillos con el cambio de precio. La estimación de consumo con el precio de 2800 colones por cajetilla, sería de aproximadamente 5,2 millones de cajetillas al mes, lo que representa una disminución del 35% con respecto al promedio de 8 millones de cajetillas vendidas por mes en 2009. Con base en los resultados, se concluye que un impuesto de cien colones por cigarrillo, o productos similares, podría reducir el consumo en Costa Rica en cerca del 35%. En el ámbito de la recaudación fiscal por concepto de impuestos a los cigarrillos, se estima que se produciría un aumento de 9500 millones de colones por mes, provenientes del nuevo impuesto.20

3. Contrabando

El aumento de impuestos al tabaco genera un incremento en ingresos para los gobiernos, y es un incentivo para la cesación del fumado, sobre todo efectivo en personas jóvenes. Muchos gobiernos temen un aumento en el contrabando, el cual disminuiría de forma contundente los ingresos fiscales percibidos por el tabaco, sin embargo, la evidencia también demuestra lo contrario. Un aumento en impuestos no se traduce en un incremento significativo del contrabando. La potencialización de este por el aumento de los impuestos es marginal, tanto que aún con el leve aumento del contrabando, se reduce el consumo total del tabaco en las poblaciones.21

Los resultados preliminares de un estudio que examina la exportación de cigarrillos desde los Estados Unidos y el Reino Unido a 109 países, concluyó que un aumento del 10% en el precio del tabaco reduce el consumo en un 3,5%, con un aumento marginal de contrabando del 1%,lo que resulta en un 10% de aumento en ingresos fiscales para los gobiernos. El estudio en cuestión empleó una elasticidad del precio de tabaco a nivel mundial, de -0.5.22

La evidencia prueba que el contrabando de tabaco se relaciona íntimamente con el nivel de corrupción existente en el país, por eso, con el aumento o disminución de impuestos, los cambios en el contrabando no son significativos mientras se sigan teniendo los mismos niveles de corrupción o de transparencia. El contrabando de tabaco se vincula de una manera directa con el índice de transparencia de cada nación.23

4. Aspectos socioeconómicos

Los impuestos al tabaco son regresivos y afectan más a la clase socioeconómica baja. Existe una alta prevalencia de fumado en hombres de estratos socioeconómicos bajos, con el respectivo riesgo de enfermedad y muerte prematura.25 El fumado y la muerte por tabaco desempeñan un papel fundamental en la pobreza. Un estudio de Efroymson y colaboradores incluyó a

20 mil personas en 23 países y concluyó que, si la gente pobre no fumara, potencialmente 10,5 millones de individuos menos estarían malnutridos en Bangladesh. Además, mostró que la enfermedad o muerte prematura de un miembro familiar es la causa más común de aumento en el nivel de pobreza.26,27

En China se estima que si se incrementan los impuestos del tabaco en un 10%, se produciría una disminución del 5% en el consumo y un aumento del 5% en los ingresos fiscales. Ese aumento en ingresos fiscales sería suficiente para financiar atención de salud de primer nivel para los 100 millones de ciudadanos más pobres del país.27

5. Espacios 100% libres de humo

La industria tabacalera usa el argumento equívoco de que habrá grandes pérdidas económicas y de empleos en la industria de bares, restaurantes y hoteles, al implementar espacios 100% libres de humo.

La exposición al humo del tabaco aumenta el riesgo de cáncer de pulmón para personas no fumadoras, entre un 20% y un 30%, y las enfermedades cardíacas, en aproximadamente igual porcentaje. Además de proteger a los individuos de la exposición involuntaria al perjudicial humo del tabaco, las prohibiciones de fumar en lugares públicos han demostrado estar asociadas con la disminución del fumado y el aumento en la tasa de abandono de este. Las prohibiciones de fumar también desafían la norma social de aceptabilidad de los fumadores, que aún prevalece en muchos lugares, lo que refuerza el mensaje de que fumar es perjudicial para la salud y socialmente inaceptable.

El humo de tabaco tiene efectos nocivos y hasta mortales en la salud de los niños, tales como inducción y exacerbación del asma, bronquitis, neumonía, infección del oído medio, problemas respiratorios crónicos, bajo peso al nacer y el síndrome de muerte súbita, entre otros.

Una revisión de 14 estudios sobre los efectos del humo del tabaco en el lugar de trabajo, concluyó que la exposición a este aumentó el riesgo de cáncer de pulmón en un 39% entre quienes nunca fumaron.

En un artículo publicado en 2004, se estudia el fumado pasivo en Latinoamérica, específicamente en Costa Rica, Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Perú. Se usa la nicotina en fase de vapor, marcador de tipo trazador específico para la vigilancia y cuantificación de la exposición al humo de tabaco de segunda mano.

Se analizan las concentraciones de humo de cigarrillo de segunda mano en espacios públicos, y se encuentra que el 51,5% de los estudiantes entre séptimo y noveno año habían estado en presencia de un fumador por más de 20 minutos, en los últimos 7 días. Se tomaron muestras en los hospitales San Juan de Dios y México, y se hallaron niveles de nicotina en vapor en el aire, de 5ug/m3, aunque el fumado es prohibido en los hospitales. En áreas de no fumado en restaurantes, había niveles de nicotina en fase vapor de 4,5 Hugh/m3 en el aire. Únicamente en el Aeropuerto Juan Santamaría los niveles fueron lo esperado: nulos.28

Hay más de 20 estudios serios en los cuales se evalúan los efectos económicos de la regulación estricta del tabaco por medio de espacios 100% libres de humo. Estos usan como indicadores ventas totales declaradas para fines de impuestos y estadísticas de empleo en restaurantes, hoteles o bares. Todos, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, han concluido que el efecto económico es nulo en los bares, restaurantes y hoteles, al implementar espacios 100% libres de humo de cigarrillo.29,30

El control estricto del tabaco por medio de políticas y leyes es económicamente beneficioso para Costa Rica y representaría una ganancia sustancial por ingresos fiscales. Hay evidencia de que no existen pérdidas económicas por ventas ni disminución en empleos en hoteles, bares y restaurantes, al implementar la ley de espacios 100% libres de humo.

Es fundamental para la salud pública costarricense, que exista una ley de control de tabaco con severas medidas impactantes y eficientes en el consumo del tabaco, con impuestos significativos y restricción a la exposición, al implementar espacios 100% libres de humo, entre otras medidas.

No es ético ni aceptable asignarle un valor económico a una vida o al sufrimiento humano.

Conflicto de interés: la autora de este artículo no tiene ningún conflicto de interés que declarar.

Referencias

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Abreviaturas: CCSS, Caja Costarricense de Seguro Social; OMS, Organización Mundial de la Salud

*Correspondencia a:
Servicio de Medicina Interna 4, Hospital San Juan de Dios 
Fecha recibido:  5 de setiembre de 2011 Fecha aceptado: 22 de setiembre de 2011
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Review

Tobacco Economics

Economía del Tabaco

M. Cecilia Monge Bonilla, MPH

Servicio de Medicina Interna 4, San Juan de Dios Hospital

Abbreviations: CCSS, Caja Costarricense de Seguro Social; WHO, World Health Organization

Correspondence:

Ceciliamonge4@yahoo.com

Abstract

Sound medical evidence testifies that tobacco use and inhaling "secondhand" smoke from cigarettes raises the risk of morbidity, mortality and disability. Tobacco use is a major worldwide public health issue. Many countries still hesitate to act decisively to reduce tobacco, because they are concerned that the harm caused by tobacco may be offset by the economic benefits that the country derives from tobacco. The production, export and import of tobacco and tobacco products make up an insignificant part of Costa Rica's economy. The concern that tobacco controls will cause permanent job losses in an economy is not the case in most countries. Falling demand for tobacco does not mean a fall in a country's total employment level. Money that smokers once spent on cigarettes would instead be spent on other goods and services, generating other jobs. Evidence from countries of all income levels shows that price increases on cigarettes are highly effective in reducing demand. Higher taxes induce some smokers to quit and prevent other individuals from starting, especially young citizens. Another concern is that higher taxes will lead to massive increases in smuggling but the evidence shows that, even where smuggling occurs at high rates, tax increases bring greater revenues and reduce consumption. Smuggling is directly associated with the corruption level of each country. Experience in high and middle-income countries shows that strict tobacco control with smoke free policies do not have a negative economic impact in the hospitality industry both in net economic gains and employment levels.

Keywords: tobacco control, smoke free laws, economic evaluation, Costa Rica, World Health Organization, Framework Convention on Tobacco Control

There are approximately 1.100 million adult smokers worldwide, 80% of them live with low and medium incomes. According to the World Health Organization (WHO), each year tobacco kills one million people in America and 5 million worldwide. Smoking is the leading preventable cause of death. If current smoking trends continue, by 2030, 1 out of every 6 adults will die because of tobacco. 500 million people alive today will eventually die as a consequence of smoking, 50% of them will do so in the middle ages, losing 20 to 25 productive life years.1

In Costa Rica, 15% of the population smokes. Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS, Costa Rica´s Social Security fund) invests 58 000 million colones each year, caring for diseases associated with tobacco consumption, representing almost 6% of CCSS´s health insurance costs. Besides, because of tobacco-associated disabilities, 55,000 working days are lost every year, and ten people die every day from smoking-associated diseases. CCSS provides 858,000 annual smoking-associated medical consultations.2

Tobacco consumption and its secondhand smoke exposure are associated with 90% of lung cancers and 30% of cancer deaths. It also has influence in the development of 80% of cases of chronic bronchitis and emphysema, and 30% of deaths from coronary artery disease.2

Science has shown that tobacco consumption and exposure to its smoke are causes of death, disease and disability, and despite the imminent health risk that tobacco represents worldwide, it causes an indisputable harm, proven in thousands of scientific articles.

Clearly, tobacco consumption and exposure to its smoke cause death, disease and disability, and represent an imminent public health risk worldwide. But governments are hesitant to adopt legal and political measures required to reduce tobacco consumption, fearing the negative economic consequences that such regulations might imply.

Tobacco control economics is a complex issue, given the economic interests encircled. Roughly, it can be divided into five basic economic arguments, commonly used by the tobacco industry against strict tobacco control. These include the economic impact of strict tobacco control laws and policies, in workplaces, cultivation and cigarette production, the consequences of tax increases in tax revenues; the effect of tax increases in smuggling; the socio-economic impact as a result of taxes, and economic implications of 100% non-smoking environments.

Worldwide, approximately 5.5 trillion cigarettes are smoked annually, generating half a trillion dollars in sales. The regional market is dominated by two companies: Philip Morris International (34% of the regional market), whose best-selling cigarette brands are Marlboro and Derby, and British American Tobacco (55% of the regional market), with brands such as Belmont, Delta, Kent, Kool, Rex and Viceroy.3

Currently, tobacco industry focuses on developing markets, including the fastest growing populations and less regulated political systems. When compared to Western Europe or North America, 70% of tobacco consumption occurs in developing countries. The global trend is that in high-income nations, tobacco consumption has slowly declined in the last decades, while, on the contrary, middle and low-income countries, as for most of the Latin American region, consumption is increasing.4

WHO, determined to give prioritize their right to protect health, developed the Framework Convention on Tobacco Control (FCTC), in response to the global tobacco epidemic. The Convention is based on scientific evidence, and supports the preamble to the WHO's human right constitution to the highest health standards; it is stated that enjoying the highest attainable health status is a fundamental right of every human being, without distinction of race, religion, political belief, economic or social condition. 168 States are party to the Convention, so that it represents 75% of the world´s population.5 The main goal is to protect present and future generations against health, social, environmental and economic consequences from tobacco consumption and smoke exposure, by providing a framework for tobacco control measures to be implemented to national, regional and international levels in order to reduce continually and substantially the prevalence of tobacco consumption and smoke exposure.6 The Convention was adopted unanimously at the WHO´s World Assembly in 2003, and is the first international public health agreement. It was ratified in Costa Rica on July 7th, 2008.6,7

Regarding the implementation of legal and political tobacco control measures, there are two fundamental questions: What economic consequences are implied after strict tobacco control policies and laws? And, Is there enough economic evidence to implement strict tobacco control policies and laws? There is now enough data and experience to answer these questions and thus to take informed decisions, seeking a better life for citizens.

Some of the most relevant arguments used by the tobacco industry opposed to tobacco control are: decreased employment for tobacco cultivation and cigarette production, decreased tax revenues when increasing taxes that raise cigarette costs, increased smuggling as a result of high taxes, economic losses for bars, restaurants and hotels, and job losses as a result of laws for 100% non-smoking environments.

1. Cultivation and production employments

An important reason why governments do not act aggressively concerning tobacco control is due to fear of a significant job loss in cultivation and production; but this is not what is shown by the evidences. Nearly 100 countries cultivate tobacco, 80 of them are developing countries and 4 are responsible for two thirds of the world´s crop. In 2009, China grew 42% of the world´s tobacco, while India, Brazil and the United States produced 24%. Brazil is the second largest worldwide tobacco grower. Colombia and Venezuela are also important tobacco growers. In the remaining 34%, Turkey, Zimbabwe and Argentina play a significant role.8

Malawi and Zimbabwe are the only two countries whose economies depend on tobacco. Although this is the dominant product for many farmers in India, in other tobacco growing countries, it is just a component of a diversified agriculture strategy. In places with relatively large crops, such as Brazil and China, only 1.5% of the arable land has tobacco (Figure 1).



Even in optimal agro-ecological regions, tobacco is difficult to grow and requires exhaust manpower, so that it is an expensive product. Gross profits from tobacco farming are high, but net earnings are not greater than other crops, when taking into account the high costs of seeding, manpower and soil fertility depletion. Tobacco is attractive to farmers because its industry gives them loans and credits, and prices tend to be stable, because of subsidies in some developed countries, especially in the United States, trying to protect small farmers.9

In Costa Rica, according to the Ministry of Agriculture, tobacco cultivation is minimal. 10 Philip Morris Inc. has one manufacturing plant, and British American Tobacco products are imported mainly from Honduras, where they have their own production plant. There are small cigar producers nationwide, however, their goal market are Costa Rica´s visiting tourists, or people who buy them in countries where these are exported. Tobacco industry is a very limited source of employments, as cigarette-making is a highly mechanized process. For most countries, including Costa Rica, cigarette production jobs represent less than 1% of those in the manufacturing area.

In terms of tobacco products´ foreign trade, in Costa Rica, since 2009, exports were less than $ 2 million, with a total of $ 8.8 billion in that same period (Figure 2). 50% of Costa Rican exports are distributed in two countries: Honduras and United Arab Emirates, who buy Costa Rican raw tobacco. Switzerland, the United States and Belgium are, mainly, cigarette buyers (Figure 3).



Almost two thirds of tobacco product imports made by Costa Rica in 2008 were cigars and cigarettes, while raw tobacco accounted for 28% (it is imported as a raw material for the local industry). In the cigars and cigarettes category, cigarettes accounted for virtually all imports, which reflect, to some extent, consumers´ preferences, as in Costa Rica cigarettes are preferred rather than cigars.

Tobacco product imports enter Costa Rica mainly from Honduras, and benefit from customs tax exemption, due to agreements from the Central American Common Market.5 In 2008, 64% of products which entered Costa Rica were imported from that country. Imports from Brazil, Argentina or Malawi are raw tobacco, the raw material for the local industry (Figure 4).


Tobacco production is just a tiny part of the Costa Rican economy; contrary to the industry´s threat, strict tobacco control would not produce net job losses. A decrease in consumption, which would lead to an employment decrease in the tobacco industry, does not mean a decrease in the country´s total employment. Economic theory says that it would generate a change in consumption patterns: money spent purchasing cigarettes would be spent on other products. Most goods have more labor requirements than cigarettes, which are produced in a highly mechanized process, so that would new jobs would be required.13

There are economic projections that show this fact. A study from the United Kingdom found that there would be a 100 000 jobs increase if all current smokers spend their money to buy cigarettes in other products or luxuries.14 Another study in the United States calculates a theoretical 20 000 jobs increase between 2003-2008, if all tobacco consumption was removed and the money used to purchase other products. This type of calculation is not limited to developed countries: in Bangladesh the same study projected that there would be an 18% increase in jobs nationwide, if tobacco consumption was removed.15

Tobacco farming-dependent countries would constitute an exception, such as Malawi and Zimbabwe, but these would have a market large enough to ensure their jobs for many years, even if there was a decrease in global demand.15

2. Taxes and tax revenues

It has been shown that increasing taxes is the most effective measure to reduce tobacco consumption; causing smoking reduction and cessation, affecting especially beginners, the young and the low socioeconomic class.16 A study published by the World Bank indicates that a 10% price increase on cigarettes worldwide would save 1 million lives in Latin America and 4 million smokers would stop smoking.17


Tobacco is a substantial revenue source for governments, through taxation, which is particularly significant in developing countries, since these taxes are easy to collect. In countries such as China, tobacco taxes account for up to 11% of government revenues.18

Experience from other places has shown that politicians are often opposed to tobacco tax increases, arguing that the resulting decrease in demand and sales will cost significant revenues to the government. However, the contrary has been proven: even though increasing prices due to tax raises would decrease cigarette consumption and sales, consumption would fall by a smaller proportion compared to the tax increase, resulting in a net increase in tax revenues. Therefore, in terms of revenues, the tax increase exceeds the losses from reduced consumption.

Tobacco taxes in the United Kingdom have increased over the past three decades, and consumption has dropped significantly in this period, as sales fell from 138 billion to 80 billion pounds, and yet tax revenues continue to rise.19 To estimate how Costa Rica´s new law and its taxes would affect cigarette smoking, an econometric model of cigarette demand with price changes is used. The consumption estimate with the price of 2 800 colones per pack, would be approximately 5.2 million packs per month, which represents a 35% decrease over the average of 8 million packs per month sold in 2009. Based on these results, it is concluded that a one hundred colones tax per cigarette, or similar products, could reduce about 35% of Costa Rica´s consumption. Concerning tax revenues from cigarette´s taxes, a 9 500 million colones per month increase is estimated, from the new tax.20
3. Smuggling

Increasing tobacco taxes, increases government´s revenues, and stimulates smoking cessation, an especially effective strategy towards young people. Many governments fear an increase in smuggling, which would significantly decrease tax revenues from tobacco, however, evidence demonstrates otherwise. An increase in taxes does not result in a significant smuggling increase. The boost of smuggling by the tax increase is very little, so that even with a slight increase in smuggling, total tobacco consumption in the population is reduced.21
Preliminary results of a study examining cigarette exporting from the United States and the United Kingdom to 109 countries concluded that a 10% increase in the price of tobacco reduces consumption by 3.5%, with little smuggling increase of about 1%, resulting in a 10% increase in tax revenues. The current study used global tobacco price elasticity of -0.5.22 Evidence proves that tobacco smuggling is closely related to the country´s corruption level, so, with the increase or decrease in taxes, changes in smuggling are not significant if corruption or transparency continue to be the same. Tobacco smuggling is directly associated with each nation´s transparency index.23

4. Socio-economic aspects

Tobacco taxes are regressive and have a higher effect on the low socioeconomic class. There is a high smoking prevalence in men with a low socioeconomic status, with its related illness and premature death risks.25 Smoking and deaths because of tobacco play a key role in poverty. A study by Efroymson and colleagues included 20 thousand people from 23 countries, and concluded that, if poor people did not smoke, potentially 10.5 million would not be malnourished in Bangladesh. Besides, it showed that a family member´s disease or premature death is the most common cause of a worsening poverty status.26, 27

In China it is estimated that if tobacco taxes are increased by 10%, there would be a 5% decrease in its consumption and a 5% increase in revenues. This increase in tax revenues would be enough to sponsor high quality health care for 100 million of the country´s poorest citizens.27 5. 100% non-smoking environments

Tobacco industry uses the misleading argument that there will be huge economic and employment losses in bars, restaurants and hotels, when introducing 100% non-smoking environments. Tobacco-smoke exposure increases the risk of lung cancer for nonsmokers, nearly 20% to 30%, and heart disease, in approximately the same percentage. In addition to protecting individuals from involuntary exposure to harmful tobacco smoke, smoking bans in public places have been shown to be associated with decreased smoking and an increased quitting rate. Smoking bans also challenge smoking´s social acceptance, which still prevails in many places, reinforcing the message that smoking is unhealthy and socially unacceptable.

Tobacco smoke has harmful and even fatal health consequences on children, such as induction and exacerbation of asthma, bronchitis, pneumonia, middle ear infection, chronic respiratory problems, low birth weight and sudden infant death syndrome, among others.


A review of 14 studies on tobacco smoke effects in the workplace, found that its exposure increased lung cancer risk by 39% among those who never smoked. 

An article published in 2004, studies passive smoking in Latin America, specifically in Costa Rica, Chile, Argentina, Brazil, Uruguay, Paraguay and Peru. Vapor phase nicotine is used, a tracer type specific marker for monitoring and quantifying secondhand tobacco smoke exposure.

Secondhand cigarette smoke concentrations were analyzed in public spaces, finding that 51.5% of students between seventh and ninth grade had been in the presence of a smoker for over 20 minutes in the last 7 days. Samples were taken at the San Juan de Dios and Mexico Hospitals, and found air levels of nicotine vapor, of 5ug/m3, although smoking is prohibited in hospitals. In restaurant non-smoking areas, there were vapor nicotine air levels of 4.5ug/m3. Only at Juan Santamaría Airport, levels were as expected: none.28

Over 20 serious studies assess the economic effects of strict tobacco regulation by 100% non-smoking environments. They use indicators such as total reported sales for tax purposes and employment statistics in restaurants, hotels and bars. All, both in developed and developing countries, have concluded that there is no economic effect in bars, restaurants and hotels, when introducing 100% smoke-free environments.29, 30

Strict tobacco control through policies and laws is economically beneficial to Costa Rica, and it would represent an important gain in tax revenues. There is evidence that there are no economic sale losses or employment decreases in hotels, bars and restaurants, when introducing the law for 100% non-smoking environments.

It is fundamental for Costa Rican public health, to have a tobacco control law which has severe efficient and impressive measures to decrease tobacco consumption, with significant taxes and exposure restrictions, by implementing 100% non-smoking environments, among other measures.

It is unethical and unacceptable to assign an economic value to human life or suffering.


Conflict of interest: the author of this article has no conflicts.

Translated by: Javier Estrada Zeledón
References
articulo 3a


Received:
September 5th, 2011 Accepted: September 22nd, 2011

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    12 Nov 2015
  • Fecha del número
    Mar 2012

Histórico

  • Recibido
    05 Set 2011
  • Acepto
    22 Set 2011
Creative Common -
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