Resumen
Los cambios en el uso de suelo y vegetación que soporta la tierra son cada vez más relevantes para poder comprender los elementos de roce entre las comunidades agrícolas y los ecosistemas terrestres que les sirven de soporte. El objetivo de este estudio fue analizar los cambios de usos de suelo y vegetación en la comunidad indígena Kashaama, Estado Anzoátegui, Venezuela. Se utilizaron imágenes digitales derivadas de un espectroradiómetro para imágenes de resolución moderada (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer - MODIS) que contienen información sobre las diferentes coberturas de uso de la tierra y vegetación, para los años 2001 y 2013. La comunidad indígena estudiada presenta un proceso significativo de transformación de la cobertura vegetal a usos antrópicos del suelo, poniendo en riesgo los bienes y servicios ecosistémicos para la población.
Palabra clave: agricultura; degradación; geomática; sustentabilidad; ecosistema.
Abstract
Changes in land cover and land use are increasingly relevant to understanding the elements of friction between agricultural communities and terrestrial ecosystems that support them. The objective of this study was to analyze changes in land use and vegetation in the indigenous community of Kashaama, Anzoátegui State, Venezuela. Digital images derived from a Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer (MODIS) were used that contain information on the different land use and vegetation coverages for the years 2001 and 2013. The indigenous community studied, presents a significant process of transformation of the plant cover to anthropogenic land uses, putting at risk the goods and ecosystem services for the population.
Keywords: agriculture; degradation; geomatics; sustainability; ecosystem.
Introducción
Básicamente, las actividades humanas, tales como el desarrollo de cultivos y áreas extensas de pastizales han cambiado drásticamente la cobertura del planeta. Hace décadas se evidenció que los cambios de cobertura y de uso de suelo influyen directamente en el ciclo hidrológico, la pérdida de biodiversidad, la erosión de los suelos y el aumento de diversos gases incrementan el efecto invernadero. Estos cambios en el uso de suelo han permitido al ser humano apropiarse de los recursos, pero al mismo tiempo han restringido la capacidad de los ecosistemas en regenerarse y poder sostener la demanda de producción de alimentos y los recursos forestales, cuyo efecto no existe una regulación en el clima, afectando la disponibilidad del agua y la calidad del aire (Foley, 2005; FAO, 2008; García-Mora y Mas, 2011).
En Venezuela, las tierras de uso agrícola están severamente degradadas debido a un uso excesivo de maquinarias e insumos químicos, entre otros aspectos. Así mismo, las necesidades crecientes de tierras para desarrollos urbanos e industriales se cubren muchas veces a costa de pérdidas de tierra de alta capacidad agrícola, generando importantes problemas de degradación de los suelos (Lozano et al., 2002; Comerma y Chacón, 2002; Rodríguez y Rey, 2004; Lugo-Morin, 2007).
De acuerdo con la investigación desarrollada por Comerma y Paredes (1978) se establece que las áreas sin limitaciones para el desarrollo agrícola en Venezuela ocupan apenas el 2 % del territorio, la mayoría de las áreas tienen limitaciones de relieve (44 %) y de baja fertilidad (32 %), de mal drenaje (18 %) y aridez o escasez de lluvia (4 %). Justamente, esta condición general del país hace que la actividad agrícola, si no es bien llevada bajo preceptos de sostenibilidad, puede generar o intensificar los procesos de degradación que influyen en la calidad de los suelos.
Más allá de esta problemática ambiental, la degradación de suelos en la región conlleva agudos problemas sociales y económicos, como la pérdida de rentabilidad vinculada a la degradación de los recursos naturales, presentando un escenario adverso a los agricultores de las comunidades indígenas, quienes se ven en la obligación de migrar forzosamente al desempleo por la improductividad de las tierras; por otro lado, los agricultores que se quedan frente a predios agropecuarios degradados, enfrentan la carencia de alimentos.
Esta problemática se ha visto reflejada en la mayoría de las tierras orientales venezolanas, debido, principalmente, a las operaciones de exploración y producción de crudos de las empresas petroleras que operan en el municipio Freites de Anzoategui, desafectando cientos de hectáreas, causando daños serios al medio ambiente, en la mayoría de los casos irrecuperables.
La evaluación de la cobertura del suelo representa una parte fundamental del proceso de planificación del uso de la tierra, considerado como un trabajo complejo, dinámico y transdisciplinario, donde se presentan las siguientes acepciones: el reconocimiento de la necesidad de un cambio, la identificación de objetivos, la formulación de propuestas para implementar formas alternativas de uso, manejo e identificación de necesidades, el reconocimiento y la delimitación de los diferentes usos de suelo, entre otros aspectos (Salas et al., 2008; Comerma, 2002; Delgado, 2007).
El objetivo de este estudio fue analizar la evolución del uso de suelo y vegetación en la comunidad indígena Kashaama, Estado Anzoátegui, mediante imágenes derivadas de un espectroradiómetro para imágenes de resolución moderada (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer - MODIS).
Marco metodológico
a. Definición y selección del área de evaluación
La comunidad indígena Kariʼña de Kashaama está ubicada en la parroquia Cantaura del municipio Pedro María Freites, perteneciente a la región de los llanos orientales venezolanos, a una distancia de 165 km de Barcelona, capital del Estado Anzoátegui. Posee una extensión territorial de aproximadamente 5272 ha y actualmente cuenta con una población de 1392 habitantes (Olivares et al., 2015). La delimitación del área total de la comunidad estuvo en función de los ejercicios de mapeo y las entrevistas con los informantes claves de la comunidad (Figura 1).
Fuente: elaboración propia.
La precipitación en la comunidad de Kashaama se presenta con una estación seca bien definida de diciembre a abril, con un promedio de precipitación anual (1970-2000) en la región de 1119 mm (Olivares et al., 2013b). La región presenta un bioclima seco tropical, según la clasificación de Holdridge, con evaporación media anual de 2626 mm; la temperatura media anual de 26,9 °C y la humedad relativa media anual de 78 % (Olivares et al., 2015; Olivares et al., 2017c).
b. Evaluación de la cobertura y uso de la tierra
En este estudio, se utilizó un producto enfocado al estudio de las cubiertas terrestres (MODLAND) obtenidos con el satélite Terra. El producto MCD12Q1 es una imagen digital que contiene información sobre las diferentes coberturas de uso de suelo y vegetación proporcionado por el sensor MODIS, brinda información en base a diferentes sistemas clasificatorios. Este producto es la combinación de datos de dos plataformas (TERRA y AQUA) de MODIS. El resultado final está basado en una clasificación supervisada, obtenida con árboles de decisión cambiando la distribución en áreas de entrenamiento. Utiliza como insumo la distribución de la reflectancia bidireccional, índice de vegetación mejorado (EVI) y la temperatura superficial (García-Mora y Mas, 2011).
Se descargaron los archivos para el año 2001 y 2013, por ser el periodo de tiempo lo suficientemente largo y contrastante para fines de la evolución del uso del suelo. Adicionalmente, este periodo de tiempo se ajusta a los lineamientos e intereses del proyecto de investigación e innovación tecnológica descrito por Olivares et al., (2016a). La decisión de realizar dicho estudio en esta comunidad responde a la condición de vulnerabilidad agrícola de la comunidad Kashaama (Olivares et al., 2017a), además de ser una comunidad indígena típica de la etnia Kariʼña. La información correspondiente del producto se muestra en el Tabla 1. Se seleccionó el sistema de clasificación IGBP (Programa Internacional Geosfera - Biosfera) compuesta por 18 categorías (El procesamiento se realizó con el software de Sistema de Información Geográfica IDRISI. Usando el módulo extract se obtuvieron los valores estadísticos descriptivos para cada uso de suelo y vegetación para cada año de estudio. Posteriormente, se realizó un análisis comparativo para determinar los cambios que ocurrieron en comparación de ambos años. Para este procesado se utilizó el Land Change Modeler integrado en el SIG.
Para facilitar el manejo de la información se realizó una reclasificación de las distintas categorías quedando de la siguiente manera: 0. Agua; 1. Bosques; 2. Matorral; 3. Sabanas; 4. Pastos; 5. Humedales permanentes; 6. Cultivos; 7. Áreas urbanas; 8. Mosaico de cultivos y vegetación natural; 9. Suelo desnudo o con escasa vegetación. (Tabla 2).
El procesamiento se realizó con el software de Sistema de Información Geográfica IDRISI. Usando el módulo extract se obtuvieron los valores estadísticos descriptivos para cada uso de suelo y vegetación para cada año de estudio. Posteriormente, se realizó un análisis comparativo para determinar los cambios que ocurrieron en comparación de ambos años. Para este procesado se utilizó el Land Change Modeler integrado en el SIG.
Para facilitar el manejo de la información se realizó una reclasificación de las distintas categorías quedando de la siguiente manera: 0. Agua; 1. Bosques; 2. Matorral; 3. Sabanas; 4. Pastos; 5. Humedales permanentes; 6. Cultivos; 7. Áreas urbanas; 8. Mosaico de cultivos y vegetación natural; 9. Suelo desnudo o con escasa vegetación.
En el análisis y cuantificación de los cambios de uso de suelo y vegetación se utilizó la ecuación 1 (FAO, 1996), para el cálculo de la Tasa de Cambio Anual (TCA):
Donde, (S2): superficie fecha más tardía; (S1): superficie en la fecha más temprana; (n): es el número de años entre las dos fechas; expresarlo en porcentaje.
c. Planteamientos acerca de alternativas del Manejo Sostenible de la Tierra
Para describir los planteamientos de los componentes del Manejo Sostenible de la Tierra (MST) en la zona de estudio, se utilizó el modelo basado en fuerzas motrices, presión, estado, impacto y respuesta (FPEIR), desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD, 1993), el cual ha sido adoptado por FAO/LADA (2009) y Urquiza et al. (2011) para la evaluación de la degradación de la tierra y la identificación de puntos de intervención del MST.
Esta metodología constituyó una herramienta para identificar las opciones de manejo del conjunto de problemas ambientales detectados en la comunidad indígena. El modelo capturó las fuerzas determinantes y las presiones -esencialmente controladas por la actividad humana- y sus efectos sobre el sistema ambiental y el estado de los recursos naturales (Banco Mundial, 2008).
Resultados y discusión
Evaluación de la cobertura y uso de la tierra
El análisis del uso de suelos y vegetación muestra que la mayor TCA negativa se presentó para el Matorral, siendo esta la más impactada con un cambio neto negativo de 375.7 ha. Por su parte, la categoría de mosaicos de cultivos y vegetación natural presenta la mayor TCA positiva que el resto de las categorías con 994.53 ha (Tabla 3).
La clasificación de las categorías de MCD12Q1 se basa en la cobertura total del pixel, siempre y cuando sea mayor al 60 % de cobertura en el área, asigna su clase acorde a los tipos de clasificación. En el caso de los mosaicos, es una clase combinada que integra de un 40 - 60 % a zonas cultivables en combinación de árboles, arbustos o vegetación herbácea, representando una categoría denominada mosaico de cultivos y vegetación natural (Sulla-Menashe y Friedl, 2018).
La Figura 2 y Figura 3 muestran la cobertura espacial de las categorías del uso de suelo y vegetación en la zona de estudio para los dos años de referencia. A nivel regional (zonas agrícolas indígenas de Anzoátegui) los cambios de uso y cobertura podrían provocar modificaciones en los ciclos hídricos, alteraciones en los regímenes de temperatura y precipitación, favoreciendo con ello el calentamiento global, la disminución en el secuestro de bióxido de carbono y la pérdida de hábitats y biodiversidad local de los llanos orientales venezolanos.
La disminución de la cobertura vegetal tiene implicaciones que inciden en la disponibilidad y calidad de los bienes y servicios ambientales que ofrecen estas tierras. Entre otros, podría afectar la infiltración del agua de lluvia, ya que a pesar de ser suelos principalmente arenosos serían susceptibles al sellado y encostrado (Lozano et al., 2002); en consecuencia, se afectaría la recarga de los mantos hídricos y el equilibrio en el ciclo del agua, considerado esto como un aspecto de importancia en este estado oriental del país, debido al potencial de los acuíferos.
Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración propia.
La ganancia y pérdida para cada categoría de cobertura (Figura 4) permite interpretar de manera general los cambios de la cobertura durante el periodo evaluado. A título ilustrativo, se observa que la categoría correspondiente a pastos, que además presenta el mayor cambio total, muestra casi un 40 % de pérdidas (1612 ha) y cerca de 25 % de ganancias (620 ha). Algunas categorías muestran principalmente ganancias, por ejemplo, las que representan los mosaicos de vegetación natural y cultivos seguida de las sabanas. Es de resaltar que, los asentamientos humanos o áreas urbanas se mantuvieron sin cambio alguno.
Fuente: elaboración propia.
El Tabla 4 muestra las zonas persistentes en el área de estudio. El uso actual de la tierra está comprendido en urbano y agrícola, en la zona se presentan diversos sistemas de explotación (siembra en conuco y siembra en hileras), caracterizados por la presencia de Yuca (Manihot esculenta Crantz), Maní (Arachis hypogaea), Fríjol (Vigna sinensis L.), Patilla (Citrullus vulgaris), Melón (Cucumis melo L.), Maíz (Zea mays L.), Sorgo (Sorghum bicolor Moench) y pastizales con especies introducidas (Brachiaria brizantha, B. dictyoneura, B. decumbens y B. humidícola) (Olivares et al., 2016b).
Las unidades de tierras estudiadas se caracterizan por presentar perfiles con una marcada acidez en cada uno de los horizontes descritos, así como un grado de fertilidad bajo. Hay presencia predominante, en la mayoría de los casos, de textura arenosa en la parte superior del perfil, razón por la cual los suelos tienen infiltración y percolación rápida; la retención de humedad en la zona radicular es baja. Los horizontes presentan muy bajo contenido de materia orgánica, de allí la vegetación predominante representada por pastos.
Los suelos predominantes del área son Ultisoles y Oxisoles (Quartzipsamments, Kandiustults, Haplustox) y presentan un avanzado desarrollo pedogenético con la excepción de aquellos formados por un esqueleto de arenas de cuarzo en su mayoría Entisoles, donde no ha podido desarrollarse un proceso pedogenético, debido a la resistencia que presentan estos materiales, coincidiendo con Zinck y Urriola (1970)
De acuerdo al estudio desarrollado por Olivares (2012a), los suelos representativos de la zona en estudio presentan valores de pH moderadamente ácido (< 5,8), con contenidos bajos a muy bajos de fósforo (~6 mg. kg-1), calcio (~ 35 mg. kg-1), magnesio (~ 37 mg. kg-1), potasio (10-30 μg/g); contenidos variables de hierro (0,5-30 mg. kg-1), manganeso (0,5-12 mg. kg-1), cinc (0,1-1 mg. kg-1), bajo contenido de materia orgánica (~ 0,51 %), bajo a medio de aluminio intercambiable (~ 0,44 cmol kg-1) y baja conductividad eléctrica (~0,28 dS. m-1).
Los resultados obtenidos (Tabla 5) indican que la dinámica de cambio es mayor sobre las coberturas vegetales (Pastos), las cuales cambian a otros usos de suelo (Mosaicos de vegetación natural y cultivos). Los cambios ocurridos en los distintos paisajes naturales y socioculturales que comprenden a la comunidad indígena de Kashaama están relacionados, principalmente, con la disminución y pérdida de los ecosistemas terrestres de sabana (Figura 5). Los resultados presentados muestran que efectivamente este territorio ha experimentado un proceso de deforestación en un período de 12 años (Figura 6).
Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración propia.
Un cambio en la cobertura de sabanas a matorral debido a una decisión en el manejo de la tierra es capaz de cambiar desde un nivel local a regional la captación de agua en los suelos, además de que el cambio en la vegetación puede afectar los regímenes de precipitación (Rodríguez et al., 2013) y temperatura (Olivares et al., 2013a). Por otro lado, el calentamiento global modifica directamente la localización y distribución de los diferentes tipos de cobertura de suelo, en particular por su impacto en los ecotonos (zonas de transición), o de manera indirecta por un aumento en la ocurrencia de incendios forestales (Colditz et al., 2014a).
Según Olivares et al. (2017b), la agricultura que se practicaba anteriormente en Kashaama fue el resultado del desarrollo de diversas estrategias adaptativas y de la práctica tradicional, basada en criterios de conservación de los recursos naturales (ríos, tierra, vegetación natural, fauna, y aire). Estos conocimientos, según explicaron, constituyeron el conocimiento del medio natural de importante valoración por los indígenas a lo largo del tiempo.
La diversidad de los cultivos practicados por los Kari’ña ha sido ampliamente estudiada por investigadores como Olivares y Franco (2015) y Olivares et al. (2012), quienes establecieron un abanico de plantas comúnmente utilizados por la etnia Kari’ña, donde solo las raíces y tubérculos, tales como: yuca amarga, yuca dulce, batata junto con el plátano (Musa AAB) fueron considerados como básicos en su alimentación.
Es común observar en la comunidad, la distancia considerable que existe entre los conucos cercanos al Río Cachama y las viviendas de los productores indígenas. Debido a esto, una estrategia que han desarrollado varias familias en el sector ha sido el establecimiento de huertos familiares o patios productivos en el terreno de las viviendas.
Hoy en día, este tipo de sistema de producción es considerado como modelo agrícola en los planes nacionales, por sus antecedentes de garantizar la seguridad alimentaria de comunidades rurales en el pasado. Como se mencionó anteriormente, la dieta de los indígenas Kari’ña ha sufrido ciertas transformaciones, al igual que ciertos aspectos sociales y culturales, el principal motivo de estos cambios estuvo asociado al abandono o descuido de las actividades agrícolas como principal actividad de subsistencia; a esto se le sumó la carencia de los servicios básicos en el sector y la apatía de algunos miembros por no tener acceso a créditos, insumos, servicios agrícolas o planes de capacitación.
En Kashaama la agricultura se ha visto afectada como consecuencia directa o indirecta del deterioro ambiental ocasionado por las actividades petroleras, el acaparamiento de tierras por la industria de hidrocarburos y las limitaciones en cuanto al acceso de créditos agrícolas (Olivares y Franco, 2015). Esto, de alguna manera, ha generado que muchos Kari’ña se hayan visto obligados a trabajar como asalariados en empleos fijos u ocasionales (obreros de la construcción, mano de obra no especializada, labores domésticas y agrícolas). Así, se ha verificado que estas migraciones tienen una base socioeconómica y a su vez generan una fuerte desarticulación social que amenaza la reproducción cultural Kari’ña (Olivares, 2012b; 2014). Por ejemplo, es frecuente que algunas comunidades estén habitadas solo por ancianos y niños, los adultos y jóvenes económicamente activos tienen que salir hacia los centros urbanos en busca de trabajo asalariado.
Susceptibilidad de las tierras a la degradación
Los suelos del área de estudio presentan grandes limitaciones de productividad, especialmente desde el punto de vista de fertilidad química para la producción de cultivos y forrajes. Asimismo, el riesgo de erosión hídrica, considerando la tolerancia de pérdida de suelo en función de la profundidad efectiva de los suelos ha resultado moderadamente bajo, estimado para un importante grupo de tipos de utilización de la tierra (TUT), recomendando prácticas conservacionistas para aquellos TUT que ofrezcan poca cobertura al suelo (Ferrer y Comerma, 1997). Este aspecto es de suma importancia, ya que la distribución de las lluvias es estacional y la zona presenta muy alta agresividad climática (Lobo et al., 2010).
La escasa cobertura del suelo que producen los cambios de uso de la tierra no solo conlleva a bajos aportes de materia orgánica a los suelos, la cual es mineralizada rápidamente, sino que ofrece insuficiente protección a los suelos contra los procesos erosivos, como se observan en la Figura 7. Estas cárcavas, generalmente son producto de la erosión regresiva, como las describieron Rojas (1981); Olivares y Cortez (2017).
Fuente: elaboración propia.
Planteamientos para el Manejo Sostenible de la Tierra (MST)
La degradación de la tierra da como resultado la pérdida de servicios ecosistémicos, lo cual lesiona adicionalmente la sostenibilidad de los ecosistemas tanto administrados como naturales. Se evidencia que en la comunidad indígena Kashaama, la degradación de la tierra no es intencional sino indirecta; y resulta de la falta de cuidado o de la inevitable lucha de esta población vulnerable para satisfacer las necesidades de su supervivencia.
Una ilustración de las características que acompañan cada uno de los indicadores de presión y estado, ayudará a la comprensión de los posibles componentes de MST (Respuesta), así como los impactos que éstos pudieran ocasionar. El Tabla 6 muestra la aplicación del componente de degradación de suelos en la zona de estudio.
Dentro de las principales causas que amenazan a las sabanas orientales venezolanas destacan: la presión antropogénica sobre los recursos forestales (tala clandestina o extracción de madera para la elaboración de productos maderables y no maderables) y la práctica de actividades como la quema. Esto ha ocasionado un desequilibrio ambiental, poniendo en peligro la supervivencia de las poblaciones animales y vegetales que habitan este patrimonio ecológico. Sin embargo, los procesos asociados con la dinámica de los cambios ocurridos en la cobertura vegetal y uso del suelo, son algunos de los principales factores que determinan la permanencia, disminución y extinción de los ecosistemas de sabanas en el oriente venezolano (Tabla 7).
Es evidente que, durante las últimas décadas, las actividades antrópicas se han convertido en el principal desencadenador de las transformaciones de los ecosistemas terrestres, por encima de los fenómenos naturales, en el caso particular de Kashaama, Estos procesos de transformación o cambio que experimentan las coberturas vegetales y usos del suelo del territorio, son considerados en este estudio como una de las principales causas que coadyuvan al deterioro ambiental y en consecuencia influyen directamente en la calidad de vida de los habitantes de la zona (Olivares et al., 2017b). El Tabla 8 establece los aspectos claves para la aplicación del componente relacionado con la baja calidad de vida.
Conclusiones
La degradación de tierras en la región provoca que los agricultores de la comunidad indígena estudiada, que se quedan desarrollando apenas la agricultura de subsistencia frente en predios agropecuarios degradados, se enfrenten la carencia de alimentos a mediano plazo.
Esta problemática se ha visto reflejada en la mayoría de las tierras del municipio Freites, debido, principalmente, a las operaciones de exploración y producción de crudos de las empresas petroleras que funcionan a lo largo del municipio, desafectando cientos de hectáreas y causando daños serios al medio ambiente, en la mayoría de los casos irrecuperables.
La dinámica espacio temporal del uso de suelo y vegetación en Kashaama se define en base a la permanencia de la cobertura, la totalidad (100 %) del asentamiento e infraestructura se encuentran constantes, mientras que aproximadamente el 90 % de los cultivos tradicionales de la zona permanecen; 80 % de la vegetación natural que se ubica en algunas zonas presenta continuidad, mientras que la vegetación secundaria persiste en menor proporción.
Finalmente, la comunidad indígena estudiada, presenta un proceso significativo de transformación de la cobertura vegetal a usos del suelo antrópicos, poniendo en riesgo los bienes y servicios ecosistémicos para la población.
La comunidad agrícola indígena de Kashaama vive en un sector que presenta una problemática representada principalmente por la contaminación de los recursos naturales, el deterioro de los servicios públicos y el abuso económico respecto de los recursos naturales que ofrece la tierra. El abuso de la explotación de los recursos naturales ha ocasionado migraciones internas, extrema pobreza, discriminación y exclusión de los ciudadanos indígenas. La falta de recursos o apoyo financiero para ejecutar sus labores agrícolas es también una de las causas de los principales problemas sociales representados en la comunidad, a quienes, por falta de recursos económicos, se les ha negado la oportunidad de obtener orientaciones educativas.
En este sentido, es lógico pensar que la degradación del suelo y los problemas ambientales asociados a la contaminación del agua y suelos por la actividad petrolera del municipio repercuten directa o indirectamente en los factores de cambios culturales asociados a la subsistencia de la etnia indígena.
La agricultura, en esta comunidad indígena Kari’ña, es valorada por la dinámica compleja de las relaciones agroproductivas y socioeconómicas cotidianas, así como por su función transcendental en la producción de alimentos y diversos servicios ecosistémicos de interés común. Los participantes de esta investigación lograron identificar problemas que no pueden solucionar por sí mismos y reconocen la necesidad de recurrir al poder institucional para hallar posibles soluciones, promoviendo y consolidando así la integración entre diferentes grupos de la comunidad, el trabajo conjunto con instituciones externas a ella y la participación de todos los grupos comunitarios, incluidos adultos mayores, mujeres y niños.
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Fechas de Publicación
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Fecha del número
Jul-Dec 2019
Histórico
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Recibido
03 Oct 2018 -
Acepto
19 Nov 2018