Fig. 1
Clasificación esquemática de las amenazas naturales y antropogénicas. Entre estas dos puede establecerse una categoría intermedia: las “socio-naturales”, definidas como aquellas originadas, inicialmente, por la naturaleza y luego exacerbadas por la actividad humana (modificado de Mora (2021)).
Fig. 2
A) Deslizamiento, alud y flujo en suelos residuales derivados de la meteorización in situ de areniscas y lutitas del Oligoceno-Mioceno, disparados, por las lluvias intensas asociadas con el huracán César, en setiembre de 1996; Llano La Piedra, Tarrazú, Costa Rica. B) Caída y fragmentación de bloques rocosos (gneiss y esquistos del Paleozoico) y represamiento consecuente del río North Young, Isla del Sur, Nueva Zelandia, mayo de 2008. C) Erosión intensa de suelos residuales derivados de la meteorización de calizas del Mioceno, Kenskoff, Haití; agosto de 1986. D) Basculación, caída, fragmentación y dispersión de columnas de ignimbrita del Mioceno-Plioceno; autopista México-Acapulco; setiembre de 2013.
Fig. 3
A) Asentamientos humanos y cementerio expuestos a la inestabilidad de laderas; sedimentos continentales del Plioceno, Villa Salomé, La Paz, Bolivia, noviembre de 2009. B) Deslizamiento rotacional en un terreno compuesto por tobas, lavas y paleosuelos del Mioceno-Plioceno, disparado por el terremoto de Santa Rosa de Tilarán (Mw 7,2), Costa Rica; 1972. C) Decantación torrencial de sedimentos generados por procesos de erosión intensa e inestabilidad de laderas en el sistema montañoso de la Península del Sur; Léogâne, Haití; 20012. D) Ejemplo de la socavación marina, causada por la turbulencia del oleaje, al pie de un acantilado formado por areniscas y lutitas del Mioceno-Plioceno. La erosión ha formado cavernas utilizadas por los lobos marinos para su reposo y refugio; Puerto Madryn, Argentina; 2012.
Fig. 4
A) Tubificación, sifonamiento y colapso de arenas, pobremente cementadas y compactadas; aluvión del río Artibonito, Bánica, República Dominicana; junio de 1987. B) Caída, fragmentación y dispersión de bloques de areniscas y lutitas turbidíticas del Oligoceno superior; Fila Costeña, Puntarenas, Costa Rica; setiembre de 1997. C) Erosión intensa, con la formación de cárcavas y surcos en sedimentos glaciáricos; Roxburgh-Dunstan, Isla del Sur, Nueva Zelandia; 2009.
Fig. 5
Correlación gráfica de los rangos relativos del grado de exposición de los elementos humanos, como primer paso, para visualizar y analizar los daños y pérdidas posibles derivados de la intensidad de la amenaza de la inestabilidad de laderas. Tr = periodos de recurrencia.
Fig. 6
Esquema ilustrativo que indica la forma de representar los componentes del riesgo en el caso específico de la amenaza de la inestabilidad de laderas. La imagen satelital corresponde con la localidad de Santo Domingo, Heredia, Costa Rica; Google Earth, 2 de julio de 2018.
Fig. 7
En el mismo caso de la figura 6, esta fotografía fue tomada desde Los Sitios de Moravia el 16 de setiembre de 2018. Pr(x,y,z/A,V) representa la probabilidad de extensión espacial de la instabilidad (x,y,z), su área A y volumen V en la corona del terreno. Pr(S/V)v es la probabilidad de que un volumen V de la masa v, desplazado ladera-abajo, alcance la distancia s en donde se encuentran los elementos expuestos ε. Pr(DP/S)v,ε son los elementos expuestos a los daños y pérdidas y ε es la probabilidad de que un elemento expuesto sea afectado (daño-pérdida, DP) por la ruptura del terreno en la corona y/o por la masa en desplazamiento v, a una distancia s.
Fig. 8
Composición y evolución del riesgo (amenaza, vulnerabilidad), bajo la incidencia del CGA. Al cabo de un horizonte temporal predefinido la intensidad de la amenaza, con período de recurrencia Tr = constante, aumentaría (∂A) paulatinamente. La vulnerabilidad también aumentaría (∂V) junto con la exposición y fragilidad de la población, sus elementos socioeconómicos y demográficos (∂Vv). El CGA induciría su influencia adicional sobre la vulnerabilidad a través del tiempo (∂Vcga) por la pérdida eventual de resiliencia de la comunidad, causada por factores desatendidos del riesgo (Modificado de Mora, 2021).
Fig. 9
Factores para tomar en cuenta al diagnosticar las condiciones del territorio y para preparar el enfoque de los escenarios futuros de los posibles efectos e impactos del CGA, orientar las acciones para la planificación del uso de la tierra, la gestión del riesgo y así abordar el caso de la AIL (Mora, 2021).
Fig. 10
Factores para la gestión del riesgo, variables y pasos a considerar al evaluar la evolución de las amenazas hidrometeorológicas y climáticas cuando están influenciados por la variabilidad climática, el cambio climático natural y el calentamiento global antropogénico (Mora, 2021).
Fig. 11
Escenarios para la evaluación y descripción de la amenaza derivada de las amenazas hidrometeorológicas y climáticas impulsadas por el CGA y cómo podrían influir sobre la variabilidad de la lluvia (IDFV), contenido de humedad del suelo y AIL según los horizontes temporales específicos (Mora, 2021).
Fig. 12
Escenario simplificado de una ladera constituida por suelo cohesivo en condición no drenada. Ascenso progresivo del nivel freático influenciado por el CGA durante un plazo específico. La saturación del suelo se transferiría directamente a la presión intersticial en y sobre la superficie de ruptura. El nivel freático coincide con la línea superior del flujo hidrodinámico. Φi: cualquier equipotencial que cruce la superficie de ruptura; α: ángulo entre la línea de flujo y la equipotencial; hw: altura del nivel freático desde la superficie potencial de ruptura; ϒw: peso unitario del agua; FS: factor de seguridad; ho: altura del nivel freático original; μ0: presión intersticial generada por h0 (FS > 1,0); μCGA: presión intersticial generada por el nivel freático influenciado por el CGA (FS > 1,0); μcrit: presión intersticial crítica (FS ≤ 1,0). Modificado de Salcedo y Rodríguez (Comunicación escrita, julio de 2021) y Mora (2021).
Fig. 13
Hipótesis de la influencia del CGA sobre la intensidad, duración y reducción del período de recurrencia Tr (IDF) de las lluvias “críticas”; “delta amenaza” (modificado de Saborío et al. (2018)).
Fig. 14
Incremento del 5% y 10% en los factores multidimensionales de intensidad y duración para simular la influencia creciente del CGA en el patrón de lluvias, Puntarenas, Costa Rica. Período de recurrencia constante: Tr= 50 años (Saborío et al; 2018).
Fig. 15
Amenaza de la inestabilidad de laderas (método Mora-Vahrson, 1994) en el Cantón de Esparza, Puntarenas, Costa Rica (Saborío et al. (2018)). Aplicación del método Mora-Vahrson (Mora y Vahrson, 1994; Saborío et al., 2018). El período de recurrencia de la lluvia es Tr=50 años.
Fig. 16
Amenaza de la inestabilidad de laderas (método Mora-Vahrson, 1994), modificada mediante un escenario con incremento del 10% en la relación multidimensional IDF, para simular la influencia del CGA a lo largo de un horizonte temporal de 50 años (Saborío et al., 2018).
Fig. 17
Gestión del riesgo; acciones, orientaciones y adaptación al CGA para enfrentar la AIL en el futuro (Modificado de Mora, 2021).
Fig. 18
Principios y criterios para establecer un sistema de observación, vigilancia, alerta, alarma, advertencia, respuesta y continuidad operativa (SIOVAR) para enfrentar las emergencias derivadas de la materialización de los eventos de la inestabilidad de laderas; basado en la metodología Mora-Vahrson (Saborío et al., 2018).