La masonería es un mundo de símbolos. Un complejo, atractivo y enigmático universo de signos, atributos y alegorías. La propia institución propone a sus afiliados un sistema de símbolos que debe acompañar toda su trayectoria. Se trata, por tanto, de un asunto central en la masonería, constituye su verdadera columna vertebral, en torno al que gira su actividad, así como el fundamento de su estructura interna y razón de ser de su método de carácter iniciático. Hasta tal punto que las imágenes se han convertido en el verdadero lenguaje de la orden.
En este contexto, cuenta con un rico patrimonio que ha ido acumulando a lo largo de los últimos 300 años. Una tarea de asimilación que se ha ido conformando con las aportaciones y el legado de diversas tradiciones culturales. Esta pluralidad hace que sea una difícil tarea su estudio y sistematización, y aún más traducir la idea que representa cada símbolo, porque puede prestarse a diversas interpretaciones. Ello sume al masón en un mar de dudas, y le obliga a un proceso de autorreflexión para introducirse en este rico mundo simbólico, incluso se le incita a que aporte su propia interpretación como medio para alcanzar el conocimiento, y llena, por otra parte, de perplejidad e intriga al profano en un terreno impregnado de secretos.
Hasta ahora no se disponían de demasiados estudios solventes en lengua hispana sobre este aspecto de la masonería. Por eso se agradece el libro de José Julio García Arranz, profesor de historia del arte de la Universidad de Extremadura, fundador de la Sociedad Española de Emblemática, y quien se ha venido dedicando al estudio de la emblemática e iconografía de la edad moderna.
Los propios objetivos del libro se nos antojan ambiciosos al emprender una síntesis que arroje luz en medio de este bosque. Para ello el autor debe internarse en el estudio pormenorizado de cada signo hasta llegar a su raíz para desentrañar las fuentes originales que han inspirado a la orden, deteniéndose en la evolución que han ido adoptando sus imágenes más significativas y sus relaciones con las tradiciones precedentes. Ello exige abordar de manera ordenada y sistematizada el inventario, el análisis y la interpretación de todo ese aparato simbólico, con sus contenidos, relaciones y diversas formas.
En este sentido, el estudio se plantea desde tres aspectos: historia, fuentes e iconografía, y está dividido en nueve capítulos que podemos agrupar en cuatro partes o bloques temáticos. En el primero, a modo de introducción, se quiere dejar patente los fundamentos y la naturaleza simbólica de la institución, así como la diversidad y complejidad del imaginario masónico, o sea los mitos y los símbolos, y su funcionalidad dentro de este entramado, sin renunciar a conocer la precepción que han tenido de ellos los propios masones y las diversas versiones de los historiadores. Una cuestión, por tanto, abierta a una multiplicidad de enfoques. En el segundo bloque se aborda el estudio de esos mitos y sus símbolos masónicos con sus aportes y evolución histórica, para terminar con un intento de clasificación y de tipificación de todo este aparato.
En tanto que la tercera parte, titulado Fuentes y mitos de la simbología masónica, que se corresponde con el capítulo 6, constituye el eje central del libro. Aquí el autor se detiene en los principales relatos, mitos y leyendas para contextualizar todo este entramado y, desde varios ámbitos temáticos, abordar el comentario crítico de cada símbolo. En el apartado del mito operativo se ocupa de una manera más extensa de los útiles y elementos de origen arquitectónico y de la geometría sagrada, para abordar después los relatos y símbolos de origen bíblico. Entre ellos los elementos de inspiración bíblica y cristiana, así como otros mitos, como el templario, el rosacruz y su relación alquímica.
En conexión con lo anterior, en el capítulo 7 se estudian los principales lugares y soportes del simbolismo masónico, como el templo masónico y todo su mobiliario, así como los adornos y joyas de la indumentaria, que se quiere completar con el estudio de los útiles e instrumentos de la construcción, relacionados aquí con la cultura simbólica europea moderna. Finalmente, el trabajo se cierra con una serie de reflexiones, a modo de conclusiones, sobre la dicotomía entre libertad y condicionantes que se encuentra el masón a la hora de explicar e interpretar este mundo que se abre ante él.
La elaboración de este trabajo implica necesariamente un gran esfuerzo de síntesis a la hora de la elección y discriminación de sus fuentes, tradiciones e interpretaciones. Al mismo tiempo que podemos destacar su acierto metodológico, con un tratamiento científico y riguroso de estas cuestiones. Aunque a veces la lectura pueda resultar algo complicada, por lo denso del tema y la cantidad de fuentes y aportaciones, el autor hace gala de una gran pedagogía, con un planteamiento muy didáctico, apoyándose a veces en material gráfico, a la hora de la presentación material de las investigaciones para conseguir reconstruir de manera ordenada y clara este universo de símbolos.
El resultado de la obra de García Arranz es una exhaustiva investigación de los aportes esenciales de la masones, analizando las principales fuentes y los mitos de la simbología, que constituye no sólo una valioso herramienta de trabajo y un instrumento de reflexión para los estudiosos, sino también un magnífico libro de historia de la evolución de la Orden desde el punto de vista de sus símbolos, que tiene un inmenso valor.
Se trata, por tanto, de una obra necesaria, que vendría a llenar un vacío, de gran utilidad para los historiadores de la masonería y de lectura amena para cualquier persona interesada en este complejo y rico aspecto de la institución masónica.
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
May-Nov 2018
Histórico
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Recibido
10 Abr 2018 -
Acepto
01 Mayo 2018