Resúmenes
La presente exposición relata algunos acontecimientos ocurridos en Costa Rica, productos de la peste de la poliomielitis sufrida en la década de los años cincuenta. Se pretende, con ello, perpetuar algunas actitudes dignas de recordar del costarricense de aquella época, entre ellas, su sencillez, su espíritu de solidaridad y su actitud agradecida. Un pueblo que de la mano de hombres y mujeres con gran espíritu de servicio supo aquilatar la crisis para construir sobre su base uno de los hospitales más emblemáticos de nuestro país: El Hospital Nacional de Niños. Debemos rescatar sus enseñanzas aplicables a los tiempos actuales. Este texto histórico se construyó a partir del relato de personas que vivieron durante dicha crisis, utilizando como base un cuaderno de clase del año 1956, documentos en el Archivo Nacional y en la Biblioteca Nacional de Salud y Seguridad Social (BINASSS) -CCSS- Dr. Rodolfo Álvaro Murillo, Hospital San Juan de Dios. Adicionalmente, se revisaron periódicos nacionales e internacionales. De los documentos revisados, se puede constatar cómo el trabajo solidario de los costarricenses, liderados por hombres serios y con espíritu de servicio, permitió la construcción del Hospital Nacional de Niños, que cumple cincuenta años en este año 2014. Este pueblo, además, ganó la lucha y la erradicación de la enfermedad de la poliomielitis mucho antes que una gran parte del mundo lo hiciera. La reacción del pueblo de los años cincuenta es una lección de solidaridad, de humanidad, que no debemos olvidar, por el contrario, debemos ser conscientes de lo alcanzado, con el fin de valorar el trabajo conjunto sobre el individual y procurar, desde la posición que ocupemos en la sociedad en la que vivimos, apostar por el bienestar común, como el costarricense de mediados del siglo pasado, que se sobrepuso a sus limitaciones personales y actúo en pos de la solidaridad.
Crisis; Hospital Nacional de Niños; peste de la poliomielitis; solidaridad y enseñanza
This presentation shows some of the consequences of the polio crisis in Costa Rica during the 1950’s, in order to preserve certain attitudes of Costa Ricans back then that are worth remembering: simplicity, solidarity and gratefulness. Hand in hand with highly service-oriented men and women, the country overcame the crisis and built one of the most iconic hospitals in Costa Rica: the National Children’s Hospital. It is worth rescuing the lessons learned and applying them to current times. This historical text was created based on the stories told by people who lived during the times of the crisis, on a 1956 notebook, on documents from the National Archive and the National Health and Social Security Library (BINASSS, for its name in Spanish), the Costa Rican Social Security System (CCSS, for its name in Spanish), Dr. Rodolfo Álvaro Murillo, and San Juan de Dios Hospital. National and international newspapers were also reviewed. The consulted material confirms how the work of Costa Ricans, led by committed and service-oriented individuals, allowed for the construction of the National Children’s Hospital to take place -an institution that has served the Costa Rican people for fifty years. Costa Ricans also succeeded in eradicating polio long before several other countries around the world. The reactions of people in the 1950’s are lessons of solidarity and humanity that should not be forgotten; they should be remembered in order to value team work over individual work and make sure, no matter what our role in society is, to always stand by common well-being, as mid-century Costa Ricans did by overcoming their personal limitations and acting for the benefit of society.
Crisis; National Children’s Hospital; polio’s plague; solidarity and education
Polio Crisis in Costa Rica: Lessons Learned and Achievements
Gioconda Vargas-Morúa1*, Elizarda Vargas-Morúa2*
Resumen
La presente exposición relata algunos acontecimientos ocurridos en Costa Rica, productos de la peste de la poliomielitis sufrida en la década de los años cincuenta. Se pretende, con ello, perpetuar algunas actitudes dignas de recordar del costarricense de aquella época, entre ellas, su sencillez, su espíritu de solidaridad y su actitud agradecida. Un pueblo que de la mano de hombres y mujeres con gran espíritu de servicio supo aquilatar la crisis para construir sobre su base uno de los hospitales más emblemáticos de nuestro país: El Hospital Nacional de Niños. Debemos rescatar sus enseñanzas aplicables a los tiempos actuales. Este texto histórico se construyó a partir del relato de personas que vivieron durante dicha crisis, utilizando como base un cuaderno de clase del año 1956, documentos en el Archivo Nacional y en la Biblioteca Nacional de Salud y Seguridad Social (BINASSS) –CCSS– Dr. Rodolfo Álvaro Murillo, Hospital San Juan de Dios. Adicionalmente, se revisaron periódicos nacionales e internacionales. De los documentos revisados, se puede constatar cómo el trabajo solidario de los costarricenses, liderados por hombres serios y con espíritu de servicio, permitió la construcción del Hospital Nacional de Niños, que cumple cincuenta años en este año 2014. Este pueblo, además, ganó la lucha y la erradicación de la enfermedad de la poliomielitis mucho antes que una gran parte del mundo lo hiciera. La reacción del pueblo de los años cincuenta es una lección de solidaridad, de humanidad, que no debemos olvidar, por el contrario, debemos ser conscientes de lo alcanzado, con el fin de valorar el trabajo conjunto sobre el individual y procurar, desde la posición que ocupemos en la sociedad en la que vivimos, apostar por el bienestar común, como el costarricense de mediados del siglo pasado, que se sobrepuso a sus limitaciones personales y actúo en pos de la solidaridad.
Palabras claves. Crisis, Hospital Nacional de Niños, peste de la poliomielitis, solidaridad y enseñanza.
Abstract
This presentation shows some of the consequences of the polio crisis in Costa Rica during the 1950’s, in order to preserve certain attitudes of Costa Ricans back then that are worth remembering: simplicity, solidarity and gratefulness. Hand in hand with highly service-oriented men and women, the country overcame the crisis and built one of the most iconic hospitals in Costa Rica: the National Children’s Hospital. It is worth rescuing the lessons learned and applying them to current times. This historical text was created based on the stories told by people who lived during the times of the crisis, on a 1956 notebook, on documents from the National Archive and the National Health and Social Security Library (BINASSS, for its name in Spanish), the Costa Rican Social Security System (CCSS, for its name in Spanish), Dr. Rodolfo Álvaro Murillo, and San Juan de Dios Hospital. National and international newspapers were also reviewed. The consulted material confirms how the work of Costa Ricans, led by committed and service-oriented individuals, allowed for the construction of the National Children’s Hospital to take place -an institution that has served the Costa Rican people for fifty years. Costa Ricans also succeeded in eradicating polio long before several other countries around the world. The reactions of people in the 1950’s are lessons of solidarity and humanity that should not be forgotten; they should be remembered in order to value team work over individual work and make sure, no matter what our role in society is, to always stand by common well-being, as mid-century Costa Ricans did by overcoming their personal limitations and acting for the benefit of society.
Keywords. Crisis, National Children’s Hospital, polio’s plague, solidarity and education.
Pocas veces se ven las crisis como oportunidades de cambio y mejora. Por el contrario, regularmente son sinónimo de tiempos que afectan de mala manera los diferentes ámbitos en que se desarrollan los seres humanos. Sin embargo, una vez que estas pasan y se revisa la historia, se puede extraer de ellas un gran aprendizaje, que muchas veces roza con actitudes heroicas de una o varias personas que lideraron y tomaron decisiones importantes y cambiaron lo suscitado, de una situación de crisis a otra de oportunidad.
La peste de la polio, como se conoció en el siglo pasado, no es la excepción. Esta enfermedad, de acuerdo con el doctor Marranghello (1995), afectó a más de 1546 niños en Costa Rica entre los años 1936 y 1972, saturó las salas del Hospital San Juan de Dios, puso a correr a personal de medicina y de investigación, a gobiernos, familias, docentes y, en general, a toda la población. Asociado a la enfermedad se desarrolló también un sentimiento de temor que provocó en la gente la inasistencia a lugares públicos, aislamiento y angustia por el contagio.
Con motivo de la epidemia de poliomielitis que afectó a la población infantil de Costa Rica en 1954, la Sección de Pediatría del San Juan de Dios, afrontó serios problemas de tipo médico-administrativos generados por el inesperado aumento en el número de pacientes afectados. Esta situación inspiró en el Dr. Carlos Sáenz Herrera la idea de construir unas instalaciones adecuadas para la atención de los menores, proyecto que inició con la decidida ayuda de la Junta de Protección Social de San José y de distinguidas personalidades… En 1954, el Dr. Carlos Sáenz Herrera inicia la campaña por medio de la prensa escrita y la radio, con el fin de recolectar fondos, misma [sic] que obtuvo una respuesta ciudadana entusiasta y generosa del pueblo. (Hospital Nacional de Niños, Dr. Carlos Sáenz Herrera, 2013, párr. 1-2)
Esa misma peste del polio avivó un espíritu de solidaridad de la población costarricense y permitió, en última instancia, la construcción del Hospital Nacional de Niños, uno de los mejores centros de especialidades pediátricas a nivel latinoamericano.
Por lo tanto, el objetivo de este documento es describir la historia vivida en Costa Rica durante la peste de la poliomielitis en el siglo pasado; exaltar el espíritu solidario, esforzado y agradecido del pueblo costarricense y motivar a lectores y lectoras a tomar el ejemplo y a transformar las historias de crisis en oportunidades de mejora, a través del trabajo solidario.
La crisis y el temor en Costa Rica
Corría el año 1956, tenía mi padre escasos doce años y cursaba el sexto grado en la Escuela Miguel Obregón Lizano en San Juan de Tibás, el país era azotado por “la peste de la polio” como se le conocía. Este virus había hecho mella en los corazones de las familias costarricenses, había pánico… las noticias eran constantes, la enfermedad se propagaba entre los hogares dejando enfermos, inválidos y muertos.
En las escuelas y en las casas se les advertía a los niños y niñas:
• ¡No deben resfriarse!
• ¡Eviten sudarse!,
• ¡Chupen limón ácido!
Todo esto y más, aderezado con un: ¡La polio es terrible! ¡Muchos se mueren!
Vivían en medio de las amenazas y el temor, al punto que tener una persona enferma de polio en la casa ocasionaba recelo, discriminación para esta y sus familiares, tanto de parte de la vecindad como de las amistades, pues el temor al contagio también se propagaba.
A propósito de aquella ola de inseguridad, la “niña” Bolivia Barquero de Rojas –como se les llamaba a las maestras de aquel entonces–, en agosto de ese año 56 le realizó a su grupo de estudiantes el siguiente dictado 1 (B. Barquero, comunicación personal, 1956).
Sin duda alguna, el dictado de la maestra reflejaba los momentos críticos que vivía nuestra sociedad.
Retrocedamos un par de años, era 1954, a lo largo de nuestro país se desplegaban diversas actividades con motivo de la enfermedad, así, en la base de datos del Archivo Nacional, hurgando en los ficheros entre los años 1948-1978 del Fondo de Gobernación encontramos historias como las que se describen a continuación:
La esposa del Gobernador de Limón, llevó a cabo la organización de un comité de damas para recorrer la ciudad recolectando fondos y dando instrucciones a todas las amas de casa de prevenir cualquier contagio, si bien no contaban con ningún caso, continuaban en una campaña intensiva de limpieza para evitar que se llegara a producir (Legajo 100).
En Puntarenas, el gobernador informaba el primer caso de polio en Esparta (legajo 122): un paciente de tres años de edad, residente en el centro de Puntarenas.
Radio Crystal (Legajo 621-No. 4009), Radio el Mundo (legajo 55). Radio libertad, La voz del trópico, Radio Excélsior, Empresa radioemisora, Gonzalo Pinto Sucs (Fichereo 1950), Emisora Titania (fichro 1949), radiodifusora costarricense (fichero 1948) entre otras radioemisoras, se unían a la campaña en contra de la polio.
Surgimiento de programas radiales con instrucciones y consejos al público, como el Programa Consejero del Hogar (18 de marzo de 1954) con medidas de protección e higiene.
Prohibición el 10 de abril del 54, de la asistencia de menores de 14 años a templos, teatros y lugares donde hay tumultos o se provoque sofocamiento.
Solicitud del Patronato Nacional de Rehabilitación de cobijas, pijamas, medias blancas, pañitos pequeños, jabones, talcos, y solicitan recursos para la Navidad para la atención de 500 niños contando los internos y los de escasos recursos de la consulta externa (Expediente 70600) (Archivo Nacional, 1954).
De acuerdo con el Jefe de Investigaciones Epidemiológicas del Ministerio de Salubridad Pública en 1972, la poliomielitis se presentó en Costa Rica en forma esporádica, mediante pequeños brotes, hasta el año 1936 en que se registró la primera epidemia con 17 casos. Los primeros pacientes diagnosticados fueron internados en el Hospital San Juan de Dios, en 1898. El último caso correspondió a una niña procedente de Palmar Sur, la cual fue internada en el Hospital Nacional de Niños en el año 1973 (Marranghello, 1995).
De conformidad con el médico, de 1936 a 1973 se presentaron más de 6 epidemias de las cuales la más severa fue la ocurrida en 1954, con 1.081 casos (tabla 1).
Producto de esta epidemia, existen muchas historias de familias afectadas por la enfermedad, narraciones como la del Dr. Robles Arias dirigiéndose al Dr. Ortiz Brenes en la cual le indica que en una casa formada por nueve hermanos, lo llamaron para atender una emergencia, pues todos los hijos de la señora hervían en calentura y con la misma sintomatología. Al llegar efectivamente todos tenían polio. “Uno de los niños estaba tan grave que lo subí al carro y me lo llevé para el hospital, donde falleció un día después. Como un dato interesante, en esa casa existen ahora dos profesionales médicos” (Ortiz, 1996, p. 26).
La enfermedad, su control y el agradecimiento en el pueblo costarricense
Hoy día, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2014), se describe el polio como una enfermedad muy contagiosa, causada por:
…un virus que invade el sistema nervioso y puede causar parálisis en cuestión de horas. El virus [entra en el organismo por la boca] y se multiplica en el intestino. Los síntomas iniciales son fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los hombros. Una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible (generalmente en las piernas), y un 5% a 10% de estos casos fallecen por parálisis de los músculos respiratorios. (párr. 7)
El inicio del control de esta enfermedad se da gracias al descubrimiento y desarrollo de la vacuna contra la poliomielitis, resultado de las investigaciones del médico estadounidense de origen ruso Jonas Salk. Posterior a ello, en Costa Rica se iniciaron los programas de vacunación contra el virus a través de la vacuna llamada “tipo Salk”, y con “tipo Sabin” desde 1959 (Ramírez, León, Carrillo y Gamboa, 1985).
Por otro lado, y gracias a las frecuentes campañas de vacunación anti poliomielítica, iniciadas en 1956, y los programas permanentes de inmunizaciones se lograron altas coberturas que permitieron la erradicación de la enfermedad en el territorio nacional en setiembre de 1973.
Finalmente, recuerda mi padre, los niños y las niñas de escuela de aquella época entregaron un cinco o un diez para contribuir con la confección y envío de una medalla al doctor Salk en agradecimiento por el descubrimiento de la vacuna contra la polio. No era para menos, los estudios que se realizaban desde años atrás habían sido infructuosos, tanto así que intentar desarrollar una vacuna contra la polio en los años treinta era algo parecido a pedirle a un hombre de la Edad de Piedra que inventara un automóvil (Tuells y Arístegui, 2007 citando a Blume, 2005).
Creación del Hospital Nacional de Niños
De la crisis generada por la enfermedad del polio inició en Costa Rica un maratónico movimiento por la búsqueda de recursos para la construcción de un hospital que atendiera específicamente a los niños y niñas, ya que hasta ese momento la consulta se realizaba de manera conjunta en el Hospital San Juan de Dios.
De manera proactiva, el Dr. Sáenz Herrera, pediatra costarricense, junto con un cuerpo de médicos y el apoyo de la ciudadanía costarricense en conjunto con el gobierno iniciaron un proceso duro y grandemente satisfactorio de recolección de fondos, el cual culminó en el año 1964 con la fundación del Hospital Nacional de Niños (Ortiz, 1996).
De acuerdo con Ortiz en su libro las Memorias del Hospital Nacional de Niños, “Dr. Carlos Sáenz Herrera” Sáenz hace un llamado sobre la necesidad de construir un hospital especializado en la niñez y logra el apoyo absoluto de la población costarricense. Reflejo de ello se manifestó en la esquina noreste del Parque Central, lugar en el cual se colocó un termómetro que informaba a la población sobre el avance de los aportes económicos. Fue así como el 1 de junio de 1954, el Jefe del Departamento Comercial del Banco Nacional informaba que “el monto recolectado era de ¢1.037.970,10”. (Ortiz, 1996, p. 31). Este fue el inicio que propició la construcción del Hospital de Niños, el cual cumple su cincuentenario el 24 de Mayo del 2014 (Mohs, 2013).
Ortiz (1996) señaló para el periódico La República del 3 de junio de 1954 cuán emocionada estaba la prensa e indica:
Nos han emocionado profundamente los niños que enviaron sus alcancías, las madres de familia que han donado sus pequeñas economías, los modestos empleados que dieron con gran sacrificio personal parte muy apreciable de sus sueldos, los compatriotas que desde el extranjero se han apresurado a ofrecer sus valiosos aportes… (p. 33)
El apoyo absoluto del pueblo costarricense, unido a las buenas relaciones internacionales, hizo posible la construcción del hospital y hacer memorables las palabras del embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, Mr. Robert Woodward, donde indicaba “el privilegio de ayudar a un pueblo, que como éste, se ayuda a sí mismo” (Ortiz, 1996, p. 33, citando al periódico La Nación, 1957) motivaron a muchos hombres visionarios que tenían por pasión su trabajo y el ayudar a otros.
Posterior a esta creación y con el afán de continuar con la mejora del Hospital de Niños, se crean otras actividades paralelas como La Feria de las Flores y el Parque de Diversiones, el que actualmente continúa trabajando con el fin de recaudar fondos para el Hospital a través de la Asociación Pro-Hospital Nacional de Niños.
La enfermedad de poliomielitis hoy
En Costa Rica y desde el año 1973 esta enfermedad se encuentra erradicada; sin embargo, no es así en todos los países del mundo. De acuerdo con la OMS, en el año 1988, aún persistía en 125 países y en el año 2012, se reportaron 223 casos en total (COLPRENSA, 2013).
Actualmente, las principales víctimas de este virus sigue siendo la niñez de menos de 5 años y, aunque se han realizado esfuerzos internacionales para vacunar masivamente a las poblaciones, algunos grupos religiosos impiden la vacunación en sus pueblos, alegando que las campañas para vacunar son en realidad utilizadas para el espionaje y, adicionalmente, constituyen una trampa para esterilizar a musulmanes, razón por la cual evitan la vacunación (Pakistán: Matan a trabajadoras de campaña contra la polio, 2012). En otras palabras, los intereses políticos también han impedido la erradicación, a nivel global, de esta enfermedad, afectando con ello principalmente a menores de edad.
Es así como para el 2014 persiste la preocupación en la Organización Mundial de la Salud, pues nuevos brotes de la enfermedad se han detectado en 12 países, entre ellos destacan: Afganistán, Camerún, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Irak, Israel, Nigeria, Pakistán, Somalia y Siria (Ginebra. AFP, 2013). Aun así, la OMS mantiene su meta de erradicar la enfermedad en el 2018 (Hurtado, 2014).
Aprendizajes para el costarricense de hoy
Costa Rica erradicó el virus de la poliomielitis hace ya más de cuarenta años, pero la erradicación de otros males está pendiente. La “polio actual” la podemos llamar “polio mental”, por su parecido a la que hemos hecho referencia en este documento, con la diferencia de que la primera acomete contra los nervios e impide a los músculos trabajar; la actual atrofia la vista invisibilizando al prójimo e impidiéndole a la persona contagiada obrar en favor de quien la necesite. Al igual que la polio ya conocida, que impide realizar el impulso eléctrico a los músculos y dar movilidad, esta nueva “polio” atrofia las mentes para luego inmovilizar los brazos y piernas, impidiendo que podamos pensar y actuar con solidaridad, pensando en el bien común y anteponiéndolo sobre el particular.
Contra esta nueva cepa no hay más vacuna que la concientización: para no permitir que se nos inmovilicen nuestros brazos cuando debemos trabajar, pagar los impuestos, recoger la basura –aunque no sea nuestra–, contribuir a eliminar los criaderos del dengue, cambiar nuestras costumbres para no perjudicar al medio ambiente, extender nuestra mano para los desvalidos, rechazar las ofertas perniciosas, eliminar de nuestra mente frases como “de todas maneras, esto no es de nadie”.
La peste de los años cincuenta inmovilizó físicamente a muchas personas, pero no el corazón de quienes donaron sus escasos recursos en procura de construir un hospital; tampoco inmovilizó el corazón para recaudar cincos y dieces, y mostrar agradecimiento al descubridor de la vacuna.
La peste de la poliomielitis nos enseñó lo grande que puede llegar a ser un pueblo cuando se unen esfuerzos en procura de conseguir el bien común.
La población costarricense no debe olvidar que como pueblo, mediante un esfuerzo conjunto, en el año 1954, como un todo, desde los niños y las niñas, amas de casa, trabajadores en general, contribuyeron, de manera solidaria, entregando sus ahorros familiares, con el fin de construir un espacio adecuado para la atención de las personas enfermas. Ese esfuerzo permite que hoy nuestras generaciones de menores reciban atención médica en uno de los mejores hospitales a nivel centroamericano.
De la misma manera, cada individuo de los que vivimos en el territorio costarricense debemos unirnos nuevamente para lograr, con el esfuerzo conjunto, una Costa Rica que defienda sus ideales, que se fortalezca en los valores y que esté dispuesta a luchar por ellos, para perpetuar un estado solidario, en el cual se pueda vivir en paz.
Siempre es necesario fijarse metas, un norte, para que la fortaleza del conjunto no se diluya. En 1973 este pueblo logra la erradicación de la peste de la polio, gracias a profesionales de la medicina, de investigación, de las ciencias y del pueblo en general. Hoy nuestra niñez se encuentra libre del riesgo al contagio de tan dolorosa enfermedad que sigue aquejando a otras naciones.
En medio de las crisis surgen oportunidades y es usual que de ellas nazcan grandes logros. De la crisis de la polio, surgió un pueblo unido, capaz de brindar apoyo; cauteloso, que con esfuerzo y perseverancia, logró dar lugar al nacimiento del Hospital Nacional de Niños y, posteriormente, a otros proyectos que le darán soporte, tal como el Parque de Diversiones.
Hoy como antes, este pueblo debe reafirmar sus valores en familia y en sociedad, buscar una educación que sea congruente con el entorno y el contexto actual, solicitar respeto por la vida humana y acceso a la salud; trabajar con integridad y honestidad con el afán de forjar un escenario futuro que permita continuar con el desarrollo de este país.
Otro valor que es importante rescatar es la actitud agradecida reflejada en esa contribución de cincos y dieces de los niños y niñas de aquel entonces, para enviar una humilde, pero representativa medalla al descubridor de la vacuna.
El valor de la bondad que llevó al personal médico a sacrificar su tiempo y a realizar lo que moralmente era bueno en apoyo de todos las personas enfermas de la época.
El valor de la laboriosidad y perseverancia, que es la satisfacción y la pasión incansable por conseguir los objetivos trazados, en ese caso, la erradicación de la enfermedad de la polio en Costa Rica.
La crisis vivida no fue más que una oportunidad para transformar la historia en momentos de gloria.
Referencias
Referencias bibliográficas
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1.Universidad Estatal a Distancia. gvargasm@uned.ac.cr
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
27 Oct 2015 -
Fecha del número
Ago 2015
Histórico
-
Recibido
15 Mayo 2014 -
Revisado
02 Mar 2015 -
Acepto
27 Abr 2015