Resumen
El objetivo del presente estudio fue evaluar posibles diferencias cuantitativas entre los antibióticos orales y parenterales suplidos a los hospitales nacionales de la Seguridad Social durante 1997. Se analizó el reporte anual de despacho de antibióticos a los cinco hospitales nacionales (San Juan de Dios, Dr. Calderón Guardia, México, Nacional Geriátrico y Nacional de Niños) del año 1997; los montos se estandarizaron a Dosis Diaria Definida/100 camas/día y se compararon entre hospitales. Para uso oral, la cefalexina en cápsulas predominó en los hospitales de adultos; en el hospital geriátrico destacó el sulfametoxazol-trimetoprima, y en le hospital pediátrico, la amoxicilina. Entre los agentes parenterales predominó el consumo de cefalotina en hospitales para adultos, la penicilina G en el hospital geriátrico, y ampicilina y gentamicina en el Hospital Nacional de Niños (HN Niños). Al comparar entre hospitales, en general los montos de distintos antiobióticos resultaron muy variables; pero el H. México presentó los requerimientos más elevados de amikacina, cefotaxima, clindamicina, imipenem, oxacilina y vancomicina. Se concluyó que los hospitales nacionales mostraron comportamientos aceptablemente comparables en cuanto al requerimiento de antibióticos orales, pero divergentes en torno a los antibióticos parenterales, sobretodo en el caso de aquellos en que aplican restricciones para su uso local.
antiobióticos; medicamentos; hospitales; Seguridad Social
Resumen
Se analizó el reporte anual de despacho de antibióticos a los cinco hospitales nacionales (San Juan de Dios, Dr. Calderón Guardia, México, Nacional Geriátrico y Nacional de Niños) del año 1997; los montos se estandarizaron a Dosis Diaria Definida/100 camas/día y se compararon entre hospitales.
Para uso oral, la cefalexina en cápsulas predominó en los hospitales de adultos; en el hospital geriátrico destacó el sulfametoxazol-trimetoprima, y en le hospital pediátrico, la amoxicilina. Entre los agentes parenterales predominó el consumo de cefalotina en hospitales para adultos, la penicilina G en el hospital geriátrico, y ampicilina y gentamicina en el Hospital Nacional de Niños (HN Niños). Al comparar entre hospitales, en general los montos de distintos antiobióticos resultaron muy variables; pero el H. México presentó los requerimientos más elevados de amikacina, cefotaxima, clindamicina, imipenem, oxacilina y vancomicina.
Se concluyó que los hospitales nacionales mostraron comportamientos aceptablemente
comparables en cuanto al requerimiento de antibióticos orales, pero divergentes en torno a los antibióticos parenterales, sobretodo en el caso de aquellos en que aplican restricciones para su uso local.
Palabras clave
antiobióticos, medicamentos, hospitales, Seguridad Social.
Introducción
El diagnóstico correcto y la prescripción farmacológica para un tratamiento apropiado y racional constituyen el eje fundamental del acto médico. La figura del prescriptor, por su requerimiento de medicamentos, forma un eslabón más en el ciclo de suministro de productos farmacéuticos al sector salud. Para efecto de actividades inherentes al proceso de suministro, como programar oportunamente las compras de productos farmacéuticos, adquirirlos eficientemente, garantizar su calidad farmacéutica y distribuirlos a las unidades de salud, estas pierden validez si las prescripciones son innecesarias, incorrectas, inadecuadas o excesivas (4).
Como el sistema de Seguridad Social está diseñado para suplir cada producto farmacéutico a cada paciente sin costo adicional y bajo prescripción médica estricta, el rubro de medicamentos ocupa un ligar relevante en los gastos de la institución. Los medicamentos ocuparon el 8.9% del presupuesto institucional en 1997, los agentes antibióticos constituyen el grupo de fármacos más prescrito (16.8% en 1995), la cefalexina es el antibiótico que más se consume y el imipenem+cilastatina resulta ser el más costos1.
En el ámbito de utilización de medicamentos, es posible aplicar medidas o indicadores que hacen permisibles la cuantificación de aspectos específicos y las comparaciones básicas entre situaciones que se producen en diferentes áreas o a diferentes tiempos (2). Para este efecto, el objetivo del presente estudio fue evaluar posibles diferencias cuantitativas entre los antibióticos orales y parenterales suplidos a los hospitales nacionales de la seguridad social durante 1997.
Métodos
Para este análisis se incluyó información de los hospitales nacionales: Dr. Calderón Guardia (H Calderón G), San Juan de Dios (H S Juan D), México, Nacional de Niños (HNNiños) y Nacional Geriátrico (H Blanco C); por vía telefónica con la Unidad de Bioestadística local se obtuvo el índice ocupacional de 1997 y el número de camas de cada uno. Se revisó el informe anual de 1997 del presupuesto/despacho de medicamentos para documentar los consumos de antibióticos a cada hospital, y para cuándo fue procedente, se acumularon los montos despachados con ambas formulaciones (en mg). Se referenció la dosis diaria definida (DDD) de cada antibiótico (1,3); y se estimó la DDD por 100 camas hospitalarias por día de ocupación (DDD/100 camas/d) con la siguiente fórmula: mg/100 camas/# camas (índice ocupacional) 365 días. Los datos se tabularon y se graficaron resultados seleccionados.
Resultados
Para los antibióticos de uso oral, la cefalexina en cápsulas es el agente que alcanzó el primer lugar de despacho en los hospitales para adultos (Cuadro 1). En el H Calderón G, la cefalexina es seguido por un monto 12% menor de sulfametoxazol-trimetoprima (sulfa-TMP) y 36% menor de amoxicilina. En el H S Juan D y en el H México, la cefalexina supera en 3.4 y 2.4 veces el monto de la amoxicilina, respectivamente, y muy notablemente a los otros productos en ambos hospitales. Alternativamente, en el H Blanco C el despacho de sulfa-TMP superó por un 30% el requerimiento de cefalexina. En el HNNiños, los montos de preparaciones líquidas son más elevadas que en los otros hospitales y destacó el mayor requerimiento de amoxicilina en ambas formulaciones orales, seguido por cefalexina con un monto 20% menor en cápsulas y 60% menor en frascos de suspensión.
Hospital | ||||||
Fármaco | Presentación | H Blanco C | H Calderón G | H S Juan D | H México | H N Niños |
Amoxicilina | cápsulas 500 mg 250 mg/5 mL, 3000 mg/fco |
19,000 138 | 440,000 8,448 | 140,000 150 | 170,000 1,086 | 87,000 52,728 |
Cefalexina | cápsulas 500 mg 250 mg/5 mL, 3000 mg/fco |
29,000 326 | 720,000 4,548 | 470,000 205 | 400,000 996 | 70,000 21,072 |
Eritromicina | tabletas 500 mg 250 mg/5 mL, 3000 mg/fco |
3,000 0 | 58,000 1,488 | 29,500 9,600 | 43,0001,056 | 9,000 3,040 |
Penicilina V | 1.106 UI (600 mg) | 3,000 | 93,000 | 20,000 | 69,000 | 7,000 |
Sulfa - TMP | tabletas 400 (+80) mg 200 (40) mg/5 mL, 4000 mg/fco |
41,000 938 | 612,0003,700 | 3,240 200 | 3,360 690 | 42,000 7,792 |
Cloranfenicol | cápsulas 500 mg 125 mg/5 mL, 1500 mg/fco | 00 | 00 | 1,000 0 | 3,000 0 | 1,200 7,500 |
Tetraciclina | cápsulas 500 mg | 4,500 | 131,000 | 67,000 | 74,000 | 7,500 |
Ciprofloxacina | tabletas 500 mg | 16,800 | 52,000 | 59,300 | 110,900 | 7,500 |
En cuanto a los antibióticos para uso parenteral (Cuadro 2), la cefalotina fue la de mayor despacho para el H Calderón G, H S Juan D y H México. En el primero, la gentamicina mostró un monto 23% menor, en tanto que para el H S Juan D esta alcanzó un monto 44% menor, pero fue superada ligeramente por el requerimiento de penicilina G; en el H. México, la gentamicina tuvo un despacho apenas 9% menor que cefalotina, y fue seguida por montos equivalentes de clindamicina y cefotaxima. Por su parte, en el HNNiños la ampicilina y la gentamicina mostraron la mayor demanda, seguidos por oxacilina con un monto 8% menor.
Hospital | ||||||
Fármaco | Presentación | H Blanco C | H Calderón G | H S Juan D | H México | H N Niños |
Amikacina | 100 mg | 2,185 | 1,268 | 2,700 | 0 | 3,200 |
Amikacina | 500 mg | 3,125 | 4,100 | 9,400 | 15,600 | 3,100 |
Ampicilina | 500 mg | 5,400 | 25,000 | 17,000 | 24,200 | 19,200 |
Cefalotina | 1 g | 6,300 | 84,000 | 128,000 | 69,000 | 6,700 |
Ceftazidima | 1 g | 820 | 5,100 | 12,800 | 12,200 | 14,007 |
Cefotaxima | 1 g | 4,965 | 20,100 | 17,740 | 44,000 | 9,650 |
Clindamicina | 600 mg | 5,800 | 37,400 | 36,850 | 46,300 | 13,600 |
Gentamicina | 80 mg | 680 | 64,400 | 72,000 | 63,600 | 19,150 |
Imipenem | 500 mg | 12 | 978 | 1,576 | 4,416 | 2,232 |
Oxacilina | 1 g | 1,632 | 12,000 | 9,500 | 18,800 | 17,800 |
Penicilina G | 1.106 UI (600 mg) | 18,100 | 44,000 | 73,400 | 26,000 | 4,650 |
Vancomicina | 500 mg | 1,205 | 4,300 | 10,700 | 16,100 | 6,400 |
Al comparar entre hospitales (Cuadro 3), el HNNiños requirió mucha más amoxicilina que los otros hospitales, en tanto que la cefalexina y el sulfa-TMP dominaron el despacho para el H Calderón G. Además, en el H. México, el requerimiento de ciprofloxacina prácticamente duplicó a los otros hospitales. Por su parte, eritromicina mostró los montos más equivalentes entre tres hospitales de adultos y el pediátrico, mientras que cloranfenicol ocupó un lugar marginal. Entre los agentes para uso parenteral, cefalotina y gentamicina acusan requerimientos comparables en los hospitales para adultos. En particular, el H. México presenta los máximos consumos de amikacina, cefatoxima, clindamicina, imipenem, oxacilina y vancomicina. En el caso de antibióticos parenterales con uso restringido (Gráfico 1), el HNNiños y su requerimiento de ceftazidima superan notablemente a los otros hospitales; asimismo, el HNNiños y el H México con cefotaxima e imipenem, superan hasta 2.2 y 3.5 veces respectivamente, el requerimiento de ambos productos.
Discusión
Los estudios de utilización de medicamentos (EUM) son de diferentes tipos, y perspectivas diversas son aplicables para aproximar el problema objeto de análisis (3); la información que se obtiene es valiosa y permite identificar problemas, analizarlos y plantear soluciones no punitivas tendientes a optimizar la prescripción y la dispensación de los medicamentos (5). Bajo este lineamiento, al evaluar el comportamiento de grandes hospitales en torno a medicamentos seleccionados, es razonable esperar que, en un país relativamente pequeño con condiciones comparables en lo relativo al suplimiento de servicios médicos y medicamentos, y con despacho institucional de medicamentos ante prescripción médica estricta, se demuestre una cierta uniformidad en cuanto a los requerimientos de centros asistenciales; tal como se observó para antibióticos para uso oral y cuya prescripción sigue un destino compartido con los pacientes ambulatorios.
En el caso de los antibióticos parenterales, estos son aquellos agentes para empleo exclusivamente intrahospitalario, algunos de ellos con limitaciones específicas para su uso (6) y con cuotas predefinidas de despacho para cada hospital que, ciertamente, se superan ante solicitud expresa de los Servicios de Farmacia, como consecuencia de los requerimientos que obedecen a la prescripción local. Esta operacionalización en el caso de los antibióticos con uso restringido, hace que el reporte de despacho empleado en este análisis resulte muy sensible para indicar diferencias intrínsecas entre hospitales, precisamente en cuanto a los perfiles de prescripción local.
Consecuentemente, la preponderancia de un centro hospitalario para el consumo de ciertos antibióticos parenterales podría ser objeto de evaluación ulterior, sobretodo al considerar que los requerimientos específicos de tales medicamentos corresponden con los hábitos de prescripción local (3).
En conclusión, los hospitales nacionales muestran requerimientos de dispensación aceptablemente comparables en cuanto al uso de antibióticos orales, pero divergentes en torno a los antibióticos parenterales, sobretodo en el caso de aquellos en que aplican restricciones; tales diferencias ameritan ser analizadas de forma selectiva por medio de estudios de utilización de medicamentos. Así mismo, el lugar tan destacado del H México, por sus requerimientos de antibióticos, lo hacen tributario de evaluación específica, con énfasis en los hábitos de prescripción local.
Bibliografía

Referencias bibliográficas
-
1. Anatomical Therapeutic Chemical (ATC) classification index, including Defined Daily Doses (DDDs) for plain substances. Oslo: WHO Collaborating Centre for Drug Statistics Methodology, 1995; 152 pg. -
2. Bimo D, Chowdhury A, Das A, Diwan V, Kafle KK, Mabadeje B, y cols. How to investigate drug use in health facilities. Select drug use indicators. Geneva: Action Programme on Essential Drugs, DAP Research Series N 7, 1993; 87 pg.
-
3. Busto UE, Naranjo CA,: Utilización de medicamentos. En Naranjo CA, du Souich P, Busto UE (Eds): Métodos en Farmacología Clínica. Washington: Programa Regional de Medicamentos Esenciales - Organización Panamericana de la Salud PNSP/91 - 15; 1992: 351 - 368.
-
4. Chaves A.: Prefacio. En: Diseño, desarrollo, implantación y difusión de un programa de educación continua en farmacoterapia y prescripción racional de medicamentos. San José: Organización Panamericana de la Salud - Caja Costarricense de Seguro Social PNSP/90 - 28, 1990; 73 pg.
-
5. Chaves A.: Estudios de utilización de medicamentos: Definición, metodología y resultados. Fármacos 1996; 9 (2): 77 - 84.
1. Depto. Farmacoterapia, Caja Costarricense de Seguro Social; Depto. Farmacología y Toxicología Clínica, Escuela de Medicina, Universidad de Costa Rica. Tel (506) 222 - 1878. Fax (506) 257 - 7004. Dirección: Depto. Farmacoterapia CCSS, piso 12 oficinas centrales, Ave. Segunda. San José, Costa Rica.
1 Depto. Farmacoterapia, CCSS.
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
27 Ago 2009 -
Fecha del número
Jul 1999