Editorial
La satisfacción de donar sangre
Gerson Jeff Hernández Castro 1
1. Estudiante Universidad de Costa Rica
"Mi nombre es Jeff, tengo 20 años de edad, dedico mi tiempo a los estudios de Bachillerato en Física en la Universidad de Costa Rica, a mi trabajo como monitor en una academia de inglés, a mi familia, a mi amadísima novia y a mis añoradísimos amigos, cada vez que el siempre apresurado y por demás cruel e indiferente tiempo me deja encontrarlos de nuevo. Soy una persona sencilla, con valores muy simples: ayudar siempre, ser útil, nunca callar, siempre mejorar, ser un verdadero amigo, trabajar lo mejor posible, buscar la justicia, no juzgar pero sí evaluar, derrocar al opresor, hacer arte y vivir. Son principios sumamente básicos para una plena vida, especialmente en un país latinoamericano, tercermundista en efecto; son principios que he aprendido en muchos lugares, desde mi familia, mis amigos, mi amada, mis clases, llegando quizá a la más explícita de las fuentes de tal filosofía de vida: el escultismo. Soy miembro de la Asociación de Guías y Scouts de Costa Rica, en la cual me he desempeñado en algunos proyectos; desde ahí, desde sus leyes fundamentales y sus principios, necesité escalar en mi progreso personal en el lema "Servir".
Esa fue mi primera donación de sangre, donde le estreché la mano a un niñito que había recibido más sangre de la que yo he expulsado en todos mis días, donde junto a amigos, viejos y nuevos, admiré el amor que todavía existe en este mundo humano: cruel y suicida. Es este uno de los más gratos recuerdos que en mi ser yacen, de los pocos que al recordar la sensación hacen retornar a mis ojos lágrimas de felicidad y de orgullo propio; yo de cabello largo y normalmente barba corta, de pantalones rotos cuando no trabajo y un tanto malencarado en los días cálidos, y en los fríos también, estaba siendo un ejemplo televisivo, entre la novela, la noticia de moda, el mensaje hipócrita de un político y el último asesinato en un noticiario amarillista, resaltaba la gotita carmesí de optimismo y esperanza justa y sincera, de un mundo soñado por nosotros los soñadores.
Me he dado cuenta, menos con la cabeza y más con el corazón, que siempre habrá algo por hacer, el mundo nunca será perfecto, siempre habrá enfermedades y muerte, crueldad, injusticia dolor y opresión; sin embargo, lejos de ser éstas razones para renunciar a la pelea, son motivos de inconformidad, de búsqueda de cambio, de lucha y de consciencia, de progreso, de amor total, vital y sincero. Como jóvenes, es nuestro deber y consigna el vencer nuestras vicisitudes, para alcanzar un mundo simple y sencillamente mejor. Enseñar solidaridad, amor a nuestros semejantes, ayuda al necesitado, dar vida al que necesita vida. Todo esto con nuestra sangre."
Referencias bibliográficas
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
06 Mar 2009 -
Fecha del número
Dic 2006