Open-access Comentario del libro: Díaz Arias, David. Chicago Boys del Trópico: Historia del Neoliberalismo en Costa Rica (1965-2000), San José: EUCR, 2021

Comentario del libro: David Díaz Arias Díaz Arias, D. (2021). Chicago Boys del Trópico: Historia del Neoliberalismo en Costa Rica (1965-2000), San José: EUCR, 2021.

Introducción

En Costa Rica, la trayectoria del “reformismo neoliberal”, como lo bautizó Antonio Luis Hidalgo Capitán (2003), ha seguido una ruta para tratar de convertirse en la única alternativa posible, basada en la construcción de un pensamiento único que no es original. Este pensamiento se ha importado, así como sus estrategias y mecanismos, desde un contexto global que potenció su difusión, en una trayectoria de largo plazo, aunque también se ha rectificado en algunos aspectos, a partir de los resultados del estilo de crecimiento económico promovido. Parece que en el caso de los “Chicago Boys del Trópico”, como los ha denominado David Díaz Arias, esa rectificación no ha llegado, antes bien, se ha tratado de continuar con la reforma de manera casi unidireccional. El porqué de esta situación recibe respuestas interesantes en el texto de Díaz que se procederá a comentar.

Los aportes principales del libro

David Díaz Arias (https://www.researchgate.net/profile/David-Diaz-Arias-2) cuenta con una trayectoria académica muy relevante. Como estudiante, como joven académico, como investigador y como gestor en el ámbito de las universidades públicas costarricenses ha impulsado la disciplina histórica, contribuyendo a formar nuevas generaciones de historiadores e historiadoras. Además, su labor le ha merecido reconocimiento internacional. Su visión crítica le permite identificar problemáticas de investigación vinculadas con problemas sociales, tomando en cuenta la relación entre el contexto nacional y el contexto internacional/global/mundial. Esta visión le permite comprender y comunicar alcances y límites de la socio-génesis costarricense y, a la vez, aventurarse en el planteamiento de otros caminos posibles.

Por lo anterior, la obra que se comenta es una de madurez intelectual que permite lecturas diversas. Se debe reconocer la vocación de su autor de aproximarse a una temática que puede generar reacciones de diferente naturaleza, pero cuyo análisis es necesario para incidir sobre el debate nacional que debería orientar nuestro futuro como sociedad, con una visión prospectiva y, ojalá, con la posibilidad de abrir un debate que permita la participación y la deliberación de la sociedad civil en un sentido amplio e integrador.

En este breve comentario, se resalta uno de los aportes más relevantes del libro que, como tema central, desarrolla una historia social, intelectual y política del Neoliberalismo en Costa Rica, entre 1940 y 2000, en la cual se leo visualiza como un proyecto fruto de su construcción social por parte de una “red intelectual de acción” que, en sus orígenes, fue altamente masculinizada. Esa red ha estado conformada por los actores estratégicos que Díaz denomina “Chicago Boys del Trópico”, haciendo alusión al origen internacional del pensamiento neoliberal y de su núcleo fuerte desarrollado en la Universidad de Chicago. En esta red intelectual ha desempeñado un papel fundamental el Dr. Eduardo Lizano Fait, pero en ella también han participado personajes vinculados con el sector empresarial y con la clase política del país, que Díaz claramente identifica, además de un actor institucional relevante: el Banco Central de Costa Rica, desde donde se ha promovido un tipo particular de política macroeconómica y monetaria muy cercana a la política fiscal y comercial del proyecto neoliberal. Ha existido un vínculo histórico fuerte entre Lizano Fait y el Banco Central de Costa Rica que se evidencia en la obra. Por otra parte, la “red” da cuenta de que el Neoliberalismo, como ideología, permitió alianzas entre el bipartidismo, cuya etapa de mayor cercanía dio paso al surgimiento del partido denominado popularmente como “PLUSC”; es decir, una unión de intereses entre el Partido Liberación Nacional y el Partido Unidad Social Cristiana. Dicha unión les permitió ser actores institucionales del bipartidismo costarricense, lo cual desembocó, posteriormente, en el transfuguismo político, cuando el bipartidismo entró en crisis, en un nuevo contexto multipartidista. (Vargas, 2018).

Otro aporte fundamental de la obra es la periodización del Neoliberalismo costarricense propuesta por Díaz. En el análisis histórico, una visión de trayectoria no se puede reconstruir sin plantear una periodización que constituya una hipótesis de trabajo, por lo que no se debe interpretar de manera estrictamente lineal, debido a las contradicciones y a las dinámicas de los procesos históricos que generalmente se ven influidas en sus trayectorias por la contingencia, por el azar, aunque no se puede negar el peso que sobre estas trayectorias tienen las estructuras, los actores y las actoras, las instituciones y las coyunturas críticas, entre otros elementos.

Díaz propone seis periodos, entre 1966 y el año 2000, que marcan la trayectoria del reformismo neoliberal en Costa Rica, a pesar de que los orígenes de los argumentos centrales de esta propuesta se pueden identificar desde la década de 1940, a tono con el debate mundial que le dio origen en el contexto del periodo de entreguerras, pero que tomó fuerza en la década de 1960, para plantearse como una “revolución intelectual” desde la década de 1970.

La primera etapa se ubica entre 1966 y 1977-78, en la cual elautor identifica un conflicto entre Neoliberalismo y Desarrollismo centrado en una campaña anti estatista que los neoliberales plantearon como una lucha contra la “burocracia” y la “corrupción”, donde se identifica ambos fenómenos como “males compartidos” por la sociedad costarricense, aunque, es válido que se cuestione si la campaña estuvo encabezada por una nueva elite, en parte heredera del liberalismo histórico, aunque rompía con lo que Manuel Solís Avendaño (Solís, enero- diciembre 2006) denominó como la “elite caritativa” en el país. Una segunda etapa se ubica entre 1978 y 1985, donde los contextos de crisis económica mundial y de crisis nacional fueron aprovechados por esa nueva elite para promover, adoptar y adaptar las ideas de la revolución neoconservadora que se había iniciado antes, pero que pasó a estar encabezada en el nivel mundial por Margaret Thatcher y Ronald Reagan. En estalas empresas transnacionales y los Organismos Financieros Internacionales (OFI), así como algunos think tanks globales y nacionales, tales como la Asociación Nacional de Fomento Económico (ANFE), creada en 1958, y la Academia de Centroamérica, creada en 1969, de la cual el Dr. Lizano Fait también ha sido miembro activo, incidieron sobre los actores políticos de la época, influyeron sobre los partidos políticos del bipartidismo, y orientaron las políticas públicas para plantear la ideología neoliberal, donde utilizaron metáforas como la de la “larga noche liberacionista” como crítica a la visión socialdemócrata del estatismo y del desarrollismo, del Partido Liberación Nacional (fundado en 1951) con una influencia clara del modelo cepalino de desarrollo, en un país donde el anticomunismo había sido un vector importante del reformismo de la década de 1940 y de las décadas posteriores, como ha estudiado Iván Molina Jiménez (Molina, 2007). En esta segunda etapa, el subperiodo 1982-1986 fue el de la condicionalidad cruzada de los OFI, aunque el Dr. Lizano Fait1 llama la atención sobre el hecho de que el reformismo neoliberal planteó una agenda vernácula que tenía cierto nivel de independencia con respeto al contexto internacional. La condicionalidad se hizo viable sobre todo debido a la crisis de la deuda externa, por lo que esta etapa también fue la del “ajuste estructural” y del proceso de “reforma del Estado”.

Díaz Arias ubica una tercera etapa entre 1985 y 1989, la etapa de la consolidación de la reforma neoliberal, en la cual también existió confrontación contra el “pensamiento único”, aunque es claro que este pensamiento empieza a utilizar canales y mecanismos diversos para avanzar con su proyecto. A una cuarta etapa, entre 1989 y 1993, el autor la bautiza como de “Neoliberalismo socialcristiano”, y a una quinta etapa, ubicada entre 1993 y 1997, como la del “pacto neoliberal”. En estas se manifiesta la tendencia a lo que se podría denominar como “neo-caudillismo”, evidenciado por el “Pacto Figueres-Calderón” de 1995, entre los hijos de expresidentes que impulsaron: uno, las reformas sociales de la década de 1940 (Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia), y el otro, (José Figueres Ferrer, líder vencedor de la Guerra Civil de 1948) la “Segunda República”; en el “pacto neoliberal” también participó la Iglesia Católica. En ambos periodos se promueve la preeminencia del Mercado sobre el Estado, pero no se debate abiertamente sobre cuáles son los límites del mercado, como ha planteado Paul de Grawe (2017), para quien la vieja discusión entre “Mercado o Estado” ya resulta obsoleta, pero en el caso costarricense sigue siendo un eje central del proyecto reformista neoliberal. En aquel momento histórico, si bien algunos miembros de la elite neoliberal presentaban su proyecto como basado en la “ciencia económica”, es claro que se empieza a generar el ocaso de la “meritocracia neoliberal” para dar paso al surgimiento de la “tecnocracia neoliberal”, como la denomina Díaz. Por lo tanto, empiezan a surgir los “vendedores de prosperidad”, término aportado por Paul Krugman (1994), es decir, un grupo de personas, economistas o no, que venden recetas de prosperidad en los medios de comunicación y, que continúan haciéndolo, insistiendo en tesis que la evidencia empírica, en múltiples ocasiones, no ha refrendado. La elite neoliberal se transformó en altamente transnacionalizada, con rasgos más egoístas, menos progresista, por lo que se podría interpretar que en esa coyuntura se dio una especie de “rebelión de las elites”, como identificó Christopher Lasch (1996) para el caso de los Estados Unidos. A pesar de esto, se presentaron, y se presentan, como los promotores del bien común, aunque con una idea de “bien común” sesgada por el punto de vista del empresariado, con connotaciones liberal-individualistas y hasta con rasgos de darwinismo social. En esta concepción se ataca fuertemente al Estado social y se instrumentaliza el Estado de derecho, porque la reforma no se circunscribe solo al ámbito económico, sino que se va ampliando al ámbito de la democracia (Viales Hurtado, Pallavicini Campos, y Vargas Céspedes, 2011), de la justicia laboral (Viales Hurtado y Díaz Arias, 2018; Castro Méndez, 2021) y de la educación (Molina Jiménez, 2016), pero también de la banca, del mercado de trabajo y la informalidad, de la salud, de la justicia, de la energía, de la ruralidad y la seguridad alimentaria y nutricional (Viales Hurtado y Granados Carvajal, 2020), de la ciencia, la tecnología y la innovación (Viales Hurtado, Sáenz Leandro, y Garita Mondragón, 2021), de la cultura, entre otros ámbitos, sin superar las grandes contradicciones de la democracia delegativa, como planteó Guillermo O’Donnell (1994), ni de la opinión “publicada”, donde cada vez nos sentimos más alejados de los ámbitos de la toma de decisiones.

En el sentido anterior, privatización y reforma del Estado, con una profunda raíz ideológica anti estatista, se han convertido en las banderas principales del movimiento neoliberal, movimiento porque sus filas se empiezan a engrosar con nuevas personas que, posteriormente, se convertirán en la “nueva clase política” del país, pero que, en la práctica, siguen los criterios hegemónicos emanados desde otros espacios, que también tuvieron una propuesta fallida: la de la aprobación de unas “garantías económicas” de signo neoliberal, como plantea Díaz en su libro.

El último periodo que analiza Díaz es el de la “suma de los inconformes”, esto es, del fin de la primera era neoliberal, que el autor ubica entre 1997-2000. Pero ¿quiénes eran los inconformes? ¿Los neoliberales que siguieron avanzando bajo el lema “Costa Rica Primero”; para proponer una “concertación neoliberal” en 1998-1999; que avanzaron con la concesión de obra pública, que propiciaron una amalgama en el denominado PLUSC; que plantearon el “Combo del ICE” como punto de llegada, como plantea Díaz Arias, siguiendo una lógica corporativista, tratando, además, de aplicar el “consenso de Washington” y promoviendo el “Tratado de Libre Comercio” con los Estados Unidos? ¿O la Liga Cívica surgida para frenar la culminación de ese proyecto, que luchó para que la aprobación en primer debate del Combo del ICE no llegara más allá, cuando la Sala IV desplegó su función de actor estratégico, en un contexto de desencanto político y de incertidumbre? Parece ser que en esa coyuntura crítica hubo una confluencia de desencantos.

En el descontento neoliberal que estudia Díaz Arias, se puede considerar que también interviene el hecho de que los neoliberales han tratado de construirse como una “comunidad moral” (Sztompka, 1999), para tratar de construir una nueva confianza (Viales Hurtado, 2019), pero esta construcción ha tenido sus contradicciones políticas internas.

En este último periodo, la corrupción que los neoliberales achacaron a “los otros” golpeó también a su “reformismo intelectual”; y, como hemos planteado con Jean Paul Vargas Céspedes (Viales Hurtado y Vargas Céspedes, 2020), la persistencia desarrollista, en un contexto de crisis de las izquierdas, ha servido de contención para un avance todavía mayor de este proyecto, por lo menos hasta el momento. El reformismo neoliberal también ha recurrido al negacionismo: muchas personas emblemáticas del movimiento reniegan del término neoliberal, lo plantean como una etiqueta no válida, pero, a la vez, etiquetan al sector público como el “enemigo cargado de privilegios”. Pero los elementos que identifican al neoliberalismo son claros, Díaz Arias los plantea de manera amplia y ubica su relación con el contexto global en que se han desarrollado y el Dr. Lizano Fait plantea que hay cuatro elementos que sintetizan ese proyecto, en su dimensión “criolla”: la promoción del cambio del modelo de sustitución de importaciones por un modelo aperturista, centrado en el combate al proteccionismo; la creación de un sistema financiero privado; el “destete” de los bancos comerciales del Banco Central y la renegociación de la deuda externa2.

Un elemento fundamental de la obra que se comenta y que se invita a leer, es el de evidenciar que el Neoliberalismo costarricense es también un movimiento político que, leído a través de las campañas políticas y de los programas de gobierno, principalmente, permite identificar los mecanismos que ha utilizado para tratar de consolidarse como proyecto.

¿Qué más se le podría pedir a esta obra y a su autor?

En el tránsito entre el capítulo primero y el segundo, se plantea que el Neoliberalismo, en el plano político, perdió peso y se transformó en política económica después de 1978; no obstante, este libro da cuenta de que el reformismo neoliberal es también un proyecto político del cual pone en evidencia sus mecanismos de transmisión ideológica. Por esa razón, se motiva al Dr. Díaz Arias para que desarrolle la historia de la “segunda era neoliberal”, que él ubica después del año 2000; una época donde el “distanciamiento social” precedió a la sindemia por la COVID-19 (Díaz Arias & Viales Hurtado, 2021), porque es claro que el principal signo de la contradicción de este reformismo ha sido la naturalización de la pobreza en Costa Rica, que impacta a una cuarta parte de la población, así como el incremento en las desigualdades sociales, la promoción de políticas sociales que también han afectado la persistencia de la clase media histórica en Costa Rica. Se necesita más obras críticas que ayuden a comprender, parafraseando a sus creadores, “esta larguísima noche neoliberal” con su “mito del déficit” fiscal, como lo ha denominado Stephanie Kelton (2020), sin dejar de plantear que el problema de la deuda existe; con su insistencia en un modelo aperturista que ha mostrado sus límites; con el predomino del sector financiero transnacionalizado; con el combate a un sistema impositivo progresivo, necesario, como ha planteado Thomas Pikkety (2014) y con la omisión de la lucha contra la evasión y la elusión fiscal.

Es importante recomendar la lectura de esta relevante obra, que brinda claves fundamentales para comprender la historia del tiempo presente en Costa Rica y para poder imaginar, y ojalá también construir, otros futuros posibles, evidentemente, sin obviar los problemas estructurales que deben enfrentarse.

Referencias

  • Castro Méndez, M. (2021). Evolución histórica del derecho colectivo de trabajo en Costa Rica. Historia de acciones y reacciones en la construcción del discurso jurídico. San José: Centro de Investigaciones Históricas de América Central, Universidad de Costa Rica.
  • De Grauwe, P. (2017). The Limits of the Market: The Pendulum Between Government and Market. Oxford: Oxford University Press.
  • Díaz Arias, D., y Viales Hurtado, R. J. (2021). El impacto del COVID-19 y otras “pandemias” contemporáneas en Centroamérica (Coords.). En G. Gutiérrez Cham, S. Herrera Lima, & J. (. Kemner, Pandemia y crisis: el COVID-19 en América Latina (págs. 86-117). Guadalajara: Centro María Sibylla Merian de Estudios Iberoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS)/Editorial Universidad de Guadalajara.
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  • Vargas Céspedes, J. P. (2018). Pluralismo y Alternancia: El análisis de la República de Costa Rica, 1949–2014. San José: Universidad de Costa Rica/Vicerrectoría de Investigación/Centro de Investigaciones Históricas de América Central.
  • Viales Hurtado, R. J. (2019). La historia de la confianza y la desconfianza en América Latina: constituciones y cultura política. San José: Centro de Investigaciones Históricas de América Central/Universidad de Costa Rica.
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  • Viales Hurtado, R. J., y Granados Carvajal, R. E. (2020). Trayectoria y dinámica del sector agrario-rural costarricense en el contexto global, 1850-2018. Homenaje a Mario Samper Kutschbach. Puntarenas: Editorial Sede del Pacífico/Centro de Investigaciones Históricas de América Central/Universidad de Costa Rica.
  • Viales Hurtado, R. J., y Vargas Céspedes, J. P. (2020). Costa Rica: Entre el cambio y la persistencia. Una historia reciente (1940-2020, antes de la COVID-19). San José: Centro de Investigaciones Históricas/Universidad de Costa Rica.
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  • Viales Hurtado, R. J., Sáenz Leandro, R., y Garita Mondragón, M. (2021). The problem of scientific policies in Central America (1980–2020): the tension between innovation and social cohesion in a global context. Tapuya: Latin American Science, Technology and Society, Vol. 4, Issue 1, 1-22.

Notas

  • 1
    El Dr. Eduardo Lizano Fait planteó este argumento en la presentación del libro de David Díaz Arias que organizó la Editorial de la Universidad de Costa Rica, que se llevó a cabo el 21 de octubre de 2021 y que puede consultarse, aunque parcialmente, en este vínculo: https://www.youtube.com/watch?v=yx-yX7uaEMA
  • 2
    El Dr. Eduardo Lizano Fait planteó estos ejes en la presentación del libro de David Díaz Arias que organizó la Editorial de la Universidad de Costa Rica, que se llevó a cabo el 21 de octubre de 2021 y que puede consultarse, aunque parcialmente, en este vínculo: https://www.youtube.com/watch?v=yx-yX7uaEMA

Fechas de Publicación

  • Fecha del número
    Jan-Jun 2022

Histórico

  • Recibido
    29 Oct 2021
  • Acepto
    04 Nov 2021
location_on
None Diálogos Revista Electrónica de Historia, Universidad de Costa Rica , Escuela de Historia, San Pedro de Montes de Oca, San Pedro, San José, CR, 11501-2060, 2511- 6446 , 2511- 6452 - E-mail: jmarincr@gmail.com
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