La palabra es poderosa…vence cuando define porque saber definir…es mantenerse siempre invicto dentro del cambiante maremágnum de las cosas. La palabra tiene alma (según Darío), es la luz que ilumina los siglos, es sabiduría popular contenida en los tesoros de los libros sagrados de los países meso-asiáticos
Emilia Prieto Tugores (Prieto, 2021, p. 3).
Emilia Prieto, la búsqueda de la palabra en la sabiduría del pueblo
No hay otra forma de buscar el pensamiento que no sea en la palabra, esa alianza con el mundo. La palabra, el reino del pensamiento que resiste desde su escritura, oralidad y acción creadora, al tiempo. Sobre esta palabra que reúne la historia de lo humano en sus fragmentos, en la historia de lo cotidiano que logra la unidad del pensamiento hilvanado de forma en forma para hablarnos de nosotras y nosotros como país, –mejor aún– como pueblo, es la herencia latente de Emilia Prieto Tugores (Costa Rica 1902-1986), pensadora, ensayista, buscadora incansable de los signos en que la palabra y su fiel oralidad nos dan cuenta de la sabiduría palpitante del pueblo.
Quienes lean a Emilia Prieto, maestra, artista, música, crítica de arte, pero también guionista, militante, mujer radialista y activista, sabrán, al internarse en su pensamiento, cómo se labra el presente y se narra a su vez la historia política del país con el lenguaje culto como preclaro y sencillo, y en la forma en que el pueblo expande sus saberes; una labor de reflexión y comprensión equitativa y coherente desde su militancia y en compromiso con los sectores desfavorecidos históricamente en Costa Rica: la vida obrera, campesina e indígena, sin olvidar las voces de las mujeres y la niñez.
El espíritu polímata de Emilia Prieto la impulsó también a diversificar la expresión de su búsqueda de la palabra y de las formas de difundir el pensamiento popular. Antropóloga de espíritu y de acción, supo plasmar con el ingenio, incisiva ironía y el amor al pueblo que la caracterizó, la inagotable riqueza de pensamiento en los saberes populares. Aportes a la cultura popular costarricense, selección y edición de Liana Babbar Amighetti, compiladora, transcriptora, editora temática de esta obra; y nieta de Emilia Prieto –como ella misma se presenta– forma parte del catálogo de la Colección del Bicentenario publicada en el 2021 por Editorial Costa Rica.
Esta obra es una muestra más de la versátil dualidad de Prieto Tugores, quien además de ser una referente del ensayo costarricense que apuntó la mirada tanto a los acontecimientos políticos nacionales e internacionales, como a la crítica aguda contra los poderes del Estado, y a la crítica literaria y artística de sus pares intelectuales; sostuvo siempre el ferviente interés en rescatar, reflexionar y difundir las voces de las y los protagonistas de los saberes populares de su país.
Su compiladora nos dice en la primera página del libro: “Su motivación fue sensibilizar a los costarricenses sobre la importancia y trascendencia de su propia cultura tradicional, preocupada por el desinterés generalizado sobre estas manifestaciones” (Babbar, en Prieto, 2021, p. XIV). Más adelante en la presentación de su primer capítulo “La Palabra y el Lenguaje”, también señala:
Con singular cariño y respeto estudió al campesino y su fecunda presencia como núcleo social y fundamento de nuestra nacionalidad. En su obra lamenta la ausencia de investigadores que se acerquen a ellos con el sincero deseo de conocer sus problemas y de observar, con simpatía y admiración, su presencia en los páramos y en los siglos (Babbar, en Prieto, 2021, p. 3).
Esta dualidad o, dicho de otra forma, la integralidad política de su pensamiento y de su acción investigativa reflejó su interés y arrojo en la cotidianidad de las vidas e historias concretas de quienes forjan la realidad, pero también fue crítica del sesgo elitista, clasista en sus pares dentro de los círculos de artistas e intelectuales, que con cierto desprecio y segregación pasaron por alto la riqueza y los conocimientos propios del pueblo.
Dos capítulos principales integran Aportes a la cultura popular costarricense; “Guiones radiofónicos” y “Tonadas recopiladas e interpretadas por Emilia Prieto en Somos como somos”. El primero reúne en sus primeras páginas una breve presentación en “La palabra y lenguaje” sobre el poder orgánico y cotidiano de estas coordenadas de la expresión popular que tanto amó Prieto y con las que Liana Babbar nos introduce a una vasta compilación de los guiones de radio de Emilia Prieto durante los seis años (1980-1985) para Radio Nacional en su labor como mujer radialista. Las lectoras y lectores podrán encontrar en cada guion una clase magistral de educación popular sobre las expresiones idiomáticas populares costarricenses llenas de gracia y viveza.
El segundo capítulo reúne en el apartado de anexos una rica muestra de los guiones facsimilares con las piezas musicales que se acompañan también de la hermosa fuerza de su caligrafía; la transcripción musical que Emilia realizó e interpretó junto a su inseparable compañera “Josefina” (la guitarra del locutor) quien la acompañaba en cada programa radial permitiéndole ofrecer ambas expresiones de la palabra viva en su oralidad y en la palabra cantada.
Emilia Prieto, la mujer antropóloga y radialista del siglo XX
Es quizás un atrevimiento frente al territorio de la academia y su institucionalidad afirmar que Emilia Prieto Tugores fue una antropóloga, pero así fue. A la luz de su vocación, del ímpetu de su espíritu sediento siempre de los signos del pueblo, de su inagotable acción investigativa, de sus publicaciones y las distintas formas en que divulgó sus saberes, no puede afirmarse lo contrario. Aún cuando en la primera mitad del siglo XX las voces de las mujeres no eran aceptadas como parte de la cosa pública, Emilia Prieto como otras intelectuales de su tiempo, pese a la adversidad política y a la masculinizada territorialidad de la palabra, se abrió paso en distintos periódicos y revistas, situó su voz e hizo circular su pensamiento.
Aportes a la cultura popular costarricense evidencia cómo a sus 78 años la autora no se conformó con la prolífica obra ensayística y xilográfica con la que plasmó su presente y la historia del país durante la primera mitad del siglo XX por la que nunca dejó de investigar ni crear.
Emilia Prieto Tugores tampoco desistió de su afilado sentido crítico contra los adversarios de su pueblo. Resultado de ello, durante la segunda mitad del siglo XX, lo que la compilación de Liana Babbar nos ofrece con los archivos de Somos como somos, es “el resultado de sus investigaciones de toda una vida sobre el folclor tico-meseteño en sus diversas manifestaciones” (Babbar, en Prieto, 2021, p. XIV) como lo afirma su compiladora, y que considero realzan no solo la celebración constante de la oralidad popular, sino la convicción política de posicionar en el centro la dignificación y trascendencia las voces y la sabiduría del pueblo.
Emilia Prieto, un continuo homenaje a la sabiduría del pueblo
Las palabras en cursiva a continuación forman parte de la transcripción de uno de los diálogos entre Emilia Prieto y su compañero locutor en Somos como somos. El guion escrito por nuestra autora, dedica su tema a la definición del “folclor”. A la pregunta de su compañero “- ¿Y cómo plantea Ud. el asunto?”, ella responde:
El folclor en general, es la respuesta que una colectividad entrega a través del tiempo ante el medio en que habita, trabaja, vive y se desenvuelve. Es, podría decirse, la interpretación y adaptación en lo ambiental y en lo histórico a través de la permanencia por años en un determinado lugar (Prieto, 2021, p. 5).
Este fragmento del guion con la transcripción fechada en octubre de 1983 evidencia la claridad política de Emilia sobre su propia labor antropológica. Si consideramos que, aún a inicios de la de década de 1980, cuando la antropología en nuestra región debía cuestionarse sobre la colonialidad de las miradas estadounidense y eurocéntrica sobre cómo hemos sido “definidos” por estas en nuestra región, Emilia tenía la certeza de que el pueblo, una colectividad, responde a su contexto como un agente activo, creador, y por tanto, agenciante de su propia realidad en tanto y desde la forma en que habita, trabaja, vive y se desenvuelve. Emilia fue mucho más que una “folclorista” como se han empeñado en definirla.
Así, la primera forma de dignificación con que se refiere al pueblo es la de posicionarlo como la forma creativa en que este responde a los factores históricos y ambientales de su contexto.
Emilia reflexionó sobre la humilde filosofía que habita en la voz popular, teorizó pedagógicamente y con sencillez –como puede leerse bien en sus guiones– sobre la función ética del habla popular, sobre el recurso del humor como la mayor muestra de ingenio en la construcción de la armonía y la cohesión social, sobre los lugares/espacios donde atestiguó y recogió las voces populares (las camionerías, por ejemplo), sobre los signos en la expresión pictórica de las carretas, asimismo la identificación de los elementos presentes en las leyendas y mitos populares. Un ejemplo de ello es esta breve cita referente a algunas de las leyendas propias de la tradición popular. Leamos un ejemplo de la reflexión de Emilia sobre el tema en este guion de Somos como somos fechado en septiembre de 1980.
E. Me voy a referir muy concretamente y apenas por encimita al caso, observando que –en las cosas tétricas y terroríficas– se percibe una ingeniosa combinación de tres elementos que serían:
Negación
Absurdo y
Contradicción.
Si no, fíjese y verá. Tomemos como ejemplo el elemento “negación” que expresa la preposición “sin” en estos ejemplos:
Padre sin cabeza
Carreta sin bueyes
Y convengamos en la gran proyección de irrealidad que, entre términos tan concretos, viene a poner la tal palabrita “sin”.
L. Bueno, ¡mejor será que a ese “sin” tan averiguado le pongamos un “con” música!
E. “Dígamelo con música”, como dicen por ahí. En cuanto a lo absurdo, hay una versión en la leyenda de la Tulevieja, según la cual la huella que el espantajo va dejando en los caminos y entre los cafetales es de un pie de chiquito al revés y una pata de gallina hacia adelante. Por cierto, este relato es comparativo entre Costa Rica y Panamá.
L. Lo calenturiento de ese surrealismo anatómico, fantástico y tropical ¡alcanza proporciones de loquera! Por si fuera poco, Tulevieja –dicen- era “uña y carne” con la bruja Zárate.
E. Sobre la contradicción, el mejor ejemplo es la Segua. Según la leyenda, a los donjuanes trasnochadores se les aparece una mujer y hermosa en los caminos. En cuanto el aventurero galanteador se le arrima –apuesto y entusiasta- el espantajo lo recibe mostrándole con ensordecedores relinchos y estampa de jumento con una horripilante dentadura caballar (Prieto, 2021, pp. 151-152).
Además de las reflexiones continuas sobre los temas que la autora ofrecía en cada programa, también resulta un ejercicio antropológico el análisis comparativo de clasificación geográfica en la región, como se muestra en este guion. Emilia en este, como en otros, señaló expresiones que se comparten en otros países de Centroamérica, pero también algunas de sus variantes.
Liana Babbar resalta la particular vocación de la sencillez del lenguaje como del dominio pedagógico de la radialista: “su obra trasciende lo meramente folclórico” (2021, p. XVIII) nos dice, y suscribo con ello como anteriormente lo señalamos. Su obra de dimensión antropológica es pedagógica en tanto convoca en cada uno de sus guiones con humor, alegría y afecto a que sus radioyentes ejerciten una mirada crítica sobre sí mismos como pueblo. Convoca tácitamente a dignificar la identidad, la pertenencia al pueblo, pero no desde el nocivo imaginario de la figura campesina y servil de la impronta burguesa que quedó plasmada en “Las Concherías” de Aquileo Echeverría, por el contrario, a la inteligencia creativa del habla popular, en la riqueza propia de las expresiones de la oralidad (refranes, dichos, entre otros) que también dan cuenta del ethos, de la función ética y de la continua edificación moral que cumplen dentro de la esfera social. Un ejemplo de ello son sus palabras en uno de sus guiones:
Es necesario que los costarricenses reflexionemos sobre la falta de raíz histórica y del apoyo a las tradiciones, costumbres, creencias, ideas, cantos y lenguajes nacionales. Y que nuestro pueblo tiene derecho a una opción digna que le permita mostrarse ante el mundo con un rostro orgulloso, con un rostro de identidad nacional propia y libre (Prieto, 2021, p. 6).
Estos lenguajes nacionales tienen particularidades propias, y por ello, dice la autora, son de gran interés folclórico. Babbar presenta en sus notas introductorias la organización en que los guiones radiofónicos de Somos como somos contienen la clasificación de los temas sobre las expresiones orales y autóctonas que nuestra insigne radialista presenta en cada uno de sus programas. La clasificación realizada por la compiladora que ustedes encontrarán en este libro con el tratamiento chispeante y ameno propio de Prieto Tugores, es la siguiente de acuerdo con lo señalado por Liana Babbar:
Emilia propuso una forma de organización de las expresiones orales autóctonas. Desde mi perspectiva, sin embargo, a través de los años ella amplía esta clasificación y se observa implícita la siguiente secuencia lógica: a) costarriqueñismos (incluidos regionalismos y americanismos) y toponimias; b) expresiones propias, o decires, junto con ocurrencias críticas o burlonas; c) exclamaciones, modismos o muletillas; d) proverbios, refranes, aforismos y máximas; e) chascarrillos y chistes; f) adivinanzas; g) camionerías o minidiálogos; h) pregones; i) epitafios; y j) juegos de palabras (retahílas, trabillas, trabalenguas, anagramas y reversinas). Dentro de la expresión oral también incluyó la versificación y las tonadas tradicionales (Babbar, en Prieto, 2021, p. 4).
Emilia como algunos(as) otros(as) intelectuales que la antecedieron y de su época, como Roberto Brenes Mesén (1874-1947), Abelardo Bonilla (1898-1969), Carmen Lyra (1887-1949),Yolanda Oreamuno (1916-1956), Luisa González (1904-1999), Joaquín García Monge (1881-1958), entre otros, compartieron la pregunta y la reflexión sobre cómo hacer patria, pero también cómo debía construirse la noción del ser costarricense. Emilia distintivamente siempre demostró que el compromiso social debía ser la substancia de cualquier disciplina. En sus guiones radiofónicos el afán de forjar la inteligencia como un deber político y pedagógico, enaltecer las voces del pueblo y la sabiduría palpitante en las expresiones orales autóctonas dan cuenta de su inclaudicable compromiso social.
Los guiones radiofónicos de Emilia Prieto: la documentalidad viva del patrimonio de la oralidad costarricense, la palabra oral y cantada
Prieto Tugores pudo haberse conformado con la divulgación del pensamiento y de la sabiduría popular trasladando su bagaje únicamente en la palabra escrita. Pero Emilia siempre pensó en su gente, privilegió en su investigación y en su accionar, como lo hacen quienes se dedican a una antropología comprometida, en la forma de devolver a su propio pueblo la sabiduría que aprendió de este. No es casualidad para una intelectual como Emilia Prieto con su integral militancia e inquebrantable compromiso social que pensara en la radio como el camino –tan propio de la educación popular comunitaria– para hacer la devolución a su pueblo de todos los conocimientos que durante muchos años de su vida obtuvo de este. Así, las investigaciones a lo largo de su vida se traducen por nuestra autora en un lenguaje accesible, ameno, profundo y coherente, y desde la naturaleza divulgativa de la oralidad, que le dio su pueblo.
“Siempre me interesé con todo lo que tenía que ver con el pueblo, con sus manifestaciones espontáneas” (Prieto, 1978, p. 29) responde Emilia en una entrevista que le hizo Carlos Morales registrada en el libro Romanzas Ticomeseteñas.
Al valor de la espontaneidad propia de las expresiones populares, Emilia suma dos valores estéticos que pueden ser encontrados en el guion fechado en julio de 1985 con ocasión de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo Cultural Joaquín García Monge. En este fragmento identificamos estos dos elementos más a lo que refiere Prieto:
L. Doña Emilia, primeramente, ¡reciba Ud. mis felicitaciones por haber obtenido el Premio Nacional de Periodismo Cultural Joaquín García Monge!
Sea Ud. muy bienvenida a estos estudios de Somos como somos donde cambiamos pareceres u opiniones sobre nuestra imagen y personalidad nacional tica. ¿Qué nos dice?
E. Muchas gracias. Ante todo, quisiera insistir en que el mérito en la creatividad artística popular se halla en que la forma y el contenido manifiestan una inspiración original y absolutamente auténtica (Prieto, 2021, p. 34).
Su respuesta es reveladora y coherente. El mérito del reconocimiento se dirige precisamente a la creatividad artística popular. Pese a ser una autoridad sobre la cultura popular costarricense, Emilia siempre coloca al centro de nuestra atención la sabiduría popular y cómo, según ella, las expresiones populares inspiran y sirven para confrontarnos con nuestras propias realidades (Prieto, 2021, p. 35). Con justa razón en ese mismo guion, toma las palabras de Jorge Sites: “quien quiera indagar cómo piensa y cómo siente un pueblo, quien desee conocer su ingenio y su temperamento, no puede desconocer el estudio de sus locuciones proverbiales” (Prieto, 2021, p. 35).
Liana Babbar me contó, durante una conversación, que los registros de audio de los programas radiales Somos como somos no fueron salvaguardados. Gracias a los archivos de su hija y de la labor generosa con que su nieta elaboró la edición temática de sus textos, podemos leer hoy los guiones radiofónicos que Emilia preparó para sus radioyentes durante cada uno de los seis años en que su programa salió al aire. De otra forma estas locuciones proverbiales, el vasto estudio de Emilia Prieto y una gran parte del registro de la oralidad costarricense se habrían perdido como suele suceder con el destino de muchos escritos y de las palabras.
Con la clasificación de las expresiones orales autóctonas a que hicimos mención anteriormente, nos damos una idea de la escucha amplia, horizontal y respetuosa de tantos años de búsqueda e investigación; de los continuos viajes y recorridos que Emilia realizó para grabar con su memoria implacable, pero sobre todo del afecto y esfuerzo con que fue guardiana de su memoria desde la infancia con que captó indeleble desde entonces las expresiones campesinas. Con justo respeto y valor de las expresiones populares, Emilia guardó la plural expresión del idioma y las tonadas o canciones populares costarricenses que pueden llegar hoy con este libro a sus lectoras y lectores.
De modo que, frente a esta clara convicción sobre el valor estético de la creatividad artística popular, Emilia Prieto reconoce dos características fundamentales que suma al valor de la espontaneidad en la creatividad artística popular como son la originalidad y autenticidad de su manifestación. Con la publicación de los guiones de Somos como somos podemos encontrar entre sus palabras el afán de darnos generosamente lo mejor del patrimonio cultural vivo del alma costarricense con sus manifestaciones espontáneas y auténticas. Con él también historiza las verdades y la inventiva popular de la voz del pueblo.
Acaso, como dice Emilia en otro de sus guiones fechado en febrero de 1985, “Las palabras se inventan en función de la necesidad que tienen las personas de comunicarse, pero también se gastan con el uso, exactamente como se gasta un cuchillo” (Prieto, 2021, p. 7), es que siempre le resultó apremiante cuidarlas, primero porque reconoce el silencio al que la oralidad puede estar destinada con su desaparición, y porque no encontró belleza igual en la humana fecundidad cotidiana de su pueblo. Sobre este cuido y cariño a la oralidad, nos dice con humor la mujer radialista: “Cuando me pongo a pensar en la esencia concentrada de la sabiduría que encierra cada proverbio, incurro en cavilaciones y reflexiones que, como decía un famoso personaje pueden ser brutalidades, pero son ideas propias” (Prieto, 2021, p. 31).
Con este libro, podríamos resumir que Emilia nos enseña que todas las expresiones de la oralidad encierran una filosofía humilde en perpetuo movimiento y transformación. Que esa es su mayor riqueza, pero también su mayor fragilidad ante la indiferencia clasista. De ahí ese ímpetu por ser guardiana de la sabiduría del pueblo. Aprendimos con este libro de Emilia Prieto que no hay nada más dinámico, dúctil, que el reino del lenguaje y de la palabra, y que la fuente de sus investigaciones es el alma, la raíz cálida desbordada de ingenio y creatividad inagotable del pueblo costarricense.
Cada programa en Somos como somos fue acompañado de una tonada con las que Emilia Prieto despedía el episodio. Liana Babbar registró un total de 62 tonadas. Quienes lleguen a tener el libro en sus manos encontrarán en la última de sus páginas como una afectuosa despedida, el registro al que se puede acceder con los códigos de respuesta rápida (QR) a 12 tonadas interpretadas en la voz de Emilia Prieto y la de “Josefina”, a la que se suma una interpretación a cargo de su hija Cecilia Amighetti Prieto.
Bien escribió Liana Babbar que:
Emilia fue la primera en alertarnos sobre la insólita expresión pictórica de las decoraciones de carretas en 1932. La primera en intentar un rescate y análisis comparativo musical de las canciones campesinas de la Meseta Central en los años sesenta. Y, en los años setenta y ochenta, posiblemente una de las primeras en desentrañar y sistematizar la singularidad de la expresión oral costarricense (Prieto, 2021, p. XVII).
Asesorar a Radio Nacional para crear Somos como somos y ofrecer un espejo ennoblecido de la belleza lúdica y pluralidad en el construir patria de las raíces no puede ser más que la muestra de un profundo amor interesado únicamente en encomiar, como digna depositaria de la sabiduría popular del alma costarricense, en palabras de Babbar: “la importancia de los testimonios de primera mano … sus propias vivencias en los albores del siglo XX, al referirse a las costumbres y tradiciones del país” (Prieto, 2021, p. XVII).
Para este libro necesario, compilado espléndidamente con tanto amor como rigurosidad y cuidado a cargo de Liana Babbar, encontré unas palabras que resumen la vocación y el sentir que siempre movió a Emilia en su elogio a la patria, que para ella fue la encarnación del ser colectivo, el núcleo social del país y de quien mana el poder del pueblo en la construcción del lenguaje:
Al labriego
primogénito de la tierra
artífice de la patria
en vastedad de espacio, tiempo
y espíritu” (Prieto, 1978, dedicatoria).
Sirvan estas páginas a la memoria siempre viva de Emilia Prieto Tugores, a la fuerza de su pensamiento y de sus palabras.
Referencias
Fechas de Publicación
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Fecha del número
Jan-Jun 2023