Cualquiera que esté interesado de manera general por la historia de la esclavitud y la pos-emancipación en el Caribe, encontrará en el libro de Ulrike Schmieder, Nach der Sklaverei. Martinique und Kuba im Vergleich, un amplio recorrido por las estructuras y el orden construido por la economía azucarera esclavista de las islas caribeñas en el siglo XIX, así como por la respuesta de ese sistema a la abolición de la esclavitud para seguir produciendo. Pero quien tenga un interés particular por las vidas y experiencias de los hombres y mujeres esclavizados que con su trabajo sostuvieron la importante industria azucarera del siglo XIX en el Caribe y que posteriormente enfrentaron las dificultades del mundo de la pos-emancipación, tiene en el libro que aquí se reseña una ventana rica en detalles para conocer la vida de los africanos esclavizados en las islas de Martinica y Cuba.
A través de esa ventana se pueden observar sus estrategias de resistencia frente a un sistema explotador, sus concepciones y prácticas en torno a la familia y su resistencia cultural a la imposición de normas y valores capitalistas/ occidentales en el mundo de la pos-emancipación. Esto entre 1848 y 1898, en un escenario en el que, haciendo frente a las condiciones cambiantes en el mundo del trabajo que había traído la abolición de la esclavitud, los hacendados cubanos y martiniqueños competían aún por llenar el vacío dejado por Haití como principal productor de azúcar del mundo.
Para cubrir toda la amplitud del trabajo y para informar al lector mejor del contenido del libro, esta reseña será predominantemente descriptiva y señalará al final algunas de las contribuciones más importantes del trabajo en términos de los debates historiográficos en los que está inserto y para el conocimento en general sobre los regímenes de trabajo durante y después de la esclavitud en la industria azucarera del Caribe.
El libro está organizado en seis capítulos, que desarrollan el enfoque comparativo entre Martinica y Cuba propuesto por Schmieder. Pero antes, en el capítulo uno, Schmieder realiza un profundo y exhaustivo balance de la literatura de los debates más relevantes sobre la esclavitud moderna. Como primer gran tema se aborda el debate sobre la relación entre capitalismo, esclavitud y abolición, en el que la pregunta por el origen de la abolición ocupa un lugar central. Luego se continúa con la discusión sobre las consecuencias del tráfico trasatlántico de personas esclavizadas, un debate en el cual el problema de los números ocupa un lugar importante: ¿cuántas personas fueron transportadas de África a América?
A continuación, se aborda el problema de las condiciones de los africanos esclavizados en su destino americano, una polémica sobre las diferencias entre la esclavitud en los países anglosajones y los iberoamericanos y sobre la supuesta “bondad” o menor dureza de la esclavitud en estos últimos. Más adelante, se presta atención al debate en torno a los cambios culturales experimentados por los esclavizados y sus sociedades receptoras: ¿se produjo un proceso de hibridación y creación de identidades nuevas o las culturas africanas perduraron y siguen marcando a las sociedades actuales?
En otro punto, se presta atención a los debates entre quienes ponen énfasis en las personas esclavizadas como actores con capacidad de acción -o agencia- dentro del sistema esclavista versus las interpretaciones que proponen la “muerte social” de los sometidos a esclavitud. En estas discusiones, la resistencia violenta y otras formas de resistir a la explotación ocupan un lugar central.
En cuanto a los debates en torno a la constitución de las familias de personas esclavizadas, estos sugieren que había una variedad que no permite generalizaciones muy seguras al respecto, pero que habla de la capacidad de las familias para reinventarse y sobrevivir a la adversidad. El tema de la relación entre género y esclavitud ha producido una considerable literatura, que ha iluminado a actoras olvidadas en el abolicionismo y rescatado las estrategias femeninas de resistencia. Además, el balance de este primer capítulo aborda los principales debates alrededor del tema de las sociedades de pos-emancipación, las transformaciones en las relaciones de trabajo tras la abolición, la reorganización de las familias en el marco de esos cambios, la lucha por derechos políticos y la resistencia contra la imposición cultural de los poderes coloniales y de la iglesia.
En los capítulos 2 y 3, el libro pone las bases para los objetivos de comparación que persigue. En el capítulo 2, se abordan la esclavitud y la abolición en Martinica y, en el 3, se cubren los mismos temas para Cuba. Ambos capítulos están organizados de manera similar, parten de una breve síntesis de la historia de las islas y pasan al análisis de la esclavitud: el tráfico de las personas esclavizadas y el desarrollo demográfico en las respectivas islas, las condiciones laborales, las condiciones de vida y la división sexual del trabajo 249 en las plantaciones. Se aborda el problema de los africanos esclavizados en las ciudades, las dinámicas de las familias de personas esclavizadas, las relaciones de pareja interétnicas, el tema de las manumisiones, la resistencia de los sometidos a esclavitud, los efectos de la Revolución Francesa y de la independencia de Haití, los cambios traídos por el siglo XIX, los intentos de conversión religiosa de los esclavizados y, finalmente, la emancipación.
En el capítulo 4, se lleva a cabo un exhaustivo ejercicio de comparación a partir de los capítulos anteriores, que incluye aspectos centrales con respecto a las transformaciones de las relaciones de trabajo y las estrategias de emancipación socioeconómica de las personas antiguamente esclavizadas, la reorganización de las relaciones de género y de las formas familiares de la población afrocaribeña tras la emancipación, la lucha por la educación, el ascenso social, la autonomía cultural y la participación política.
El capítulo 5 contiene estudios de caso que, a partir del análisis de actas de juicios, permiten observar conflictos en relaciones de pareja, problemas vinculados con el asesinato de niños, abortos, incendio de propiedades, raptos con fines sexuales y relaciones de pareja interétnicas.
El epílogo del libro, el capítulo 6, consiste en una comparación entre las sociedades de pos-emancipación en Cuba y Martinica, y amplía la comparación a otras sociedades de pos-emancipación en el Caribe, particularmente las protestantes de influencia inglesa. Esta última parte del trabajo recoge, por supuesto, conclusiones y reflexiones generales, que se pueden resumir señalando que Cuba y Martinica compartían, entre sí y con otras islas del Caribe, los rasgos estructurales comunes a las economías de plantación basadas en trabajo esclavo: fuerte dependencia de la agricultura de monocultivo y de los mercados internacionales, con la inestabilidad socioeconómica asociada a estos, las violentas relaciones de dominación y jerarquías racistas. Diferencias con las islas protestantes inglesas provenían sobre todo de la sujeción de Cuba y Martinica a monarquías centralizadas, con una tradición legal codificada y dominio del catolicismo, mientras que las islas británicas operaban, hasta cierto punto, autogestionadas por las élites locales ( Schmieder, 2017, pp. 397-398).
La situación económica al momento de la abolición es un punto en el que se revelan diferencias importantes entre Cuba y Martinica. La economía cubana estaba mucho más modernizada y no padecía de escasés de fuerza de trabajo; ambos aspectos eran agudos problemas en Martinica y explican el éxito cubano como sucesor de Haití.
La situación política es otro punto que separaba a las dos islas. Cuba compartía más rasgos en común con la tierra firme continental, independizada de España, que con Martinica. Puesto que la combinación de emancipación en el mundo del trabajo con independencia en lo político, como se dio en Haití y en el continente, no se dio en Martinica, que experimentó una abolición de la esclavitud controlada bajo un estable dominio colonial, esto coloca la experiencia martiniqueña más cerca de la experiencia de las islas británicas, danesas u holandesas que de la cubana (Schmieder, 2017, p. 398).
Dos aspectos que resultan claros al final del libro son los siguientes: en ninguna sociedad de pos-emancipación la esclavitud fue seguida por trabajo libre o economía campesina sino por represivos regímenes de trabajo y, segundo, las personas anteriormente sometidas a esclavitud no pasaron a formar parte de la ciudadanía, sus derechos políticos tardarían en llegar (Schmieder, 2017, p. 398). En esta misma línea, es fundamental la conclusión a la que llega el texto con respecto al debate sobre la bondad o dureza de los regímenes de esclavitud: primero, no se sostiene la tesis de la mayor “suavidad” de la esclavitud ibérica y, segundo, los sistemas de esclavitud no son reformables en dirección de una “atenuación” de su carácter opresivo ( Schmieder, 2017, p. 388).
Mediante un fluido movimiento entre los niveles macro y micro, Nach der Sklaverei permite observar a los actores hacer frente en sus relaciones personales a los condicionantes estructurales que se les imponía en la vida cotidiana. En este sentido, un punto alto de la obra es el uso de abundantes fuentes documentales para poner en evidencia la capacidad de agencia de las personas esclavizadas para resistir al sistema y granjearse mejores condiciones (entre algunos de los principales archivos consultados por la autora se encuentran: Centre des Archives d’Outre Mer, Centre Historique des Archives Nationales, Archives Départamentales de la Martinique, Archives des Fréres de l’Instruction Chrétienne, Archives des Soeurs de St. Joseph de Cluny, Archivo Histórico Nacional de Madrid, Biblioteca Nacional de Madrid, Archivo de Indias de Sevilla, Archivo Nacional de Cuba, Biblioteca Nacional de Cuba, Archivo Histórico Provincial de Matanzas, Archivo Histórico Municipal de Colón, Archivo del Museo Municipal de Guanabacoa, entre otras fuentes, incluyendo archivos digitales en internet). Con esto, el trabajo contribuye a la historiografía que observa a los actores históricos subalternos no como víctimas inertes, sino como sujetos históricos que participaron activamente en los procesos de su época. Sin embargo, un problema de esta cuantiosa información de archivo es que pesa sobre el texto, es decir, la lectura puede ser poco fluida por tramos debido a los detalles excesivos. De ahí que sea deseable un mejor equilibrio entre los detalles y la narración.
Para las personas lectoras sensibles a las experiencias de las personas esclavizadas e interesadas en una visión comparativa de la esclavitud y de la pos-emancipación tanto en Cuba como en Martinica, el libro de Schmieder es un texto ideal. Por lo tanto, el público académico hispanoparlante de América Latina solo puede desear una pronta traducción del libro al español.
Referencias
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
Oct-Dec 2018