Resumen
Las lesiones faciales malignas complejas o muy extensas, tratadas mediante resección quirúrgica, a menudo constituyen un reto para el cirujano plástico, debido a la gran exposición social del sitio, así como la escasa oferta de tejido para la reconstrucción del defecto cutáneo residual. En estos casos es imperativa la obtención de márgenes libres de malignidad; en segundo lugar, intentar recuperar la funcionalidad del área quirúrgica, y por último, buscar resultados estéticos favorables. Cuando sea posible, la ausencia de cobertura cutánea debe ser restaurada con tejido de similar grosor, color y textura, para lo cual el cirujano debe evaluar cuidadosamente el tamaño del defecto, la localización, las capas de tejido involucradas, la relación con estructuras aledañas y la cantidad de tejido donador disponible, con el fin de conseguir el mejor resultado final. Para deformidades de gran extensión que involucran múltiples capas de tejido, el concepto del triángulo reconstructivo de Mathes y Nahai, puede brindar mejores resultados, dándole opción al cirujano de escoger entre transposición de colgajos locoregionales, colgajos libres o expansión tisular. Los colgajos libres pueden satisfacer mejor las necesidades de forma y función facial, y permiten una considerable oferta de tejido con adecuada vascularidad, similitud de color, textura y grosor. A continuación se presenta el caso clínico de un paciente masculino de 21 años con el diagnóstico de carcinoma basocelular de mejilla derecha recidivante, quien fue sometido a resección completa y reconstrucción del defecto mediante transferencia libre de un colgajo lateral del brazo derecho, con excelentes resultados anatómicos y funcionales.
Descriptores: Brazo; colgajos tisulares libres; microcirugía; colgajos quirúrgicos; neoplasias cutáneas; carcinoma basocelular; cara; traumatismos faciales