Biografía
Dr. Alexis Agüero Soto
Escribir sobre la vida de un amigo ha sido siempre una gran responsabilidad, la cual se debe afrontar seriamente, para no exagerar ni omitir detalles importantes. Así es como me atrevo a escribir sobre el Dr. Alexis Agüero Soto.
Nace en la ciudad de Alajuela, el 20 de febrero de 1900, apenas en los inicios del siglo XX, siglo de significativos acontecimientos: dos guerras mundiales, descubrimiento del potencial de los átomos, avances increíbles en el campo de la Medicina, desarrollo del conocimiento y las comunicaciones -que nos ha llevado a traspasar los límites del globo terráqueo y aventurarnos en el espacio. Es este el ambiente en el que le tocó vivir, y sin duda, impactó la forma de ser y de actuar de este alajuelense, hijo de Pedro Arístides Agüero González e Isabel Soto de Agüero.
Se gradúa de bachiller en el Instituto de Alajuela en 1917, y con 17 años parte hacia México a estudiar medicina en la Escuela Médico Militar, institución de prestigio académico, que además formaba a sus alumnos en la recia disciplina militar, que será uno de sus más sobresalientes atributos durante toda su vida, y fundamental para el ejercicio de una profesión colmada de eventos inesperados que constantemente alteran el programa diario. Después de 7 años de duros estudios y rigurosos entrenamientos militares, obtiene su título de Medico Cirujano y regresa a Costa Rica en 1924, para incorporarse a la Academia de Medicina, que era el equivalente al Colegio de Médicos y Cirujanos.
En los archivos existe, escrito de su propia mano, el examen de incorporación, y al leerlo llama la atención su comprensible letra, rasgo poco frecuente entre los médicos, así como varios conceptos que, a pesar del tiempo, aún son válidos, como la anatomía de los lobulillos del hígado, la cual, además, ilustra con muy detallados dibujos y su alteración frente a la patología, lo que indica desde sus inicios, cuán sólida era su preparación en Anatomía Patológica. También se refiere a la importancia de la calidad del agua en la trasmisión de la fiebre tifoidea, muy frecuente y de mal pronóstico en ese tiempo, la cual explica con conocimiento y claridad de conceptos.
Durante el año que vive en Costa Rica, no he podido precisar su actuación en la especialidad, la cual se había iniciado con la llegada de mi abuelo, el Dr. Juan Arrea y Cosp, en 1894, quien se había entrenado con el Dr. José Ignacio Barraquer Robiralta, precursor de la saga que se hizo famosa en el campo de la Oftalmología.
Sus estudios de especialidad los inicia en Nueva York, en 1925, en el "Holy Family Hospital" de Brooklyn, donde permanece hasta finales de 1926 y pasando luego al "County Hospital" de Brooklyn, hasta 1927. Luego viaja a Francia, al tradicional hospital "Hôtel-Dieu", en París, que es el hospital más antiguo de la ciudad, donde obtiene la distinción de "Profesor Terrier", un certificado de gran prestigio.
Después de este entrenamiento académico en Oftalmología, regresa a Costa Rica, y la Junta de Protección Social lo nombra jefe de ese Servicio, en el Hospital San Juan de Dios. Desde esa posición realiza impresionantes avances en su especialidad, los cuales abarcan desde novedosos tratamientos de la catarata, hasta el primer trasplante de córnea que se ejecuta en el país. También publica sobre: "Queratitis ulcerativa y glaucoma agudo recidivante por sensibilización parasitaria a Ascaris lumbricoides y Entamoeba histolytica" con los Drs. Otto Jiménez Quirós y Rodrigo Saborío E., en la revista Biología Tropical, en la que también publica: "Retinitis alérgica a infección focal estafilocóccica: su importancia diagnóstica y tratamiento exclusivo con autoalérgenos". Su interés por las publicaciones médicas, así como su liderazgo dentro del cuerpo médico nacional, lo llevan a formar parte del cuerpo consultivo de la revista médica que publica como director el Dr. Joaquín Zeledón.
Toda esta actividad académica le permite ser miembro de la Academia Francesa de Oftalmología y de la Academia Americana de Oftalmología.
Es electo presidente de la Facultad de Medicina en 1938 y durante su periodo el cuerpo médico se enluta por el asesinato de dos eminentes colegas: el Dr. Ricardo Moreno Cañas y el Dr. Carlos Manuel Echandi Lahamann. En esta ocasión, el Dr. Agüero pronuncia un sentido discurso del que extraemos algunos párrafos que muestran la claridad de sus conceptos y el impacto que un hecho de violencia como el perpetrado esa noche, ha producido en el seno del cuerpo médico: "La Facultad de Medicina de la Republica ha comprendido en estas horas trágicas que tiene una existencia real, que en ella alienta un corazón herido hoy en sus fibras mejores. Nunca como en esta hora se han dado cuenta los profesionales que la forman, de que ella es un cuerpo vivo que puede alzarse con entereza y entusiasmo alentada por ideales de bien general o puede doblegarse con la garra de la angustia y de desesperación hincada en su carne cuando la torpe fatalidad le arrebata sus hijos predilectos."
Fue presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos en 1941. Su preparación y desempeño en el Hospital San Juan de Dios le posibilitaron obtener un sólido prestigio, el cual se vio recompensado con una gran clientela privada y un bien merecido renombre. Sus conexiones con oftalmólogos de Europa y Estados Unidos, así como su amistad con el Dr. Ramón Castroviejo, uno de los pioneros en el trasplante de córnea, permitieron que este prestigiado médico nos visitara. (Figura 1)
En 1976, el Colegio de Médicos y Cirujanos le otorga un diploma en reconocimiento a su labor en pro de la Medicina Costarricense. El entusiasmo por el desarrollo de la enseñanza de su especialidad siempre fue una de sus mejores cualidades, y existen varias actuaciones de su vida que así lo demuestran, como donar su sueldo del Hospital San Juan de Dios a un fondo para la compra del costoso equipo de la especialidad. Finalmente, cuando se retira del ejercicio profesional regala todo el equipo de su consultorio privado al Servicio de Oftalmología del Hospital San Juan de Dios. (Figura 2.)
En noviembre de 1929 contrae matrimonio con Lidia Lindo Acuña, y de ese hogar nace su hija, Denise Agüero Lindo. Actualmente, solo les sobreviven sus nietos, a quienes agradezco parte de la información que he utilizado para redactar este artículo.
En los últimos años de su vida y durante la administración de don José Joaquín Trejos Fernández, fue designado como embajador especial para visitar a Su Santidad el Papa, y también atendió una visita a Israel, que él mismo relata en un artículo publicado en el periódico. En ambas ocasiones fue acompañado por su hija Denise.
Muere el 27 de setiembre de 1988, fecha cuando el cuerpo médico pierde a uno de sus mejores miembros, y este servidor, a un buen amigo.
Dr. Carlos Arrea Baixench
Presidente Academia Nacional de Medicina
Editor AMC
Referencias bibliográficas
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
12 Nov 2015 -
Fecha del número
Mar 2012