En las dos últimas décadas se ha presentado un interés creciente por el estudio de las horrendas masacres cometidas por estudiantes en las escuelas. Estas masacres conocidas como "tiroteos en la escuela" han sido analizadas utilizando enfoques psicológicos. A pesar de que la investigación revela que los perpetrados no presentan historias de enfermedades mentales, estos enfoques enfatizan en las patologías de los perpetrados ignorando la influencia que los valores tienen sobre sus acciones. En consecuencia, los perpetradores son vistos como lobos solitarios y las masacres escolares como casos aislados. Con base en información obtenida de trabajos académicos publicados, en su gran mayoría, en revistas científicas, y además, con la teoría sociológica de P. Berger y T. Luckmann, el propósito de este ensayo es presentar una interpretación sociológica sobre las masacres ocurridas en las escuelas al explicar por qué los perpetradores cometen actos violentos contra sus profesores y compañeros como una forma de recuperar su masculinidad. El ensayo encuentra que los hombres más que las mujeres cometen tiroteos en las escuelas. Por lo general, los perpetrados provienen de padres quienes han sido coleccionistas de armas. No es coincidencia que los perpetrados utilicen las armas de sus familias para llevar a cabo las masacres. Aunado a ello, los perpetrados perciben la escuela como una entidad social que disminuye su masculinidad, y la manera de reafirmarla es mediante el ataque azaroso a estudiantes y profesores en frente del resto de los miembros de la comunidad educativa durante la jornada escolar.
tiroteos escolares; masculinidad; socialización; escuela