Open-access Construyendo nuestra nación: El aporte de la población afrocaribeña en Costa Rica. Producción de la Universidad de Costa Rica, Vicerrectoría de Docencia, ODI y CEAC. Dirección: Antonio Jara Vargas, Costa Rica, 2018

La serie documental Construyendo nuestra nación: El aporte de la población afrocaribeña en Costa Rica tiene como pilares dos grandes temas: primero, las migraciones, ese fenómeno que ha sido inherente a la historia de la humanidad, al desarrollo de todas y cada una de las sociedades alrededor del planeta, lo cual actualmente es motivo de discusión y discursos, de injusticia y desánimos; y segundo, la historia del Gran Caribe, un tema que ha sufrido la invisibilidad y el olvido a pesar de su importancia. Unos lo delimitan como parte de México, de Colombia y agregan Venezuela, otros lo definen desde New Orleans, en el norte, hasta las Guyanas, en el Sur y en el Pacífico colombiano. Es denominada como espacio geopolítico por algunas personas y como región cultural por otras (Gaztambide-Geigel 90; Duncan 67).

Estos documentales nos sitúan en la dinámica del espacio caribeño, donde la migración entre las islas, las costas centroamericanas y los distintos sitios al interior de la región ha sido una constante histórica. En cuatro episodios se abordan las Migraciones, el Trabajo y educación, la Cultura e identidad y la Participación política y ciudadanía. La serie nos transporta en un fascinante recorrido por el aporte de la población migrante afrocaribeña en el desarrollo de la historia y de la sociedad costarricense.

Se argumenta el protagonismo de las personas migrantes del Caribe en la historia, la cultura y la economía del país; se nos recuerda que fueron parte de nuestras sociedades durante los siglos coloniales. Las personas afrodescendientes contribuyeron grandemente al proceso del mestizaje, el cual, por un lado, se revela numéricamente más mulato que mestizo y, por otro lado, como origen de la población actual de Costa Rica (Acuña 3). Migrantes que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, arribaron desde Jamaica, Islas Vírgenes, Santa Lucía y Belice. Los testimonios nos relatan cómo abuelos(as), tíos(as), padres y madres llegaron a tierras centroamericanas; mientras que la historia, la genealogía y la genética nos confirman que actualmente los descendientes de las personas migrantes son parte fundamental de la población de Costa Rica (Acuña, 2009; Meléndez y Lobo; Morera y Barrantes).

Se enfatiza en la importancia e influencia de Jamaica en el Caribe Occidental como centro de la presencia británica en la región, en la coyuntura histórica de mediados y fines del siglo XIX, la cual fue matizada en la isla por la transición entre la esclavitud y el trabajo asalariado, la construcción del primer ferrocarril en la zona, la crisis azucarera y los cambios en la sociedad. En Centroamérica, encontramos la búsqueda por vincularse a la agricultura de exportación y su necesaria conexión entre el interior y los puertos, la construcción de ferrocarriles, el proyecto canalero en Panamá, la aparición de las plantaciones de banano en su región costera caribeña y la creciente demanda de trabajadores. Todos estos factores impulsaron a miles de personas caribeñas a migrar a diversos destinos a lo largo de la costa caribe de Centroamérica, a instalarse en sitios como Limón, Colón, Panamá, costa norte e islas de la bahía en Honduras, San Andrés, Providencia, Bluefields, San Juan del Norte y Bocas del Toro. Para fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, la costa caribeña se había convertido en una creciente economía de servicios, espacio receptor de migración para hombres y mujeres de las islas caribeñas, proceso que tuvo como corolario el aporte de recursos, destrezas y vínculos que hicieron del Caribe un espacio más integrado.

La serie plantea que las personas migrantes tienen diversos orígenes y ocupaciones, se desempeñaron en gran variedad de actividades y oficios dentro y fuera de la provincia de Limón. Además, se establecieron en lugares como San José y Turrialba, donde buscaron integrarse a las sociedades locales. A lo largo de los documentales se aclara y se evidencia que la presencia y contribución de esta población migrante se extienden en todo el territorio y en todas las dimensiones de la sociedad costarricense.

Los pilares que sustentaron el quehacer de las personas migrantes, hogar-familia, la iglesia y la escuela comunitaria, son elementos sustanciales en esta serie, la cual rescata el antes de cada migrante, quien trae como parte de su bagaje recuerdos, cultura, formaciones técnicas o profesionales. No obstante, también redime el después de la población migrante, quienes aportan al país que les recibe nuevas familias y vínculos, nuevas experiencias, oficios y tradiciones. Las personas migrantes echan sus raíces con una dosis de esas dos facetas de su vida. Un universo que transcurre, se hace y rehace en un intercambio de ganancias, pérdidas, asimilaciones e integraciones.

Los documentales nos revelan la diversidad de oficios y ocupaciones ejercidas por las personas afrocaribeñas, la variedad de sus iglesias, el sistema de sus escuelas con maestros, métodos y textos británicos. El uso de un inglés estándar y uno criollo, con algunos vocablos heredados del francés, pero en una mayoría angloparlante. En la década de 1950, esa inserción en el inglés le permitió y le facilitó a muchas personas afrocaribeñas volver a emprender el camino de la migración, esta vez hacia los Estados Unidos. Sin embargo, es necesario indicar que durante esta década dicha población migrante sufrió el proceso de la nacionalización del Caribe, donde el gobierno costarricense, en nombre de la democratización de la educación, prohibió el uso del inglés en las escuelas e introdujo en la provincia de Limón el sistema educativo público con sus escuelas en español. El impacto de este cambio en los aspectos culturales fue de carácter devastador; no obstante, las nuevas opciones de integración le abrieron el camino a valiosas contribuciones por parte de innumerables y destacados exponentes de la comunidad afrocaribeña.

Los diferentes episodios fotografían a la comunidad afrocaribeña como semillero de la cultura e identidad nacional, en campos como la música, el deporte, la literatura, teñidos de tradiciones e innovaciones y enlazados con el mundo caribeño. Manifestaciones culturales que han realizado un periplo por deportes como el criquet, el béisbol, el softball, el fútbol y el atletismo, por la Pocomía, la salsa, el calipso y la música Saint Kitts. Una cultura dinámica y vigente, cuyos elementos le dieron un carácter único a esta región, la convirtieron en un sitio internacional, en un enclave cosmopolita.

La serie nos indica el arduo camino de las personas migrantes en la obtención de derechos, en la extensión de la ciudadanía y en la integración y reconocimiento en la vida nacional. Estas personas lograron insertar a Limón en la dinámica del gran espacio del Caribe, pero enfrentaron un reto para ser visibilizados como una comunidad componente de nuestro país. Se debatieron entre el desarraigo y el extranjerismo, no eran ni súbditos ni ciudadanos; se enfrentaron al ocultamiento del Caribe costarricense, repleto de medidas racistas, de exclusión, de discriminación, de prejuicios y de prohibiciones que crearon muchos mitos, entre estos que Turrialba esa falsa frontera para su desplazamiento. Una comunidad afrocaribeña que, a través de sus iglesias, clubes sociales, logias, organizaciones solidarias y proyectos políticos, fortalece su acción colectiva. Comunidad que con las banderas de la superación y defensa de los derechos se vinculan a la vida política del país, conquistan la extensión de la ciudadanía, el reconocimiento de la nacionalidad, el ejercicio de la igualdad social y el beneficio de la convivencia democrática. Es Costa Rica, por tanto, la patria de esa persona migrante, quien, sin lugar a dudas, con su diversidad de voces, trayectorias y experiencias, ha sido y siempre será parte de la construcción de nuestra nación.

Entre las contribuciones de la serie identificamos el reconocimiento que se realiza en el documental a las personas migrantes del Caribe. Ese actor social que, en el siglo XV, con el inicio de la migración forzosa más grande en la historia de la humanidad, la diáspora africana, encontró en el Caribe y en el entorno costero de la América Media, el nicho donde rehacer su historia, su cultura y sus experiencias colectivas e individuales. En el siglo XVII, los vínculos históricos entre la América Media y Jamaica se vieron matizados por el dinamismo comercial, pero también por las rivalidades imperiales. Jamaica se convirtió en la base de las operaciones inglesas, quienes se asentaron, pero también amenazaron y atacaron en alianza con los zambos mosquitos la costa caribe de Centroamérica.

El siglo XVIII ve emerger un Caribe muy diferente al encontrado por Colón doscientos años atrás, un desplazamiento comercial y territorial de los españoles. Las islas se rindieron a la mecánica de las plantaciones y la esclavitud, el azúcar se convirtió en el producto más importante. Las mercancías británicas importadas de Belice, Mosquitia y Jamaica ingresaron en los circuitos mercantiles de Centroamérica, lo cual modificó las tradicionales redes de comercio. El Caribe étnicamente se vuelve mayormente negro y los patrones culturales variaron radicalmente. Las experiencias y tradiciones de los hombres y mujeres que llegaron de forma forzosa desde África a la región caribe conformaron una gran complejidad cultural que heredaron al Caribe del siglo XIX, el cual igualmente fue escenario de transformaciones en sus patrones culturales. Los viajes entre Jamaica y Centroamérica se intensificaron en el último trimestre del mencionado siglo, a medida que los proyectos de infraestructura y la agricultura de exportación prosperaron a lo largo de la costa (Solórzano 44; Putnam 6).

Otra contribución del documental es corroborar que la presencia africana es innegable en la población del Caribe colonial y contemporáneo, donde los afrocaribeños constituyen lo que se ha llamado la tercera raíz en la conformación social y étnica de las sociedades centroamericanas. Lo anterior demuestra, sin lugar a dudas, por un lado, el establecimiento de los migrantes afrocaribeños en todo el territorio nacional y, por otro lado, que sus descendientes son componente esencial de la población costarricense.

La serie documental aporta e invita a incursionar en el conocimiento del gran Caribe, sobre su invención, geografía e historia. El término surge como uno de tantos, pues el Caribe, como sabemos, no siempre se llamó así. El termino más eurocéntrico y oficial fue el de West Indies, también se le denominó Mar de las Antillas; sin embargo, a partir del siglo XIX, en el contexto de la revolución atlántica, la denominación del mar de los caribes se consolidó y con este una nueva geopolítica y geografía (Gaztambide-Geigel 80-81). El Gran Caribe en el contexto de la serie se le menciona como cuenca del Caribe y se le describe como la región suplidora de la población migrante que respondió a la demanda de trabajadores del istmo centroamericano. Enfatiza sobre el amplio Caribe Occidental y la significación de Jamaica en dicho espacio y en la dinámica de la migración, la cual tuvo pocas restricciones legales que permitieron la libre movilidad de miles de hombres y mujeres. Así es como la población afrocaribeña llegó a Limón para la construcción del ferrocarril y la exportación del banano. Personas migrantes que lograron integrar a Limón en la dinámica del Gran Caribe le dieron un carácter cosmopolita, le convirtieron en cuna de la cultura e identidad nacional.

Construyendo nuestra nación: El aporte de la población afrocaribeña en Costa Rica es una producción respaldada en una bibliografía especializada, en la revisión de periódicos de la época, recolección de valiosas fotografías, la utilización de películas, del recurso de la historia oral con la riqueza de los testimonios, la esencia de las historias de vida y la importancia de los temas tratados y desvelados hacen de esta serie una referencia y fuente imprescindible para quienes incursionan en la historia de las personas afrocaribeñas en Costa Rica, pues se confirma como una valiosa fuente y documento histórico.

Aunque a partir de la década de 1950, la política gubernamental obligó a ese Limón cosmopolita a mirar hacia el Valle Central y volver la espalda al Gran Caribe, perpetrando el ocultamiento y marginación del Caribe, Construyendo nuestra nación: el aporte de la población afrocaribeña en Costa Rica nos advierte sobre la deuda que tenemos como país con las personas descendientes afrocaribeñas de reconocerles el lugar que merecen en la historia patria y restablecerles el Limón que construyeron sus ascendencias con tanto esfuerzo y esperanza.

Bibliografía

  • Acuña León, María de los Ángeles. “Costa Rica en los siglos XVI y XVII: Un vistazo al proceso de los mestizajes”. Ponencia presentada en XIV Congreso Centroamericano de Historia, Guatemala. Agosto, 2018.
  • Acuña León, María de los Ángeles. Los Mestizajes en Costa Rica, 1690-1821 (Tesis doctoral). Universidad de Costa Rica,. 2009
  • Duncan, Quince. Anancy y el tigre en la literatura oral afrodescendiente. Cuadernos de Literatura 19.38(2015): 67.
  • Gaztambide-Geigel, Antonio. La Invención del Caribe en el siglo XX. Las definiciones del Caribe como problema histórico y metodológico. Revista Mexicana del Caribe 1.1 (1996): 90.
  • Meléndez, Mauricio y Tatiana Lobo . Negros y Blancos. Todo Mezclado San José: Editorial UCR, 1999.
  • Morera, Bernal y Ramiro Barrantes . Genes e Historia: El Mestizaje en Costa Rica. Revista de Historia 32(1995): 43-64.
  • Putnam, Lara. The company they kept. Migrants and the politics of gender in Caribbean Costa Rica, 1870-1960 Chapell Hill and London: The University North Carolina Press, 2002.
  • Solórzano, Juan Carlos. Los años finales de la dominación española, 1750-1821. Historia General de Centroamérica Ed. Héctor Pérez Brignoli. Madrid: Flacso, 1996.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jan-Dec 2018

Histórico

  • Recibido
    03 Set 2018
  • Acepto
    19 Set 2018
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None San Pedro, Montes de Oca, San José, San José, CR, 2060, 2511-5053, 2224-9367 - E-mail: carlos.sandoval@ucr.ac.cr
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